Desde la década de 1960 hasta la de 1990, el padre Pellegrino Ernetti afirmó que ayudó a crear una máquina del tiempo llamada Cronovisor, que utilizó para observar, entre otras cosas, la crucifixión de Jesucristo.
Es de público conocimiento que la historia del Vaticano está llena de secretos. Y de todos ellos, ninguno puede ser más extraño que la leyenda del Cronovisor.
Se dice que el Cronovisor es un dispositivo que le da al usuario la capacidad de ver a través del tiempo. Aunque su existencia nunca ha sido probada y probablemente se trate de una «leyenda urbana» (¿o vaticana?), un libro de 2002 del sacerdote del Vaticano, el padre François Brune, afirma lo contrario. Según Brune, el Cronovisor fue desarrollado por el padre Pellegrino Ernetti, un monje benedictino. El religioso supuestamente mantuvo el dispositivo en secreto hasta principios de la década de 1960, cuando confió en Brune y le dijo que 12 científicos, incluido el famoso físico Enrico Fermi y el ex científico nazi Wernher von Braun, lo ayudaron a construirlo.
Hecho con elementos tan rudimentarios como de rayos catódicos, antenas y metales que recibían señales de luz y sonido en todas las longitudes de onda, el Cronovisor supuestamente permitió al equipo de científicos documentar eventos del pasado, incluida la crucifixión de Jesucristo. La máquina, por lo tanto, podría validar las enseñanzas de la Biblia, simplemente proporcionando una mirada de primera mano al pasado.
Según Ernetti, el dispositivo tenía varias antenas, tres de las cuales estaban hechas de metales «misteriosos» que captaban ondas de luz y sonido en todos sus respectivos espectros. Asimismo, un «buscador de dirección» en el aparato supuestamente estaba sintonizado en la era específica que uno quería ver, mientras que una pantalla lo mostraba y un dispositivo de grabación capturaba el metraje. El Cronovisor era, por tanto, más una ventana al pasado que una máquina del tiempo. Un ingenio que funcionaba como una televisión, captando ecos de días pasados que habían estado «flotando» en el espacio, y donde podían verse algunas cosas asombrosas…
Es de público conocimiento que la historia del Vaticano está llena de secretos. Y de todos ellos, ninguno puede ser más extraño que la leyenda del Cronovisor.
Se dice que el Cronovisor es un dispositivo que le da al usuario la capacidad de ver a través del tiempo. Aunque su existencia nunca ha sido probada y probablemente se trate de una «leyenda urbana» (¿o vaticana?), un libro de 2002 del sacerdote del Vaticano, el padre François Brune, afirma lo contrario. Según Brune, el Cronovisor fue desarrollado por el padre Pellegrino Ernetti, un monje benedictino. El religioso supuestamente mantuvo el dispositivo en secreto hasta principios de la década de 1960, cuando confió en Brune y le dijo que 12 científicos, incluido el famoso físico Enrico Fermi y el ex científico nazi Wernher von Braun, lo ayudaron a construirlo.
Hecho con elementos tan rudimentarios como de rayos catódicos, antenas y metales que recibían señales de luz y sonido en todas las longitudes de onda, el Cronovisor supuestamente permitió al equipo de científicos documentar eventos del pasado, incluida la crucifixión de Jesucristo. La máquina, por lo tanto, podría validar las enseñanzas de la Biblia, simplemente proporcionando una mirada de primera mano al pasado.
Ventana al pasado
El recurso de facto del Cronovisor es el libro de 2002 de Brune, Le Nouveau Mystère du Vatican. En él, Brune explica cómo conoció al padre Ernetti en un paseo en barco por el Gran Canal de Venecia a principios de la década de 1960. Como Brune, Ernetti estaba bien versado en la historia de las lenguas antiguas, lo que propiciaba una conversación natural. Pero pronto, Ernetti dirigió su charla hacia la ciencia. Brune había estado exponiendo las muchas formas en que se podía interpretar la Biblia cristiana cuando Ernetti sugirió que tenía acceso a la verdad a través de un dispositivo de viaje en el tiempo. El eclesiástico afirmó que él y un grupo de científicos de renombre se unieron en una búsqueda mutua para descubrir el pasado. Un científico fue Fermi, quien ganó el Premio Nobel de Física en 1938, y otro fue el ex nazi von Braun, cuyo trabajo en la NASA llevó a Estados Unidos a la Luna.
Según Ernetti, el dispositivo tenía varias antenas, tres de las cuales estaban hechas de metales «misteriosos» que captaban ondas de luz y sonido en todos sus respectivos espectros. Asimismo, un «buscador de dirección» en el aparato supuestamente estaba sintonizado en la era específica que uno quería ver, mientras que una pantalla lo mostraba y un dispositivo de grabación capturaba el metraje. El Cronovisor era, por tanto, más una ventana al pasado que una máquina del tiempo. Un ingenio que funcionaba como una televisión, captando ecos de días pasados que habían estado «flotando» en el espacio, y donde podían verse algunas cosas asombrosas…