Como complemento a las aperturas relacionadas con la Reforma en Alemania y Escocia que corresponden a:
"Fruto del Testimonio/Doctrina Santa Cena/ Gloria mundana" (ref. 1),
"Doctrina Santa Cena/ La Confesión Escocesa/Semilla y Fruto en Buena Tierra" (ref. 2)
Se presenta a continuación parte del documento de la Reforma en Suiza, conocido como "La Segunda confesión Helvética."
La Segunda Confesión Helvética (ref.3)
La palabra "helvética" es la palabra en latín para la palabra "suizo". El escenario de la Segunda Confesión Helvética es el Protestantismo Reformado alemán - suizo.
Luego de la muerte en batalla en 1531 del gran reformador Ulrico Zwinglio, Enrique Bullinger le sucedió como ministro en la Iglesia de Zurich. Bullinger fue un modelo de ministro Reformado. Como predicador explicó Las Escrituras por lo menos dos veces a la semana. Como erudito escribió comentarios en latín de muchos libros del Antiguo Testamento y de todos los libros del Nuevo Testamento excepto Apocalipsis. Como educador, inició un sistema de escuelas para Zurich y fue el rector del Carolinum, una academia teológica. Una persona con preocupaciones ecuménicas y políticas, se mantenía en correspondencia con lideres de la Reforma y gobernantes a través de Europa. Como pastor, acogió a refugiados religiosos en su propio hogar. Cuando la epidemia de la peste arrasó a Zurich, insistió en ministrar a los efectuados sabiendo que podía infectarse y morir.
En 1561 Bullinger compuso el documento que más tarde se conoció como la "Segunda Confesión Helvética". Su intención fue incluirlo como parte de su testamento para la Iglesia de Zurich, pero los eventos de Alemania ocasionaron que el documento se hiciera público.
La publicación del Catecismo de Heildelberg, le creó problemas al hombre que ordenó su preparación. Los luteranos lo consideraron demasiado reformado en espíritu y demandaron que Federico, Príncipe elector, gobernador del Palatinado, fuese llevado a juicio por herejía. Puesto que no era teólogo, Federico le pidió ayuda a Bullinger, quien le dio esta confesión como base para su defensa. Cuando la asamblea imperial, el cuerpo gobernante de Alemania, se reunió para el juicio en 1566, Federico fue exonerado. (ref.1)
Mientras tanto, las Iglesias en Suiza adoptaron la confesión de Bullinger con su nueva Confesión de fe. La Confesión fue bien recibida en Europa y otros países y fue traducida al francés, inglés, holandés, polaco, húngaro, italiano, árabe, y turco.
La Segunda Confesión Helvética es moderada en tono y universal en espíritu, reflejando la madurez teológica de las Iglesias Reformadas. Empezando con el primer párrafo, enfatiza a la Iglesia y su vida y afirma la autoridad de las Escrituras en el gobierno de la Iglesia y su reforma. La confesión incluye un artículo acerca de la predestinación y así reta a la Iglesia a confiar en la elección libre y bondadosa de Dios y su participación en Cristo Jesús. A la misma vez, la confesión ofrece direcciones a la Iglesia en asuntos de adoración, orden eclesiástico y conflicto en el ministerio, los sacramentos, y el matrimonio."
A continuación se cita el capitulo XXI de la Segunda Confesión Helvética, referido a la Santa Cena del Señor, su verdadero significado, que fue enseñado por el Señor y cuyo Testimonio ha llegado hasta nosotros en El Evangelio de Juan. (Juan 6), (Ref. 4).
Capitulo XXI
La Santa Cena del Señor
LA CENA DEL SEÑOR, llamada también la Mesa del Señor, la Comunión y la Eucaristía, esto es una Acción de Gracias, es usualmente llamada así porque fue instituida por Cristo en su última cena con sus discípulos y nuestra celebración todavía la representa. Y, también se llama cena porque en ella los fieles son alimentados espiritualmente y se les da bebida.
EL AUTOR CONSAGRADOR DE LA CENA. El autor de la Cena del Señor no es algún ángel y hombre alguno, sino el mismo Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, quien fue el primero en consagrarla para su Iglesia. La misma consagración o bendición persiste entre todos aquellos que celebran la misma y no otra Cena que la instituida por el Señor, y en la cual se repiten las palabras de la Cena del Señor y en todas las cosas miran al único Cristo, de cuyas manos reciben, por así decirlo, y por medio de una fe verdadera, lo que reciben a través del ministerio de los ministros de la Iglesia.
UN MEMORIAL DE LOS BENEFICIOS DE DIOS. Mediante este ritual sagrado, el Señor deseó conservar un recuerdo vivo del mayor beneficio que el mostró a los seres mortales. Es decir, que al entregar Su Cuerpo y derramar Su Sangre él nos ha perdonado todos nuestros pecados, nos ha redimido de la muerte eterna y del poder del demonio, y ahora nos alimenta con Su Carne y nos da a beber Su Sangre que, al ser recibida espiritualmente por medio de la fe verdadera, nos alimenta para vida eterna.
Y este beneficio tan grandioso se renueva con tanta frecuencia como se celebre la Cena del Señor. Porque el Señor dijo: " Haced esto en memoria de mí." Esta Cena también sella en nosotros el hecho de que el Cuerpo mismo de Cristo fue verdaderamente entregado por nosotros , y Su Sangre fue derramada por la remisión de nuestros pecados, a fin de que de alguna manera nuestra fe no vacile.
(Continuará)
En Cristo
Rogelio
Ref.
(1) "El Catecismo de Heildelberg; enseñanza de la Doctrina Cristiana". Zacarías Ursino y Gaspar Oleviano. Publicado en alemán en 1563. Tercera edición en castellano (1982) realizada por Fundación Editorial de Literatura Reformada "Stichting Uitgave Reformatorische Boeken", Rijswijk (Z.H.) Países Bajos.
(2) "La Confesión Escocesa", Constitución de la Iglesia Presbiteriana. Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EUA).
(3) "La Segunda Confesión Helvética" Constitución de la Iglesia Presbiteriana, Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EUA).
(4) Revísese en oración, todo el contexto del capitulo 6 del Evangelio de Juan. En particular cuando el Señor enseña en Juan 6: 63: "El Espíritu es el que da la vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado SON ESPÍRITU Y SON VIDA"
"Fruto del Testimonio/Doctrina Santa Cena/ Gloria mundana" (ref. 1),
"Doctrina Santa Cena/ La Confesión Escocesa/Semilla y Fruto en Buena Tierra" (ref. 2)
Se presenta a continuación parte del documento de la Reforma en Suiza, conocido como "La Segunda confesión Helvética."
La Segunda Confesión Helvética (ref.3)
La palabra "helvética" es la palabra en latín para la palabra "suizo". El escenario de la Segunda Confesión Helvética es el Protestantismo Reformado alemán - suizo.
Luego de la muerte en batalla en 1531 del gran reformador Ulrico Zwinglio, Enrique Bullinger le sucedió como ministro en la Iglesia de Zurich. Bullinger fue un modelo de ministro Reformado. Como predicador explicó Las Escrituras por lo menos dos veces a la semana. Como erudito escribió comentarios en latín de muchos libros del Antiguo Testamento y de todos los libros del Nuevo Testamento excepto Apocalipsis. Como educador, inició un sistema de escuelas para Zurich y fue el rector del Carolinum, una academia teológica. Una persona con preocupaciones ecuménicas y políticas, se mantenía en correspondencia con lideres de la Reforma y gobernantes a través de Europa. Como pastor, acogió a refugiados religiosos en su propio hogar. Cuando la epidemia de la peste arrasó a Zurich, insistió en ministrar a los efectuados sabiendo que podía infectarse y morir.
En 1561 Bullinger compuso el documento que más tarde se conoció como la "Segunda Confesión Helvética". Su intención fue incluirlo como parte de su testamento para la Iglesia de Zurich, pero los eventos de Alemania ocasionaron que el documento se hiciera público.
La publicación del Catecismo de Heildelberg, le creó problemas al hombre que ordenó su preparación. Los luteranos lo consideraron demasiado reformado en espíritu y demandaron que Federico, Príncipe elector, gobernador del Palatinado, fuese llevado a juicio por herejía. Puesto que no era teólogo, Federico le pidió ayuda a Bullinger, quien le dio esta confesión como base para su defensa. Cuando la asamblea imperial, el cuerpo gobernante de Alemania, se reunió para el juicio en 1566, Federico fue exonerado. (ref.1)
Mientras tanto, las Iglesias en Suiza adoptaron la confesión de Bullinger con su nueva Confesión de fe. La Confesión fue bien recibida en Europa y otros países y fue traducida al francés, inglés, holandés, polaco, húngaro, italiano, árabe, y turco.
La Segunda Confesión Helvética es moderada en tono y universal en espíritu, reflejando la madurez teológica de las Iglesias Reformadas. Empezando con el primer párrafo, enfatiza a la Iglesia y su vida y afirma la autoridad de las Escrituras en el gobierno de la Iglesia y su reforma. La confesión incluye un artículo acerca de la predestinación y así reta a la Iglesia a confiar en la elección libre y bondadosa de Dios y su participación en Cristo Jesús. A la misma vez, la confesión ofrece direcciones a la Iglesia en asuntos de adoración, orden eclesiástico y conflicto en el ministerio, los sacramentos, y el matrimonio."
A continuación se cita el capitulo XXI de la Segunda Confesión Helvética, referido a la Santa Cena del Señor, su verdadero significado, que fue enseñado por el Señor y cuyo Testimonio ha llegado hasta nosotros en El Evangelio de Juan. (Juan 6), (Ref. 4).
Capitulo XXI
La Santa Cena del Señor
LA CENA DEL SEÑOR, llamada también la Mesa del Señor, la Comunión y la Eucaristía, esto es una Acción de Gracias, es usualmente llamada así porque fue instituida por Cristo en su última cena con sus discípulos y nuestra celebración todavía la representa. Y, también se llama cena porque en ella los fieles son alimentados espiritualmente y se les da bebida.
EL AUTOR CONSAGRADOR DE LA CENA. El autor de la Cena del Señor no es algún ángel y hombre alguno, sino el mismo Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, quien fue el primero en consagrarla para su Iglesia. La misma consagración o bendición persiste entre todos aquellos que celebran la misma y no otra Cena que la instituida por el Señor, y en la cual se repiten las palabras de la Cena del Señor y en todas las cosas miran al único Cristo, de cuyas manos reciben, por así decirlo, y por medio de una fe verdadera, lo que reciben a través del ministerio de los ministros de la Iglesia.
UN MEMORIAL DE LOS BENEFICIOS DE DIOS. Mediante este ritual sagrado, el Señor deseó conservar un recuerdo vivo del mayor beneficio que el mostró a los seres mortales. Es decir, que al entregar Su Cuerpo y derramar Su Sangre él nos ha perdonado todos nuestros pecados, nos ha redimido de la muerte eterna y del poder del demonio, y ahora nos alimenta con Su Carne y nos da a beber Su Sangre que, al ser recibida espiritualmente por medio de la fe verdadera, nos alimenta para vida eterna.
Y este beneficio tan grandioso se renueva con tanta frecuencia como se celebre la Cena del Señor. Porque el Señor dijo: " Haced esto en memoria de mí." Esta Cena también sella en nosotros el hecho de que el Cuerpo mismo de Cristo fue verdaderamente entregado por nosotros , y Su Sangre fue derramada por la remisión de nuestros pecados, a fin de que de alguna manera nuestra fe no vacile.
(Continuará)
En Cristo
Rogelio
Ref.
(1) "El Catecismo de Heildelberg; enseñanza de la Doctrina Cristiana". Zacarías Ursino y Gaspar Oleviano. Publicado en alemán en 1563. Tercera edición en castellano (1982) realizada por Fundación Editorial de Literatura Reformada "Stichting Uitgave Reformatorische Boeken", Rijswijk (Z.H.) Países Bajos.
(2) "La Confesión Escocesa", Constitución de la Iglesia Presbiteriana. Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EUA).
(3) "La Segunda Confesión Helvética" Constitución de la Iglesia Presbiteriana, Parte I, Libro de Confesiones. 1995. Editado por la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EUA).
(4) Revísese en oración, todo el contexto del capitulo 6 del Evangelio de Juan. En particular cuando el Señor enseña en Juan 6: 63: "El Espíritu es el que da la vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado SON ESPÍRITU Y SON VIDA"