Como viejos experimentados (tengo 45) es nuestro deber ser voceros y multiplicadores de lo que es el significado de la vida del ser humano.
Nosotros los seres humanos tenemos varios propósitos que justifican nuestra existencia y todos estos propósitos se unen en lo que podemos definir como "El propósito Divino".
Este es quizá el mensaje más necesario y vital para la sociedad moderna porque el desconocimiento de su lugar en la creación y de su propósito en el plan perfecto de Dios, suele causar terribles consecuencias psíquicas y psicológicas en las personas naturales e incluso en los creyentes ignorantes.
Uno de los propósitos más sublimes de la vida misma es ir y multiplicarse formando familias, pasando los valores morales y las experiencias aprendidas a la siguiente generación como leemos en el sexto día de la creación en Génesis 1, y es en este propósito específico que quiero detenerme hoy.
Como cristiano y aun mas como habitante del planeta tierra noto preocupado como se ha implantado un patrón social que va en contra de este propósito de procreación natural del ser humano. Encuentro 2 motores fundamentales que alimentan este anti valor de negarse a formar familias tradicionales;
1 Miedo a la sostenibilidad,
2 Egoísmo puro y duro.
El miedo a la sostenibilidad nace en las campañas de desanimo con que bombardean por todos los frentes a los Jovenes. Les dicen que la situación es muy difícil y va a peor, que nunca podrán comprar una casa, que tener un hijo es demasiado costoso y que NO se lo pueden permitir lo cual conlleva a abortos o a la planificación de parejas estériles.
El egoísmo es algo que viene siendo potenciado en el mundo moderno donde se le presenta a los jóvenes enorme cantidad de entretenimiento y diversión el cual dicen, se verá interrumpido drásticamente si emprenden una familia tradicional, por lo que en una postura completamente egoísta, sociedades modernas como la Japonesa, la China o la italiana y española verán reducir su población natural drásticamente en la próxima generación convirtiéndose en un tremendo reto económico y de sostenibilidad.
Estos son los hechos, pero en paralelo surgen otros patrones que no puedo dejar de pensar en lo diabólico de sus consecuencias. Noto como al mismo tiempo que las personas educadas y los hijos de las clase media se niegan a procrear, por otra parte el estrato mas pobre y marginado de la sociedad NO para de multiplicarse convirtiéndose en una tremenda fabrica de sociopatas y delincuentes que no van ligados necesariamente a la pobreza sino al deterioro de los valores morales de la sociedad, entonces, podemos imaginar de donde salen estas terribles profecías del apocalipsis, un mundo lleno de maldad y un planeta dispuesto para adorar al padre de la maldad.
Mi llamado es a afrontar este problema, no sean indolentes, sean precursores de la verdad y de los propósitos de Dios informando al mundo de como la providencia divina NO falta para los habitantes del planeta, si tienes 3 o 5 hijos, ten la seguridad que a esos niños el pan no les faltara y eso es una garantía.
Les cuento una anécdota nacional bien curiosa, vivo en Venezuela, país que en el 2017 sufrió la crisis económica mas grave conocida por nosotros... En esta crisis surge un milagro providencial que apenas ahora me estoy dando cuenta: en el momento más álgido de esta crisis, gran parte de la población, podría decir que la gran mayoría se alimentaba de muy pocos alimentos básicos muy económicos que estaban disponibles en gran cantidad, estos eran: Maíz y masas de Maíz artesanal, Arroz sin marca pesado en sacos y sardinas. Era ilimitada la cantidad de sardinas que había en todas partes, muy barata, combos de 3 kilos por 1 dólar o incluso menos, Por meses y meses de estos alimentos básicos se alimentó mucha gente perdiendo en algunos casos hasta un 50% de la masa corporal, siendo habitual que alguien pesara un 20 o 30% menos que en años anteriores.
Para mi sorpresa, ahora que la economía se ha recalibrado y parece que lo peor paso hace años, noto que no hay sardinas, me provoca comer sardinas porque soy portugués y a nosotros nos gusta mucho la sardina en todas sus variedades y resulta que NO hay lo que me lleva a mi reflexión, señores, la providencia de Dios se presenta de las maneras más sorpresivas y milagrosas y aunque hay tiempos malos, Dios no deja sin comida a sus criaturas porque esto iría contra el propósito mismo de su creación por lo que animen a la juventud, divulguen el mensaje que una persona sin hijos está condenada a morir de abandono y de soledad, cuando pise los 40 o 50 años de edad ya nadie les quiera dar empleo, por muy ingeniero o mecánico que sea, la misma sociedad que le dijo que disfrutaran el ahora, los castigará con el destierro y el abandono y es ahorita el momento de evitar ese cruel destino aceptando la importancia trascendental de los Propósitos de Dios.
Nosotros los seres humanos tenemos varios propósitos que justifican nuestra existencia y todos estos propósitos se unen en lo que podemos definir como "El propósito Divino".
Este es quizá el mensaje más necesario y vital para la sociedad moderna porque el desconocimiento de su lugar en la creación y de su propósito en el plan perfecto de Dios, suele causar terribles consecuencias psíquicas y psicológicas en las personas naturales e incluso en los creyentes ignorantes.
Uno de los propósitos más sublimes de la vida misma es ir y multiplicarse formando familias, pasando los valores morales y las experiencias aprendidas a la siguiente generación como leemos en el sexto día de la creación en Génesis 1, y es en este propósito específico que quiero detenerme hoy.
Como cristiano y aun mas como habitante del planeta tierra noto preocupado como se ha implantado un patrón social que va en contra de este propósito de procreación natural del ser humano. Encuentro 2 motores fundamentales que alimentan este anti valor de negarse a formar familias tradicionales;
1 Miedo a la sostenibilidad,
2 Egoísmo puro y duro.
El miedo a la sostenibilidad nace en las campañas de desanimo con que bombardean por todos los frentes a los Jovenes. Les dicen que la situación es muy difícil y va a peor, que nunca podrán comprar una casa, que tener un hijo es demasiado costoso y que NO se lo pueden permitir lo cual conlleva a abortos o a la planificación de parejas estériles.
El egoísmo es algo que viene siendo potenciado en el mundo moderno donde se le presenta a los jóvenes enorme cantidad de entretenimiento y diversión el cual dicen, se verá interrumpido drásticamente si emprenden una familia tradicional, por lo que en una postura completamente egoísta, sociedades modernas como la Japonesa, la China o la italiana y española verán reducir su población natural drásticamente en la próxima generación convirtiéndose en un tremendo reto económico y de sostenibilidad.
Estos son los hechos, pero en paralelo surgen otros patrones que no puedo dejar de pensar en lo diabólico de sus consecuencias. Noto como al mismo tiempo que las personas educadas y los hijos de las clase media se niegan a procrear, por otra parte el estrato mas pobre y marginado de la sociedad NO para de multiplicarse convirtiéndose en una tremenda fabrica de sociopatas y delincuentes que no van ligados necesariamente a la pobreza sino al deterioro de los valores morales de la sociedad, entonces, podemos imaginar de donde salen estas terribles profecías del apocalipsis, un mundo lleno de maldad y un planeta dispuesto para adorar al padre de la maldad.
Mi llamado es a afrontar este problema, no sean indolentes, sean precursores de la verdad y de los propósitos de Dios informando al mundo de como la providencia divina NO falta para los habitantes del planeta, si tienes 3 o 5 hijos, ten la seguridad que a esos niños el pan no les faltara y eso es una garantía.
Les cuento una anécdota nacional bien curiosa, vivo en Venezuela, país que en el 2017 sufrió la crisis económica mas grave conocida por nosotros... En esta crisis surge un milagro providencial que apenas ahora me estoy dando cuenta: en el momento más álgido de esta crisis, gran parte de la población, podría decir que la gran mayoría se alimentaba de muy pocos alimentos básicos muy económicos que estaban disponibles en gran cantidad, estos eran: Maíz y masas de Maíz artesanal, Arroz sin marca pesado en sacos y sardinas. Era ilimitada la cantidad de sardinas que había en todas partes, muy barata, combos de 3 kilos por 1 dólar o incluso menos, Por meses y meses de estos alimentos básicos se alimentó mucha gente perdiendo en algunos casos hasta un 50% de la masa corporal, siendo habitual que alguien pesara un 20 o 30% menos que en años anteriores.
Para mi sorpresa, ahora que la economía se ha recalibrado y parece que lo peor paso hace años, noto que no hay sardinas, me provoca comer sardinas porque soy portugués y a nosotros nos gusta mucho la sardina en todas sus variedades y resulta que NO hay lo que me lleva a mi reflexión, señores, la providencia de Dios se presenta de las maneras más sorpresivas y milagrosas y aunque hay tiempos malos, Dios no deja sin comida a sus criaturas porque esto iría contra el propósito mismo de su creación por lo que animen a la juventud, divulguen el mensaje que una persona sin hijos está condenada a morir de abandono y de soledad, cuando pise los 40 o 50 años de edad ya nadie les quiera dar empleo, por muy ingeniero o mecánico que sea, la misma sociedad que le dijo que disfrutaran el ahora, los castigará con el destierro y el abandono y es ahorita el momento de evitar ese cruel destino aceptando la importancia trascendental de los Propósitos de Dios.