http://www.protestantedigital.com/actual/editorial.htm
Moralismo a la fuerza
El programa protestante de la televisión pública italiana, en la persona de Gianna Urizio, ha venido a España ante el interés que han despertado los cambios que están sucediendo en España tras el cambio de Gobierno del pasado 14M. Agradecemos que, dentro de las entrevistas que ha realizado en España, haya incluido a la Alianza Evangélica Española en la persona del director de ProtestanteDigital, Pedro Tarquis.
Este encuentro nos ha servido para ver cómo las cuestiones de libertad religiosa, y de la legislación de cuestiones morales que vive España llega con fuerza fuera de nuestras fronteras (en una modesta parte por este medio).
Sin embargo, se hace cada vez más patente una situación de tensión que va "in crescendo", y que queda cada vez más lejos de lo que desde este Editorial entendemos como correcto.
Siempre concebimos la voz profética de la Iglesia como presente y clara, y así lo intentamos con todas nuestras fuerzas desde el respeto. Pero no entendemos esa voz como políticamente involucrada en cuestiones de partidos.
Y no queremos equívocos. Los creyentes pueden y deben definirse en cuestiones políticas. Es una responsabilidad que apoyamos, pero la demonización que de los partidos políticos se hace de forma cada vez más llamativa y frecuente, en sectores evangélicos especialmente, es de un subjetivismo absoluto.
Ni un cristiano que pertenezca al PP es una persona que defiende el asesinato por las posturas de su partido en relación a la guerra, ni el PSOE está formado por abortistas. Quienes dirigen un partido, en su actuación, toman decisiones erróneas a la vez que acertadas. Si algo podemos decir sin temor a equivocarnos, es que los partidos políticos son fundamentalmente humanos, en el peor y mejor de los términos. De ahí que el protestantismo defendiese e impulsase desde sus inicios la democracia como sistema de gobierno: porque el hombre anhela lo mejor, y porque es capaz de lo peor.
Es más, si algo queremos que cambie en los partidos políticos es, además de elegir el mejor (o menos malo) con nuestro voto, participar desde dentro, intentando que la línea de decisiones vaya siendo influida para bien.
Así pues, nos negamos a que el diálogo que se pueda establecer en cualquier medio sea más bien un campo de batalla o de descalificaciones. Eso es propio de quienes no tienen a Jesús de referencia, pero no de quienes afirman que es su Señor y Salvador.
Temblamos de pensar que ciertos sectores radicales religiosos (de cualquier religión, incluida algunos grupos del protestantismo) llegasen a tener capacidad de poder político e imponer sus criterios morales a la sociedad en conjunto a base de golpes legislativos.
Nos despedimos esperando con enorme interés la conferencia de José de Segovia que dará en Barcelona el 25 de febrero sobre si "¿Es legítimo todo lo legal?" el próximo viernes 25 de febrero (ver la agenda de "España @l día"). Seguro que nos aporta una reflexión muy seria y profunda en esta cuestión candente.
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Ya sabéis. Ojo con los fundies, ya sean católicos o evangélicos. Sólo les falta decir "y son yankees, peor"
Moralismo a la fuerza
El programa protestante de la televisión pública italiana, en la persona de Gianna Urizio, ha venido a España ante el interés que han despertado los cambios que están sucediendo en España tras el cambio de Gobierno del pasado 14M. Agradecemos que, dentro de las entrevistas que ha realizado en España, haya incluido a la Alianza Evangélica Española en la persona del director de ProtestanteDigital, Pedro Tarquis.
Este encuentro nos ha servido para ver cómo las cuestiones de libertad religiosa, y de la legislación de cuestiones morales que vive España llega con fuerza fuera de nuestras fronteras (en una modesta parte por este medio).
Sin embargo, se hace cada vez más patente una situación de tensión que va "in crescendo", y que queda cada vez más lejos de lo que desde este Editorial entendemos como correcto.
Siempre concebimos la voz profética de la Iglesia como presente y clara, y así lo intentamos con todas nuestras fuerzas desde el respeto. Pero no entendemos esa voz como políticamente involucrada en cuestiones de partidos.
Y no queremos equívocos. Los creyentes pueden y deben definirse en cuestiones políticas. Es una responsabilidad que apoyamos, pero la demonización que de los partidos políticos se hace de forma cada vez más llamativa y frecuente, en sectores evangélicos especialmente, es de un subjetivismo absoluto.
Ni un cristiano que pertenezca al PP es una persona que defiende el asesinato por las posturas de su partido en relación a la guerra, ni el PSOE está formado por abortistas. Quienes dirigen un partido, en su actuación, toman decisiones erróneas a la vez que acertadas. Si algo podemos decir sin temor a equivocarnos, es que los partidos políticos son fundamentalmente humanos, en el peor y mejor de los términos. De ahí que el protestantismo defendiese e impulsase desde sus inicios la democracia como sistema de gobierno: porque el hombre anhela lo mejor, y porque es capaz de lo peor.
Es más, si algo queremos que cambie en los partidos políticos es, además de elegir el mejor (o menos malo) con nuestro voto, participar desde dentro, intentando que la línea de decisiones vaya siendo influida para bien.
Así pues, nos negamos a que el diálogo que se pueda establecer en cualquier medio sea más bien un campo de batalla o de descalificaciones. Eso es propio de quienes no tienen a Jesús de referencia, pero no de quienes afirman que es su Señor y Salvador.
Temblamos de pensar que ciertos sectores radicales religiosos (de cualquier religión, incluida algunos grupos del protestantismo) llegasen a tener capacidad de poder político e imponer sus criterios morales a la sociedad en conjunto a base de golpes legislativos.
Nos despedimos esperando con enorme interés la conferencia de José de Segovia que dará en Barcelona el 25 de febrero sobre si "¿Es legítimo todo lo legal?" el próximo viernes 25 de febrero (ver la agenda de "España @l día"). Seguro que nos aporta una reflexión muy seria y profunda en esta cuestión candente.
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Ya sabéis. Ojo con los fundies, ya sean católicos o evangélicos. Sólo les falta decir "y son yankees, peor"