“Estimada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos” Salmo 116:15.
“Mucho valor tiene a los ojos del SEÑOR la muerte de sus fieles” Nueva Biblia al Día.
El Salmo 116
Un hermoso salmo que manifiesta la gratitud profunda del escritor a Dios, un fiel creyente en Dios quien alaba al Eterno por la gracia y la misericordia del Todopoderoso en haberlo del peligro de enemigos, que querían su vida y destrucción, y por haberlo guardado de una muerte inminente ¡gloria a Dios! El salmista debía ser agradecido con Dios por su gran socorro y su poderosa salvación, y debía cumplir sus votos, o sus promesas al Señor (Salmo 100, Colosenses 3:15).
El versículo 15 y su valor
El salmista también se pone en el caso que Dios NO lo hubiera librado de la muerte y expone que aun así el hijo de Dios igual alaba al Señor; “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que, muramos, del Señor somos” Romanos 14:8. Como dijeron los jóvenes judíos en Babilonia cuando no transaron sus principios y fe; “Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” Daniel 2:16-18.
La muerte para un creyente no es igual que para un impío, el Señor no mira igual la muerte de uno de sus santos, que la de un irredento, no somos como los que mueren sin esperanza (1ª. Tesalonicenses 4:13) la muerte de un pecador es para ir al infierno, por lo tanto es desgarradora, terrible, desesperanzadora, espantosa, condenatoria, ignominiosa, tétrica, lamentable, dolorosa y fatal, para un cristiano verdadero es la partida al cielo, por lo tanto es honrosa, victoriosa, solemne, consoladora, esperanzadora, culminadora, salvadora, gloriosa y eterna.
Dios mira con especiales ojos la muerte de sus santos, grandes hombres de Dios que murieron sabemos fehacientemente que están en la gloria eterna (Abel, Abraham, Job, Moisés, David, Samuel, Elías, Isaías etc.), pero de otros solo lamentamos por su triste destino final en la horrenda condenación (Caín, Coré, Saúl, Adonías, Judas, Herodes etc.).
El valor de la muerte de los creyentes
Cuando usted amado hermano (a) muera, parta, deje de existir, deje este mundo, salga del cuerpo, abandone este mundo, pase al mas allá, pase a la eternidad etc. ¿su muerte será verdaderamente estimada ante los ojos del Todopoderoso? ¿O dejará una profunda duda e inseguridad, en sus seres queridos y hermanos en la fe? Jesús dijo; “De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” Juan 12:24.
A la muerte de un hijo de Dios se produce una gran satisfacción en el cielo, Dios lo recibe en gloria, pensemos que mas de 160 personas mueren cada minuto en el mundo, y la mayoría de ellos van al infierno, imaginemos la alegría y el regocijo que se produce cuando llega un victorioso al cielo (Salmo 48:14, Lucas 16:22, 2ª. Timoteo 4:8). Muchísimos personajes bíblicos dejaron dudas sobre su destino final luego de su muerte y no sabemos cómo Dios habrá catalogado su muerte; Adán, Salomón, Sansón, etc.
Culminación
No solo la vida y los hechos de un verdadero cristiano deben dar evidencia de su auténtica fe y su verdadero compromiso con Dios, sino aun en la muerte misma, el hijo de Dios debe dejar un testimonio, una estela de bendición y una marca de gloria en la gente que le rodea (amigos, familiares, hermanos en la fe), y que el mismo Dios pueda confirmar la gran estima que siente de la muerte de uno de los suyos. Amén.
“Mucho valor tiene a los ojos del SEÑOR la muerte de sus fieles” Nueva Biblia al Día.
El Salmo 116
Un hermoso salmo que manifiesta la gratitud profunda del escritor a Dios, un fiel creyente en Dios quien alaba al Eterno por la gracia y la misericordia del Todopoderoso en haberlo del peligro de enemigos, que querían su vida y destrucción, y por haberlo guardado de una muerte inminente ¡gloria a Dios! El salmista debía ser agradecido con Dios por su gran socorro y su poderosa salvación, y debía cumplir sus votos, o sus promesas al Señor (Salmo 100, Colosenses 3:15).
El versículo 15 y su valor
El salmista también se pone en el caso que Dios NO lo hubiera librado de la muerte y expone que aun así el hijo de Dios igual alaba al Señor; “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que, muramos, del Señor somos” Romanos 14:8. Como dijeron los jóvenes judíos en Babilonia cuando no transaron sus principios y fe; “Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” Daniel 2:16-18.
La muerte para un creyente no es igual que para un impío, el Señor no mira igual la muerte de uno de sus santos, que la de un irredento, no somos como los que mueren sin esperanza (1ª. Tesalonicenses 4:13) la muerte de un pecador es para ir al infierno, por lo tanto es desgarradora, terrible, desesperanzadora, espantosa, condenatoria, ignominiosa, tétrica, lamentable, dolorosa y fatal, para un cristiano verdadero es la partida al cielo, por lo tanto es honrosa, victoriosa, solemne, consoladora, esperanzadora, culminadora, salvadora, gloriosa y eterna.
Dios mira con especiales ojos la muerte de sus santos, grandes hombres de Dios que murieron sabemos fehacientemente que están en la gloria eterna (Abel, Abraham, Job, Moisés, David, Samuel, Elías, Isaías etc.), pero de otros solo lamentamos por su triste destino final en la horrenda condenación (Caín, Coré, Saúl, Adonías, Judas, Herodes etc.).
El valor de la muerte de los creyentes
Cuando usted amado hermano (a) muera, parta, deje de existir, deje este mundo, salga del cuerpo, abandone este mundo, pase al mas allá, pase a la eternidad etc. ¿su muerte será verdaderamente estimada ante los ojos del Todopoderoso? ¿O dejará una profunda duda e inseguridad, en sus seres queridos y hermanos en la fe? Jesús dijo; “De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” Juan 12:24.
A la muerte de un hijo de Dios se produce una gran satisfacción en el cielo, Dios lo recibe en gloria, pensemos que mas de 160 personas mueren cada minuto en el mundo, y la mayoría de ellos van al infierno, imaginemos la alegría y el regocijo que se produce cuando llega un victorioso al cielo (Salmo 48:14, Lucas 16:22, 2ª. Timoteo 4:8). Muchísimos personajes bíblicos dejaron dudas sobre su destino final luego de su muerte y no sabemos cómo Dios habrá catalogado su muerte; Adán, Salomón, Sansón, etc.
Culminación
No solo la vida y los hechos de un verdadero cristiano deben dar evidencia de su auténtica fe y su verdadero compromiso con Dios, sino aun en la muerte misma, el hijo de Dios debe dejar un testimonio, una estela de bendición y una marca de gloria en la gente que le rodea (amigos, familiares, hermanos en la fe), y que el mismo Dios pueda confirmar la gran estima que siente de la muerte de uno de los suyos. Amén.