LA PASTORAL DE LOS OBISPOS VASCOS GENERA UNA DIVISIÓN SIN PRECEDENTES EN EL SENO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Un análisis de los acontecimientos que llevaron a un enfrentamiento sin precedentes: interno de la jerarquía eclesial católica, y externo con el Gobierno español
________________________________________
<< MADRID. 9 junio 2002. Los obispos vascos lanzaron con una prisa sorprendente su carta pastoral, -Preparar la paz-, la tarde del jueves 30 de mayo. En el primer punto criticaban la incomunicación política y recetaban diálogo para superar los desencuentros. Pero ha sido su documento, paradójicamente, el que ha ahondado la fractura hasta unos límites insospechados, no sólo en el ámbito político, sino también en el seno de la Iglesia católico-romana (ICR), sobre todo la vasca, que vive una división sin precedentes.>>
=== Seis días después, el Vaticano admitió la «inoportunidad» de esta pastoral, que alerta de las «consecuencias sombrías» que tendría la ilegalización de Batasuna y que pide que se eviten estos efectos «sean cuales fueren las relaciones» del partido radical con ETA.
=== ¿Por qué surge esta pastoral? ¿Quién la promueve? ¿Quiénes tenían conocimiento de su contenido? Decenas de personas conocedoras de la ICR vasca consultadas, próximas a las tesis de los obispos o críticos con ellas, tratan de dar respuesta -casi siempre desde el anonimato- a estas cuestiones. Este periódico quiso conocer también las opiniones de los obispos vascos, pero la respuesta fue que existía una «decisión colegiada» de no conceder entrevistas ni declaraciones y de «aguantar el chaparrón».
GÉNESIS COMPLEJA
=== La pastoral, al igual que todas las iniciativas polémicas, tiene una génesis compleja. En el principio fue Fernando Sebastián. El epílogo del libro 'La Iglesia frente al terrorismo de ETA', escrito a finales de 2001 por el arzobispo de Pamplona y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, removió algunos de los cimientos más sólidos de la ICR vasca y navarra. Su documento, elaborado a la luz de los sucesos del 11 de septiembre en EE UU, supone un durísimo alegato contra la «crueldad» de ETA y una crítica sin concesiones a un nacionalismo «victimista» que, a su juicio, «no ha entrado de verdad en la transición democrática».
=== Todo un bombazo dialéctico que rompía definitivamente el equilibrio inestable en el que siempre se había movido la jerarquía eclesiástica de la ICR de Euskadi y Navarra. El 'divorcio' eclesiástico vasco-navarro se había consumado.
=== Las manifestaciones del arzobispo levantaron ampollas y un gran revuelo en los sectores de la ICR más próximos al nacionalismo tradicional y al radical. Pronto surgió un movimiento de contestación, que se plasmó en una carta de 358 sacerdotes y religiosos favorable a la autodeterminación. Jesús Lezaun, sacerdote jubilado navarro y uno de los cuatro firmantes que ha dado la cara -el resto de los nombres los guarda un notario- calificó de «político» el discurso de Sebastián y de «calco del programa del PP».
NACIONALISMO RADICAL
=== La noticia de que esta plataforma, vinculada al sector del nacionalismo más radical de la ICR vasca, trataba de recoger el máximo de firmas llegó pronto a los oídos de los mitrados vascos. De forma paralela, el obispo de San Sebastián y antiguo auxiliar de Bilbao, Juan María Uriarte, expresaba a sus más próximos su preocupación por la reforma de la Ley de Partidos, que permitirá a los jueces una eventual ilegalización de Batasuna, y su intención de elaborar una pastoral sobre pacificación que, después, sería consensuada con el resto de la prelatura vasca.
=== Todas las fuentes consultadas coinciden en que Uriarte fue el principal artífice y redactor de la pastoral. El ex obispo de Zamora y mediador entre el Gobierno y ETA durante la última tregua, también se apoya en algunos de sus 'discípulos' en Vizcaya, bien situados en la jerarquía eclesial vasca y profundamente nacionalistas.
Fuente: La Verdad
Redacción: ICPress
Un análisis de los acontecimientos que llevaron a un enfrentamiento sin precedentes: interno de la jerarquía eclesial católica, y externo con el Gobierno español
________________________________________
<< MADRID. 9 junio 2002. Los obispos vascos lanzaron con una prisa sorprendente su carta pastoral, -Preparar la paz-, la tarde del jueves 30 de mayo. En el primer punto criticaban la incomunicación política y recetaban diálogo para superar los desencuentros. Pero ha sido su documento, paradójicamente, el que ha ahondado la fractura hasta unos límites insospechados, no sólo en el ámbito político, sino también en el seno de la Iglesia católico-romana (ICR), sobre todo la vasca, que vive una división sin precedentes.>>
=== Seis días después, el Vaticano admitió la «inoportunidad» de esta pastoral, que alerta de las «consecuencias sombrías» que tendría la ilegalización de Batasuna y que pide que se eviten estos efectos «sean cuales fueren las relaciones» del partido radical con ETA.
=== ¿Por qué surge esta pastoral? ¿Quién la promueve? ¿Quiénes tenían conocimiento de su contenido? Decenas de personas conocedoras de la ICR vasca consultadas, próximas a las tesis de los obispos o críticos con ellas, tratan de dar respuesta -casi siempre desde el anonimato- a estas cuestiones. Este periódico quiso conocer también las opiniones de los obispos vascos, pero la respuesta fue que existía una «decisión colegiada» de no conceder entrevistas ni declaraciones y de «aguantar el chaparrón».
GÉNESIS COMPLEJA
=== La pastoral, al igual que todas las iniciativas polémicas, tiene una génesis compleja. En el principio fue Fernando Sebastián. El epílogo del libro 'La Iglesia frente al terrorismo de ETA', escrito a finales de 2001 por el arzobispo de Pamplona y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, removió algunos de los cimientos más sólidos de la ICR vasca y navarra. Su documento, elaborado a la luz de los sucesos del 11 de septiembre en EE UU, supone un durísimo alegato contra la «crueldad» de ETA y una crítica sin concesiones a un nacionalismo «victimista» que, a su juicio, «no ha entrado de verdad en la transición democrática».
=== Todo un bombazo dialéctico que rompía definitivamente el equilibrio inestable en el que siempre se había movido la jerarquía eclesiástica de la ICR de Euskadi y Navarra. El 'divorcio' eclesiástico vasco-navarro se había consumado.
=== Las manifestaciones del arzobispo levantaron ampollas y un gran revuelo en los sectores de la ICR más próximos al nacionalismo tradicional y al radical. Pronto surgió un movimiento de contestación, que se plasmó en una carta de 358 sacerdotes y religiosos favorable a la autodeterminación. Jesús Lezaun, sacerdote jubilado navarro y uno de los cuatro firmantes que ha dado la cara -el resto de los nombres los guarda un notario- calificó de «político» el discurso de Sebastián y de «calco del programa del PP».
NACIONALISMO RADICAL
=== La noticia de que esta plataforma, vinculada al sector del nacionalismo más radical de la ICR vasca, trataba de recoger el máximo de firmas llegó pronto a los oídos de los mitrados vascos. De forma paralela, el obispo de San Sebastián y antiguo auxiliar de Bilbao, Juan María Uriarte, expresaba a sus más próximos su preocupación por la reforma de la Ley de Partidos, que permitirá a los jueces una eventual ilegalización de Batasuna, y su intención de elaborar una pastoral sobre pacificación que, después, sería consensuada con el resto de la prelatura vasca.
=== Todas las fuentes consultadas coinciden en que Uriarte fue el principal artífice y redactor de la pastoral. El ex obispo de Zamora y mediador entre el Gobierno y ETA durante la última tregua, también se apoya en algunos de sus 'discípulos' en Vizcaya, bien situados en la jerarquía eclesial vasca y profundamente nacionalistas.
Fuente: La Verdad
Redacción: ICPress