Lo más contradictorio en la Biblia

En distintas oportunidades he podido observar, que se pone énfasis en asegurar que en los textos bíblicos no existe ningún error, que no hay cuestión alguna que pueda poner en tela de juicio ningún aspecto de lo que ellos mencionan.

Y debo decir que incluso he llegado a ser “receptor” de palabras a las que, por decir lo menos podría calificar de “poco amables”, a raíz de haber efectuado algunas consultas que, con el objeto de tratar de llamar la atención sobre los aspectos que mencionaba, en forma incidental consideré conveniente incluir en lo que exponía.

Pues bien; considero que si se lee con atención los distintos libros que componen la Biblia, resulta posible encontrar pasajes que resulta difícil (por no decir imposible) considerar que sí o sí son completa y absolutamente correctos, y como hay muchos considero conveniente —con el único objeto de explicar mi posición al respecto— mencionar aquí uno de ellos, y lo haré ya que lo considero como la CONTRADICCIÓN más clara y evidente en la Biblia.

Y por resultarme más sencillo, utilizaré unos párrafos que redacté hace tiempo.





Aún a riesgo de cansar al lector, creo conveniente "refrescar" la cuestión, transcribiendo una vez más el Mandamiento que origina este tema: "No te harás ninguna escultura, y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; pero tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos." (Dt.5,6-10).

Deseo ahora llamar la atención en forma especial en los últimos renglones del texto, donde se hace referencia a que —según ese "precepto divino"— Dios, el Eterno, el Amor, castigaría la maldad de los padres en los hijos, nietos, etc.

Incluso les aclaro que tales expresiones están ratificadas, no sólo en idéntico Mandamiento que consta en el Libro del Éxodo sino que lo encontramos también en otro pasaje de ese mismo libro (34,7) y además está en el libro de los Números (14,17-19).

Evidentemente, frente a "tantas" repeticiones del mismo concepto, PARECERÍA que no hay mucho que decir al respecto.

Sin embargo, creo que hoy en día NADIE PIENSA QUE ESO ES ASÍ, es decir, que PESE A SEMEJANTES expresiones DEL DECÁLOGO, difícilmente podamos encontrar una persona que sostenga que Dios realmente castigue a los seres humanos por algo que hubiesen hecho sus padres, abuelos o bisabuelos.

Honestamente me parece que si lo hiciese, no sería todo EL AMOR que estoy seguro estamos todos plenamente convencidos que ES.

Obviamente alguien me podrá decir, que tales castigos pesarían únicamente sobre los descendientes que "aborrezcan" a Dios, es decir, a los sucesores del pecador que continúan odiando al Eterno.

No obstante no cabe duda que, de ser así, ésa sería una culpa PERSONAL de los descendientes del pecador (el aborrecer a Dios) y no la de éste, por lo cual el castigo que les correspondería sería por algo propio, y no derivado de la falta que hubiera podido cometer el antecesor de quien resulte castigado.

Incluso podría darse el caso de que alguien afirme que, como ESTÁ EXPRESAMENTE ESCRITO ASÍ lamentablemente, y aun cuando no podemos entenderlo del todo, debemos aceptar que exista ese castigo al cual, por llamarlo de alguna forma, mencionaré como "generacional".

Sin embargo, si analizamos un poco más adelante otros párrafos de la Biblia, es decir, si tratamos de buscar un concepto integrador de las enseñanzas bíblicas, sin detenernos sólo en determinadas frases, podremos advertir, por ejemplo, la existencia de la siguiente expresión "Amasías ..subió al trono...mató a los ministros que habían asesinado a su padre. Pero siguiendo lo que dice el libro de la Ley de Moisés, promulgado por el Señor, «No serán ejecutados los padres por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de sus padres; cada uno morirá por su propio pecado», no mató a los hijos de los asesinos" (2 Re.14,1-6).

Como verán, ese pasaje hace referencia —en forma clara y expresa— al libro de LA LEY DE MOISÉS PROMULGADA POR EL SEÑOR, por lo cual creo que muy pocas dudas pueden existir con respecto a cuales son los textos en donde debemos buscar.

Y si lo hacemos veremos que es así, ya que si leemos el Deuteronomio, (recuerden que significa "La Segunda Ley") podremos encontrar dicha expresión en el Cap.24 versículo 16 donde expresamente se dice que "cada uno morirá por su culpa".

Pero entonces, ¿en qué quedamos?

Obviamente alguien, siguiendo "al pie de la letra" el texto bíblico, podrá decir: «allí dice que no morirá, pero pueden existir otros castigos», es decir, que el texto del Decálogo estaría mencionando la existencia de otras sanciones o penalidades, distintas a la muerte, las que serían sufridas por los descendentes del pecador.

Y en rigor de verdad podría ser así, pero el problema para aceptar tal interpretación, es que en el Capítulo 18 de Ezequiel encontramos claramente expuesta la doctrina opuesta, a la que se conoce como de la "responsabilidad personal", la cual es afirmada por ese gran profeta, PESE al texto expreso del FAMOSO MANDAMIENTO DEL DECÁLOGO.

Y honestamente no puedo creer, que nada menos que uno de los llamados "profetas mayores", como es Ezequiel, y que además era sacerdote, pudiese desconocer el párrafo del decálogo que he trascripto antes.

Y pese al mencionado "mandamiento", nuestro buen Ezequiel no dudó un instante en afirmar la citada doctrina, referida a que la culpa de cada uno sólo recae sobre él mismo, y no sobre sus descendientes.

Yo muchas veces suelo mencionar este tema, y les puedo asegurar que hasta el día de hoy no he encontrado a nadie que me suministre una explicación satisfactoria al asunto, ya que, desde mi modesto punto de vista, en todo esta cuestión del "castigo generacional" existe una clarísima CONTRADICCIÓN en la Biblia, cosa que, evidentemente, NO PODEMOS achacársela al Buen Dios, al ETERNO.

Sinceramente creo que ésta, como muchas otras cosas de los textos bíblicos, son simples expresiones que ponen de manifiesto actitudes que los hombres de aquellas épocas adoptaron, y que luego, con el correr de los siglos se las "enchufaron" al bueno de Dios, como si Él hubiese sido realmente quien hubiese dicho semejantes cosas en forma personal.

Posteriormente, en otro momento histórico en que se adoptaron otras conductas, por supuesto, y para justificar la modificación de lo anterior, también se la adjudicaron a Dios (¡pobre Dios, las cosas que te "encajamos" los hombres!) sin advertir la contradicción en que se incurría.





Bien, creo que con lo expuesto se muestra que es imposible asegurar que no hay ningún “error” dentro de los textos bíblicos, motivo por el cual les agradeceré que cuando yo exponga alguna idea sosteniendo eso, no se me califique con tanta dureza.

Y dejo aclarado que, pese a ése, y a muchos otros “errores” en la Biblia, aun así estoy completamente seguro que si la leemos con sencillez y humildad podemos encontrar la VERDADERA palabra de Dios.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
Hola Mario Enrique

Quizás te pueda ayudar, porque en su día a mi también me "chocó" leer el texto de Deuteronomio 5:6-10. Más concretamente la parte donde dice: "que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen".

Como te decía antes, quizás te pueda ayudar porque a mi también me paso como a ti, que ni entendí, ni comprendí nada de lo que leía. Sobre todo porque yo sé que Dios es amor, y no me entraba en la cabeza que un Dos de amor actuara de esa forma.

Por tanto, empecé a investigar, y a investigar, y a..... hasta que con el tiempo comprendí que ese castigo sobre los hijos no era una continuación del castigo sobre los padres, sino que se refería a que, si los padres cometían el error de no educar y enseñar a sus hijos sobre las leyes que Dios había dejado a Israel por medio de Moisés, sus hijos crecerían desobedientes a sus padres, crecerían rebeldes con las leyes de Dios cometiendo todo tipo de fechorías, y ese tipo de comportamiento continuaría en sus hijos a través de generaciones, hasta la tercera o cuarta generación, y todo por los errores de los padres.

Es así de simple la explicación. Lo que ocurre que no es fácil de encontrarla, es cierto.
 
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En primer lugar, les agradezco a todos los que dedicaron algunos minutos de su tiempo a leer lo que expuse (según acabo de observar, fueron 50 “visitas” a este tema), pero en forma muy especial expreso mi gratitud a los 2 hermanos que efectuaron comentarios al respecto, los que pasaré a responder.

Nuestro hermano “espíritu” se limita a decir que no hay ninguna contradicción en la Biblia.

Obviamente parece que no leyó bien lo que yo expuse, por lo que se limita —“aferrándose” a una idea que alguien le transmitió— a realizar esa afirmación.

Pues bien, yo me atrevo a sugerirle que, si es cierto que acepta los términos bíblicos, y confía en la palabra del Señor Jesús, debe recordar lo que Él mencionó cuando dijo: «conoceréis la verdad y la verdad os hará libres», y también cuando aseguró que «no hay nada oculto que no deba ser rebelado».

Y se lo recomiendo muy especialmente, ya que siendo así, debe “permitirse” aceptar la “posibilidad” que planteo, y tratar de encontrar qué es aquello que constituye lo más importante en los textos bíblicos, y al respecto yo le diría que es buscar lo esencial del mensaje de Jesús (y de la Biblia en general), que para nada es el preocuparse y menos aún el ocuparse “tanto” de cuestiones “doctrinarias”, sino en reflexionar con respecto a cuál es la mejor forma de llevar a la práctica nuestras vidas.

Por el contrario, nuestro hermano “canario” intenta suministrar una explicación a lo que yo mencioné, y se lo agradezco especialmente, pero le diré si bien su argumentación no deja de ser interesante, y hasta atendible, me parece que resulta algo simplemente “poético” (espero que no se ofenda) ya que lo que no termina de comprender es aquello que yo señalo como una CONTRADICCIÓN, y para que lo pueda enfocar con mayor claridad le recuerdo cómo se inicia el Capítulo 18 del Libro de Ezequiel cuando dice: “La palabra del Señor me llegó en estos términos: «¿Por qué andan repitiendo este refrán en la tierra de Israel: `los padres comieron uva verde, y los hijos sufren la dentera?’ Juro por mi vida —oráculo del Señor— que ustedes nunca más dirán este refrán en Israel. Porque todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo: la persona que peca, esa morirá» ..”

Es decir, que si leemos ese texto con “cierta” literalidad, parece que es el mismísimo Dios (el Eterno, el único y verdadero Dios) quien desconoce como algo señalado por Él el texto que menciona que «castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; pero tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos», pese a que figura así en el Decálogo.

Y aún si nos permitimos leerlo sin “tanta” literalidad, y pensamos que es algo que simplemente debemos atribuir al profeta, aun así es necesario reconocer que, como mínimo, parece que para Ezequiel el texto del Decálogo que él conocía y utilizaba, siendo SACERDOTE de los israelitas, NO ERA EL MISMO QUE TENEMOS NOSOTROS, ya que de otra forma es IMPOSIBLE que se hubiese preguntado de dónde surgía esa idea que sostenían sus conciudadanos, respecto a ese famoso refrán que circulaba entre ellos, y que evidentemente muestra a un Dios que no es AMOR.

Estimado hermano canario, por favor, no te ofendas ni te escandalices, pero no te quedes a “mitad camino” sino que te aliento a continuar buscando la verdad, ya que te aclaro que ni siquiera es cierto que fuese Dios (el Eterno, el único y verdadero Dios, el Amor, el buen Padre Celestial del que nos habló Jesús) quien mató a los primogénitos de Egipto, sino que eso es un “relato” de algo que, o bien no existió, o que, si realmente existió, no fue una atrocidad cometida por Dios, ya que no hay duda alguna de que ese “cuento” fue inventado para “justificar” que los israelitas estuviesen obligados a “rescatar” con un cordero a sus primogénitos. Y te insisto, no te escandalices, que si lo deseas te lo explicaré detalladamente más adelante.

He insisto una vez más. No tengo duda alguna de que en la Biblia está, y podemos encontrar, la palabra de Dios, pero no hay duda alguna de que no lo es “todo” lo que allí se relata.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
En distintas oportunidades he podido observar, que se pone énfasis en asegurar que en los textos bíblicos no existe ningún error, que no hay cuestión alguna que pueda poner en tela de juicio ningún aspecto de lo que ellos mencionan.

Y debo decir que incluso he llegado a ser “receptor” de palabras a las que, por decir lo menos podría calificar de “poco amables”, a raíz de haber efectuado algunas consultas que, con el objeto de tratar de llamar la atención sobre los aspectos que mencionaba, en forma incidental consideré conveniente incluir en lo que exponía.

Pues bien; considero que si se lee con atención los distintos libros que componen la Biblia, resulta posible encontrar pasajes que resulta difícil (por no decir imposible) considerar que sí o sí son completa y absolutamente correctos, y como hay muchos considero conveniente —con el único objeto de explicar mi posición al respecto— mencionar aquí uno de ellos, y lo haré ya que lo considero como la CONTRADICCIÓN más clara y evidente en la Biblia.

Y por resultarme más sencillo, utilizaré unos párrafos que redacté hace tiempo.





Aún a riesgo de cansar al lector, creo conveniente "refrescar" la cuestión, transcribiendo una vez más el Mandamiento que origina este tema: "No te harás ninguna escultura, y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; pero tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos." (Dt.5,6-10).

Deseo ahora llamar la atención en forma especial en los últimos renglones del texto, donde se hace referencia a que —según ese "precepto divino"— Dios, el Eterno, el Amor, castigaría la maldad de los padres en los hijos, nietos, etc.

Incluso les aclaro que tales expresiones están ratificadas, no sólo en idéntico Mandamiento que consta en el Libro del Éxodo sino que lo encontramos también en otro pasaje de ese mismo libro (34,7) y además está en el libro de los Números (14,17-19).

Evidentemente, frente a "tantas" repeticiones del mismo concepto, PARECERÍA que no hay mucho que decir al respecto.

Sin embargo, creo que hoy en día NADIE PIENSA QUE ESO ES ASÍ, es decir, que PESE A SEMEJANTES expresiones DEL DECÁLOGO, difícilmente podamos encontrar una persona que sostenga que Dios realmente castigue a los seres humanos por algo que hubiesen hecho sus padres, abuelos o bisabuelos.

Honestamente me parece que si lo hiciese, no sería todo EL AMOR que estoy seguro estamos todos plenamente convencidos que ES.

Obviamente alguien me podrá decir, que tales castigos pesarían únicamente sobre los descendientes que "aborrezcan" a Dios, es decir, a los sucesores del pecador que continúan odiando al Eterno.

No obstante no cabe duda que, de ser así, ésa sería una culpa PERSONAL de los descendientes del pecador (el aborrecer a Dios) y no la de éste, por lo cual el castigo que les correspondería sería por algo propio, y no derivado de la falta que hubiera podido cometer el antecesor de quien resulte castigado.

Incluso podría darse el caso de que alguien afirme que, como ESTÁ EXPRESAMENTE ESCRITO ASÍ lamentablemente, y aun cuando no podemos entenderlo del todo, debemos aceptar que exista ese castigo al cual, por llamarlo de alguna forma, mencionaré como "generacional".

Sin embargo, si analizamos un poco más adelante otros párrafos de la Biblia, es decir, si tratamos de buscar un concepto integrador de las enseñanzas bíblicas, sin detenernos sólo en determinadas frases, podremos advertir, por ejemplo, la existencia de la siguiente expresión "Amasías ..subió al trono...mató a los ministros que habían asesinado a su padre. Pero siguiendo lo que dice el libro de la Ley de Moisés, promulgado por el Señor, «No serán ejecutados los padres por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de sus padres; cada uno morirá por su propio pecado», no mató a los hijos de los asesinos" (2 Re.14,1-6).

Como verán, ese pasaje hace referencia —en forma clara y expresa— al libro de LA LEY DE MOISÉS PROMULGADA POR EL SEÑOR, por lo cual creo que muy pocas dudas pueden existir con respecto a cuales son los textos en donde debemos buscar.

Y si lo hacemos veremos que es así, ya que si leemos el Deuteronomio, (recuerden que significa "La Segunda Ley") podremos encontrar dicha expresión en el Cap.24 versículo 16 donde expresamente se dice que "cada uno morirá por su culpa".

Pero entonces, ¿en qué quedamos?

Obviamente alguien, siguiendo "al pie de la letra" el texto bíblico, podrá decir: «allí dice que no morirá, pero pueden existir otros castigos», es decir, que el texto del Decálogo estaría mencionando la existencia de otras sanciones o penalidades, distintas a la muerte, las que serían sufridas por los descendentes del pecador.

Y en rigor de verdad podría ser así, pero el problema para aceptar tal interpretación, es que en el Capítulo 18 de Ezequiel encontramos claramente expuesta la doctrina opuesta, a la que se conoce como de la "responsabilidad personal", la cual es afirmada por ese gran profeta, PESE al texto expreso del FAMOSO MANDAMIENTO DEL DECÁLOGO.

Y honestamente no puedo creer, que nada menos que uno de los llamados "profetas mayores", como es Ezequiel, y que además era sacerdote, pudiese desconocer el párrafo del decálogo que he trascripto antes.

Y pese al mencionado "mandamiento", nuestro buen Ezequiel no dudó un instante en afirmar la citada doctrina, referida a que la culpa de cada uno sólo recae sobre él mismo, y no sobre sus descendientes.

Yo muchas veces suelo mencionar este tema, y les puedo asegurar que hasta el día de hoy no he encontrado a nadie que me suministre una explicación satisfactoria al asunto, ya que, desde mi modesto punto de vista, en todo esta cuestión del "castigo generacional" existe una clarísima CONTRADICCIÓN en la Biblia, cosa que, evidentemente, NO PODEMOS achacársela al Buen Dios, al ETERNO.

Sinceramente creo que ésta, como muchas otras cosas de los textos bíblicos, son simples expresiones que ponen de manifiesto actitudes que los hombres de aquellas épocas adoptaron, y que luego, con el correr de los siglos se las "enchufaron" al bueno de Dios, como si Él hubiese sido realmente quien hubiese dicho semejantes cosas en forma personal.

Posteriormente, en otro momento histórico en que se adoptaron otras conductas, por supuesto, y para justificar la modificación de lo anterior, también se la adjudicaron a Dios (¡pobre Dios, las cosas que te "encajamos" los hombres!) sin advertir la contradicción en que se incurría.





Bien, creo que con lo expuesto se muestra que es imposible asegurar que no hay ningún “error” dentro de los textos bíblicos, motivo por el cual les agradeceré que cuando yo exponga alguna idea sosteniendo eso, no se me califique con tanta dureza.

Y dejo aclarado que, pese a ése, y a muchos otros “errores” en la Biblia, aun así estoy completamente seguro que si la leemos con sencillez y humildad podemos encontrar la VERDADERA palabra de Dios.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario

Hola Mario Enrique:

Sobre las incoherencias de la Biblia, ya escribí un mensaje donde decía: Mi mensaje anterior Por su longitud no lo he vuelto a colocar en este epígrafe.

En cuanto al castigo "generacional" del que hablas, existe en el pueblo Judío, en su vida TERRENAL, pero cuando llegue el JUICIO, cada uno vivirá o morirá según sus propios actos, sin que nada tengan que ver, las acciones de sus padres.

En el caso del pueblo Judío, es motivado por ser considerado todo el pueblo, como un mismo ser, como un mismo ENTE, y su vida llega hasta el propio JUICIO. Mientras tanto, este pueblo recibe los castigos que se haya ganado, por sus infidelidades a Dios, y dándose el caso que los que pecaron fueron unos anteriores o los que reciben el castigo, así que aquel refrán que decía:

Jeremías 31:29-30 Reina-Valera 1960
29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30 sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.


Ese refrán era dicho con motivo, pero EN AQUELLOS DÍAS, en los días del JUICIO, eso ya no será así.

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"
 
No, no hay ninguna contradiccion en la Biblia.

Jeremias 7
21 »Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “¡Junten sus holocaustos con sus sacrificios, y cómanse la carne! 22 En verdad, cuando yo saqué de Egipto a sus antepasados, no les dije nada ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios. 23 Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien.’ 24 Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron.

Levitico 1
1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: «Cuando alguno de vosotros traiga una ofrenda[a] al Señor, traeréis vuestra ofrenda[b] de animales del ganado o del rebaño. 3 Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor.

Hebreos 10:8
Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley),
 
Jeremias 7
21 »Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “¡Junten sus holocaustos con sus sacrificios, y cómanse la carne! 22 En verdad, cuando yo saqué de Egipto a sus antepasados, no les dije nada ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios. 23 Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien.’ 24 Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron.

Levitico 1
1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: «Cuando alguno de vosotros traiga una ofrenda[a] al Señor, traeréis vuestra ofrenda[b] de animales del ganado o del rebaño. 3 Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor.

Hebreos 10:8
Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley),
Levitico: El Señor no ordeno... pero ya que alguno lo hace... entonces es la recomendacion siguiente...

Jeremias 7: El Señor no ordeno... pero como continuan haciendolo... indicacion de que estan retrocediendo...

Hebreos: Como Jesus es superior a Moises... es el Mediador del Nuevo Pacto, y algunos nacidos de nuevo sean judaizantes no complacen ni uno ni en otro.
 
No, no hay ninguna contradiccion en la Biblia.

No hay ninguna que acepten...porque siempre habrán explicaciones e interpretaciones rebuscadas porque a priori no puede ser así.

Sin embargo más serio que las contradicciones escritas que abundan con versículo que desmienten a otros, es más serio las contradicciones en la conducta divina.
 
Nuestro hermano Daniel de Dios “El Ignorado”, efectúa una explicación que es interesante, pero además indica algo que expuso en otro epígrafe, y que contiene una serie de casos que muestran errores o contradicciones, y les diré que además de ser digno de que se lo agradezcamos, por cuando seguramente le demandó una tarea significativa, lo que me parece también muy importante es que, junto con el reconociendo que hace con respecto a la importancia de la Biblia y su contenido, efectuó además la siguiente afirmación: «Pero de ninguna manera, todo lo que está en la biblia es verdad».

Por su parte, nuestro hermano Trejo mencionó la dificultad con la que tropezaremos ya que en general no hay quienes reconozcan eso, y dice que sucede «porque siempre harán explicaciones e interpretaciones rebuscadas porque a priori no puede ser así. Sin embargo más serio que las contradicciones escritas que abundan con versículo que desmienten a otros, es más serio las contradicciones en la conducta divina

Pues bien, yo le diría al hermano Trejo que esas contradicciones no corresponden a verdaderas “conductas divinas”, sino que, o bien nunca existieron y son meros relatos fantásticos, efectuados para justificar ciertas cosas, o en caso de haber existido realmente no fueron efectivamente de Dios, sino vaya uno a saber quién los realizó.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario
 
Un pecado de los padres puede repercutir en los hijos. Si el Padre es necio entonces hay muchas probabilidades de que ese mal ejemplo el hijo tambien lo adopte a su vida.

Pero en general no es que Dios mueva una varita mágica para hacer que al hijo le llegue la necedad que también tiene su Padre. Eso que lo veían como castigo por mano propia de Dios en realidad son consecuencias de leyes naturales de la vida. Si andas con lobos aprendes a ahuyar y entonces ese mal lo adquieres por ti mismo en forma natural
 
Nuestro hermano Daniel de Dios “El Ignorado”, efectúa una explicación que es interesante, pero además indica algo que expuso en otro epígrafe, y que contiene una serie de casos que muestran errores o contradicciones, y les diré que además de ser digno de que se lo agradezcamos, por cuando seguramente le demandó una tarea significativa, lo que me parece también muy importante es que, junto con el reconociendo que hace con respecto a la importancia de la Biblia y su contenido, efectuó además la siguiente afirmación: «Pero de ninguna manera, todo lo que está en la biblia es verdad».

Por su parte, nuestro hermano Trejo mencionó la dificultad con la que tropezaremos ya que en general no hay quienes reconozcan eso, y dice que sucede «porque siempre harán explicaciones e interpretaciones rebuscadas porque a priori no puede ser así. Sin embargo más serio que las contradicciones escritas que abundan con versículo que desmienten a otros, es más serio las contradicciones en la conducta divina

Pues bien, yo le diría al hermano Trejo que esas contradicciones no corresponden a verdaderas “conductas divinas”, sino que, o bien nunca existieron y son meros relatos fantásticos, efectuados para justificar ciertas cosas, o en caso de haber existido realmente no fueron efectivamente de Dios, sino vaya uno a saber quién los realizó.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario

Hola Mario Enrique:

Es de agradecer que te hayas tomado la molestia de leer el texto, la gran mayoría no lo habrán hecho.

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"
 
Hola a todos

Como una forma de ir finalizando este tema deseo efectuar una aclaración, y simultáneamente un ofrecimiento, pero antes me referiré a los dos últimos comentarios.

Nuestro hermano “César Ortiz” efectuó un nuevo aporte, procurando buscar una explicación a esa extraña, y hasta podríamos decir, poco edificante situación, que se relaciona con la injusticia que se le atribuiría nada menos que a Dios (al Eterno, al Amor, al Buen Padre Celestial del que nos habló Jesús), que se encontraría en el Decálogo y que se consumaría mediante aquello que yo llamo “castigo generacional”.

A su vez, el hermano “VALENCIA” le suministró al hermano ”ezpiritu” algunos ejemplos de errores o contradicciones que existen en los textos bíblicos.

Les agradezco a ambos (y en realidad a todos) vuestra participación y aportes, que resultan muy útiles para esclarecer esta cuestión.

Y dando cumplimiento a lo que mencioné en el primer párrafo, seguidamente trataré de explicarles cuál es el verdadero objetivo que me movió a colocar este epígrafe, así como también espero más adelante colocar otros similares que, Dios mediante, incluiré en el Foro mientras la salud me lo permita.

En primer lugar les diré que no deseo causar molestia alguna a ningún participante del Foro. Más aún, no deseo incomodar absolutamente a ninguna persona, se encuentre donde se encuentre, y piense de la forma en que lo haga.

Mi interés es procurar que nos atrevamos a analizar, con ojos y mentes UN POCO más abiertos, las distintas cuestiones que nos puedan plantear la lectura de los textos bíblicos, y tengo ese deseo ya que me parece que de esa forma será posible que, poco a poco, podamos ir “limando asperezas” para reducir las muchas dificultades que generan —al menos desde mi punto de vista— un equivocado y doloroso distanciamiento entre los cristianos.

Y deseo ser bien claro al respecto.

Más allá de lo que pueda constituir mi propio pensamiento personal, considero que las dificultades para que eso ocurra surgen desde dos rumbos distintos.

El primero de ellos, al que casi me atrevería a decir, que es hasta “bastante” razonable, consiste en que por regla general nadie piensa de la forma en que lo hace de “puro malo” que es, es decir, que todos tenemos nuestras ideas y creencias por cuanto “estamos seguros, estamos convencidos” de que son las “correctas”, ya que hemos arribado a ellas luego de mucha reflexión, estudio e incluso capacitación, y también —¿por qué no?— de las enseñanzas que hemos recibido de distintas personas a las consideramos dignas de crédito. Por consiguiente nos parece “lógico y correcto” no sólo aferrarnos a esos pensamientos y creencias, sino que también esperamos que los demás se adhieran a ellas, ya que damos por hecho que no somos nosotros los que debemos cambiar, sino que lo deben hacer “los otros”.

Yo diría que, para lograr un cambio de actitud como el que yo propongo, ésa es la mayor dificultad que encontraremos en la inmensa mayoría de las personas con las que podamos intercambiar ideas u opiniones, ya que en todos por igual (incluso en nosotros mismos) existe algo así que, consciente o inconscientemente, nos está diciendo «si le llevas el apunte vas a perder la tranquilidad y seguridad que te suministran tus ideas y creencias”, motivo por el cual la inmensa mayoría se resiste a modificar su actitud, aun cuando para los que vemos las cosas de otra manera nos parece que dicen: “sí, no hay duda alguna, tiene la consistencia del jabón, tiene gusto a jabón, huele como jabón y hasta hace espuma como jabón, pero igual ES QUESO”.

El segundo segmento que genera la dificultad de lograr algún cambio es incluso mucho más complicado, ya que no hay duda alguna de que UN INMENSO SEGMENTO DE ESE DISTANCIAMIENTO se origina en el “enceguecimiento” de muchos, que no sólo rechazan cualquier posibilidad de que la VERDAD no se encuentre en sus creencias, sino que ni siquiera admiten que “algo” de sus pensamientos e ideas PUEDAN estar equivocados, y por ende entienden, no sólo que todos deben aceptar sus opiniones, sino que muchas veces llegan hasta reclamar, que se utilicen las mismas palabras que ellos emplean para manifestarlas.

Pero no es esa la única dificultad que podemos encontrar buscando un acercamiento en el pensamiento y accionar de los cristianos, sino que hay que tener en cuenta algo más, algo que es mucho más triste y preocupante, y que consiste en que entre esos “muchos” que acabo de mencionar en el párrafo anterior, los hay que —consciente o inconscientemente— actúan de esa forma, no por una “mera y pura” cuestión de mantener incólume la doctrina que defienden, sino porque no quieren ceder de forma alguna a lo que podríamos denominar como los “puestos de poder” que ocupan (es decir, lo que les permite requerir que los demás acepten sus ideas, y actúen conforme sus indicaciones), y lo que es peor aún, por cuanto un número muy importante de ellos lo hacen para no perder los beneficios económicos que se derivan de la situación de predominio que detentan.

Bien, creo que lo fundamental para explicar el motivo por el cual he resuelto colocar este epígrafe está señalado, motivo por el cual me permitiré efectuarles un ofrecimiento, que consiste en el remitirles vía mail un libro que escribí y publiqué hace algún tiempo, al que titulé “ACLARACIONES” – Con la Biblia, un laico católico explica a sus hermanos protestantes algunos puntos de su fe (Virginidad de María, Las Imágenes, Oraciones con María y otros temas).

Y en ese sentido quiero dejar bien en claro que, como lo mencioné antes, mi interés no es causarles molestia alguna por lo cual, con el objeto de que estén absolutamente tranquilos con respecto a que no es mi deseo resultarles más adelante un “contacto cargoso”, que les envíe mensajes no deseados o cosas parecidas, o que intente hacerles cambiar su fe y/o pensamientos (cosas que ni se me pasan por la cabeza), les propongo que establezcan a tal fin un mail especial, un correo nuevo, uno distinto al que usen normalmente, es decir uno que les resulte útil únicamente con ese fin, y que luego, si lo desean lo den de baja y listo, y de esa forma, si me lo suministran, yo les remitiré al mismo ese material para que lo puedan leer, y así comprender tal vez (al menos eso espero) un poco mejor los motivos por los que sostengo que deberíamos intentar buscar algún mayor acercamiento entre los cristianos.

Quedo a vuestra disposición para remitirles ese libro, así como también suministrarles cualquier explicación que consideren de utilidad.

Cordiales saludos

MARANA-THA

Mario