La mano de Dios

Bart

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24 Enero 2001
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La mano de Dios

"Tuyo es el brazo potente; fuerte es tu mano,
exaltada tu diestra
". (Salmo 89:13).


El 27 de abril de 1988 el cielo lucía un brillante azul;
sólo faltaban 30 minutos para que el avión lleno de pasajeros
llegara a su destino: la isla hawaiana de Maui.
De repente se oyó un ruido ensordecedor.
A 7.000 metros de altura, la parte superior de la cabina
se desprendió debido al desgaste del metal.
Los pasajeros quedaron sentados al aire libre,
con el cinturón de seguridad sujetado.
Algunos pensaron que ahí terminaría su vida.
Otros clamaban a Dios. un Dios al que no conocían en absoluto.
Pero ocurrió un milagro. El piloto logró aterrizar sin dificultad.

Muy felices, los pasajeros se abrazaban;
corrían lágrimas de alegría,
se oían exclamaciones de júbilo: ¡Tuvimos suerte!
Pero, Dios fue olvidado por la mayoría.
En cambio, el piloto se expresó así ante la prensa:
-La mano de Dios guió el avión.

En situaciones de peligro
a menudo se manifiesta la fragilidad del ser humano.
Entonces piensa en Dios.
por lo menos mientras duran las dificultades.

Si las cosas no salen bien,
hasta se pone a Dios en el banquillo de acusados:
¿Cómo pudo permitir esto? ¿Es un Dios de amor?
Pero cuando interviene de manera maravillosa,
se habla de suerte y se lo olvida.
En este mundo contradictorio no tiene lugar.
Sin embargo. «la mano de Dios guió el avión».

Él tiene todos los hilos en su mano
y "quiere que todos los hombres sean salvos" (1 Tim. 2:4);
por eso llama a la puerta de los corazones,
a veces con aflicciones y catástrofes.
Son advertencias divinas.
Pero cuando todo vaya bien,
reconozcamos también su intervención benéfica.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)


En el amor de Cristo nuestro Salvador

Mario Contreras T.
Aguas Vivas · Chile
www.aguasvivas.cl