PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 4--- El día de Pentecostés
Lunes --- Leer con oración: Hch 1:1-5; Mt 4: 1-2, 17; 10:7
"A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios" (Hch 1:3)
LAS ÚLTIMAS INSTRUCCIONES ACERCA DEL REINO DE DIOS
El tema de esta semana es “El día de Pentecostés”. Hechos 1:1-2 dice: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido”. Estos versículos nos muestran que el autor de este libro es Lucas, el mismo que escribió el Evangelio que lleva su nombre. Él no estuvo personalmente con el Señor, pero investigó Su vida y escribió el Evangelio desde el punto de vista humano, de manera bastante rigurosa y exacta. Lucas estudió los hechos, investigó los acontecimientos y los confirmó antes de haberlos escrito, por tanto, pudo escribir sobre la vida y obra del Señor Jesús en la tierra de manera bastante detallada.
Para obtener un reino en la tierra, Dios envió a Su Hijo como el primer apóstol, y, mientras estuvo en la tierra, el Señor designó doce apóstoles y permaneció con ellos por tres años y medio enseñándoles y entrenándoles. El Señor Jesús les dijo que el reino de los cielos estaba cerca (Mt 4:17) y también los instruyó a proclamarlo (10:7). Inclusive les mostró como debemos actuar y vivir el reino de los cielos (Mt 5–7) y les refirió varias parábolas acerca del reino (Mt 13). El Señor se dedicó mucho a ellos, les dispensó mucho cuidado, pero podemos decir que no pudieron asimilar la parte más importante y central de la palabra del Señor.
Hechos 1:3 dice: “A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”. Después de Su crucifixión, muerte y resurrección, el Señor Jesús permaneció en la tierra por cuarenta días más, para continuar con Su “entrenamiento” con los apóstoles, enseñándoles a no depender más de Él físicamente, sino espiritualmente. En ese período, Él se manifestó a ellos varias veces con un cuerpo resucitado.
Siempre que mencionamos el número cuarenta, el primer concepto que tenemos es de prueba, de aflicción, porque nos acordamos inmediatamente de los cuarenta días en que el Señor Jesús pasó en el desierto cuando, después de haber sido bautizado fue tentado por el diablo (Mt 4:1-2). Los cuarenta días de prueba del Señor nos hablan de un aspecto negativo, pero, después de la resurrección, la permanencia del Señor con los discípulos tenía como objetivo un aspecto positivo, cuando Él permaneció con ellos no para prueba, sino para disfrute. Los discípulos tuvieron el privilegio incluso de estar con el Señor Jesús por cuarenta días más. Esto nos muestra cuanto el Señor Jesús los valoraba. En este período, Él les estaba dando las últimas instrucciones y exhortaciones acerca del reino de Dios.
En Hechos 1:4-5, leemos: “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Era como si les dijese: “Ustedes ya entendieron toda la doctrina, ya conocen todas las verdades acerca del reino de los cielos. Lo que necesitan ahora es practicar la palabra, no por sí mismos, sino por medio del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros”. Antes de la era de la gracia, de la era del Espíritu, el hombre no era de ninguna manera confiable, pues, debido a su carne, jamás podría llevar a cabo el reino de Dios. El hombre en la esfera del alma natural jamás podría edificar el reino de Dios. Por eso, el Señor les dijo que ellos serían bautizados con el Espíritu Santo.
Punto Clave: Practicar la Palabra por medio del Espíritu
Pregunta: ¿Qué entrenamiento el Señor Jesús quería dar a los discípulos después de Su muerte y resurrección?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora ”Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Semana 4--- El día de Pentecostés
Lunes --- Leer con oración: Hch 1:1-5; Mt 4: 1-2, 17; 10:7
"A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios" (Hch 1:3)
LAS ÚLTIMAS INSTRUCCIONES ACERCA DEL REINO DE DIOS
El tema de esta semana es “El día de Pentecostés”. Hechos 1:1-2 dice: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido”. Estos versículos nos muestran que el autor de este libro es Lucas, el mismo que escribió el Evangelio que lleva su nombre. Él no estuvo personalmente con el Señor, pero investigó Su vida y escribió el Evangelio desde el punto de vista humano, de manera bastante rigurosa y exacta. Lucas estudió los hechos, investigó los acontecimientos y los confirmó antes de haberlos escrito, por tanto, pudo escribir sobre la vida y obra del Señor Jesús en la tierra de manera bastante detallada.
Para obtener un reino en la tierra, Dios envió a Su Hijo como el primer apóstol, y, mientras estuvo en la tierra, el Señor designó doce apóstoles y permaneció con ellos por tres años y medio enseñándoles y entrenándoles. El Señor Jesús les dijo que el reino de los cielos estaba cerca (Mt 4:17) y también los instruyó a proclamarlo (10:7). Inclusive les mostró como debemos actuar y vivir el reino de los cielos (Mt 5–7) y les refirió varias parábolas acerca del reino (Mt 13). El Señor se dedicó mucho a ellos, les dispensó mucho cuidado, pero podemos decir que no pudieron asimilar la parte más importante y central de la palabra del Señor.
Hechos 1:3 dice: “A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”. Después de Su crucifixión, muerte y resurrección, el Señor Jesús permaneció en la tierra por cuarenta días más, para continuar con Su “entrenamiento” con los apóstoles, enseñándoles a no depender más de Él físicamente, sino espiritualmente. En ese período, Él se manifestó a ellos varias veces con un cuerpo resucitado.
Siempre que mencionamos el número cuarenta, el primer concepto que tenemos es de prueba, de aflicción, porque nos acordamos inmediatamente de los cuarenta días en que el Señor Jesús pasó en el desierto cuando, después de haber sido bautizado fue tentado por el diablo (Mt 4:1-2). Los cuarenta días de prueba del Señor nos hablan de un aspecto negativo, pero, después de la resurrección, la permanencia del Señor con los discípulos tenía como objetivo un aspecto positivo, cuando Él permaneció con ellos no para prueba, sino para disfrute. Los discípulos tuvieron el privilegio incluso de estar con el Señor Jesús por cuarenta días más. Esto nos muestra cuanto el Señor Jesús los valoraba. En este período, Él les estaba dando las últimas instrucciones y exhortaciones acerca del reino de Dios.
En Hechos 1:4-5, leemos: “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Era como si les dijese: “Ustedes ya entendieron toda la doctrina, ya conocen todas las verdades acerca del reino de los cielos. Lo que necesitan ahora es practicar la palabra, no por sí mismos, sino por medio del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros”. Antes de la era de la gracia, de la era del Espíritu, el hombre no era de ninguna manera confiable, pues, debido a su carne, jamás podría llevar a cabo el reino de Dios. El hombre en la esfera del alma natural jamás podría edificar el reino de Dios. Por eso, el Señor les dijo que ellos serían bautizados con el Espíritu Santo.
Punto Clave: Practicar la Palabra por medio del Espíritu
Pregunta: ¿Qué entrenamiento el Señor Jesús quería dar a los discípulos después de Su muerte y resurrección?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora ”Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!