La meretriz y el Príncipe

Almoni

ser humano
25 Abril 2012
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Contaba el abad Juan a propósito del alma que quiere hacer penitencia: «En una ciudad había una bellísima meretriz que tenía muchos amantes. Un varón de alta alcurnia le dijo: "Prométeme que guardarás castidad y me caso contigo". Ella se lo prometió, se casaron y la llevó a su casa. Los amantes la buscaban y al saber que se había casado con un hombre de tanta categoría, dijeron: "Si vamos a la puerta de la casa de un hombre tan poderoso y llega a saber lo que pretendemos sin duda nos castigará. Vayamos pues por la puerta trasera, lancemos el silbido acostumbrado y ella bajará y no correremos ningún peligro". Al oír ella la señal, taponó sus oídos, entró dentro de su casa y se cerró por dentro». Así habló el anciano y añadió que la meretriz era el alma, los amantes los vicios, el jefe o príncipe Cristo, su casa la mansión eterna del cielo y los que silbaban los perversos demonios. Si el alma es casta y fiel, siempre acude a Dios.