¿LA VIRGEN ESTA ENTRE NOSOTROS?

11 Diciembre 2007
618
0
Ocurrió, un día cualquiera del pasado otoño, cuando desayunaba en una cafetería y hojeaba la prensa del día. El titular me llenó de gozo. “El Vaticano admite oficialmente, la aparición de la Virgen, a tres jóvenes de Ruanda”.


El motivo que había llevado a esta conclusión al Vaticano, fue, según los jóvenes afortunados, que la Señora predijo trece años antes, el genocidio que asolaría al país africano. Y así, los jóvenes contaron que habían visto, con sus propios ojos, un río de sangre, personas que se mataban las unas a las otras, cadáveres abandonados sin que nadie los enterrara, un árbol en llamas, un abismo abierto y cabezas decapitadas. Y por último, vieron a la Señora, animándoles a la oración, al ayuno y a la penitencia.
Junto a esta noticia, el periodista, recapitulaba las apariciones marianas aceptadas por la Iglesia. Guadalupe (México) en el año 1.531. Lourdes (Francia) 1.858. Fátima (Portugal) 1.917. Zeinum (Egipto) 1.968. Bosnia 1.981 y algunas otras, que han sido descartadas. Además de un número indeterminado que estaban en estudio por la comisión correspondiente.

Días más tarde, asistí a una residencia de personas de las llamadas “tercera edad”, para visitar a un familiar, que acababa de ingresar. La Directora del centro, me acompañó para conocer algunas dependencias del mismo, encontrándonos por los largos y soleados pasillos, algunos residentes que nos saludaban con verdadero cariño.
Nos paramos para hablar con alguno de ellos, pues vimos la necesidad que tenían de hacerlo, quizás porque su comunicación con los demás, se reducía casi exclusivamente, a sus propios compañeros. Y descubrí, a través del diálogo, con aquellas personas repletas de bondad y amor, que en aquel lugar, la mentira y la falsedad, eran situaciones totalmente desconocidas.

Algo que difícilmente podré olvidar, fue la visita que hicimos, al comedor. En él, vimos a Pilar, una señora que colaboraba con el personal auxiliar, ayudando a dar de comer, a quienes por su incapacidad, no podían hacerlo. Me sorprendió, especialmente, la asistencia que con paciencia y una fuerte dosis de cariño, le proporcionaba a un señor tetrapléjico. Le pregunté a la directora, que me acompañaba, cual era la relación que existía, entre Pilar y aquel señor tetrapléjico, ¿acaso su esposo o algún familiar cercano? La respuesta fue negativa. Pilar era sencilla y llanamente otra residente, que dedicaba parte de su tiempo, a asistir a otros compañeros (amigos decía ella) que no podían valerse por si solos. Para Pilar, esto, era lo más importante que hacía diariamente.

También conocí a Pablo de 75 años, que llevaba más de seis años, acudiendo todas las noches a servir la cena con la mejor de sus sonrisas, a sus “amiguetes”, como a él, le gustaba llamarles.
Cuando finalizó mi visita, y me disponía a volver para casa, la directora de la residencia, me presentó en su despacho, a Mercedes, religiosa de color de 70 años, que ejercía su catequesis de forma voluntaria, en una cárcel en Valencia, donde día a día, hablaba con los residentes que cumplían condena, animándoles a seguir adelante, esperando la ansiada libertad.

Después de visitar a mi familiar, y de regreso a casa, reflexionaba sobre los testimonios de entrega a los demás, que me habían regalado, Pilar, Pablo, Mercedes y esa cantidad de personas voluntarias que acudían a la residencia, a ofrecer algo de ellas mismas, para aliviar el dolor de los demás.
Y comprendí, por todo lo vivido en aquella residencia, que no era estrictamente necesario, que la Virgen se apareciera, y que el Vaticano oficialmente, lo aceptara o lo rechazara, simplemente, porque Maria, vive y se encuentra entre nosotros.
Yo, la había visto en la persona de Pilar, cuidando amigos (como ella decía) y repartiendo todo su amor a los ancianos. Y era María, que no entiende de raza ni colores, la que dentro del alma de Mercedes, visita a los residentes de la cárcel de Valencia. Y en el espíritu de Pablo, que su tiempo de ocio y descanso, lo dedica a repartir cenas a sus “amiguetes”. Y quien duda que la Virgen, también se encontraba en la madre Teresa de Calcuta, o en esas madres que sufren el látigo del sida o la droga en la carne de sus propios hijos.

Cuantas veces, me pregunto, nos habremos encontrado con Ella, por la calle o en nuestros propios domicilios; en nuestras amadas y queridas madres o en el corazón de nuestras propias esposas.
No cabe duda, que María está en el amor a los demás, en la entrega sin límites, en el sacrificio y en el sufrimiento. En la bondad, en la comprensión, en la tolerancia… en la alegría.
Ojalá, que Jesús de Nazaret nos ofrezca de nuevo a su Madre, como lo hizo en su testamento desde la cruz: “Ahí tienes a tu Madre (Jn.19,25.27)”, y podamos verla y amarla en nuestros días.
 
Re: ¿LA VIRGEN ESTA ENTRE NOSOTROS?

Las cosas del vaticano niegan la resurrección, y no me interesa aclarar porqué, pero en cuanto a tu pregunta de que si la virgen está entre nosotros , es falso, puesto que su coronación del apocalipsis, no se refiere a ella sino que al pueblo de Israel, quien sería coronado como unico pueblo escogido, y estando en su condición de escogido, sería quien daría a luz al hijo, quien salvaría al mundo , quiero proponerte escribirme a mi email [email protected] , si deseas saber más de esto, porque es engorroso decirlo en publico, en realialidad la doctrina católica lapida la resurrección, en un sentido real, y es porque a ellos no les conviene que se sepa la realidad de la veracidad de quien hiciere estallar el infierno, y saliese victorioso de el, porque no serían pagadas sus indulgencias, tampoco corresponde a papas o curas perdonar o no ni dar penitencias a nadie,Dios a dado un cordero, el cual fue sacrificado, de modo perfecto, y a nadie le corresponde dar a nadie penitencias, ni hacerle creer si esta bien o esta mal , de acuerdo a sus propias formas de ser o pensar, y en cuanto a que los que cuidaban enfermos son virgen entre nosotros, no son , pero si probablemente gente de corazón noble, puestos por Dios en la tierra a honrrar su nombre.