BASE BÍBLICA
Colosenses 1:18 — “Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia… para que en todo tenga la preeminencia.”
La historia no está gobernada por la tecnología ni por los poderes humanos, sino por Cristo.
La Iglesia debe recordar que su seguridad está en Él, no en sistemas mundiales que han ido desfilando a través de la historia de la raza humana en este planeta tierra, como nos recuerda el sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2 de Daniel.
Todos los imperios caen, pero el Reino de Cristo permanece para siempre.
La Iglesia debe recordar que su seguridad está en Él, no en estructuras pasajeras, ojalá lo entendieran aquellos que se preparan para recibir al anticristo en contraste con su Iglesia, que espera de los cielos a Jesús (1Ts.1:10) para trasladarnos a la casa de su Padre (Jn.14:1-3; 1Ts.4:17).
Discernimiento de las señales
Mateo 16:2–3 — “Sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¿y las señales de los tiempos no podéis?”
El Señor nos llama a estar atentos, no indiferentes.
Hoy vemos un avance acelerado hacia un control global mediante la tecnología: vigilancia, economía digital, inteligencia artificial.
Estas señales no deben sorprendernos, porque la Escritura ya lo anunció y nuestra preocupación, de acuerdo a la Escritura, es estar preparados para que al encontrarnos con Cristo no ocurra esto:
1Jn_2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Que el Señor nos guarde de esta visión al contemplar la Iglesia reuniéndose con Cristo en la atmósfera (1Ts.4:17) retornando a la Casa de su Padre y nosotros permanecer avergonzados aquí en la tierra, impotentes, Cristo nunca nos conoció porque fuimos engañados por un sistema religioso cuya afiliación garantizaba la salvación.
La profecía describe un sistema económico y político centralizado, leemos:
Apocalipsis 13:16–17 — “Hace que a todos… se les ponga una marca… y que ninguno pueda comprar ni vender…”
La tecnología moderna puede ser el medio, pero el poder detrás será espiritual: la Bestia y el hombre de pecado.
La soberanía de Cristo es absoluta, incluso en medio de un mundo que avanza hacia el control global.
Las señales están frente a nuestros ojos, pero la Iglesia no debe temer:
Cristo reina y vendrá por los suyos antes del anticristo y de la bestia.
¿Estamos discerniendo los tiempos y permaneciendo firmes en la fe?
Colosenses 1:18 — “Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia… para que en todo tenga la preeminencia.”
La historia no está gobernada por la tecnología ni por los poderes humanos, sino por Cristo.
La Iglesia debe recordar que su seguridad está en Él, no en sistemas mundiales que han ido desfilando a través de la historia de la raza humana en este planeta tierra, como nos recuerda el sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2 de Daniel.
Todos los imperios caen, pero el Reino de Cristo permanece para siempre.
La Iglesia debe recordar que su seguridad está en Él, no en estructuras pasajeras, ojalá lo entendieran aquellos que se preparan para recibir al anticristo en contraste con su Iglesia, que espera de los cielos a Jesús (1Ts.1:10) para trasladarnos a la casa de su Padre (Jn.14:1-3; 1Ts.4:17).
Discernimiento de las señales
Mateo 16:2–3 — “Sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¿y las señales de los tiempos no podéis?”
El Señor nos llama a estar atentos, no indiferentes.
Hoy vemos un avance acelerado hacia un control global mediante la tecnología: vigilancia, economía digital, inteligencia artificial.
Estas señales no deben sorprendernos, porque la Escritura ya lo anunció y nuestra preocupación, de acuerdo a la Escritura, es estar preparados para que al encontrarnos con Cristo no ocurra esto:
1Jn_2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Que el Señor nos guarde de esta visión al contemplar la Iglesia reuniéndose con Cristo en la atmósfera (1Ts.4:17) retornando a la Casa de su Padre y nosotros permanecer avergonzados aquí en la tierra, impotentes, Cristo nunca nos conoció porque fuimos engañados por un sistema religioso cuya afiliación garantizaba la salvación.
La profecía describe un sistema económico y político centralizado, leemos:
Apocalipsis 13:16–17 — “Hace que a todos… se les ponga una marca… y que ninguno pueda comprar ni vender…”
La tecnología moderna puede ser el medio, pero el poder detrás será espiritual: la Bestia y el hombre de pecado.
La soberanía de Cristo es absoluta, incluso en medio de un mundo que avanza hacia el control global.
Las señales están frente a nuestros ojos, pero la Iglesia no debe temer:
Cristo reina y vendrá por los suyos antes del anticristo y de la bestia.
¿Estamos discerniendo los tiempos y permaneciendo firmes en la fe?
