¿Laicismo por imposición?

Tobi

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21 Noviembre 2000
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Enfoque
JUAN ANTONIO MONROY


¿Laicismo por imposición?



La primera bronca del Papa al actual Gobierno socialista tuvo lugar en Junio 2004. Jorge Dezcallar acababa de ser nombrado Embajador de España ante el Vaticano. El día 18, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales, Juan Pablo II aprovechó la ocasión para recriminar al recién estrenado Gobierno socialista por su supuesto programa para arrancar las profundas “raíces cristianas” españolas e implantar el laicismo.

Tres días después fue el propio Rodríguez Zapatero quien acudió al Vaticano en su primera visita como jefe del Gobierno. El Papa volvió a la carga. “Hace unos días –dijo a un sorprendido Rodríguez Zapatero- recibiendo a su nuevo Embajador, he tenido la oportunidad de referirme a algunos aspectos de la sociedad española y, hoy, reafirmo cuanto he dicho en aquella ocasión”.

En las alturas clericales del Vaticano tienen fijación con el tema del laicismo en España. Creen que están asistiendo a un intento de extirpar cualquier raíz cristiana y hacer de la española una sociedad laica. Una sociedad laica e ignorante de lo religioso.

Si todo lo que dice creer el Papa fuera cierto, habría que preguntarse quién ha instalado el laicismo en la sociedad española: Felipe González en sus doce años de Gobierno socialista, Rodríguez Zapatero en diez meses de mandato o la propia Iglesia católica en dos mil años de historia . Concedamos que la fuerza política de la Iglesia católica en España se inicia en el siglo XV, con los Reyes católicos ¿No le han bastado quinientos años de control del poder y de las conciencias para afirmar la fe de sus fieles y evitar la desbandada?

En una clara definición de los términos, el teólogo católico Benjamín Forcano dice que “la palabra laico se suele usar como contrapuesta a clérigo, y la de laicismo, contrapuesta a religiosidad. Una sociedad laica y laicista sería en este sentido la que se organiza y regula desde una perspectiva no clerical o religiosa, no para negar o ir contra esos valores, sino para fijar unas bases laicas con valores comunes que hagan posible una convivencia para todos”.

Aquí surge la pregunta. Inevitable pregunta: ¿Puede un Gobierno, cualquier Gobierno, erradicar la fe del hondón del alma, que diría Unamuno, e imponer por decreto una creencia laicista? Se ensayó el sistema durante años en la Unión Soviética, en los países del Este de Europa enclavados en el bloque comunista, en China, en Cuba. ¿Con qué resultado? En todos estos países los que eran creyentes siguen siéndolo y se han añadido millones que no lo eran.

No se puede descatolizar a un país por Decreto, como se le ocurrió decir a Azaña, ni tampoco se puede imponer el laicismo por decreto, como temen el Papa y la jerarquía de su Iglesia en España.

“¡Qué atrocidad, qué laicos somos”, tituló Ignacio Ruiz un artículo en el diario A.B.C. (22-12-2004). La atrocidad es la suya, y la barbaridad tambien, cuando escribe que “con el tabarrón del laicismo quiere Rodríguez Zapatero volver a echarnos agua por lo civil”. Si un señor que lleva diez meses ejerciendo como presidente del Gobierno fuese capaz de transformar a un país católico en un país laicista, pobre, muy pobre e inmensamente débil serían las convicciones católicas de los ciudadanos.

Sólo el Código de Derecho Canónico tiene 2.414 artículos y 5 apéndices que suman 186 artículos más, en total, 2.600 artículos en la legislación de la Iglesia católica. ¿Qué poder tiene el Gobierno de un país católico para anular con un decreto toda esa masa legislativa? La fe es la tremenda y gloriosa aventura de la persona que se encuentra con Dios. Por la fe se lucha, no hay pasividad. Por la fe se sufre, por la fe se llora, la fe es dolorosa cuando le invaden los retortijones de la duda, la fe entra en crisis, pero no muere fácilmente. Mucho menos puede sucumbir porque un Gobierno lo determine por decreto.

Poca fe y menos visión debe tener el periodista de A.B.C. cuando añade que “el pueblo (el español), desde luego, ha obedecido la orden de ser laico”. ¿De dónde emana esa orden? ¿Del Gobierno? Si esto fuera así no habría un solo protestante en España. Porque desde 1936 en parte del país y desde 1939 en su totalidad, los gobiernos emanados del nacionalcatolicismo promulgaban decreto tras decreto para poner de rodillas a la minoría protestante y para acabar de una vez con esta fe. ¿Lo lograron? ¿Consiguieron aquellas leyes obligarnos a adoptar un catolicismo que iba en contra de nuestras creencias?

Sigue el señor Ignacio Ruiz: “El catolicismo constituye para nosotros una segunda naturaleza, y toda nuestra actitud ante la vida, toda nuestra manera de ser y de sentir, es una manera fundamentalmente católica”. ¡Bravo! ¡Muy bien! Si esto es así, ¿a qué tanto miedo? Todos los socialismos del mundo, todos los comunismos, todos los ateísmos, todos los laicismos, aunque se juntaran todos y constituyeran un tsunami arrasador, no lograrían nada contra una fe que según Ruiz constituye una doble naturaleza.

Claro que el articulista de A.B.C. no da muestras de tener las ideas claras. Copiando a Menéndez y Pelayo, el primero en escribir semejante barbaridad, dice: “Ser católico es ser español, igual que ser protestante es ser alemán”.

¡Viva la cultura! ¡Pobre periodismo español! Nos está diciendo Ignacio Ruiz que los únicos protestantes que hay en el mundo son los alemanes –40 millones entre 700- y los únicos españoles son el siete por ciento que acude los domingos a Misa. De ser así, Rodríguez Zapatero lo tiene fácil. Meter en el saco del laicismo a los que ya viven en plan laicista es lo más sencillo del mundo.


J.A. Monroy es un escritor y conferenciante internacional
© J. A. Monroy, ProtestanteDigital.com, 2005 (España)

¡¡¡Eureka!!! Ahora resulta que soy aleman y que he dejado de ser español. :ametralla
 
Re: ¿Laicismo por imposición?

Cita JUAN ANTONIO MONROY

En las alturas clericales del Vaticano tienen fijación con el tema del laicismo en España. Creen que están asistiendo a un intento de extirpar cualquier raíz cristiana y hacer de la española una sociedad laica. Una sociedad laica e ignorante de lo religioso.


En el Vaticano como en España deben dormir tranquilos. Aunque las apariencias nos dicen que hay un ataque a la religión, que el laicismo se puede implantar por decreto, nada de esto sucederá. Lo que se vislumbra en el futuro es todo lo contrario, una religiosidad universal. La imposición del laicismo vendría a ser un juego de niños. La realidad es más preocupante. El factor en disputa será la adoración a Dios o a Satanás. El “laicismo”, incluido, tendrá también que decidir. Ni el cristianismo se puede imponer a nadie ¡ y eso es lo que se ve a futuro!. Pero ¿qué cristianismo?


Apo 13: 11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña (el laicismo es un disfraz más como el catolicismo o el protestantismo apóstata) a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16 Y hacía que A TODOS, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

Pero “En aquel tiempo se levantará Miguel……” Dn 12:1, y ahí si que el Vaticano tendrá que preocuparse, aunque será demasiado tarde. Los españoles tienen todavia tiempo.

Saludos.