Lectura de Hoy 15/10/00

tejano

2
5 Octubre 1999
344
0
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-11

Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La referí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la
plata, a su lado, será considerada como barro.
La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso.
Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

Palabra de Dios


SALMO Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17 (R.: 14)

R. Señor, sácianos con tu amor,
y cantaremos felices.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Alégranos por los días en que nos afligiste,
por los años en que soportamos la desgracia. R.

Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.


Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del
alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.

Palabra de Dios.


X Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo
hacer para heredar la Vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no
cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.»
El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.»
Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un
tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de
Dios!»
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar
en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de
Dios.»
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo
es posible.»
Pedro le dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos
por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.»

Palabra del Señor.



Reflexión

En la primera lectura de la misa de este domingo el libro de la Sabiduría nos anuncia que en comparación con el conocimiento de Dios, que
da sentido a la vida, todo lo demás pierde valor.

Jesús, el Dios hecho hombre, es la Sabiduría infinita, que se hace accesible a los hombres que están dispuestos a escuchar su palabra. Por
eso nos equivocamos cuando preferimos alguna cosa, (el honor..., la riqueza..., la salud), antes que a Jesucristo. Nada vale la pena sin el
Señor.

La sabiduría divina está contenida en la Palabra de Dios, recogida en el Evangelio y en las Sagradas Escrituras. San Pablo, en la segunda
lectura nos habla de la eficacia de la Palabra, que penetra el alma del hombre como una espada de doble filo. Necesitamos conocer la
palabra a través del evangelio, porque, como dice la primera lectura, todos los bienes llegarán con ella.

En el Evangelio de la misa San Marcos relata la oportunidad perdida del joven que prefirió unos cuantos bienes a Cristo mismo, que le
invitó a seguirle:

Jesús miró con amor a este joven que se le acercaba, y lo invitó a seguirlo. Cada uno de nosotros recibimos una llamada particular del
Señor, y en la respuesta a esta invitación se contienen toda la paz y la felicidad verdaderas. La auténtica sabiduría consiste en decir sí
a cada una de las invitaciones que Cristo, nos hace a lo largo de la vida. Jesús está hoy presente entre nosotros. Vive y nos llama.

En la entrega generosa del sí dado al Señor, está la alegría verdadera del hombre, tan opuesta a la tristeza que invadió al joven rico del
evangelio.

Todos nosotros recibimos una llamada distinta del Señor para servir al mundo, mediante un modo distinto de imitar al corazón de Dios y a
la cruz de Cristo: de una única raíz, pues, provienen distintas llamadas y vocaciones.

La invitación de Jesús al joven, que debía comunicarle una gran alegría, le dejaron en el alma una gran tristeza. Podemos llegar a pensar
que poseer muchas cosas, muchos bienes materiales, puede hacernos felices. En cambio, vemos en este caso, que las riquezas del joven se
convirtieron en un obstáculo para aceptar la llamada de Jesús a seguirlo.

La tristeza nace en el corazón cuando nos alejamos de Cristo. Cuando le negamos lo que nos pide. Cuando nos falta generosidad. La causa
es el egoísmo y la soberbia. Por el contrario, si seguimos al Señor tendremos la verdadera alegría y paz en nuestro corazón.


Los apóstoles, y el Señor, vieron con pena como se marchaba el joven. Todos quizás pensaron que podía haber sido uno más de los
apóstoles, pero sus riquezas se lo impidieron. Continúa entonces el evangelio de San Marcos con las palabras de Jesús que les declara a los
discípulos: “¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!”

Quién pone su corazón en los bienes de la tierra queda incapacitado para encontrar al Señor, porque el hombre vivir buscando a Dios, o
puede vivir buscando las riquezas. No es posible buscar a ambas cosas a la vez. Una excluye necesariamente a la otra.

Los cristianos corrientes, que vivimos en medio del mundo, debemos saber que los bienes materiales, que son necesarios para nuestra vida,
deben estar al servicio de nuestras familias y de la sociedad. Es el amor desordenado a los bienes de la tierra el que nos impiden ir por el
camino del Señor.

Los bienes de la tierra no son malos. Se pervierten cuando el hombre los erige en ídolos y se inclina ante estos ídolos. Se ennoblecen cuando
los convertimos en instrumentos para el bien, en una tarea cristiana de justicia y de caridad. No podemos ir en forma ciega detrás de los
bienes económicos, como quien esta lanzado detrás de un tesoro. Nuestro tesoro es Cristo, y el debe ser el centro de nuestras vidas.

Las palabras de Jesús: es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja... corresponden a un dicho popular de los rabinos para
significar la dificultad de una cosa. Jesús la utiliza por ser ampliamente conocida en el lenguaje popular y para aclarar el grave obstáculo
que ofrecen las riquezas para la salvación del hombre.

Según la creencia popular judía, la riqueza era uno de los premios que Dios concedía a la justicia. Jesús viene a corregir este error, y a
enseñar el grave peligro del apego a las riquezas.

El significado de las palabras de Jesús no es que aquellos que tengan alguna riqueza no puedan salvarse, sino que aquellos que ponen su
confianza en el dinero, difícilmente se salvarán ya que esa afición desordenada los impulsará a cometer injusticias y actitudes reprobables
en una franca oposición con los principios de la salvación.

Pidamos al Padre que nos ayude a tener siempre desapegado nuestro corazón de las riquezas terrenas, a utilizar los bienes materiales para
ayudar y favorecer a nuestro prójimo. Pidámosle también que siempre seamos generosos a los llamados de Jesús, para alcanzar la
verdadera alegría en nuestras vidas.




Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.

Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para seguirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.

Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.

Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, del los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.

Himno de la Liturgia de las Horas
 
EXODO 20:7

"No tomarás el NOMBRE de JHV tu DIOS en vano;porque no dará por inocente JHV al que tomare su NOMBRE en vano".

LUCAS 18:13.

"Mas el publicano,estando lejos,no quería ni aun alzar los ojos al Cielo,sino que se golpeaba el pecho,diciendo
biggrin.gif
ios,se propicio a mi,pecador.

Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;porque cualquiera que se enaltece,será humillado;y el que se humilla será enaltecido."
 
Mensaje Diario - http://www.jesusvive.net/

Palabra de Dios diaria -- San Juan 13:5

Domingo, 15 de Octubre de 2000

Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó
a lavar los pies de los discípulos, y a
enjugarlos con la toalla con que estaba
ceñido

-- San Juan 13:5


Pensamiento:

Jesús nos da el más grande ejemplo de cómo
conducirnos entre nuestros hermanos: en una
actitud de servicio. Toma mucha madurez
llegar a esta etapa, pero es la que más
agrada al Señor


Oración:

Señor: enséñame a servir, a ser humilde, para
el beneficio de tu obra aquí en la tierra, en
el nombre de Jesús, amén.


Que Dios le bendiga.

¡Jesús Vive!
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por tejano:
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-11

Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La referí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la
plata, a su lado, será considerada como barro.
La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso.
Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

Palabra de Dios
[/quote]

Lo siento, tejano, pero ahora si que "metiste las patas", y hasta el fondo!!!!!
Cómo se te ocurre llamarle al libro de Sabiduría "Palabra de Dios"?????
Parece que no estás al tanto de lo que se ha demostrado hasta la saciedad en este foro, y es que los apócrifos no son inspirados. Busca y lee, y verás lo que te digo.
 
Hermano Haaz: Tienes razon. Hay muchas veces que meto la pata. Paso la vida tratando de sacarla.

Como, bien educado que eres, sabes que hay varias confesiones que usan el libro de Sabidura como un libro inspirido. Entre ellas, la ICR, la iglesias orientales, la anglicana. Hasta, un buen dia, me sorprendio cuando un muy amigo mio, pastor metodista lo cito para explicar algo.

tejano
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por tejano:
Hermano Haaz: Tienes razon. Hay muchas veces que meto la pata. Paso la vida tratando de sacarla.

Como, bien educado que eres, sabes que hay varias confesiones que usan el libro de Sabidura como un libro inspirido. Entre ellas, la ICR, la iglesias orientales, la anglicana. Hasta, un buen dia, me sorprendio cuando un muy amigo mio, pastor metodista lo cito para explicar algo.

tejano
[/quote]


No hay problema en citar ninguno de los apócrifos "para explicar algo", de hecho, se puede usar el periódico del día, una enciclopedia, etc, etc. El problema es considerarlos inspirados.
Pero no "echemos a perder" este tema con una discusión que ya está más que aclarada. Si no lo consideras así, puedes visitar los temas donde se trató el asunto y quedó más que claro que esos libros no son canónicos (si no sabes cuáles son los temas me avisas y te los busco)