La Oración Poderosa

17 Agosto 2006
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Aunque la oración es una excelente oportunidad para comunicrse con el Padre celestial, muchos cristianos no son capaces de tener un tiempo regular y provechoso de conversación con Dios.

La Biblia nos anima a ser perseverantes, pero muchas veces nos rendimos después de unos pocos intento. Para conocer al Todopoderoso hace falta fe, concentración y un corazón que sepa escuchar.

Sin discernimiento, nuestra carne le da mayor impotancia a lo que queremos oír, y ninguna atención a lo que Dios dice. Que es una prioridad para usted el escuchar el mensaje que Dios le tiene.

Como cristiano maduro, usted debe procurar tener una vida de oración más profunda. No permita que sus peticiones se centren únicamente en sus necesidades temporales. Esta bien que le pida al Señor que le prospere y bendiga su carrera. Pero, ¿le está pidiendo también que le ayude a crecer en perdón, paciencia y generosidad? Además, la madurez significa dedicar tiempo para dar gracias a Dios cuando Él responde sus peticiones. Ocuparse en la oración reafirma su confianza de que el Padre celestial es perfectamente capaz de encargarse de usted hoy, mañana y por toda la eternidad.

Oración:

Padre en el nombre de tu Hijo Jesucristo, venimos ante ti con corazones agradecidos por tu inmenso amor hacia nosotras, porque hasta aquí Tú has tenido cuidado de nosotras, porque nada nos hace falta, porque Tu lo llenas todo, gracias por habernos escogido antes de la fundación del mundo, gracias por perdonar nuestros pecados, gracias porque nos has hecho nuevas criaturas en Cristo Jesus, gracias porque nuestros nombres están escritos en el Libro de la vida. Hoy, venimos a pedirte que permitas que tengamos un corazón que palpite al ritmo del tuyo, un corazón perdonador, generoso, misericordioso, piadoso, saturado de Tu amor, que en todo tiempo podamos externos hacia los demás y olvidarnos de nosotros mismos, que no estemos poniendo excusas para servirte, pon en tus hijas el deseo de buscar la unidad, la armonia, que nos despojemos del egocentrismo, que no veamos el servirte como una competencia, que no estemos buscando titulos, lugares, o distinciones, danos un corazón humilde como el de Tu Hijo Jesucristo, que se despojo de todo para venir a servirnos. Padre que no ignoremos que Tu vendras por Tu pueblo, no por pueblos, y que debemos ser uno solo para que Tu te agrades, ayúdanos a permanecer en Tu presencia a buscar Tu rostro y que nadie ni nada ocupe Tu lugar en nuestras vidas, que seamos mujeres de oración, que oremos con la convicción que estamos conversando contigo, que Tu nos escuchas y respondes antes que las palabras estén en nuestra boca, pero a Ti te agrada escucharnos. En el nombre de Cristo Jesús, te damos toda gloria y honra, porque solo Tú eres digno. Amén

Amada