Lectura de Hoy 9/10/00

tejano

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5 Octubre 1999
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 1, 6-12

Hermanos:
Me sorprende que ustedes abandonen tan pronto al que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir otro evangelio. No es que haya otro, sino que hay gente que los está perturbando y quiere alterar el Evangelio de Cristo. Pero si nosotros mismos o un ángel del cielo les anuncia un evangelio distinto del que les hemos anunciado, íque sea expulsado!
Ya se lo dijimos antes, y ahora les vuelvo a repetir: el que les predique un evangelio distinto del que ustedes han recibido, ¡que sea expulsado!
¿Acaso yo busco la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿Piensan que quiero congraciarme con los hombres? Si quisiera quedar bien con los hombres, no sería servidor de Cristo.
Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Palabra de Dios.


SALMO Sal 110, 1-2. 7-8. 9 y 10c (R.: 5b)

R. El Señor se acuerda eternamente de su alianza.


Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas. R.

Las obras de sus manos son verdad y justicia;
todos sus preceptos son indefectibles:
están afianzados para siempre
y establecidos con lealtad y rectitud. R.

El envió la redención a su pueblo,
promulgó su alianza para siempre:
Su Nombre es santo y temible.
¡El Señor es digno de alabanza eternamente! R.


X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37

Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?»
Jesús le preguntó a su vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
El le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo.»
«Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida.»
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver."
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?»
«El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera.»

Palabra del Señor.



Reflexión

En esta historia, tanto los personajes como todos los detalles están elegidos con precisión.

El herido es un hombre cualquiera,... un pobre hombre que tuvo la mala suerte de ser asaltado y herido, un desconocido.

Los que pasan a su lado son en primer lugar un sacerdote y un levita, gente que por su profesión conoce el mandamiento de amar a Dios y al prójimo,... gente dedicada a las cosas de Dios, los que uno piensa que tienen obligación de cumplir la Ley.
Estos, pasaron de largo haciendo un rodeo y se desentendieron de ese desconocido.

El personaje principal es entonces un samaritano, un enemigo ancestral de los judíos y es el que se detiene y ayuda al herido.

El Evangelio nos dice que “tuvo compasión”.
Con esto el Señor nos marca cómo se debe encuadrar toda obra de caridad.
No se pueden hacer verdaderas obras de misericordia, ni corporales ni espirituales, si no hay compasión del corazón.
El samaritano, se dolió del herido, tuvo compasión, padeció con él.

En todas nuestras obras con el prójimo tiene que estar la compasión...... y también, como en el caso del samaritano de la parábola, el acercarnos y ayudar personalmente dando nuestro tiempo y nuestro dinero

San Lucas nos hace notar expresamente varios rasgos de la misericordia deeste hombre: acercándose vendó sus heridas... No delegó a otro el hacer el bien, sino que lo hizo por él mismo.
Se sacrificó por el enfermo y cuidó de él.
Al posadero se lo dejó recién cuando estuvo mejor y él mismo tenía que irse, pero se hizo cargo de todos los gastos.

En el dinero que pagó el buen samaritano al posadero, se mostró su generosidad en los afectos, porque el que es generoso en el dinero lo suele también ser en sus afectos interiores.

Cuando un hombre es generoso con su dinero, lo sabe usar para buen fin, no se fija en el dinero ni regatea cuando hay una necesidad humana, como el caso de este buen samaritano, es señal de que tiene un corazón muy grande.

Volviendo a la pregunta del maestro de la Ley ¨¿quién es mi prójimo?¨, se esperaría que Jesús, se refiriera al prójimo del samaritano, pero el Señor, invierte el orden y pone la pregunta ¿quién es el prójimo del hombre asaltado y herido?

Mirando desde el necesitado, el prójimo es toda persona que esté cerca, dejando de lado todas las diferencia y distancias que pueda haber.
La parábola toma como prójimo al enemigo, de otro pueblo y de otra religión. Y esto nos enseña a nosotros que tenemos que portarnos, como prójimos.

Hoy le vamos a pedir al Señor, que nos ayude a ser el prójimo de quien nos necesite, que mueva nuestros corazones para acercarnos con amor a los demás.-

Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.

El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.

Envuelto en sombría noche,
el mundo, sin paz, no ve;
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas tú.

Himno de la Liturgia de las Horas
 
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Palabra de Dios diaria -- Proverbios 28:13

Lunes, 9 de Octubre de 2000

El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia.

-- Proverbios 28:13


Pensamiento:

El pecado es sumamente destructivo para
nosotros, en especial si está oculto,
ya que nos destruye en el interior. Al
confesarlo ante nuestro Padre celestial,
recibimos perdon y restauración por la
obra de Cristo Jesús en la cruz del
calvario.


Oración:

Padre, perdoname si encuentras en mi vida
pecados ocultos, aún auellos que ignoro.
Renuncio a todo tipo de inmundiciaque este
dentro de mi corazón. Limpiame con tu
poderosa sangre. En el nombre de Jesús.
Amen.


Que Dios le bendiga.