La visita del Señor

2 Junio 1999
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LA VISITA DEL SEÑOR


Ruth miró en su buzón del correo, pero solo había una
carta. La tomó y la miró antes de abrirla, pero luego
la miró con más cuidado.
No había sello ni marcas del correo, solamente
su
nombre y dirección.
Leyó la carta: Querida Ruth: Estaré en tu vecindario
el sábado en la tarde y pasaré a visitarte.

Con amor, Jesús.

Sus manos temblaban cuando puso la carta sobre la
mesa. ¿ Porque querrá venir a visitarme el Señor. ? No
soy nadie en especial, no tengo nada que ofrecerle...
Pensando en eso, Ruth recordó el vació reinante en los
estantes de su cocina. ¡ Ay no ! No tengo nada para
ofrecerle. Tendré que ir al mercado y conseguir algo
para la cena. Buscó la cartera y vaciò el contenido
sobre la mesa: Cinco dólares y cuarenta centavos.
"Bueno, compraré algo de pan y alguna otra cosa, al
menos."

Se echó un abrigo encima y se apresuró a salir. Una
hogaza de pan francés, media libra de pavo y un cartón
de leche... y Ruth se quedó con solamente doce
centavos que le deberían durar hasta el lunes.

Aun así se sintió bien camino a casa, con sus humildes
ingredientes bajo el brazo. Oiga, señora, ¿ nos puede
ayudar, señora. ? Ruth estaba tan absorta pensando en
la cena que no vió las dos figuras que estaban de pie
en el pasillo.

Un hombre y una mujer, los dos vestidos con poco más
que harapos. Mire, señora, no tengo empleo, usted
sabe, mi mujer y yo hemos estado viviendo allá afuera
en la calle y, bueno, está haciendo frío y nos está
dando hambre, y bueno, si usted nos puede ayudar,
señora, estaríamos muy agradecidos... Ruth los miró
con más cuidado. Estaban sucios y tenían mal olor y,
francamente, ella estaba segura de que ellos podrían
obtener algún empleo si realmente quisieran.
Señor, quisiera ayudar, pero
yo misma soy una mujer
pobre. Todo lo que tengo es unas rebanadas y pan, pero
tengo un huésped importante para esta noche y planeaba
servirle eso a El. "Si, bueno, si señora, entiendo.
Gracias de todos modos."

El hombre puso su brazo alrededor de los hombros de la
mujer y se dirigieron a la salida. A medida que los
veía saliendo, Ruth sintió un latido familiar en su
corazón. "Señor, espere " La pareja se detuvo y volteó
a medida que Ruth corría hacia ellos y los alcanzaba
en la calle.

Mire: ¿ porque no toma esta comida ? Algo se me
ocurrirá para servir a mi invitado..., y extendió la
mano con la bolsa de víveres.

"Gracias, señora, muchas gracias" "Si, gracias", dijo
la mujer y Ruth pudo notar que estaba temblando de
frío. ¿Sabe? tengo otro abrigo en casa. Tome este,
Ruth desabotonó su abrigo y lo deslizó sobre los
hombros de la mujer. Y sonriendo, volteó y regresó
camino a casa... sin su abrigo y sin nada que servir a
su invitado.

"Gracias, señora, muchas gracias!" Ruth estaba
tiritando cuando llego a la entrada. Ahora no tenia
nada para ofrecerle al Señor. Buscó rápidamente la
llave en la cartera. Mientras lo hacia notó que había
otra carta en el buzón. "Que raro, el cartero no viene
dos veces en un día." Tomó el sobre y lo abrió:

Querida Ruth:
Que bueno fue volverte a ver.
Gracias por la deliciosa cena,
y gracias también por
el hermoso abrigo.

Con amor,
Jesús.

El aire todavía estaba frío, pero aun sin su abrigo,Ruth no lo notó.

(Autor desconocido)
 
MARIPAZ: ¡QUÉ EDIFICANTE! ¡ALELUYA! Antorm

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No quiero dar la impresión de que afirmo que en el Foro no se debe debatir y/o discutir. ¡Claro que debe hacerse! Para eso es este Foro-cristiano. El “asunto” está en que se debe debatir para encontrar respuestas, para encontrar la verdad; para llenarnos y enriquecernos con y de la Palabra de Dios, no para imponer ideas, creencias o religiones. Lo importante es el propósito, la intención; siempre buscando para edificación, y siempre y cuando el árbitro sea La Biblia, La Palabra de Dios.
Se trata de aclarar para aprender, y para aprehender, o sea retener lo bueno. Que no se trate como en las religiones: O eres católico o te mato. (Chiapas y Puebla en México) O eres musulmán, o te mato. O eres sintoísta, o te mato.
Los versículos 16 y 17 del capítulo 3 de la 2ª Timoteo 3:16-17 son reveladores; y son Palabra de Dios. Antorm