El mes de Noviembre de 1556 finaba; era rey de España Don Felipe II, y gobernaba la Iglesia el octogenario Paulo IV, enemigo acérrimo de los españoles, a quienes llamaba «escoria de la tierra, raza maldita de Dios, herejes y cismáticos, engendro de judíos y de moros...»1 A bien que es muy posible que el odio papal alcanzase a los españoles porque estaba engendrado en la malquerencia que el citado Pontífice sentía hacia el Emperador Carlos V y hacia su hijo Don Felipe. El primero de estos monarcas, el magnífico Emperador, en la postrimería de sus días, y desde la soledad del claustro, en Yuste, no dejaba de corresponder cordialmente a los amorosos afectos del Papa.
http://www.revistafe.org/Recuerdos/recindice.htm
http://www.revistafe.org/Recuerdos/recindice.htm