Muchos católicos y protestantes llaman a esta experiencia "bautismo en el Espíritu". Para evitar algunas confusiones los católicos franceses optaron por hablar de "efusión del Espíritu"; otros proponen "liberación del Espíritu". Todos están de acuerdo en afirmar que se trata de una experiencia, una espiritualidad, una forma de vida, no una teoría o doctrina.
Esta experiencia espiritual es un hecho atestiguado por infinidad de personas que la han experimentado en sí mismas y han podido observar los efectos, tanto en su propia vida como en la vida de los demás.
Lo que la persona hace es pedir, es una oración de petición. No se trata de un nuevo sacramento sino de recibir una nueva y más abundante efusión del Espíritu Santo y de estar abierto a él. No siempre coincide la petición con la respuesta de Dios que concede lo pedido.
La experiencia marca una época en la vida; es corriente oir a las personas referirse a un "antes" y a un "después". A este respecto escribe el P. Salvador Carrillo:
"El día de este "bautismo en el Espíritu Santo" goza de particular significación en la vida religiosa de la persona que lo recibe.
Distintas formas de experiencia
Algunos reducen toda la gama de experiencias a dos tipos: la experiencia cumbre o de crisis y la experiencia de crecimiento. La experiencia de crisis es una experiencia fuerte, de tipo místico, que se produce en un momento determinado. La experiencia de crecimiento es algo muy suave que se va notando gradualmente en los días o meses que siguen y puede continuar toda la vida. Este segundo tipo es el más corriente. Casi no hay nadie que no hable de paz,, o de mucha paz, o de enorme paz. Todos han tenido una experiencia, inmediata o posterior, de la acción del Espíritu Santo. En la experiencia más fuerte, la persona "es llenada con un abrumador sentimiento de la presencia, poder y amor de Dios.
"El grupo rezó por mí, puso las manos; sentí paz y tranquilidad. Nada espectacular" (una religiosa)
"Era una sensación de paz y gozo" (una ama de casa)
"En paz completa dentro de mi corazón y el deso de enseñar el evangelio a todo el mundo" (una joven de 19 años)
"En mucha paz" (un técnico de 33 años)
"Paz y alegria intensos" (una profesora de 65 años)
"En sentirme unido a Dios y a todos los miembros del grupo" (un hombre de 45 años)
"Cuando el Padre rezó por mí me sentí muy feliz y podia orar con más facilidad" (una señora de 46 años)
"Gozo, alegria, amor, nuevo sabor para la palabra del Señor, una nueva experiencia de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Una apertura más plena a la acción del Espíritu Santo en mí" (un religioso)
"Todos los efectos usuales: mejor coordinación, alegria, lenguas, más facilidad para rezar, más gusto y comprensión al leer la Biblia" (un sacerdote)
"Mientras oraban, lo único que sentí fue el amor de los demás. Después comprendí que había recibido algo y que debía cuidarlo como se cuida una planta porque sino era fiel lo perderia. Después eso comenzó a crecer" (un sacerdote)
"Hace más de un año, pero es algo que no puedo olvidar. Sentí mucha alegria, una confianza en Dios que nuncahabía tendio, una fe enorme. Vi que podía adentrarme en la Biblia que antes no me decía absolutamente nada. Mi vida ha segudio siendo mucho más alegre" (un profesional)
"Cuando oraron pidiendo el Espíritu Santo conocí que Cristo estaba vivo y eso fue una gran sorpresa, un descubrimiento maravilloso" (una joven)
"No sentí nada extraordinario, pero sí una paz profunda, un deseo de quietud y recogimiento que me hizo estar sin apenas moverme hasta la hora de la misa. Un gustar de la frase que me venía una y otra vez a la mente: "Tanto tiempo que estaba contigo y no me habías conocido"...Mi alegría y paz eranprofundas pero no desbordantes al exterior; al contraio, sentía ansia de silencio" (una religiosa)
"Sentados en un banco del jardín, un Padre rezó por mi. Cuando terminó me encaminé a la capilla para estar sola y rezar. Había caminado algunos pasos cuando sentí una enorme alegría. Tenía paz, un recogimiento profundo y amaba a cada persona con un amor que no era propio de mí. Las preocupaciones dejaron de aplastarme y empecé a mirar el futuro sin temores. Dios era tan real como la luz del sol. Desde entonces mi vida es una aventura" (una religiosa)
Las emociones
Al pedir el Espíritu Santo no se busca provocar una experiencia por medio de los sentimientos o las emociones. Esa experiencia no sería auténticamente religiosa. Más aún, "las emociones super excitadas obstaculizan la acción del Espíritu Santo, tanto como un intelecto activo en exceso o una voluntad sobre estimulada. Por lo demás, las emociones no duran; una experiencia puramente emocional va disminuyendo y desaparece sin transformar a la persona.
Es diferente cuando la emoción se produce naturalmente como consecuencia de la experiencia y de la transformación. En este caso el gozo, el amor, la paz no solamente duran sino que suelen aumentar y esto sucede a pesar de las pruebas y las dificultades.
Por lo que se refiere a lágrimas, conviene recordar que antiguos maestros espirituales como Isaac el Sirio y Simeón el Nuevo Teólogo hablaron de un bautismo de lágrimas que señalaba la conversión a una vida más perfecta.
"Se rezaba pidiendo el Espíritu Santo en una sala llena de sol. Un jardinero lloraba en silencio. Una campesina comenzó a decir: !Dios me ama! !me ama! y seguía repitiéndolo con sorpresa, maravillada"
Una niña interrogada sobre su bautismo en el Espíritu respondió solamente: "Lloré toda la noche"
Efectos físicos:
"Sentí un calor intenso recorriendo todo mi cuepro y después una alegríla grande, deseos de llorar y de decirle a todos que quería abrazarlos como a hermanos aunque no los conocía" (Señora, 47 años)
"Sentí un calor sofocante en todo el cuerpo" (Industrial, 42 años)
"Sané del dolor de cintura y caderas y de la hinchazón de mis pies y piernas" (ama de casa, 37 años)
Efectos
Ya sea que la experiencia pueda compararse a un mediodía esplendoroso o sólo a la suave luz del amanecer, lo cierto es que el panorama de la vida parece haber cambiado definitivamente y para siempre. Dios se acerca, se da a conocer y todo cambia de color: los valores no son los mismos de antes. Como que ha nacido una nueva fe.
Interrogada respecto de si ha habido cambios en su práctica religiosa, una señora joven responde: "Antes no tenía suficiente fe, ni el conocimiento de la palabra de Dios; ahora sí"
Es muy comun la experiencia de sentirse como bañado en el amor de Dios. Muchos también, por primera vez en la vida, sieten que aman a Dios. Como Dios está siempre presente y su amor se descubre en todo, orar es tan inevitable como respirar y hay una felicidad en cantarle a Dios. La vida de piedad pasa a ser muy distinta de antes. No se puede afirmar que sea superior a la de otras persona, sino que es mejor que la que esa misma persona llevaba anteriormente.
El don de sabiduría se manifiesta en el gusto por la oraicón, oraicón silenciosa y aúnexperiencias de carácter m´listico. La Misa, los Sacramentos, las antiguas devociones olvidadas, pasan a estar llenas de sentido incluso para las personas que habían dejado durante años toda práctica religiosa.
La Sgda. Escritura se descubre como fuente inagotable de luz yfervor: los salvos del oficio, los textos de la Misa, la lectura en privado o en grupo, son un alimento diario. Hay hambre de escuhcar la palabra de Dios y de escuchar a Dios.
Un ejecutivo de una empresa describe: "Desde que fuí al retiro me levanto conversando con el Señor, diciéndole tonterías como: "Señor, tu sabes que apenas tengo 15 minutos para tomar café y no podré orar mucho". Converso también tonterías mientras viajo a la oficina. Llego a las 7:20 y abro el cajón donde guardo un Nuevo Testamento. Encuentro ahí luz. Como a las 10:30 siento necesidad de reabastecerme de Espíritu y leo otro trocito de la palabra viva"
A una pregunta respecto de cambios en su práctica religiosa, un universitario de 23 años responde: "Si; antes no iba a Misa, no comulgaba y no leía nunca la Biblia".
El don de ciencia se manifiesta en la naturalidad con que se ve a Dios en todo. La fortaleza en que, si bien los problemas exteriores no desaparecen, en cambio dejan de aplastar a las persona; y los temores e inhibiciones son superados por una nueva energía que se siente como recibida de Dios
"Volví del retiro al convento donde estaba alojado y subí a la terraza: el cielo era mucho más azul y el verde los árboles más hermoso. Tomé el libro de las Horas para rezar el oficio, pero no lograba terminarlo: en cada frase de los salmos encontraba tesoros insospechados. Los problemas, que tanto me habían preocupado en el trabajo, seguían existiendo pero no me abrumaban porque sabia que Dios me ayudaría"
Todos, o casi todos, tienen la experiencia de haber sido liberados, "sanados", de hábitos, debilidades, angustias, sentimientos de culpa, y aún enfermedades.
El entusiasmo para dar testimonio y evangelizar es característico de las personas que han tenido una experiencia asi, como también la disposición para desempeñar servicios y ministerios en la comunidad.
Tomado de "La experiencia carismática", Carlos Aldunate, s. j., R. Valenzuela E.
Esta experiencia espiritual es un hecho atestiguado por infinidad de personas que la han experimentado en sí mismas y han podido observar los efectos, tanto en su propia vida como en la vida de los demás.
Lo que la persona hace es pedir, es una oración de petición. No se trata de un nuevo sacramento sino de recibir una nueva y más abundante efusión del Espíritu Santo y de estar abierto a él. No siempre coincide la petición con la respuesta de Dios que concede lo pedido.
La experiencia marca una época en la vida; es corriente oir a las personas referirse a un "antes" y a un "después". A este respecto escribe el P. Salvador Carrillo:
"El día de este "bautismo en el Espíritu Santo" goza de particular significación en la vida religiosa de la persona que lo recibe.
Distintas formas de experiencia
Algunos reducen toda la gama de experiencias a dos tipos: la experiencia cumbre o de crisis y la experiencia de crecimiento. La experiencia de crisis es una experiencia fuerte, de tipo místico, que se produce en un momento determinado. La experiencia de crecimiento es algo muy suave que se va notando gradualmente en los días o meses que siguen y puede continuar toda la vida. Este segundo tipo es el más corriente. Casi no hay nadie que no hable de paz,, o de mucha paz, o de enorme paz. Todos han tenido una experiencia, inmediata o posterior, de la acción del Espíritu Santo. En la experiencia más fuerte, la persona "es llenada con un abrumador sentimiento de la presencia, poder y amor de Dios.
"El grupo rezó por mí, puso las manos; sentí paz y tranquilidad. Nada espectacular" (una religiosa)
"Era una sensación de paz y gozo" (una ama de casa)
"En paz completa dentro de mi corazón y el deso de enseñar el evangelio a todo el mundo" (una joven de 19 años)
"En mucha paz" (un técnico de 33 años)
"Paz y alegria intensos" (una profesora de 65 años)
"En sentirme unido a Dios y a todos los miembros del grupo" (un hombre de 45 años)
"Cuando el Padre rezó por mí me sentí muy feliz y podia orar con más facilidad" (una señora de 46 años)
"Gozo, alegria, amor, nuevo sabor para la palabra del Señor, una nueva experiencia de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Una apertura más plena a la acción del Espíritu Santo en mí" (un religioso)
"Todos los efectos usuales: mejor coordinación, alegria, lenguas, más facilidad para rezar, más gusto y comprensión al leer la Biblia" (un sacerdote)
"Mientras oraban, lo único que sentí fue el amor de los demás. Después comprendí que había recibido algo y que debía cuidarlo como se cuida una planta porque sino era fiel lo perderia. Después eso comenzó a crecer" (un sacerdote)
"Hace más de un año, pero es algo que no puedo olvidar. Sentí mucha alegria, una confianza en Dios que nuncahabía tendio, una fe enorme. Vi que podía adentrarme en la Biblia que antes no me decía absolutamente nada. Mi vida ha segudio siendo mucho más alegre" (un profesional)
"Cuando oraron pidiendo el Espíritu Santo conocí que Cristo estaba vivo y eso fue una gran sorpresa, un descubrimiento maravilloso" (una joven)
"No sentí nada extraordinario, pero sí una paz profunda, un deseo de quietud y recogimiento que me hizo estar sin apenas moverme hasta la hora de la misa. Un gustar de la frase que me venía una y otra vez a la mente: "Tanto tiempo que estaba contigo y no me habías conocido"...Mi alegría y paz eranprofundas pero no desbordantes al exterior; al contraio, sentía ansia de silencio" (una religiosa)
"Sentados en un banco del jardín, un Padre rezó por mi. Cuando terminó me encaminé a la capilla para estar sola y rezar. Había caminado algunos pasos cuando sentí una enorme alegría. Tenía paz, un recogimiento profundo y amaba a cada persona con un amor que no era propio de mí. Las preocupaciones dejaron de aplastarme y empecé a mirar el futuro sin temores. Dios era tan real como la luz del sol. Desde entonces mi vida es una aventura" (una religiosa)
Las emociones
Al pedir el Espíritu Santo no se busca provocar una experiencia por medio de los sentimientos o las emociones. Esa experiencia no sería auténticamente religiosa. Más aún, "las emociones super excitadas obstaculizan la acción del Espíritu Santo, tanto como un intelecto activo en exceso o una voluntad sobre estimulada. Por lo demás, las emociones no duran; una experiencia puramente emocional va disminuyendo y desaparece sin transformar a la persona.
Es diferente cuando la emoción se produce naturalmente como consecuencia de la experiencia y de la transformación. En este caso el gozo, el amor, la paz no solamente duran sino que suelen aumentar y esto sucede a pesar de las pruebas y las dificultades.
Por lo que se refiere a lágrimas, conviene recordar que antiguos maestros espirituales como Isaac el Sirio y Simeón el Nuevo Teólogo hablaron de un bautismo de lágrimas que señalaba la conversión a una vida más perfecta.
"Se rezaba pidiendo el Espíritu Santo en una sala llena de sol. Un jardinero lloraba en silencio. Una campesina comenzó a decir: !Dios me ama! !me ama! y seguía repitiéndolo con sorpresa, maravillada"
Una niña interrogada sobre su bautismo en el Espíritu respondió solamente: "Lloré toda la noche"
Efectos físicos:
"Sentí un calor intenso recorriendo todo mi cuepro y después una alegríla grande, deseos de llorar y de decirle a todos que quería abrazarlos como a hermanos aunque no los conocía" (Señora, 47 años)
"Sentí un calor sofocante en todo el cuerpo" (Industrial, 42 años)
"Sané del dolor de cintura y caderas y de la hinchazón de mis pies y piernas" (ama de casa, 37 años)
Efectos
Ya sea que la experiencia pueda compararse a un mediodía esplendoroso o sólo a la suave luz del amanecer, lo cierto es que el panorama de la vida parece haber cambiado definitivamente y para siempre. Dios se acerca, se da a conocer y todo cambia de color: los valores no son los mismos de antes. Como que ha nacido una nueva fe.
Interrogada respecto de si ha habido cambios en su práctica religiosa, una señora joven responde: "Antes no tenía suficiente fe, ni el conocimiento de la palabra de Dios; ahora sí"
Es muy comun la experiencia de sentirse como bañado en el amor de Dios. Muchos también, por primera vez en la vida, sieten que aman a Dios. Como Dios está siempre presente y su amor se descubre en todo, orar es tan inevitable como respirar y hay una felicidad en cantarle a Dios. La vida de piedad pasa a ser muy distinta de antes. No se puede afirmar que sea superior a la de otras persona, sino que es mejor que la que esa misma persona llevaba anteriormente.
El don de sabiduría se manifiesta en el gusto por la oraicón, oraicón silenciosa y aúnexperiencias de carácter m´listico. La Misa, los Sacramentos, las antiguas devociones olvidadas, pasan a estar llenas de sentido incluso para las personas que habían dejado durante años toda práctica religiosa.
La Sgda. Escritura se descubre como fuente inagotable de luz yfervor: los salvos del oficio, los textos de la Misa, la lectura en privado o en grupo, son un alimento diario. Hay hambre de escuhcar la palabra de Dios y de escuchar a Dios.
Un ejecutivo de una empresa describe: "Desde que fuí al retiro me levanto conversando con el Señor, diciéndole tonterías como: "Señor, tu sabes que apenas tengo 15 minutos para tomar café y no podré orar mucho". Converso también tonterías mientras viajo a la oficina. Llego a las 7:20 y abro el cajón donde guardo un Nuevo Testamento. Encuentro ahí luz. Como a las 10:30 siento necesidad de reabastecerme de Espíritu y leo otro trocito de la palabra viva"
A una pregunta respecto de cambios en su práctica religiosa, un universitario de 23 años responde: "Si; antes no iba a Misa, no comulgaba y no leía nunca la Biblia".
El don de ciencia se manifiesta en la naturalidad con que se ve a Dios en todo. La fortaleza en que, si bien los problemas exteriores no desaparecen, en cambio dejan de aplastar a las persona; y los temores e inhibiciones son superados por una nueva energía que se siente como recibida de Dios
"Volví del retiro al convento donde estaba alojado y subí a la terraza: el cielo era mucho más azul y el verde los árboles más hermoso. Tomé el libro de las Horas para rezar el oficio, pero no lograba terminarlo: en cada frase de los salmos encontraba tesoros insospechados. Los problemas, que tanto me habían preocupado en el trabajo, seguían existiendo pero no me abrumaban porque sabia que Dios me ayudaría"
Todos, o casi todos, tienen la experiencia de haber sido liberados, "sanados", de hábitos, debilidades, angustias, sentimientos de culpa, y aún enfermedades.
El entusiasmo para dar testimonio y evangelizar es característico de las personas que han tenido una experiencia asi, como también la disposición para desempeñar servicios y ministerios en la comunidad.
Tomado de "La experiencia carismática", Carlos Aldunate, s. j., R. Valenzuela E.