Hoy me fijo en algo que a muchos parecerá de poca monta: las goteras de una casa. Pero por las goteras se puede hundir el edificio en unos cuantos meses. ¿Y cuáles son esas goteras con relación hacia Dios? El pecado venial.
Es cierto que hay un abismo entre el pecado mortal y el venial; pero también las faltas leves constituyen una ofensa a Dios, y una osadía de preferir nuestro capricho antes que la voluntad de Dios.
Además el pecado venial conduce poco a poco al mortal. Y aunque nunca se llegue a la falta grave, estos son los efectos desastrosos de esos pecadillos que consideran algunos poco menos que tonterías:
Nos privan de muchas gracias actuales que nos daría Dios. Disminuyen el fervor de la caridad.
Aumentan la dificultad en la práctica de la virtud.
Predisponen al pecado mortal.
El examen de conciencia, la confesión frecuente y la devoción a la Virgen María nos ayudan a luchar contra esta lacra. JM.Lorenzo
Es cierto que hay un abismo entre el pecado mortal y el venial; pero también las faltas leves constituyen una ofensa a Dios, y una osadía de preferir nuestro capricho antes que la voluntad de Dios.
Además el pecado venial conduce poco a poco al mortal. Y aunque nunca se llegue a la falta grave, estos son los efectos desastrosos de esos pecadillos que consideran algunos poco menos que tonterías:
Nos privan de muchas gracias actuales que nos daría Dios. Disminuyen el fervor de la caridad.
Aumentan la dificultad en la práctica de la virtud.
Predisponen al pecado mortal.
El examen de conciencia, la confesión frecuente y la devoción a la Virgen María nos ayudan a luchar contra esta lacra. JM.Lorenzo