La Última Metida de Pat (a) de Robertson
El pastor y ex precandidato presidencial de EE.UU. había insinuado que el derrame que sufrió Ariel Sharon era un castigo divino por retirar a Israel de la Franja de Gaza. Tras la condena generalizada por sus dichos, envió una carta de disculpas al hijo de Sharon, con un pedido de perdón que hace extensivo al pueblo de Israel.
El año pasado fue noticia su recomendación de que era más económico mandar matar al Presidente Chávez que costear una guerra contra Venezuela.
La reflexión que muchos cristianos nos permitimos hacer, es cuán pobre debe ser un hombre (aunque maneje millones) si para ser noticia tiene que descolgarse de tiempo en tiempo con un disparate del que luego deberá retractarse.
Nos compadecemos de los evangélicos fundamentalistas que han visto en él a uno de sus voceros y mayores exponentes.
Si su fuerte es la psicología pastoral y materias afines, mejor fuera que se concretara a ello, y no metiera a Dios, la Biblia y el Evangelio en sus particulares enfoques de la política internacional.
Si bien habrá siempre de reconocerse la humildad de quien admite su error y se disculpa, sería preferible no caer tan fácilmente en tales equívocos, pues puede transformarse en vicio esto de hablar sin pensar, rectificarse y volver a reincidir.
Dios nos guarde en su gracia de no caer en tales inconsecuencias.
Ricardo.
El pastor y ex precandidato presidencial de EE.UU. había insinuado que el derrame que sufrió Ariel Sharon era un castigo divino por retirar a Israel de la Franja de Gaza. Tras la condena generalizada por sus dichos, envió una carta de disculpas al hijo de Sharon, con un pedido de perdón que hace extensivo al pueblo de Israel.
El año pasado fue noticia su recomendación de que era más económico mandar matar al Presidente Chávez que costear una guerra contra Venezuela.
La reflexión que muchos cristianos nos permitimos hacer, es cuán pobre debe ser un hombre (aunque maneje millones) si para ser noticia tiene que descolgarse de tiempo en tiempo con un disparate del que luego deberá retractarse.
Nos compadecemos de los evangélicos fundamentalistas que han visto en él a uno de sus voceros y mayores exponentes.
Si su fuerte es la psicología pastoral y materias afines, mejor fuera que se concretara a ello, y no metiera a Dios, la Biblia y el Evangelio en sus particulares enfoques de la política internacional.
Si bien habrá siempre de reconocerse la humildad de quien admite su error y se disculpa, sería preferible no caer tan fácilmente en tales equívocos, pues puede transformarse en vicio esto de hablar sin pensar, rectificarse y volver a reincidir.
Dios nos guarde en su gracia de no caer en tales inconsecuencias.
Ricardo.