La Ley y los Profetas
Queridos hermanos, aquí les comparto evidencia bíblica sobre el tema de La Ley de los Diez Mandamientos y los Profetas, los cuales señalan al verdadero Cristo, a fin de que seamos justificados únicamente por El. El Apóstol Pablo lo destaca en Romanos 3:21-24 de la siguiente manera: “Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas: La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios; siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús”. Cuando fue llevado ante el gobernador Félix en un juicio para matarlo, Pablo les presentó a Jesús con el mismo testimonio y lo une luego junto a la resurreción de los muertos: “Esto empero te confieso, que conforme á aquel Camino que llaman herejía, (literalmente: una secta) así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, la cual también ellos esperan.” (Hechos 24:14-15.)
Dos años después, compareciendo frente al gobernador Festo, Pablo añade: “Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir: Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y á los Gentiles.” (Hechos 26:22-23.)
Luego estando en Roma le dijeron: “Mas querríamos oir de ti lo que piensas; porque de esta secta notorio nos es que en todos lugares es contradicha. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas, desde la mañana hasta la tarde. Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían.” (Hechos 28:22-24.)
Primero leímos que Pablo “creía” lo que está escrito en La Ley y losProfetas, luego vimos que no decía “nada” fuera de las cosas que este testimonio dice, sus palabras son presentadas como una declaración del “reino de Dios” o sea, el pensamiento del Cielo. Y finalmente, lo vemos “persuadiéndoles” sobre Jesús por medio de lo mismo: La Ley y los Profetas.
El pensamiento de la bestia versus el pensamiento de Dios
Notemos que cuando se le preguntó a Pablo “lo que piensas” o sea, su manera de pensar, el Apóstol de los gentiles no descuidaba en nada el testimonio que señala al Salvador.
La Biblia dice que la bestia es la que “pensará en cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25.) Pero aunque la bestia piense de esa manera, Jesús declaró: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 5:17-20.)
Fijémonos como las palabras “hombres” y nuevamente “reino de los cielos” reflejan que fuera de sólo ser un viejo tema judaico, los mandamientos tienen una cobertura universal, desde el corazón de Dios, hasta el último rincón de la tierra. La Biblia revela que “se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.” (Apocalipsis 13:3.) Pero Jesús no dice “a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame. “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” (1 Reyes 18:21.)
Así nos revela la Palabra de Dios que hay en todo el mundo, dos seguidores con dos pensamientos: Los que guardan los mandamientos de Dios, y los que adoran a la bestia y siguen a la bestia. (Exodo 31:18; 32:16; Juan 15:10; Mateo 19:16-19; Apocalipsis 12:17; 19:10; 14:9-13; 13:8; 15-18.) La Iglesia Adventista del Séptimo Día es tildada de secta porque presenta a Jesús de este modo; sin embargo, fue así mismo como El Señor fue visto cuando se transfiguró delante de sus discípulos y la voz del cielo lo declaró Su Hijo amado; porque en ese momento se vieron a Moisés y Elías (La Ley y los Profetas) como los dos testigos del Salvador del mundo. (Mateo 17; Apocalipsis 11.)
Juan El Bautista
Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibir, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oir, oiga. (Mateo 11:13-15.)
La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza á entrar en él. (Lucas 16:16.)
Abrahán y el santo pacto
Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos. (Lucas 16:29-31; compárese la palabra persuadir con Hechos 28:23.)
En el camino a Emaús
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían. (Lucas 24:25-27.)
Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos. Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras; Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem. Y vosotros sois testigos de estas cosas. (Lucas 24:44-48.)
Pedro
Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen. (Hechos 5:32.)
Esteban
Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? y mataron á los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; Que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. (Hechos 7:51-53.)
Con todo Israel antiguo
Jehová protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos
y mis ordenanzas, conforme á todas las leyes que yo prescribí á vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas. Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios. (2 Reyes 17:13-14.)
Con Jeremías antes de la destrucción del templo
EN el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, fué esta palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla á todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé les hablases; no retengas palabra. Quizá oirán, y se tornarán cada uno de su mal camino; y arrepentiréme yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras. Les dirás pues: Así ha dicho Jehová: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual dí delante de vosotros, Para atender á las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, á los cuales no habéis oído; Yo pondré esta casa como Silo, y daré esta ciudad en maldición á todas las gentes de la tierra. (Jeremías 26:1-6.)
Con Daniel después de la destrucción del templo
De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado; Y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas. Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oir tu voz: por lo cual ha fluído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos. (Daniel 9:9-11.)
Con Nehemías durante la reconstrucción del templo
Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon. Y alargaste sobre ellos muchos años, y protestásteles con tu espíritu por mano de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Empero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. (Nehemías 9:29-31.)
Felipe
Felipe halló á Natanael, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de Nazaret. (Juan 1:45.)
Con Elena G. De White“La ley y los profetas son el tesoro confiado a los discípulos para ser dado al mundo; el nombre de Cristo es su consigna...” (El Deseado de todas las gentes. Página 766.)
“La ley y los profetas son los agentes señalados por Dios para la salvación de los hombres...”(Palabras de Vida del Gran Maestro. Página 209.)
Isaías
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido. (Isaías 8:20.)
UN SALUDO A TODOS MIS HERMANOS ACA ESTOY DE NUEVO
Queridos hermanos, aquí les comparto evidencia bíblica sobre el tema de La Ley de los Diez Mandamientos y los Profetas, los cuales señalan al verdadero Cristo, a fin de que seamos justificados únicamente por El. El Apóstol Pablo lo destaca en Romanos 3:21-24 de la siguiente manera: “Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas: La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios; siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús”. Cuando fue llevado ante el gobernador Félix en un juicio para matarlo, Pablo les presentó a Jesús con el mismo testimonio y lo une luego junto a la resurreción de los muertos: “Esto empero te confieso, que conforme á aquel Camino que llaman herejía, (literalmente: una secta) así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, la cual también ellos esperan.” (Hechos 24:14-15.)
Dos años después, compareciendo frente al gobernador Festo, Pablo añade: “Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir: Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y á los Gentiles.” (Hechos 26:22-23.)
Luego estando en Roma le dijeron: “Mas querríamos oir de ti lo que piensas; porque de esta secta notorio nos es que en todos lugares es contradicha. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas, desde la mañana hasta la tarde. Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían.” (Hechos 28:22-24.)
Primero leímos que Pablo “creía” lo que está escrito en La Ley y losProfetas, luego vimos que no decía “nada” fuera de las cosas que este testimonio dice, sus palabras son presentadas como una declaración del “reino de Dios” o sea, el pensamiento del Cielo. Y finalmente, lo vemos “persuadiéndoles” sobre Jesús por medio de lo mismo: La Ley y los Profetas.
El pensamiento de la bestia versus el pensamiento de Dios
Notemos que cuando se le preguntó a Pablo “lo que piensas” o sea, su manera de pensar, el Apóstol de los gentiles no descuidaba en nada el testimonio que señala al Salvador.
La Biblia dice que la bestia es la que “pensará en cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25.) Pero aunque la bestia piense de esa manera, Jesús declaró: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 5:17-20.)
Fijémonos como las palabras “hombres” y nuevamente “reino de los cielos” reflejan que fuera de sólo ser un viejo tema judaico, los mandamientos tienen una cobertura universal, desde el corazón de Dios, hasta el último rincón de la tierra. La Biblia revela que “se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.” (Apocalipsis 13:3.) Pero Jesús no dice “a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame. “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” (1 Reyes 18:21.)
Así nos revela la Palabra de Dios que hay en todo el mundo, dos seguidores con dos pensamientos: Los que guardan los mandamientos de Dios, y los que adoran a la bestia y siguen a la bestia. (Exodo 31:18; 32:16; Juan 15:10; Mateo 19:16-19; Apocalipsis 12:17; 19:10; 14:9-13; 13:8; 15-18.) La Iglesia Adventista del Séptimo Día es tildada de secta porque presenta a Jesús de este modo; sin embargo, fue así mismo como El Señor fue visto cuando se transfiguró delante de sus discípulos y la voz del cielo lo declaró Su Hijo amado; porque en ese momento se vieron a Moisés y Elías (La Ley y los Profetas) como los dos testigos del Salvador del mundo. (Mateo 17; Apocalipsis 11.)
Juan El Bautista
Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibir, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oir, oiga. (Mateo 11:13-15.)
La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza á entrar en él. (Lucas 16:16.)
Abrahán y el santo pacto
Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos. (Lucas 16:29-31; compárese la palabra persuadir con Hechos 28:23.)
En el camino a Emaús
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían. (Lucas 24:25-27.)
Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos. Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras; Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem. Y vosotros sois testigos de estas cosas. (Lucas 24:44-48.)
Pedro
Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen. (Hechos 5:32.)
Esteban
Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? y mataron á los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; Que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. (Hechos 7:51-53.)
Con todo Israel antiguo
Jehová protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos
y mis ordenanzas, conforme á todas las leyes que yo prescribí á vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas. Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios. (2 Reyes 17:13-14.)
Con Jeremías antes de la destrucción del templo
EN el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, fué esta palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla á todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé les hablases; no retengas palabra. Quizá oirán, y se tornarán cada uno de su mal camino; y arrepentiréme yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras. Les dirás pues: Así ha dicho Jehová: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual dí delante de vosotros, Para atender á las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, á los cuales no habéis oído; Yo pondré esta casa como Silo, y daré esta ciudad en maldición á todas las gentes de la tierra. (Jeremías 26:1-6.)
Con Daniel después de la destrucción del templo
De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado; Y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas. Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oir tu voz: por lo cual ha fluído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos. (Daniel 9:9-11.)
Con Nehemías durante la reconstrucción del templo
Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon. Y alargaste sobre ellos muchos años, y protestásteles con tu espíritu por mano de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Empero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. (Nehemías 9:29-31.)
Felipe
Felipe halló á Natanael, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de Nazaret. (Juan 1:45.)
Con Elena G. De White“La ley y los profetas son el tesoro confiado a los discípulos para ser dado al mundo; el nombre de Cristo es su consigna...” (El Deseado de todas las gentes. Página 766.)
“La ley y los profetas son los agentes señalados por Dios para la salvación de los hombres...”(Palabras de Vida del Gran Maestro. Página 209.)
Isaías
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido. (Isaías 8:20.)
UN SALUDO A TODOS MIS HERMANOS ACA ESTOY DE NUEVO