KARMA y REENCARNACIÓN
Que duda cabe que en la actualidad, son pocos los que relacionarian estos dos términos con el cristianismo, pues como todo el mundo sabe, Karma y Reencarnación son siempre relacionados con religiones de raíces orientales.
Determinados sectores del cristianismo no dudan en hacer uso de la burla en cuanto a la reencarnación se refiere, pero, ¿es cierto que los sabios que escribieron la Sabiduría de la Biblia no creyeran en ella?
Hay que tener muy presente que en la época de Jesús existía una secta judía conocida con el nombre de Esenios. Aunque son más bien escasos los datos que disponemos de ellos, sabemos que sus componentes vivían alejados de la población refugiados en las cuevas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto. Practicaban la meditación y la renunciación, no toleraban sacrificio animal alguno y se entregaban al estudio de las plantas, así como al análisis y práctica del Principio del Mentalismo, Sabiduría que Moisés les había legado.
De hecho, podemos afirmar sin miedo al error, que existen muy pocas diferencias entre los Budistas actuales y lo que por aquel entonces fueron conocidos como Esenios. No sería, pues, demasiado difícil sospechar que esta secta creyera también en la reencarnación.
Hay que recordar, que aunque en la actualidad el cristianismo rechace la reencarnación, no pensaban de la misma manera los primeros cristianos, pues se abandonó esta creencia a partir de la celebración del segundo Concilio de Constantinopla (553 d.C.) en el que se negó su existencia, en favor de lo que se conoce por Resurrección.
El problema aparece cuando se invita a argumentar algun tipo de explicación con un mínimo de consistencia, sobre el porqué de la abundancia de unas personas y la pobreza extrema, atención: extrema, de muchas otras. Ante preguntas sobre este punto, siempre se adoptan actitudes evasivas o se intenta escapar de la pregunta atribuyéndolo todo a una más que cuestionable arbitrariedad de Dios, o bien al azar.
Evidentemente, tampoco se tiene respuesta para explicar el porqué determinadas personas sufren graves discapacidades físicas o psíquicas, ni la razón del aparente sorteo del lugar de nacimiento, así como el privilegio de nacer encarnados como humanos.
Muchas personas no dudan en inhibirse e ignorar todos estos argumentos. No creen en la reencarnación, y si en efecto, existe, pues... "!mucho mejor, volveré a vivir otra vida!", exclaman con aires de indiferencia. Pero el problema, es que la existencia se va volviendo cada vez más dura y difícil, ya que la persona está más preparada (más enriquecida en su Subconsciente) para poder enfrentarse a más adversidades, de las cuales, aprenderá a buen ritmo.
"Puesto que la mucha sabiduría trae consigo muchas desa-
zones; y quien acrecienta el saber, también acrecienta el
trabajo."
Eclesiastés 1,18
Recordad que nos hallamos atados a lo que la cultura Oriental conoce por Samsara, y esta peligrosa "rueda" de la muerte-reencarnación no puede, en ningún caso, considerarse como una buena noticia.
Por ello, es más que necesario el conocer y aceptar el funcionamiento de la Ley del Karma, ya que aquel que la tenga en su conocimiento y procure seguir sus reglas sin excepciones, podrá ahorrarse mucho sufrimiento.
"No queráis engañaros a vosotros mismos: Dios no puede ser
burlado. Así es lo que un hombre sembrare, eso recogerá ."
Gálatas 6,7-8
"El Señor de los ejércitos ha hecho con nosotros aquello mis-
mo que pensó hacer en vista de nuestras obras y de nuestros
procederes."
Zacarías 1,6
El Karma nos ayuda a experimentar el dolor que nosotros hemos provocado a los demás en el pasado. Tened muy presente esto: todo el mundo experimenta las dificultades y desgracias que en algún momento de la existencia hemos provocado a los demás.
"A fin de que conociesen que por aquellas mismas cosas
que uno peca, por esas mismas es atormentado."
Sabiduría 11,17
Y será gracias a la Memoria, es decir al "recuerdo" (dentro de nuestra Mente Subconsciente) del dolor que hemos experimentado, que podremos alcanzar suficiente sensibilidad y abstenernos de provocar sufrimiento a los demás, ya que nuestra enriquecida base de datos nos permite o facilita la recreación del dolor experimentado por nosotros mismos en algún momento concreto de nuestra existencia.
"Mas el Señor, Dios de Israel, que ve todas las cosas, le hirió
con una llaga interior e incurable: pues apenas había acaba-
do de pronunciar dichas palabras, le acometió un acerbo
dolor de entrañas y un terrible cólico. Y a la verdad es que
bien lo merecía, puesto que él había desgarrado las entra-
ñas de otros con muchas y nuevas maneras de tormentos."
2 Macabeos 9,5-6
"No hagas mal, y el mal no caerá sobre ti."
Eclesiástico 7,1
Vigilad pues, ya que todo aquello que hagáis queda plasmado en vuestro Karma, y más tarde o temprano, tendréis que responder de vuestras acciones.
Y no olvidéis que...
"Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados."
Mateo 10,30
Que duda cabe que en la actualidad, son pocos los que relacionarian estos dos términos con el cristianismo, pues como todo el mundo sabe, Karma y Reencarnación son siempre relacionados con religiones de raíces orientales.
Determinados sectores del cristianismo no dudan en hacer uso de la burla en cuanto a la reencarnación se refiere, pero, ¿es cierto que los sabios que escribieron la Sabiduría de la Biblia no creyeran en ella?
Hay que tener muy presente que en la época de Jesús existía una secta judía conocida con el nombre de Esenios. Aunque son más bien escasos los datos que disponemos de ellos, sabemos que sus componentes vivían alejados de la población refugiados en las cuevas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto. Practicaban la meditación y la renunciación, no toleraban sacrificio animal alguno y se entregaban al estudio de las plantas, así como al análisis y práctica del Principio del Mentalismo, Sabiduría que Moisés les había legado.
De hecho, podemos afirmar sin miedo al error, que existen muy pocas diferencias entre los Budistas actuales y lo que por aquel entonces fueron conocidos como Esenios. No sería, pues, demasiado difícil sospechar que esta secta creyera también en la reencarnación.
Hay que recordar, que aunque en la actualidad el cristianismo rechace la reencarnación, no pensaban de la misma manera los primeros cristianos, pues se abandonó esta creencia a partir de la celebración del segundo Concilio de Constantinopla (553 d.C.) en el que se negó su existencia, en favor de lo que se conoce por Resurrección.
El problema aparece cuando se invita a argumentar algun tipo de explicación con un mínimo de consistencia, sobre el porqué de la abundancia de unas personas y la pobreza extrema, atención: extrema, de muchas otras. Ante preguntas sobre este punto, siempre se adoptan actitudes evasivas o se intenta escapar de la pregunta atribuyéndolo todo a una más que cuestionable arbitrariedad de Dios, o bien al azar.
Evidentemente, tampoco se tiene respuesta para explicar el porqué determinadas personas sufren graves discapacidades físicas o psíquicas, ni la razón del aparente sorteo del lugar de nacimiento, así como el privilegio de nacer encarnados como humanos.
Muchas personas no dudan en inhibirse e ignorar todos estos argumentos. No creen en la reencarnación, y si en efecto, existe, pues... "!mucho mejor, volveré a vivir otra vida!", exclaman con aires de indiferencia. Pero el problema, es que la existencia se va volviendo cada vez más dura y difícil, ya que la persona está más preparada (más enriquecida en su Subconsciente) para poder enfrentarse a más adversidades, de las cuales, aprenderá a buen ritmo.
"Puesto que la mucha sabiduría trae consigo muchas desa-
zones; y quien acrecienta el saber, también acrecienta el
trabajo."
Eclesiastés 1,18
Recordad que nos hallamos atados a lo que la cultura Oriental conoce por Samsara, y esta peligrosa "rueda" de la muerte-reencarnación no puede, en ningún caso, considerarse como una buena noticia.
Por ello, es más que necesario el conocer y aceptar el funcionamiento de la Ley del Karma, ya que aquel que la tenga en su conocimiento y procure seguir sus reglas sin excepciones, podrá ahorrarse mucho sufrimiento.
"No queráis engañaros a vosotros mismos: Dios no puede ser
burlado. Así es lo que un hombre sembrare, eso recogerá ."
Gálatas 6,7-8
"El Señor de los ejércitos ha hecho con nosotros aquello mis-
mo que pensó hacer en vista de nuestras obras y de nuestros
procederes."
Zacarías 1,6
El Karma nos ayuda a experimentar el dolor que nosotros hemos provocado a los demás en el pasado. Tened muy presente esto: todo el mundo experimenta las dificultades y desgracias que en algún momento de la existencia hemos provocado a los demás.
"A fin de que conociesen que por aquellas mismas cosas
que uno peca, por esas mismas es atormentado."
Sabiduría 11,17
Y será gracias a la Memoria, es decir al "recuerdo" (dentro de nuestra Mente Subconsciente) del dolor que hemos experimentado, que podremos alcanzar suficiente sensibilidad y abstenernos de provocar sufrimiento a los demás, ya que nuestra enriquecida base de datos nos permite o facilita la recreación del dolor experimentado por nosotros mismos en algún momento concreto de nuestra existencia.
"Mas el Señor, Dios de Israel, que ve todas las cosas, le hirió
con una llaga interior e incurable: pues apenas había acaba-
do de pronunciar dichas palabras, le acometió un acerbo
dolor de entrañas y un terrible cólico. Y a la verdad es que
bien lo merecía, puesto que él había desgarrado las entra-
ñas de otros con muchas y nuevas maneras de tormentos."
2 Macabeos 9,5-6
"No hagas mal, y el mal no caerá sobre ti."
Eclesiástico 7,1
Vigilad pues, ya que todo aquello que hagáis queda plasmado en vuestro Karma, y más tarde o temprano, tendréis que responder de vuestras acciones.
Y no olvidéis que...
"Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados."
Mateo 10,30