Los que hayan tenido la oportunidad de estudiar teología a nivel universitario conocen bien lo que son las teorías de expiación.
Hoy día, la gran mayoría de las iglesias católicas y protestantes sostienen que la muerte de Jesús pagó por nuestros pecados. Su muerte fue el sacrificio perfecto que expió el pecado humano. La muerte de Jesús es igual a los sacrificios que eran presentados en el Templo de Jerusalem por los pecados cometidos. Esa, como veremos, es una de entre tantas otras formas de explicar qué fue lo que Jesús logró con su muerte. El dilema con este pensamiento es que delata que los que la defienden, no entienden cómo funcionaban los sacrificios en Israel. Bien explica la Biblia que los sacrificios eran por pecados no intencionales. Los pecados intencionales no podían ser expiados con ningún sacrificio. Lean Números 15, versos 22-31.
Debe tomarse en cuenta que aunque en el Nuevo Testamento Pablo indica que Jesús murió por nuestros pecados, esa expresión en sí misma no ofrece mucha explicación de lo que significa, especialmente si se considera la expresión en el griego koine original en que fue escrita. Es por esa razón que durante los pasados siglos varias renombradas figuras de la historia cristiana presentaron diferentes explicaciones para dar forma final al asunto.
La primera teoría es la del Christus Victor, o "Cristo Victorioso". La misma indica que con su muerte Jesús derrotó a los dos más terribles enemigos de la humanidad- el pecado y la muerte. Jesús venció ambos con su sacrificio. Esta teoría fue la más popular y más promulgada por la iglesia cristiana hasta la Edad Media. Hoy día la iglesia ortodoxa griega la sostiene como su principal doctrina sobre la muerte de Jesús.
La próxima teoría es la de la recompensa. Esta teoría propone que la muerte de Jesús fue para pagar la deuda del pecado de la humanidad, que fue adquirida por Adán. El asunto se complica cuando se cuestiona a quién se le pagó dicha deuda, o quién estaba exigiendo ese pago (una vida humana como precio). Algunas escuelas defienden que la deuda se pagó a Dios mismo, pues para satisfacer su sed de justicia, alguien tenía que pagar con su vida por la inmoralidad humana. Otros indican que no, que la deuda se pagó a Satán, y que Dios lo entrampó haciéndole creer que le estaba entregando a su Hijo para que hiciera con El como quisiera, sin decirle que iba a resucitar. El problema con esta propuesta es que sostiene que para calmar la ira de Dios, había que sacrificar una vida, y más la vida de un hombre bueno y noble. Esto no se diferencia en nada de los sacrificios humanos que la cultura Azteca llevaba a cabo a diario, para calmar la ira del dios del sol. Yo no veo diferencia alguna entre ambas situaciones. Un horror. Además, el asunto de pagarle una deuda a Satán le otorga demasiado poder a un ángel. Eso no tiene sentido alguno.
Otra teoría, y esta es la más promulgada y usada por las iglesias cristianas hoy día, es la de la satisfacción. Esta fue creada por San Anselmo de Canterbury en el siglo XII de la era actual. Dios es un Dios justo, y por tanto su necesidad de hacer justicia debe ser satisfecha. Era o acabar con toda la humanidad, o aceptar el sacrificio de Jesús como satisfacción en sustitución por la culpa humana. El primer problema con esto es sostener que al justicia de Dios es algo así como una obligación intransigente. Dios no puede controlar su sed de venganza. Es decir: Dios es una máquina de castigo en contra de los que pecan. El no tiene más alternativa que castigar al pecador, punto. Ese no es el Dios que nos presentó Jesús. Dios no es un ser esquemático o autómata que solamente responde a obedecer una reglas ciegamente, afecten a quien afecten. Dios es libre, y Dios es todo poderoso. El hace lo que quiere, como quiere. Las escrituras prueban que Dios perdona en todo momento. Perdonó a Adán. Le impuso condiciones, pero no lo eliminó Perdonó a Caín. No lo mató, incluso prometió protegerlo. Perdonó a David. Perdonó a Pedro. El creer en esta teoría contradice lo escrito en el evangelio según Juan, capítulo 3, verso 16. Porque de tal manera AMO DIOS AL MUNDO, que nos dio a su Hijo. La vida, obra y muerte de Jesús fue un acto de amor de Dios, no de justicia ciega y para pagar una deuda de muerte. No. Dios nos amo, y por ello nos envió a Jesús.
La teoría de la sustitución penal fue creada por Martin Lutero y Juan Calvino en el siglo XVI. Es una variación de la teoría creada por San Anselmo. La variante es que, en vez de simplemente satisfacer la justicia de Dios con la muerte de Jesús, lo que realmente ocurrió es que Jesús tomó el lugar de la humanidad, y Dios descargó toda su ira en contra de El, y no contra los humanos, quienes son los verdaderos culpables de haber cometido el delito del pecado, que debe pagarse con la muerte. Mi objeción es la misma. Este pensamiento presenta a un Dios sin alternativas. Un Dios que trabaja como una máquina. Dios no perdona, Dios impone castigo y no hay otra alternativa. Dios no es libre y soberano. Dios es prisionero de su justicia.
Finalmente está la teoría de influencia moral, o de la redención ejemplar. Fue propuesta por el monje católico Pierre Abelard, o Pedro Abelardo, también el siglo XII. La vida y muerte de Jesús nos exponen un ejemplo que debemos seguir. Con su muerte Jesús demostró que el dio su vida por sus amigos, por sus fieles por amor al Padre. Esto debe motivarnos a seguir los mandamientos que nos dejó Jesús y vivir conforme a como El vivió, siendo pacientes, amables, compasivos, no envidiosos, altaneros o iracundos. Vivir tratando a los demás como nosotros queremos que nos traten.
Esta última explicación para la muerte de Jesús es quizás la más controversial de todas. Controversial, pues diferente a las otras teorías, esta explica que la muerte de Jesús no tuvo un efecto objetivo, sino subjetivo. No hubo un efecto metafísico y trascendental con la muerte del Hijo de Dios. Solamente el murió para dejarnos un ejemplo del camino que debemos seguir. Las otras teorías proponen que no, que la naturaleza misma de las cosas cambió con la muerte del Maestro. El cielo fue abierto, Dios cambió su visión de la humanidad.
La teoría de Abelard, al contrario, lo que dice no es que Dios cambió su percepción de cómo ver a los seres humanos, ya no como pecadores, sino como redimidos. Lo correcto es que Jesús fue quien vino a cambiar nuestra visión de quién realmente es Dios. Es nuestro Padre, compasivo y amoroso, quien quiere que todos se salven.
Incluso, la teoría ejemplar recalca que todo cristiano tiene que someterse a una transformación moral para ser salvo. No es meramente aceptando a Jesús que recibimos la gracia de la vida eterna. Es convirtiéndonos en discípulos obedientes al servicio de otros. La conducta del cristiano es la clave para la salvación. El capítulo 25 del evangelio según mateo lo deja muy claro. Los que entraran a la gloria del Señor son aquellos que le dieron de comer al necesitado, que cubrieron al que estaba desnudo, que visitaron al preso, que en fin, pusieron el interés ajeno antes del propio. Esos son los salvados. Los que se conducen en forma correcta.
Yo honestamente favorezco esta última teoría. Primeramente, el evangelio de Juan indica que Jesús era el equivalente al cordero pascual. El cordero que era ofrecido en la pascua no era un sacrificio por los pecados. Según fue ordenado por Moisés, siguiendo las órdenes dadas por Dios mismo, la sangre del cordero sacrificado se usó para proteger al Pueblo del Destructor. Es para proteger, no para perdonar pecados. Además, bien indica la Biblia, que Dios no acepta que los padres mueran por los pecados de los hijos, ni los hijos por los pecados de los padres. Todos somos responsables por nuestro propio pecado. Si esa es la situación, entonces la muerte de Jesús no fue para pagar por el pecado de nadie, pues la Biblia lo prohíbe. Lean Deuteronomio 24:16.
Si, es cierto, Pablo dijo que Jesús murió por nuestros pecados. En el griego original que escribió Pablo, la palabra que traducen como "por" es hyper en griego. Es el mismo prefijo que en español usamos como "hiper." Significa lo mismo en griego. Hiper es algo en exceso o superior a algo. Lo usamos en palabras como hipertensión, hiperactividad, hipercrítico, etc. Entonces lo que Pablo quiso decir realmente es que Jesús murió más allá de nuestros pecados, o por encima de nuestros pecados. ¿Qué significa eso? No voy a lanzarme a dar una contestación, pero les invito a meditar en el asunto.
La vida de Jesús fue un ejemplo que tenemos la obligación de seguir. Como bien El dijo, debemos ser sirvientes antes que todo. Es conducta lo que Jesús espera de nosotros.
Bendiciones.
Hoy día, la gran mayoría de las iglesias católicas y protestantes sostienen que la muerte de Jesús pagó por nuestros pecados. Su muerte fue el sacrificio perfecto que expió el pecado humano. La muerte de Jesús es igual a los sacrificios que eran presentados en el Templo de Jerusalem por los pecados cometidos. Esa, como veremos, es una de entre tantas otras formas de explicar qué fue lo que Jesús logró con su muerte. El dilema con este pensamiento es que delata que los que la defienden, no entienden cómo funcionaban los sacrificios en Israel. Bien explica la Biblia que los sacrificios eran por pecados no intencionales. Los pecados intencionales no podían ser expiados con ningún sacrificio. Lean Números 15, versos 22-31.
Debe tomarse en cuenta que aunque en el Nuevo Testamento Pablo indica que Jesús murió por nuestros pecados, esa expresión en sí misma no ofrece mucha explicación de lo que significa, especialmente si se considera la expresión en el griego koine original en que fue escrita. Es por esa razón que durante los pasados siglos varias renombradas figuras de la historia cristiana presentaron diferentes explicaciones para dar forma final al asunto.
La primera teoría es la del Christus Victor, o "Cristo Victorioso". La misma indica que con su muerte Jesús derrotó a los dos más terribles enemigos de la humanidad- el pecado y la muerte. Jesús venció ambos con su sacrificio. Esta teoría fue la más popular y más promulgada por la iglesia cristiana hasta la Edad Media. Hoy día la iglesia ortodoxa griega la sostiene como su principal doctrina sobre la muerte de Jesús.
La próxima teoría es la de la recompensa. Esta teoría propone que la muerte de Jesús fue para pagar la deuda del pecado de la humanidad, que fue adquirida por Adán. El asunto se complica cuando se cuestiona a quién se le pagó dicha deuda, o quién estaba exigiendo ese pago (una vida humana como precio). Algunas escuelas defienden que la deuda se pagó a Dios mismo, pues para satisfacer su sed de justicia, alguien tenía que pagar con su vida por la inmoralidad humana. Otros indican que no, que la deuda se pagó a Satán, y que Dios lo entrampó haciéndole creer que le estaba entregando a su Hijo para que hiciera con El como quisiera, sin decirle que iba a resucitar. El problema con esta propuesta es que sostiene que para calmar la ira de Dios, había que sacrificar una vida, y más la vida de un hombre bueno y noble. Esto no se diferencia en nada de los sacrificios humanos que la cultura Azteca llevaba a cabo a diario, para calmar la ira del dios del sol. Yo no veo diferencia alguna entre ambas situaciones. Un horror. Además, el asunto de pagarle una deuda a Satán le otorga demasiado poder a un ángel. Eso no tiene sentido alguno.
Otra teoría, y esta es la más promulgada y usada por las iglesias cristianas hoy día, es la de la satisfacción. Esta fue creada por San Anselmo de Canterbury en el siglo XII de la era actual. Dios es un Dios justo, y por tanto su necesidad de hacer justicia debe ser satisfecha. Era o acabar con toda la humanidad, o aceptar el sacrificio de Jesús como satisfacción en sustitución por la culpa humana. El primer problema con esto es sostener que al justicia de Dios es algo así como una obligación intransigente. Dios no puede controlar su sed de venganza. Es decir: Dios es una máquina de castigo en contra de los que pecan. El no tiene más alternativa que castigar al pecador, punto. Ese no es el Dios que nos presentó Jesús. Dios no es un ser esquemático o autómata que solamente responde a obedecer una reglas ciegamente, afecten a quien afecten. Dios es libre, y Dios es todo poderoso. El hace lo que quiere, como quiere. Las escrituras prueban que Dios perdona en todo momento. Perdonó a Adán. Le impuso condiciones, pero no lo eliminó Perdonó a Caín. No lo mató, incluso prometió protegerlo. Perdonó a David. Perdonó a Pedro. El creer en esta teoría contradice lo escrito en el evangelio según Juan, capítulo 3, verso 16. Porque de tal manera AMO DIOS AL MUNDO, que nos dio a su Hijo. La vida, obra y muerte de Jesús fue un acto de amor de Dios, no de justicia ciega y para pagar una deuda de muerte. No. Dios nos amo, y por ello nos envió a Jesús.
La teoría de la sustitución penal fue creada por Martin Lutero y Juan Calvino en el siglo XVI. Es una variación de la teoría creada por San Anselmo. La variante es que, en vez de simplemente satisfacer la justicia de Dios con la muerte de Jesús, lo que realmente ocurrió es que Jesús tomó el lugar de la humanidad, y Dios descargó toda su ira en contra de El, y no contra los humanos, quienes son los verdaderos culpables de haber cometido el delito del pecado, que debe pagarse con la muerte. Mi objeción es la misma. Este pensamiento presenta a un Dios sin alternativas. Un Dios que trabaja como una máquina. Dios no perdona, Dios impone castigo y no hay otra alternativa. Dios no es libre y soberano. Dios es prisionero de su justicia.
Finalmente está la teoría de influencia moral, o de la redención ejemplar. Fue propuesta por el monje católico Pierre Abelard, o Pedro Abelardo, también el siglo XII. La vida y muerte de Jesús nos exponen un ejemplo que debemos seguir. Con su muerte Jesús demostró que el dio su vida por sus amigos, por sus fieles por amor al Padre. Esto debe motivarnos a seguir los mandamientos que nos dejó Jesús y vivir conforme a como El vivió, siendo pacientes, amables, compasivos, no envidiosos, altaneros o iracundos. Vivir tratando a los demás como nosotros queremos que nos traten.
Esta última explicación para la muerte de Jesús es quizás la más controversial de todas. Controversial, pues diferente a las otras teorías, esta explica que la muerte de Jesús no tuvo un efecto objetivo, sino subjetivo. No hubo un efecto metafísico y trascendental con la muerte del Hijo de Dios. Solamente el murió para dejarnos un ejemplo del camino que debemos seguir. Las otras teorías proponen que no, que la naturaleza misma de las cosas cambió con la muerte del Maestro. El cielo fue abierto, Dios cambió su visión de la humanidad.
La teoría de Abelard, al contrario, lo que dice no es que Dios cambió su percepción de cómo ver a los seres humanos, ya no como pecadores, sino como redimidos. Lo correcto es que Jesús fue quien vino a cambiar nuestra visión de quién realmente es Dios. Es nuestro Padre, compasivo y amoroso, quien quiere que todos se salven.
Incluso, la teoría ejemplar recalca que todo cristiano tiene que someterse a una transformación moral para ser salvo. No es meramente aceptando a Jesús que recibimos la gracia de la vida eterna. Es convirtiéndonos en discípulos obedientes al servicio de otros. La conducta del cristiano es la clave para la salvación. El capítulo 25 del evangelio según mateo lo deja muy claro. Los que entraran a la gloria del Señor son aquellos que le dieron de comer al necesitado, que cubrieron al que estaba desnudo, que visitaron al preso, que en fin, pusieron el interés ajeno antes del propio. Esos son los salvados. Los que se conducen en forma correcta.
Yo honestamente favorezco esta última teoría. Primeramente, el evangelio de Juan indica que Jesús era el equivalente al cordero pascual. El cordero que era ofrecido en la pascua no era un sacrificio por los pecados. Según fue ordenado por Moisés, siguiendo las órdenes dadas por Dios mismo, la sangre del cordero sacrificado se usó para proteger al Pueblo del Destructor. Es para proteger, no para perdonar pecados. Además, bien indica la Biblia, que Dios no acepta que los padres mueran por los pecados de los hijos, ni los hijos por los pecados de los padres. Todos somos responsables por nuestro propio pecado. Si esa es la situación, entonces la muerte de Jesús no fue para pagar por el pecado de nadie, pues la Biblia lo prohíbe. Lean Deuteronomio 24:16.
Si, es cierto, Pablo dijo que Jesús murió por nuestros pecados. En el griego original que escribió Pablo, la palabra que traducen como "por" es hyper en griego. Es el mismo prefijo que en español usamos como "hiper." Significa lo mismo en griego. Hiper es algo en exceso o superior a algo. Lo usamos en palabras como hipertensión, hiperactividad, hipercrítico, etc. Entonces lo que Pablo quiso decir realmente es que Jesús murió más allá de nuestros pecados, o por encima de nuestros pecados. ¿Qué significa eso? No voy a lanzarme a dar una contestación, pero les invito a meditar en el asunto.
La vida de Jesús fue un ejemplo que tenemos la obligación de seguir. Como bien El dijo, debemos ser sirvientes antes que todo. Es conducta lo que Jesús espera de nosotros.
Bendiciones.
