Lectura de Hoy 03-04-01

tejano

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5 Octubre 1999
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DLB a todos.
Saludos a Luis Fernando, Haaz, Karolusin, Maripaz, Juan Manuel, Elena y demas amigos.

Lectura del libro de los Números 21, 4-9

Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!»
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El pueblo acudió a Moisés y le dijo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes.»
Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: «Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado.»
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado.

Palabra de Dios.


SALMO Sal 101, 2-3. 16-18. 19-21 (R.: 2)

R. Señor, escucha mi oración,
y llegue a ti mi clamor.

Señor, escucha mi oración
y llegue a ti mi clamor;
no me ocultes tu rostro
en el momento del peligro;
inclina hacia mí tu oído,
respóndeme pronto, cuando te invoco. R.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria. R.

Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.


X Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30

Jesús dijo a los fariseos:
«Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.»
Los judíos se preguntaban: «¿Pensará matarse para decir: "Adonde yo voy, ustedes no pueden ir"?»
Jesús continuó: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho: "Ustedes morirán en sus pecados." Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.»
Los judíos le preguntaron: «¿Quién eres tú?»
Jesús les respondió: «Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo.»
Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre.
Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor.
 
Comentario bíblico Ed Caribe.

Num 21:4-9

Capítulo 21

21.5 El Salmo 78 nos dice por qué se quejaba Israel: (1) sus espíritus no eran fieles a Dios (Salmo 78.8); (2) no quisieron obedecer la ley de Dios (Salmo 78.10); (3) olvidaban los milagros que Dios les hacía (Salmo 78.11). Nuestras quejas a menudo tienen sus raíces en algunas de estas acciones y actitudes necias. Si podemos erradicar la fuente de nuestra queja, no se anidará ni crecerá en nuestra vida.

21.6 Dios utilizó serpientes venenosas para castigar al pueblo por su incredulidad y sus quejas. El desierto de Sinaí cuenta con una gran variedad de serpientes. Algunas se esconden bajo la arena y atacan sin previo aviso. Los israelitas y los egipcios las temían mucho. La mordida de una serpiente venenosa significaba, por lo general, una muerte lenta con un sufrimiento intenso.
21.8, 9 Cuando colgaron en el asta la serpiente de bronce, los israelitas no conocían el significado total que Jesucristo le daría a aquel hecho (véase Juan 3.14, 15). Jesús explicó que así como los israelitas habían sanado al mirar la serpiente del asta, los creyentes podían ser salvos de la enfermedad del pecado al mirar a Jesús en la cruz. No era la serpiente lo que curaba a aquella gente, sino la fe en que Dios podía curarlos. Demostraban esa fe al seguir las instrucciones de Dios. De la misma manera, nosotros debemos continuar mirando a Cristo (véase Hebreos 12.2).


Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.
 
Comentario bíblico Ed Caribe

Salmo 102 (101 biblias católicas)


102.3,4 El salmista se sentía tan mal que se olvidó de comer. Cuando nos enfrentamos a la enfermedad y a la desesperación, nuestros días pasan y no nos ocupamos ni siquiera de nuestras necesidades básicas. En esos momentos, Dios es nuestro único consuelo y fortaleza. Aun cuando estemos muy débiles para luchar, podemos apoyarnos en Él. Es a menudo mediante nuestras debilidades que la gran fortaleza de Dios está a nuestro alcance.

102.6,7 Estas aves simbolizan soledad y desolación. A veces quizás necesitemos estar solos y el retiro nos puede confortar. Pero debemos tener cuidado de no aguijonear a los que tratan de ayudarnos. No rechace ayuda ni conversación. Sufrir en silencio no es cristiano ni mucho menos saludable. En su lugar aceptemos con gentileza el apoyo y la ayuda de familiares y amigos.

102.16–22 El reino futuro de Cristo en la tierra abarcará dos acontecimientos mencionados en estos versículos. Se restaurará a Jerusalén (Sion) y todo el mundo adorará a Dios (Apocalipsis 11.15; 21.1–27).
102.25–27 El escritor de este salmo sentía el rechazo y el abandono por sus grandes problemas (102.9, 10). Los problemas y las angustias pueden abrumarnos y hacernos sentir que Dios nos ha olvidado. Pero Dios nuestro Creador está eternamente junto a nosotros y cumplirá todas sus promesas, aun cuando nos sintamos solos. El mundo perecerá, pero Él permanecerá. Hebreos 1.10–12 cita estos versículos para mostrar que Jesucristo, el Hijo de Dios, también estaba presente y activo en la creación del mundo.


Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.
 
Juan 8:20-33


Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
21Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir. 22Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir? 23Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. 25Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. 26Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. 27Pero no entendieron que les hablaba del Padre. 28Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. 29Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. 30Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.
31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?


Comentario biblico Ed Caribe

8.20 El tesoro del templo se ubicaba en el atrio de las mujeres. Allí se colocaban trece arcas o urnas para recibir el dinero de las ofrendas. Siete de ellas eran para el impuesto del templo; las otras seis eran para ofrendas voluntarias. En otra ocasión, una viuda colocó su dinero en una de estas arcas y Jesús enseñó una profunda lección a partir de esa acción (Lucas 21.1–4).

8.24 La gente morirá en sus pecados si rechazan a Cristo, porque desprecian el único camino que los rescata del pecado. Es lamentable, pero muchos están tan atrapados por los valores de este mundo que quedan ciegos ante el regalo de incalculable valor que ofrece Cristo. ¿Hacia dónde mira usted? No concentre su atención en los valores de este mundo perdiendo así lo que es de más valor: la vida eterna con Dios.
8.32 Jesús mismo es la verdad que nos liberta (8.36). Es la fuente de la verdad, la norma perfecta de lo que es bueno. Nos liberta de las consecuencias del pecado, del autoengaño y del engaño de Satanás. Nos muestra claramente el camino a la vida eterna con Dios. Jesús no nos da libertad de hacer lo que queramos, sino libertad para seguir a Dios. Al procurar servir a Dios, la verdad perfecta de Jesús nos liberta para que seamos todo lo que Dios quiso que fuésemos.


Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.
 
Maripaz o Alguien Mas:

Cuando nuestro Senor dice, "Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.", a quien se refiere? Solo a los fariseos y tambien a nosotros hoy en dia?

tejano
 
hola tejano.

Cada uno de nuestros pecados, es el causante de los sufrimientos de Jesús en la Cruz.

Cada vez que cometemos una falta, estamos clavando a Cristo en su Cruz.

Sería muy cómodo para nosotros culpar de la Cruz de Cristo sólo a los soldados que lo azotaron, o a los judíos que lo condenaron a muerte.

La verdad, es que cada unos de nosotros,
con nuestros pecados, hemos matado al Autor de la Vida.

Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros.

Porque todos nosotros somos aquellos que "no sabemos lo que hacemos", por los cuales El rogó al Padre antes de morir.
 
De acuerdo Juan Manuel. Es interesante la conexion entre las dos lecturas, la de numeros y la del evangelio. Los hebreos se salvaron al mirar a la serpiente levantada en alto (me imagino para recordarles del poder de su Dios). Nosotros nos salvamos al fijar nuestra mirada en la cruz, en Jesus Cristo levantado en alto. Es el mismo poder salvifico de Dios.

La semana pasado escuche la lectura del hombre nacido ciego. En esa historia solo el podia ver aunque nacido ciego mientras los fariseos no podian o no querian. Todo se reduce a "ver", realmente ver.

tejano
 
Fueron mis pecados los que llevaron a Cristo a la cruz, pero yo no levanté la cruz.


Claro que la serpiente de bronce es un símil de la cruz de Cristo, mirándole a Él, por la fe, somos salvos.


Yo no creo que con cada pecado que cometamos estemos crucificando a Cristo de nuevo, Él murió una vez para siempre y ahora está a la diestra de Dios, intercediendo por nosotros ante el Padre.


En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
16 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
17añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. (Hebreos 10:10-24)


Maripaz