Liberación de la homosexualidad

JuanF

0
2 Septiembre 2012
10
0
Crecí en una familia no creyente proveniente de un trasfondo católico rancio del pasado. Dios no existía porque no era lógico. Mi padre estaba ausente por el trabajo y conmigo no tuvo ninguna conexión porque al parecer yo no era un niño ideal, sino más bien introvertido, sensible y tímido. Había cierta competencia con mi hermana, un año mayor, que era simpática, atrevida y extrovertida, y yo me sentía desplazado y me aislaba porque casi nunca tenía razón en nada. Aunque en general no me puedo quejar de mi infancia, siempre me sentí algo triste. Empecé a “satisfacer los deseos de la carne” o a “autogratificarme” a temprana edad y con eso comencé a satisfacer mi vacío e impotencia ante mi entorno. También desde pequeño tuve alguna atracción física hacia hombres siempre más mayores. Ya en el instituto conocí a un chico y nos hicimos muy amigos; él me hacía sentir muy bien conmigo mismo, y de vez en cuando nos masturbamos juntos, hasta que hubo tocamientos. La amistad, más tarde se volvió adictiva y finalmente se rompió. Por esa época (17 años) descubrí lo que pasaba en ciertos sitios, como lavabos públicos y parques, y poco a poco empecé a sumergirme en esos mundos tétricos. Así estuve durante 18 años, buscando a veces, incontroladamente contactos con hombres sin ni siquiera hablar. Estudié y fui a la universidad, pero siempre tenía la tentación encima y caía y caía de nuevo. Casi siempre estaba deprimido, negativo y sin encontrar sentido a mi vida. Odiaba en general al mundo, a la sociedad y al sistema en el que estamos inmersos; yo no quería estar en este mundo. Buscaba también y devoraba todo tipo de libros ocultistas, de “nueva era” y religiones varias, intentando encontrar respuestas a la vida sin sentido; esa espiritualidad falsa me podía ayudar algún tiempo, pero siempre volvía a caer. Trabajé en diferentes cosas, pero nunca estaba bien, y cambiaba de trabajo. Todavía hoy no he encontrado el trabajo que me satisfaga. En fin, me había convertido en un ser totalmente egocéntrico, que creía tener razón en todo y casi completamente aislado. Me junté con una mujer, con la que convivo hace más de 10 años (Dios la bendiga y nos permita casarnos), y tenemos una preciosa niña de 4 años. Hace unos cuantos meses, descubrí el curso “puerta esperanza” al buscar por Internet una salida a esa adicción sexual, que a parte de buscar contactos físicos, también incluía ver pornografía en la red y “autogratificación”. Tengo que decir que también fumaba marihuana durante algunas temporadas, desde los 17-18 hasta que lo amputé radicalmente a los 35 años gracias al curso; la droga me hacía caer más en el pozo de la negatividad y la adicción. Ahora pienso cómo he podido estar tantos años en ese infierno, saliendo y entrando en un círculo vicioso que no podía romper. El curso me fue enseñando a conocer quien es el Señor, y a darme una paz y tranquilidad que no había conocido. Aunque no ha sido inmediato y todavía tengo luchas, amputé radicalmente las cosas que me hacían caer y el Señor me dio la gracia de disminuir en mí lo que me dominaba y que no podía evitar. Caí una vez durante el curso, y otra estuve a punto, pero el Señor me ayudó y me ayuda con las tentaciones. Pasé el proceso de confesarle a mi mujer, de asistir a una iglesia, de conocer un ministerio que trata el tema, de sacar a la luz el problema…, en fin, cosas a las que no estaba acostumbrado y que ni siquiera hubiese imaginado. Le he entregado mi vida y mi ser al Señor, y estoy en Sus manos porque sin Él no soy ni puedo ser nada. Le doy las gracias a Dios porque toda esta lucha por la que he pasado me ha permitido conocerle a Él (todo mal lo ha utilizado para bien), y me ha dado la esperanza de una vida mejor. Una vida nueva con Cristo, ¿qué más puedo pedir? El Señor me guía y yo le obedezco ciegamente, esa es mi meta. Gracias a mi mentor y a los creadores del curso. Que Dios nos bendiga a todos los que estamos aquí.
 
Re: Liberación de la homosexualidad

Garcias por tu testimonio Juan porque todo lo que has pasado hasta el dia de hoy es para la gloria de Dios . Las luchas seguiran pero con Con Dios todo es diferente , muy diferente tu ya lo sabes bien . Ten animo y no dejes nunca el ambiente donde el Espiritu Santo es el dueño . Solo me queda decirte que aqui me tienes amigo . Dios te siga bendiciendo .
 
Re: Liberación de la homosexualidad

Crecí en una familia no creyente proveniente de un trasfondo católico rancio del pasado. Dios no existía porque no era lógico. Mi padre estaba ausente por el trabajo y conmigo no tuvo ninguna conexión porque al parecer yo no era un niño ideal, sino más bien introvertido, sensible y tímido. Había cierta competencia con mi hermana, un año mayor, que era simpática, atrevida y extrovertida, y yo me sentía desplazado y me aislaba porque casi nunca tenía razón en nada. Aunque en general no me puedo quejar de mi infancia, siempre me sentí algo triste. Empecé a “satisfacer los deseos de la carne” o a “autogratificarme” a temprana edad y con eso comencé a satisfacer mi vacío e impotencia ante mi entorno. También desde pequeño tuve alguna atracción física hacia hombres siempre más mayores. Ya en el instituto conocí a un chico y nos hicimos muy amigos; él me hacía sentir muy bien conmigo mismo, y de vez en cuando nos masturbamos juntos, hasta que hubo tocamientos. La amistad, más tarde se volvió adictiva y finalmente se rompió. Por esa época (17 años) descubrí lo que pasaba en ciertos sitios, como lavabos públicos y parques, y poco a poco empecé a sumergirme en esos mundos tétricos. Así estuve durante 18 años, buscando a veces, incontroladamente contactos con hombres sin ni siquiera hablar. Estudié y fui a la universidad, pero siempre tenía la tentación encima y caía y caía de nuevo. Casi siempre estaba deprimido, negativo y sin encontrar sentido a mi vida. Odiaba en general al mundo, a la sociedad y al sistema en el que estamos inmersos; yo no quería estar en este mundo. Buscaba también y devoraba todo tipo de libros ocultistas, de “nueva era” y religiones varias, intentando encontrar respuestas a la vida sin sentido; esa espiritualidad falsa me podía ayudar algún tiempo, pero siempre volvía a caer. Trabajé en diferentes cosas, pero nunca estaba bien, y cambiaba de trabajo. Todavía hoy no he encontrado el trabajo que me satisfaga. En fin, me había convertido en un ser totalmente egocéntrico, que creía tener razón en todo y casi completamente aislado. Me junté con una mujer, con la que convivo hace más de 10 años (Dios la bendiga y nos permita casarnos), y tenemos una preciosa niña de 4 años. Hace unos cuantos meses, descubrí el curso “puerta esperanza” al buscar por Internet una salida a esa adicción sexual, que a parte de buscar contactos físicos, también incluía ver pornografía en la red y “autogratificación”. Tengo que decir que también fumaba marihuana durante algunas temporadas, desde los 17-18 hasta que lo amputé radicalmente a los 35 años gracias al curso; la droga me hacía caer más en el pozo de la negatividad y la adicción. Ahora pienso cómo he podido estar tantos años en ese infierno, saliendo y entrando en un círculo vicioso que no podía romper. El curso me fue enseñando a conocer quien es el Señor, y a darme una paz y tranquilidad que no había conocido. Aunque no ha sido inmediato y todavía tengo luchas, amputé radicalmente las cosas que me hacían caer y el Señor me dio la gracia de disminuir en mí lo que me dominaba y que no podía evitar. Caí una vez durante el curso, y otra estuve a punto, pero el Señor me ayudó y me ayuda con las tentaciones. Pasé el proceso de confesarle a mi mujer, de asistir a una iglesia, de conocer un ministerio que trata el tema, de sacar a la luz el problema…, en fin, cosas a las que no estaba acostumbrado y que ni siquiera hubiese imaginado. Le he entregado mi vida y mi ser al Señor, y estoy en Sus manos porque sin Él no soy ni puedo ser nada. Le doy las gracias a Dios porque toda esta lucha por la que he pasado me ha permitido conocerle a Él (todo mal lo ha utilizado para bien), y me ha dado la esperanza de una vida mejor. Una vida nueva con Cristo, ¿qué más puedo pedir? El Señor me guía y yo le obedezco ciegamente, esa es mi meta. Gracias a mi mentor y a los creadores del curso. Que Dios nos bendiga a todos los que estamos aquí.
yo he tenido algo parecido, he sido nudista durante años, tenía esa inclinación a los 17 años pero no lo practicaba, cuando un error médico me dejó mal y empezé a caer como tu le llamas, en ello, hice nudismo durante años, estaba prohibido luego estuvo permitido, he tenido problemas en mi religión por el nudismo, finalmente lo he vencido, he concluido que en la vida eterna dios satisfará el deseo de toda cosa viviente, es decir, nos curará las inclinaciones y corregirá nuestras sexualidades con las que nos estamos acostumbrando a vivir sin practicar, porque creo que hay personas que casi nacen nudistas, tienen esa tendencia, si no hubiera sido por ese error médico nunca lo hubiera hecho y nadie hubiera hablado mal de mi. Te felicito por explicarte en lo que te ha pasado y como ahora tu punto de vista es diferente, no lo has mantenido oculto sino que has considerado que puedes beneficiar a otros, a mi me has beneficiado, gracias.