Navegando me encontré con una "perlita de colección". Está en mayéstático por lo que la traduciré a mi lenguaje pueblerino. Al leer esto me ruboricé tanto que mis mejillas me quemaban y se pusieron tan rosaditas como las mejillas de la "virgencita" de la estampita.
La plegaria dice así:
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza,
a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes,
y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y atendedlas benignamente.
Amén.
En buen romance dice:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante tu presencia soberana. Oh Madre de Dios, no deseches mis súplicas, antes bien, escúchalas y atiendelas benignamente. Amén.
**********************
María resucita y le responde muy seriamente, punto por punto, al que le dirigió la plegaria:
Acuérdate,
Tú, acuérdate que soy tan pecadora como tú. ¿Cómo te atreves a mandarme plegarias cuando yo soy tan humana como tú? No te acuerdas que los humanos somos humanos y Dios es Dios?
*************************
¡oh piadosísima Virgen María!,
¿Estás seguro que todavía soy virgen? ¿Cómo lo sabes, indiscreto? No te metas en mis intimidades. Si te escucha José, no sé qué va a hacer contigo so pedazo de granuja.
que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti.
Me pides tres cosas imposibles: (1) mi protección, (2) mi asistencia y (3) mi socorro. Mira, hombre, te tengo pena porque yo no doy ninguna de esas cosas. Estas tres cosas las puedes conseguir donde yo siempre las hallaba mientras vivía en este mundo lleno de idólatras, mi Señor JESUCRISTO, a quien parí pero con quien no comparto su divinidad. Mi querido hereje, ve a El y El te dará lo que le pides.
*************************
Animado con esta confianza,
Te amolaste, tu confianza en mí no vale de nada. Si mi SEÑOR JESUCRISTO te escucha, te manda al infierno. Mejor, cállate la boca.
*************************
a ti también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes,
No acudas a mí, ni me llames Virgen de vírgenes. Ya te he dicho que no te entrometas en mis intimidades, granuja.
*************************
y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante tu presencia soberana. Oh Madre de Dios, no deseches mis súplicas, antes bien, escúchalas y atiendelas benignamente. Amén.
Sigue gimiendo bajo el peso de tus pecados; aun más, estás añadiendo uno más al conjurarme. Eso es pecado delante de Dios, tontuelo.
*************************
Déjate de bromas, estás hablando tonterías, el único Soberano es mi Señor JESUCRISTO.
¡Muchacho, no hables candideces, si yo soy Madre de Dios, ¿quién es el Padre? No me metas eb aprietos con el Trino Dios. El único que me cubrió para que yo concibiera a Jesús fue el Espíritu Santo. En esos tiempos yo no había conocido varón todavía. A propósito, ¿eres casado o soltero?
Lo siento, muchacho, desecho tus súplicas por que estás fuera de orden. Si yo atendiera sólo una de tus súplicas, me volvería detestable en los ojos de mi Señor JESUCRISTO. Entonces, retírate y búscalo a El. El te va a atender. Ese es su trabajo. Ahora ve voy a mi tumba. Llamar a los muertos es pecado, tontito.