Lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia

ricardo perales

Lo importante es la salvación de las almas.
23 Abril 2020
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Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia​

10 de marzo de 2016
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia

El amor de Dios por el hombre enciende el corazón y abre los ojos. Esta es la idea principal de la novena meditación del padre Ermes Ronchi, predicador de los…
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia; debemos volver a enamorarnos.
Entre Pascua y Pentecostés, Jesús se manifestó de nuevo a los discípulos en el lago de Tiberíades en un noche “sin estrellas”, “amarga”, hasta “el alba”. Y así, la meditación partió de esta escena, con la pregunta de amor dirigida tres veces por el Señor para acercarse cada vez más a Simón. El padre Rochi subrayó el dinamismo del amor de Dios por el hombre, que transforma todo y lleva a la santidad.
“La santidad no consiste en la ausencia de pecados, en un campo sin malas hierbas, sino que está en una pasión renovada, está en el renovar ahora mi pasión por Cristo y por el Evangelio, ahora”, indicó. Al mismo tiempo explicó que el amor de Dios enciende de nuevo “los corazones” y “la pasión”. La santidad –añadió– no es una pasión apagada, sino una pasión convertida. Cuando hay amor no te puedes equivocar, es evidente, indiscutible. Y Dios que “ama al hombre” que “colma las pobrezas”, no busca en él “la perfección” sino “la autenticidad”.
El predicador recordó a los presentes que “no estamos en el mundo para ser inmaculados, sino para encaminarnos”. Asimismo, aseguró que Jesús es mendicante de amor, mendicante sin pretensiones, que conoce la pobreza de cada uno. La fe –precisó– tiene tres pasos: necesito, me fío, encomiendo.
El padre Ronchi observó que “creer es necesitar amor, fiarse y fundarse sobre esto, como forma de Dios, como forma del hombre, como forma del mundo, del futuro, del vivir. Fiarse es fundar la vida sobre esta hipótesis: que más amor está bien, menos amor está mal”. En contraste con lo que el mundo proclama: más dinero está bien, menos dinero está mal. “Pero cada creyente es un creyente en el amor: es decir un reanimador de uniones, un despertador de uniones, que ayuda a los hombres a encontrar de nuevo confianza en el amor. Nosotros hemos creído en el Amor”, explicó el predicador.
También indicó que “creer es tener una historia con Dios”, “caminar en el amor con una persona”, y la salvación está en la certeza de que es Él a quien debemos “amar”.
Al respecto, el padre Ronchi explicó que la crisis de fe hoy en el mundo de Occidente comienza precisamente así, con la crisis del acto humano de creer. “Porque no se cree en el amor”.
El predicador concluyó su meditación asegurando que “lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia que es savia vital que alimenta todo mal, la savia secreta del pecado. La indiferencia por la que el otro no existe para ti, no cuenta, no vale, no es nada”.
Por eso, exhortó a volver a “enamorarnos”. Amar a Dios “con todo nuestro ser, cuerpo y alma”. Deja de amar como sometido, dejar de amar como esclavo. “Se debe volver a amar a Dios como enamorados. Entonces sí que la vida y la fe se llenan de sonrisas".
 

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia​

10 de marzo de 2016
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia

El amor de Dios por el hombre enciende el corazón y abre los ojos. Esta es la idea principal de la novena meditación del padre Ermes Ronchi, predicador de los…
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia; debemos volver a enamorarnos.
Entre Pascua y Pentecostés, Jesús se manifestó de nuevo a los discípulos en el lago de Tiberíades en un noche “sin estrellas”, “amarga”, hasta “el alba”. Y así, la meditación partió de esta escena, con la pregunta de amor dirigida tres veces por el Señor para acercarse cada vez más a Simón. El padre Rochi subrayó el dinamismo del amor de Dios por el hombre, que transforma todo y lleva a la santidad.
“La santidad no consiste en la ausencia de pecados, en un campo sin malas hierbas, sino que está en una pasión renovada, está en el renovar ahora mi pasión por Cristo y por el Evangelio, ahora”, indicó. Al mismo tiempo explicó que el amor de Dios enciende de nuevo “los corazones” y “la pasión”. La santidad –añadió– no es una pasión apagada, sino una pasión convertida. Cuando hay amor no te puedes equivocar, es evidente, indiscutible. Y Dios que “ama al hombre” que “colma las pobrezas”, no busca en él “la perfección” sino “la autenticidad”.
El predicador recordó a los presentes que “no estamos en el mundo para ser inmaculados, sino para encaminarnos”. Asimismo, aseguró que Jesús es mendicante de amor, mendicante sin pretensiones, que conoce la pobreza de cada uno. La fe –precisó– tiene tres pasos: necesito, me fío, encomiendo.
El padre Ronchi observó que “creer es necesitar amor, fiarse y fundarse sobre esto, como forma de Dios, como forma del hombre, como forma del mundo, del futuro, del vivir. Fiarse es fundar la vida sobre esta hipótesis: que más amor está bien, menos amor está mal”. En contraste con lo que el mundo proclama: más dinero está bien, menos dinero está mal. “Pero cada creyente es un creyente en el amor: es decir un reanimador de uniones, un despertador de uniones, que ayuda a los hombres a encontrar de nuevo confianza en el amor. Nosotros hemos creído en el Amor”, explicó el predicador.
También indicó que “creer es tener una historia con Dios”, “caminar en el amor con una persona”, y la salvación está en la certeza de que es Él a quien debemos “amar”.
Al respecto, el padre Ronchi explicó que la crisis de fe hoy en el mundo de Occidente comienza precisamente así, con la crisis del acto humano de creer. “Porque no se cree en el amor”.
El predicador concluyó su meditación asegurando que “lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia que es savia vital que alimenta todo mal, la savia secreta del pecado. La indiferencia por la que el otro no existe para ti, no cuenta, no vale, no es nada”.
Por eso, exhortó a volver a “enamorarnos”. Amar a Dios “con todo nuestro ser, cuerpo y alma”. Deja de amar como sometido, dejar de amar como esclavo. “Se debe volver a amar a Dios como enamorados. Entonces sí que la vida y la fe se llenan de sonrisas".
Que bonitas e intensas palabras Ricardo, muchas gracias por regalarnos paz para el alma.

Vemos como está este sistema de vida tan mal y no es de extrañar, ya que 1 Juan 5:19 dice claramente: "Sabemos que nosotros provenimos de Dios, pero el mundo entero está bajo el poder del Maligno." Tristemente este mundo está gobernado por Satanás el Diablo, (Apocalipsis 12:9).

Además, también es profecía y se está cumpliendo de manera más notoria en este tiempo lo que dice 2 Timoteo 3: 1-5 donde dice:

"Pero debes saber que en los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de soportar. Porque la gente solo se amará a sí misma; serán amantes del dinero, fanfarrones, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos y desleales, no tendrán cariño natural, no estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores, no tendrán autocontrol, serán feroces, no amarán lo que es bueno, serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán los placeres en vez de a Dios y aparentarán tener devoción a Dios, pero en realidad estarán negando el poder de esa devoción. Aléjate de ellos."
Pero tenemos una esperanza real a pesar de tantos problemas. Como bien has descrito, y es que es muy importante tenernos amor entre las personas, amarnos sin rencores, sin odio, sin juzgarnos unos a otros,... porque al hacer esto entonces demostramos que conocemos a Dios, como bien explica 1 Juan 4:8,

"El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor."

Además, debemos ser conscientes de que el amor es la identificación del cristiano verdadero: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”. Él le contestó: “‘Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo, que es parecido, dice: ‘Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo’. En estos dos mandamientos se basan toda la Ley y los Profetas”.
El verdadero cristiano, no participa en guerras no se mezcla con la política (por lo tanto no vota a ningún partido): Mateo 26:52 y Juan 17: 14-16.
Más bien pide, apoya y proclama el Reino de Dios: Lucas 8:8, Mateo 6:10, Mateo 24:14.
Ama al prójimo ya sea de donde sea: Juan 13:35, 1 Pedro 2: 17 y 4:8.
Ama a sus enemigos: Mateo 5:44, 45.


El verdadero cristiano intenta imitar a Jesús y cumplir con hacer la voluntad de Jehová Dios.
Juan 17:3, "Esto significa vida eterna: que lleguen a conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a quién tú enviaste, Jesucristo."

Saludos compañero !!, Dios le bendiga.
 
Estupenda reflexión, @ricardo perales
Me recuerda la vieja y extraordinaria canción del compositor ecuatoriano Julio Jaramillo
Por favor pongan atención a la letra


 
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Pensando en los ejemplos de falta de amor que ponía Jesucristo, me parece que Él resaltaba también la indiferencia por sobre el odio.

Por ejemplo, en la parábola del buen samaritano, Jesús no gasta tiempo en referirse a los ladrones que dejaron malherido al pobre hombre, sino al sacerdote y al levita que pasaron indiferentes a su lado.
Al relatar el Juicio Final en Mateo 25, no reprocha a los que están a su izquierda por haber odiado al hambriento, al enfermo o al desnudo, sino por haber sido indiferentes a ellos.

Buscando en la concordancia cuántas veces aparece la palabra “odio” en el Nuevo Testamento (versión RV1960) encuentro que no aparece ni una vez. En otras traducciones aparece apenas una o dos veces, pero nunca en contraposición al amor.
 
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