La vida de iglesia y alimento matutino

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5 Septiembre 2001
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La vida de iglesia práctica aplasta a Su enemigo
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Romanos 16:20 El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con vosotros.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Después de los saludos que muestran la comunión y el cuidado por los santos y por las iglesias, el apóstol declaró que el Dios de paz aplastaría a Satanás, y que lo aplastaría en breve bajo los pies de los santos quienes están en la vida de iglesia (16:20). Si no estamos en la iglesia y no practicamos la vida de iglesia, será difícil que Dios aplaste a Satanás bajo nuestros pies. La vida de iglesia es el medio más fuerte por el que Dios vence a Satanás. Siempre que nos separamos de la iglesia, nos convertimos en presa fácil para Satanás, pues es difícil hacer frente a Satanás individualmente. Pero alabamos al Señor porque cuando estamos en la iglesia y somos uno con el Cuerpo, Satanás es puesto bajo nuestros pies, y disfrutamos a Dios como el Dios de paz en la vida de iglesia. Experimentamos y participamos de la paz de Dios al vencer al perturbador, Satanás. Pero mientras que este perturbador no esté bajo nuestros pies, nos será difícil tener paz. Cuando él es aplastado bajo nuestros pies en la vida de iglesia, disfrutamos de la paz de Dios como una prueba de nuestra victoria sobre el maligno. Así que, tanto el hecho de aplastar a Satanás, como el que disfrutemos de la paz de Dios, son experiencias que obtenemos en la vida de iglesia.

Pablo, después de proclamar que Dios aplastará a Satanás bajo los pies de aquellos que están en la iglesia, el apóstol les da su bendición, diciendo que la gracia del Señor Jesús estará con ellos (16:20). Esto indica que en la vida de iglesia la gracia del Señor Jesús es impartida a todos los santos.
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SEMANA 4 — DÍA 3
Alimento matutino
Hch. 13:2-4 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo…
Supongamos que quienes llevan la delantera, después de mucha oración, reciben una verdadera carga con respecto a cierto asunto. Lo que deben hacer, entonces, es comunicar tal sentir a los santos y pedirles que oren. Con el tiempo, los santos recibirán dirección personal por parte del Señor, y probablemente actuarán en conformidad con ello. De este modo, nadie será individualista ni rebelde. Por eso tenemos el Cuerpo. Tenemos al Espíritu, y también tenemos al Cuerpo. El Espíritu y el Cuerpo nos mantienen en equilibrio. Usted debe investigar si la manera en que el Señor le ha guiado corresponde al sentir del Cuerpo. Debemos ser equilibrados. (The Spirit and the Body, pág. 10)
Lectura para hoy
Cuando algunos escuchan hablar sobre ser equilibrados por el Cuerpo, ellos podrían pensar que este asunto de ser equilibrados tendrá el mismo resultado que si quienes llevan la delantera tomasen la decisión y les dijesen dónde deben ir es posible incluso que, externamente, los resultados sean los mismos; pero la naturaleza interna, la índole, de dicha decisión será absolutamente diferente. Supongamos que yo soy una persona que está en el liderazgo y tomo decisiones por otros … Después … les digo a los demás a qué lugar deberán mudarse … Hacer esto es usurpar la posición que le corresponde al Señor y hacer de mí mismo el Señor. Éste es el más grande de los insultos para el Señor. En lugar de hacer esto, yo debería decir: “Hermanos, me siento urgido por el Señor a compartir con ustedes que tal vez sea necesario que algunos de ustedes se muden a cierta ciudad. Les pido que oren cabalmente al respecto”. Finalmente, es posible que algunos sientan que el Señor les llama y guía a ir a ese lugar. Otros, sin embargo, tal vez se sientan urgidos a mudarse a otro lugar. Después que usted haya recibido un encargo de parte del Señor, tiene que discernir el sentir del Cuerpo. Por tanto, tenemos que darle la debida importancia a ambos, al Espíritu y al Cuerpo.
Tal vez se pregunte dónde está el Cuerpo en la práctica. El Cuerpo está en la comunión, y ésta se encuentra en la unidad. No es una comunión parcial ni una comunión relacionada con una división ni una opinión. No; es la comunión del Cuerpo, la cual viene después de la oración. Después de que usted haya orado y tenido comunión con otros, verá claramente cómo el Señor le está guiando.
Tal vez algunos digan: “El resultado es exactamente el mismo que si no hubiera habido oración ni comunión. Es lo mismo que si alguien me hubiera ordenado ir a cierto lugar. Si ése es el caso, entonces ¿por qué debemos orar y tener comunión?”.Debemos orar y tener comunión para honrar al Señor. Si no oramos ni tenemos la comunión apropiada con los demás, ofenderemos al Señor y usurpamos Su posición. Además, si usted se muda sin orar ni tener comunión, será sacudido cuando vengan las pruebas, las aflicciones y las persecuciones… Pero si usted ora y tiene comunión, honrará al Señor y también tendrá la certeza de que es Él quien le guía. Después de que se mude a cierto lugar,…tendrá tanta certeza de que estar allí es la voluntad del Señor y de que Él le dirigió, que estará dispuesto a morir allá…Puesto que el Señor lo envió y no el hombre, tendrá autoridad para orar. Espero que todos vean la diferencia entre ser enviados por el Señor y ser enviados por el hombre.
En las iglesias y con respecto a los santos debemos preocuparnos por dos elementos: el Espíritu y el Cuerpo. Debemos preguntarnos: “¿Proviene esto del Espíritu?”y “¿Es esto beneficioso para el Cuerpo o es algo que causa división?”. Debemos tener la certeza de que lo que realizamos es hecho en el Espíritu y tiene en cuenta la unidad. No queremos convertirnos en un movimiento que no muestra la menor preocupación por el Espíritu, ni tampoco queremos repetir la historia del cristianismo, una historia de división y confusión, en la que no vemos la menor preocupación por la unidad única. Acudimos al Señor pidiéndole que nos conceda Su misericordia y Su gracia para que siempre estemos atentos al Espíritu y al Cuerpo. El Cuerpo se expresa de manera práctica en la unidad única…Estar en el Espíritu y en la unidad única del Cuerpo equivale a ser guardados en el recobro del Señor. (The Spirit and the Body, págs. 10-11, 14)
Lectura adicional: The Spirit and the Body, cap. 1
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!