Re: La ley mosaica y la ley de Cristo ¿se contradicen?
Cristo dijo en cierta ocasión que la vida eterna consiste en adquirir conocimiento de Dios y de aquél que él envió, Jesucristo. Es decir, que la vida eterna, que fue lo que Dios concibió para todos los humanos al crearlos, solo podremos alcanzarla mediante adquirir un conocimiento completo de Dios, de sus cualidades y de su propósito, y de la forma que él quiere realizarlo. También de Jesús, puesto que éste comparte con su padre celestial tal propósito y los medios para poder realizarlo.
Solo conociendo a ambos, lo que son y lo que se proponen hacer de nosotros, y también todo lo que han hecho para conducirnos a este fin, podemos apreciar el valor de su amor y sentirnos movido a corresponderles y obedecer todas sus instrucciones, pues de nuestra obediencia depende el que se nos considere dignos de recibir este bien eterno. Dios se ha esforzado desde el mismo principio de la creación humana dirigir sus pasos por el camino correcto, instruyéndolos, diciéndoles anticipadamente lo que debían y no debían hacer para que todo les resultara fácil, pero ellos no quisieron obedecerle como todos sabemos, y por ellos vino el error y la maldad.
Dices que tal vez deberíamos rogar a Dios para que nos envíe su espíritu como “lluvia tardía”, y cuán tardía, como lo hizo en tiempos pasado. Dios no envía su espíritu a todo el que le pide, o lo necesita, pues muchos se lo están pidiendo durante toda su vida, y no lo reciben, y necesitarlo lo necesitamos todos, y tampoco lo recibimos. Debemos procurar conocerlo primero, y obedecer cuanto nos manda hacer, entonces podemos esperar quizás recibirlo.
El espíritu santo de Dios, y de Cristo, no es alguna fuerza misteriosa o milagrosa, que él nos envía a través del espacio cuando le viene bien hacerlo, algo que no podamos entender ni saber cómo o cuándo alcanzarlo, Dios en su palabra nos enseña todo cuanto debemos saber y hacer, de manera que mejor podamos entenderlo, pero, eso sí, debemos esforzarnos en conocerlo a él, y a su Hijo, y obedecerlos en todo cuanto nos enseñan.
Cuando llegamos a conocer a nuestro Creador, y a su Hijo Jesús, estudiando y profundizando en su palabra, la Biblia, cuando nos damos cuenta y apreciamos lo mucho que han hecho por nosotros, lo que se han esforzado y sacrificado por inculcarnos el conocimiento que puede capacitarnos para la vida eterna, si nos sentimos inclinados a mostrarles nuestra gratitud obedeciéndoles en todo, entonces es cuando empezamos a pensar como ellos, sentir como ellos, querer lo que ellos quieren, amar la justicia y odiar lo malo, es así como recibimos el espíritu santo, porque hemos puesto nuestro espíritu en armonía con el suyo y solo deseamos hacer lo correcto, amar lo que ellos aman, y odiar lo que odian, la injusticia y la ingratitud.
Eso es al menos lo que yo he llegado a entender, y lo que deseo compartir con otro que también deseen hacer la voluntad divina, lo que Dios quiere que nosotros hagamos, y no lo que nosotros queremos que haga él. Porque lo que Dios quiere es hacer de nosotros es que seamos personas justas y amorosas como él lo es, para que podamos vivir pacíficamente sobre la tierra amándonos y siendo felices por toda la eternidad, pero lo que deseamos nosotros impulsados por nuestra ignorancia y por nuestro egotismo siempre será injusto al menos que busquemos y nos dejemos guiar por la justicia de Dios.
Saludos.