Amigos
Hay una analogía muy ad hoc con la vida moderna que me ha ayudado a acercarme un poquito a comprender el rol que juega Jesucristo (y todos los divinos Mensajeros ) .
Aclaro que, como toda analogía o metáfora, su fin es puramente didáctico y no intenta presentarse como la verdad, sino como una forma (pálida y débil) de entenderla un poquito mejor.
Imagina que tu Amada (o Amado) está conversando contigo a través de un videochat en la pantalla de tu iPhone. Ella es doctora farmacóloga, tú has ingerido un veneno, y ella sabe algo muy importante que puede evitarte la muerte. Ella te pide que hagas algo para salvar tu vida: digamos, que tomes un antídoto de cierta manera, y que lo hagas pronto porque no hay tiempo que perder. ¿Le harías caso? Claro que sí.
Así que tomas el antídoto, te salvas, y se lo agradeces.
Ahora bien, te pregunto: ¿Conversaste en realidad con tu Amada? ¿O conversaste con una serie de datos digitalizados que, convertidos en video y audio, aparecieron en tu iPhone?
¿Dónde estaba tu Amada: en un lugar remoto, o sobre la pantalla? Te lo pregunto por que tú te dirigías a la pantalla, interactuabas con la pantalla, prestabas total atención a la pantalla..
¿Qué hubiera pasado si, antes de escuchar su recomendación, hubieras tirado por la borda tu iPhone? ¿Habría dejado de existir tu Amada, o habría dejado de existir el video y audio de tu Amada?
Bueno, esta historia tiene una pequeña vuelta de tuerca: meses después, un amigo tuyo debate violentamente contigo sobre si en realidad seguiste a tu Amada, o solo un espejismo proyectado sobre la pantalla de tu iPhone. Tú le contestas "Era ella porque lucía exactamente como ella, y hablaba exactamente como ella".
Él te contesta: "Bits de datos. Todo eran bits"
Aquí viene entonces la manera en que entiendo esta analogía:
Jesús es el video y audio que proyecta el iPhone.
Dios es la Amada o Amado de la historia.
Ponernos a debatir violentamente sobre si "la persona que aparece en pantalla" es en realidad tu Amada es estéril. Si contestas "Sí lo es", tendrás razón. Y tendrás también razón si contestas "No, porque no hay ninguna persona que se aparezca en la pantalla. Mi amada sigue en donde está. No se teletransporta. Lo que veo es solo una serie de puntitos de luz y color que yo, en mi cerebro, interpreto como la imagen de mi Amada. "
En uno y otro caso, lo importante es que le hiciste caso, te tomaste el antídoto y salvaste tu vida.
No importa si creemos que Jesús es Dios o es la Manifestación o Encarnación de Dios, o algo intermedio. Lo importante es seguir las prescripciones del Médico de Médicos.
Digamos todos "Señor, está lejos de mí entender si eres Dios o el Hijo de Dios o cuál es tu verdadera naturaleza. Lo que entiendo es que eres mi Médico, y que tu antídoto es mi salvación. "
"Por qué me llamáis "Señor, Señor" y no hacéis lo que os digo?" (Lucas 6:46)
Hay una analogía muy ad hoc con la vida moderna que me ha ayudado a acercarme un poquito a comprender el rol que juega Jesucristo (y todos los divinos Mensajeros ) .
Aclaro que, como toda analogía o metáfora, su fin es puramente didáctico y no intenta presentarse como la verdad, sino como una forma (pálida y débil) de entenderla un poquito mejor.
Imagina que tu Amada (o Amado) está conversando contigo a través de un videochat en la pantalla de tu iPhone. Ella es doctora farmacóloga, tú has ingerido un veneno, y ella sabe algo muy importante que puede evitarte la muerte. Ella te pide que hagas algo para salvar tu vida: digamos, que tomes un antídoto de cierta manera, y que lo hagas pronto porque no hay tiempo que perder. ¿Le harías caso? Claro que sí.
Así que tomas el antídoto, te salvas, y se lo agradeces.
Ahora bien, te pregunto: ¿Conversaste en realidad con tu Amada? ¿O conversaste con una serie de datos digitalizados que, convertidos en video y audio, aparecieron en tu iPhone?
¿Dónde estaba tu Amada: en un lugar remoto, o sobre la pantalla? Te lo pregunto por que tú te dirigías a la pantalla, interactuabas con la pantalla, prestabas total atención a la pantalla..
¿Qué hubiera pasado si, antes de escuchar su recomendación, hubieras tirado por la borda tu iPhone? ¿Habría dejado de existir tu Amada, o habría dejado de existir el video y audio de tu Amada?
Bueno, esta historia tiene una pequeña vuelta de tuerca: meses después, un amigo tuyo debate violentamente contigo sobre si en realidad seguiste a tu Amada, o solo un espejismo proyectado sobre la pantalla de tu iPhone. Tú le contestas "Era ella porque lucía exactamente como ella, y hablaba exactamente como ella".
Él te contesta: "Bits de datos. Todo eran bits"
Aquí viene entonces la manera en que entiendo esta analogía:
Jesús es el video y audio que proyecta el iPhone.
Dios es la Amada o Amado de la historia.
Ponernos a debatir violentamente sobre si "la persona que aparece en pantalla" es en realidad tu Amada es estéril. Si contestas "Sí lo es", tendrás razón. Y tendrás también razón si contestas "No, porque no hay ninguna persona que se aparezca en la pantalla. Mi amada sigue en donde está. No se teletransporta. Lo que veo es solo una serie de puntitos de luz y color que yo, en mi cerebro, interpreto como la imagen de mi Amada. "
En uno y otro caso, lo importante es que le hiciste caso, te tomaste el antídoto y salvaste tu vida.
No importa si creemos que Jesús es Dios o es la Manifestación o Encarnación de Dios, o algo intermedio. Lo importante es seguir las prescripciones del Médico de Médicos.
Digamos todos "Señor, está lejos de mí entender si eres Dios o el Hijo de Dios o cuál es tu verdadera naturaleza. Lo que entiendo es que eres mi Médico, y que tu antídoto es mi salvación. "
"Por qué me llamáis "Señor, Señor" y no hacéis lo que os digo?" (Lucas 6:46)