LA IGLESIA ROMANA.¿A quién creer, A LOS PADRES CRISTIANOS o a las SECTAS EVANGELICAS?

El pequeño detallito que te falta en esa historia que te montas tú solito es que hablar de Iglesia es hablar del Cuerpo de Cristo, "..columna y baluarte de la Verdad..". Y que Cristo dió su vida por ELLA.

"Las puertas del infierno no prevalecerán jamás contra MI IGLESIA". Jesucridto.Palestina, año 33.


Tú sigue con las doctrinas de ese blasfemo de Lutero.

Dios te Ilumine.
 
Emmanuel:

Y el gran detalle que a ti te falta, es que crees que Iglesia es la Iglesia Católica y Romana.

La Iglesia, la Esposa de Cristo NO ES EXCLUSIVA DE NINGUNA DENOMINACION, ni ortodoxos, ni protestantes ni católicos tienen la exclusiva.

La Iglesia, como tu bien dices ES DE CRISTO , no de los hombres.


La Iglesia Catolica y Romana no existió hasta el siglo IV. Antes existia la llamada Iglesia Católica, que nada tiene que ver con la Iglesia Romana ;hace 1700 años no existía la ICR.

Estudia algo de historia, y lo entenderás, comprueba por tí mismo si una hereje y sectaria como yo
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te está diciendo la verdad. ¿Eres capaz de demostrarme que estoy equivocada?

Maripaz

------------------
Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas.(2 Cron. 32:7-8)
 
Emmanuel mucho gusto de leer tus palabras, no sabes la bendición que es para mi leer, tantos autores ¿cristianos? no lo se si son, Irineo, Maximo, Cirilo, Julio II, Agustín, Ambrosio, Cipriano, Ireneo, no se de que santoral de locos abras sacado tanto nombre, ppero en fin, los verdaderos EL UNICO PADRE DE LA IGLESIA ES DIOS, EL PADRE DE JESUCRISTO, EL UNICO SALVADOR ES JESUCRISTO, Y SI DESEAS LLAMARLES PADRES A LOS APOSTOLES SON JUAN, PEDRO, PABLO(LEVI), MARCOS, ETC, CADA UNO DE LOS APOSTOLES, nosotros somos nada más obreros, pastores, maestros, administradores, obispos y diaconos, y con base en la escritura le llamamos padre al que nos ayuda a recibir a nuestro Señor Jesucristo, pero para decirle padre a un hermano, primero necesitas:
1. Conocerle
2. Que te enseñe solamente las escrituras.
3. Que acepte cuando sus doctrinas son erroneas.
4. Ni pensar en ser Dios, como los que se hacen llamar EMMANUEL.

emmanuel que el Señor te bendiga abundantemente y enseñanos a besar a el Coran como tu padre lo hace, o a incarse delante de las imagenes, para aprenderte tus herejias



QUOTE]Originalmente enviado por emmanuel:
Cuando abunda la confusión, ¿a quién es más razonable creer?. Veamos lo que nos dicen aquellos que aprendieron las enseñanazas de los apóstoles, y no a quien las aprende de los brujos del siglo XX.
Veamos que nos dicen los Padres de la Iglesia:

¿Alguien se atreve a publicar esos dos salmos?.El 86 y el 75. Gracias.

De nuevo hermano estamos ante los mismos dilemas:
Si estos señores, que nos dieron y autentificaron la Biblia,(muchos dieron su vida por ello), nos mienten.¿Porqué sabemos que la Biblia es cierta?.

Si antes de que hubiese Biblia, muchas de estas ciats ya se habían realizado. ¿Será que interpretaban mal las cosas?.Incongruente.

¿Alguién les llamó IDOLATRAS, por seguir a Pedro como seguió el pueblo de Dios a Moisés?

¿Eran herejes los que nos dieron la Biblia?
¿Eran herejes los que aprendieron más directamente de los apóstoles las verdaderas palabras de Jesús?.

Por favor, no huyan de estas cuestiones como despavoridos.Algún valiente que las afronte.

PREGUNTA DEL MILLON PARA EL SEÑOR JETONIUS:

¿Interpretaron correctamente el mensaje de Jesús estos mismos Padres que nos "afirman" la Autoridad Suprema de las Escrituras?

O por el contrario:

A pesar de tener la Sagrada Escritura como fundamento la adulteraron.


¿Cómo va a ser posible amar a Cristo sin amar a la Iglesia, siendo así que el más hermoso testimonio dado a favor de Cristo es el de San Pablo: «amó a la Iglesia y se entregó por ella» (Ef 5, 25)?"


Dios les bendiga.
(Si quieren más, pidan, ¿eh?, pidan. "Pedid y se os dará"). Ya sabemos que en las librerias evangélicas les ocultan estas cosas...
[/QUOTE]
 
Estimado Emannuele:

No diré que siento lástima de tí, para no parecer soberbio o peyorativo. Si diré que siento misericordia por tu ignorancia y testarudez. Parecería que tu participación apunta solo a poder conseguir, aunque mas no sea, una pequeña validez a tus teorías espirituales extra-bíblicas. Supones que porque tiene detras una "gran" Iglesia (en número) te tranquiliza el hecho de suponer que tantas personas desde hace tanto tiempo no pueden estar equivocadas. Como si el gran volúmen o envergadura jugara a tu favor, cuando la Palabra dice exactamente lo contrario (Mateo 7:13)

No deseo ofenderte. Por favor toma este ejemplo solo como eso.
¿Sabes como hacen para cazar cierta especie de monos en el Africa? Estos monos son muy curiosos. Lo primero que se hace es buscar un árbol con un hueco en el que entre una piedra, pero te manaño exacto para que un puño cerrado no pueda salir. Esperan que el mono VEA al cazador colocar la piedra en el hoyo, y entonces la coloca y se vá. El cazador se esconde y espera que el mono baje e intente agarrar la piedra. Entonces el mono baja, y su curiosidad es tan grande que mete la mano en el hoyo para ver "Qué cosa" es eso que metieron alli. Entonces, con la mano la descubre y la agarra. Al cerrar el puño, este ya no logra pasar por el hoyo. El cazador se aproxima a él, pero este mono es tan curioso y tan ambicioso que a pesar de verse en peligro por la proximidad del cazador, no suelta la piedra. El final es previsible... palo y a la bolsa.

Veo en tu caso que vos sos el mono y la piedra es la doctrina de hombres que te inculcó el catolicismo romano.

Emannuel, el cazador viene... No seas cabeza dura y largá la piedra.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dijiste:
!El pequeño detallito que te falta en esa historia que te montas tú solito es que hablar de Iglesia es hablar del Cuerpo de Cristo, "..columna y baluarte de la Verdad..". Y que Cristo dió su vida por ELLA.

"Las puertas del infierno no prevalecerán jamás contra MI IGLESIA". Jesucridto.Palestina, año 33.[/quote]

¿Cual detalle? Nunca me faltó ningún detalle. No tengo ninguna duda que la iglesia de Cristo es columna y baluarte de la Verdad Revelada: Jesucristo y Su Evangelio de Gracia. Su cuerpo, Su iglesia es quien apuntala, apoya, sostiene y defiende la Verdad, predicándola. Y como el mismo Cristo afirmó, el infierno (en ninguna de sus formas como apostacía y ecumensimo falaz) podrán vencerla.

El problema radica en que supones que esa iglesia de Cristo es la Iglesia Católica Romana. No haces mas que repetir lo que escuchaste de tus "amos espirituales" que te obligan a seguir lo que ellos determinan (leer catecismo Nº 88).

Quisiera conocer tu opinión respecto a lo siguiente: Si la Iglesia Católica Romana se dice la única Iglesia Verdadera de Jesucristo, ¿cómo es que afirma en su catecismo que uno puede ser salvo AUNQUE NO CONOZCA A JESUCRISTO Y SU EVANGELIO? (Catecismo Nº 1260), CONTRADICIENDO 1ª TIMOTEO 2:5, y JUAN 14:6, entre otros.

Se acerca el cazador Emannuel, largá la piedra.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dijiste:
"Tú sigue con las doctrinas de ese blasfemo de Lutero."[/quote]

Yo sigo la Palabra de Dios revelada en las Sagradas Escrituras. No obedezco doctrinas de hombres. La Palabra dice "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2ª Corintios 3:17). No creo que sea tu caso y el de los católicos que obedecen al catecismo:

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dice la Iglesia Católica romana:
"El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación Divina, o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario." Catecismo N° 88[/quote]

Si a ti y a todos los católicos sus autoridades los... obligan... ¿a dónde quedó la libertad del Espíritu de Dios?

Espero que encuentres una respuesta lógica que satisfaga tus espectativas.
Sino... largá la piedra que viene el cazador...

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dijiste:
"Dios te Ilumine."[/quote]

Amén. Lo necesito.






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Daniel
(Juan 8:32)

Sola Fe
Sola Gracia
Sola Biblia
Solo Cristo
Solo gloria a Dios
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Juan 8:32:
Estimado Emannuele:
No diré que siento lástima de tí, para no parecer soberbio o peyorativo. Si diré que siento misericordia por tu ignorancia y testarudez.
[/quote]

Ya lo pareciste. Y esa soberbia te ciega para reconocer lo que son hechos:

Que existía un consenso por parte de aquellos que te dieron tu Biblia en el asunto de la primacía de la Iglesia Romana.

Nadie contendió.

Nadie lo contestó.

Nadie lo anatemizó.

Nadie lo criticó.

Nadie llamó herejes a nuestros padres.

Nadie pidió que se celebrase un concilio.

Sencillamente todos lo asumían.

¿Porqué?

Sencillamente por que era la Verdad revelada por Jesucristo.


Tú sigue a Lutero y sus blasfemias. Yo obedeceré a Cristo.


En vez de esquivar las citas una y otra vez, contrástalas. Este es un foro de discusión y todo el mundo ve que no puedes dar argumentos, sólo sermones. En tu página web podrás esconder y tergiversar la verdad, pero en este foro te es algo más difícil.

Dios te ilumine.
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>¿Cómo va a ser posible amar a Cristo sin amar a la Iglesia, siendo así que el más hermoso testimonio dado a favor de Cristo es el de San Pablo: «amó a la Iglesia y se entregó por ella» (Ef 5, 25)?"[/quote]
 
Originalmente enviado por Roberto Mateos Quiroz:
Emmanuel mucho gusto de leer tus palabras, no sabes la bendición que es para mi leer, tantos autores ¿cristianos? no lo se si son, Irineo, Maximo, Cirilo, Julio II, Agustín, Ambrosio, Cipriano, Ireneo, no se de que santoral de locos abras sacado tanto nombre, ppero en fin, los verdaderos EL UNICO PADRE DE LA IGLESIA ES DIOS, EL PADRE DE JESUCRISTO, EL UNICO SALVADOR ES JESUCRISTO, Y SI DESEAS LLAMARLES PADRES A LOS APOSTOLES SON JUAN, PEDRO, PABLO(LEVI), MARCOS, ETC, CADA UNO DE LOS APOSTOLES, nosotros somos nada más obreros, pastores, maestros, administradores, obispos y diaconos, y con base en la escritura le llamamos padre al que nos ayuda a recibir a nuestro Señor Jesucristo, pero para decirle padre a un hermano, primero necesitas:
1. Conocerle
2. Que te enseñe solamente las escrituras.
3. Que acepte cuando sus doctrinas son erroneas.
4. Ni pensar en ser Dios, como los que se hacen llamar EMMANUEL.

emmanuel que el Señor te bendiga abundantemente y enseñanos a besar a el Coran como tu padre lo hace, o a incarse delante de las imagenes, para aprenderte tus herejias

Dios nos bendiga a todos en el foro y especialmente a ti que eres tan necio emmanu
 
Estimado Emanuel

¿No te cansas de repetir siempre lo mismo...?

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dijiste:
Que existía un consenso por parte de aquellos que te dieron tu Biblia en el asunto de la primacía de la Iglesia Romana.[/quote]

¿Quien me "dió" mi Biblia?
Qué comico... ¿¿ me la dieron luego de 1500 años de esconderla bien escondida????
no.GIF

No me hagas reir...

¿Para que "me la dieron"? ¿Para declarar hereje a quien la tenía y leía? ¿Para eso "me la dieron" ?? (Eres patético...)

¿Iglesia Romana?
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Nació con Don Constantino allá por el siglo IV, marcando el comienzo del cumplimiento de muchas profecías de la Biblia ...


<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dijiste:
"Nadie contendió.

Nadie lo contestó.

Nadie lo anatemizó.

Nadie lo criticó.

Nadie llamó herejes a nuestros padres.

Nadie pidió que se celebrase un concilio.

Sencillamente todos lo asumían.

¿Porqué?...[/quote]


¿Sabés porqué nadie contendió, nadie lo contestó, nadie lo anatemizó, nadie lo criticó...?

Sencillamente porque LA ESCONDIERON he hicieron su PROPIA VERSION del evangelio, la cual obligaban a respetar so pena de ser excomulgado...

Exactamente eso es lo que menciona Pablo en Gálatas... "otro evangelio".

(Pensar que estoy respondiéndole a un "católico" que afirma que ES LICITO QUE EL AUTOR DE UN LIBRO INSPIRADO SE DISCULPE POR SI SE EQUIVOCÓ EN ALGO ...

En fin...



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Daniel
(Juan 8:32)

Sola Fe
Sola Gracia
Sola Biblia
Solo Cristo
Solo gloria a Dios
 
Estimado Jetonius,

Cuando tantos Padres hablan de la supremacía de la Iglesia Romana de forma explícita, usted para demostrar la hipótesis contraria debe:

dar citas de contemporáneos suyos que explícitamente nieguen o rabatan esas afirmaciones tan contundentes.¿Las tiene?.

Lo cierto es que:
- Nadie les llama herejes.

- Nadie les anatemiza.

- Nadie solicita un concilio para aclarar.

- Nadie niegua explicitamente esa autoridad.

- Todos aceptan esas afirmaciones.

- NADIE DA UNA SOLA CITA DE LOS ESCRITOS BIBLICOS QUE MANEJAN PARA REFUTAR ESAS AFIRMACIONES.

- ¿Porqué?

1) Sencillamente porque nadie ve en las escrituras nada contrario a ello.

2) Porque saben que es la Verdad Revelada.

3) Porque conociendo las escrituras saben que es RECURRENTE el que Dios ORDENE explícitamente a Su pueblo que sigua a OTROS HOMBRES que El mismo se encarga de investir de autoridad.(Noé, Abraham, Moisés etc, etc, etc). Y en los últimos tiempos a Pedro.

Y todo esto lo dicen esos mismos hombres (en sentido de comunidad), que usted afirma que tienen las Escrituras por Autoridad Suprema.

Los mismos hombres que identifican, siguen, validan y compilan las Escrituras. ¿De donde se sacan esas afirmaciones sobre la Iglesia Romana?.

Usted no se ha ganado su "millón", Señor Jetonius, pues evade la pregunta::

¿Interpretaron correctamente el mensaje de Jesús estos mismos Padres que nos "afirman" la Autoridad Suprema de las Escrituras?

O por el contrario:
A pesar de tener la Sagrada Escritura como fundamento la adulteraron

Su repuesta no aclara si la "Autoridad Suprema" como usted dice es de las "Escrituras" o de la Iglesia en Comunión con Roma.

Lo cual tampoco no es relevante, pues ya dice Cristo que vino a fundar una Iglesia, contra la que las puertas del infierno no prevalecerán JAMAS, que será "Columna y Baluarte" de la verdad, a donde debemos ir para resolver disputas "llevadlos a la Iglesia.." (no les dice que los atiborremos a versículos), donde las ovejas de Cristo tendremos a nuestro Pastor Pedro para que nos gobierne y pastoree, pues a él se le dan las llaves de toda autoridad, a pesar de negarle 3 veces.
Esa Iglesia, basada en la jerarquía - otra recurrente divina a lo largo de la Biblia-, será Eterna.

Cristo nunca nos habla de un Nuevo Testamento. Curioso.

Pero sí habla de UNA Iglesia, con un "solo bautismo y una sola FE ". No 25.000.

Usted se arropa en unos evangelios -EXTRABIBLICOS-, y no comprende el mensaje y la obra de Cristo.

Usted puede intentar todos los malabarismos verbales, hacer afirmaciones subjetivas para intentar desviar la cuestión hacia discusiones distintas a las del epígrafe. Pero las citas,señor Jetonius, tomadas en conjunto, son de una evidencia aplastante.

Cualquier persona con sentido común puede verlo.

DE NUEVO:

Para demostrar lo contrario, le repito que deberá dar citas que nieguen explícitamente esas afirmaciones. Y, mi querido Jetonius, sin sus acostumbrados malabarismos verbales, por favor.

Dios le Bendiga.

P.d.:
Respecto de las citas que me pide sobre su líder Lutero las tiene en las mismas citas. De la compilación de Juan Clá nombrada, y citando al historiador -evangélico- F.Brentano- :


<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>· "Quien no cree como yo está destinado al infierno. Mi doctrina y la doctrina de Dios son la misma cosa. Mi juicio es el juicio de Dios" (Weimar, X, 2, Abt., 107)"; [/quote]

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
· "Cristo cometió adulterio por primera vez con la mujer de la fuente, de la que nos habla San Juan. No se murmuraba en torno de Él: "Que hizo, entonces, con ella?", después con Magdalena, después con la mujer adúltera, que él absolvió tan livianamente. Así Cristo, tan piadoso, también tuvo que forni*** antes de morir." (Tischreden, nº 1472, ed. Weimer, 11, 107)".
[/quote]


La cita que no conozco, pues la copié de alguien que le enseñaba a usted (usted la admitió como cierta) en este foro es esta:

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>"Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo; el de más allá cree que hay otro mundo en el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay palurdo ni patán que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya."
[/quote]

Quizás usted pueda decirme su fuente, por si alguien la pide. Gracias.
 
Emmanuel:

Lo que no puedes demostrar ES MENTIRA, no le digas a Jetonius que te traiga él las citas, él está demasiado ocupado como para perder el tiempo contigo y con tu ignorancia supina.


Si no crees que el Nuevo Testamento y toda la Palabra está por encima de los hombres, ESTAS HACIENDO A JESUS MENTIROSO:

Santificalos en tu verdad, tu Palabra es verdad(Juan 17:17)

Si no crees que el Nuevo Testamento es Palabra de Dios, no crees lo que tu iglesia enseña, por lo tanto eres un católico de "tres al cuarto".

Demuéstranos tu, si puedes, como lo que dice la Iglesia está por encima de las Sagradas Escrituras.

Todo lo contrario que tu afirmas, está expresado en el Catecismo de tu amada madre iglesia:

"La Palabra de Dios que es fuerza para salvación del que cree, se encuentra y despliega su fuerza de forma privilegiada en el Nuevo Testamento" (124)

En fin, es lamentable, que una protestante como yo, te tenga que decir lo que enseña tu iglesia, realmente vergonzoso
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Te recuerdo, sigues haciendo el más absoluto de los ridiculos delante de los cientos de miles de personas que leen tus ignorantes y absurdas aportaciones. ¿De donde copias?
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Maripaz
 
Emmanuel:

Demuéstranos, tu que tanto sabes
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; porque la iglesia ha de tener "jerarquias".

Dame alguna cita bíblica o de padres apostólicos de los dos primeros siglos que hablaran de esa "supuesta jerarquía" al estilo que hoy tiene "montado" el sistema católico.

En el Nuevo Testamento y en los escritos de los padres apostólicos se habla de :ancianos, obispos("presbuteros") y pastores.

¿De donde se sacó la iglesia romanista el concepto: papa, arzobispo,cardenal,pontifice...?


Maripaz
 
Emmanuel:

Le contesto directamente su pregunta aunque no comparto en absoluto cómo la expresa formalmente.

No hay que creerle ni a los padres cristianos(??????) ni a las sectas evangélicas como Ud. las mal denomina.

SÓLO HAY QUE CREERLE A LA PALABRA DE DIOS QUE FUE ESCRITA POR CREYENTES (INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU SANTO) QUE ANDUVIERON CON JESUCRISTO CUANDO ÉL ENSEÑABA SU EVANGELIO Y... QUE LO VIERON RESUCITADO.

EN LOS TEMAS QUE ADMITEN DISTINTAS INTERPRETACIONES HAY QUE SEGUIR ESCUDRIÑANDO LA BIBLIA.

POR OTRA PARTE CUALQUIER MENSAJE CRISTIANO DEBE SER COTEJADO CON LAS ESCRITURAS Y DESECHARLO POR SUPUESTO SI LAS ESCRITURAS NO LO CONFIRMAN.

LO MISMO HAY QUE HACER CON AQUELLOS MENSAJES DE LOS QUE UDS. LLAMAN "PADRES DE LA IGLESIA" (¿¿¿ADEMAS DE PAPA AHORA CRISTO HABRIA DESIGNADO PADRES DE LA IGLESIA???) -POR MUY CERCANOS A LOS APÓSTOLES QUE HAYAN SIDO- EN LA MEDIDA QUE DICHAS CITAS NO CONCUERDEN CON LAS ESCRITURAS.

LO QUE LE ESTOY AFIRMANDO ESTÁ AVALADO POR GRAN PARTE DE LAS CARTAS DE PABLO ENTRE OTROS A LOS CREYENTES DE SU TIEMPO Y DIRÍA YO QUE DE TODOS LOS TIEMPOS.

QUE EL SEÑOR LE BENDIGA Y LE DÉ DE SU GRACIA.
 
Respuesta a Emmanuel
Parte 1 de 2

Como sabrán, estuve en una reunión científica el fin de semana y cuando retorné me esperaban diversas obligaciones académicas que me han impedido contestar antes. Pero en fin, aquí va.

(Emmanuel)

Cuando abunda la confusión, ¿a quién es más razonable creer?. Veamos lo que nos dicen aquellos que aprendieron las enseñanazas de los apóstoles, y no a quien las aprende de los brujos del siglo XX.

(Jetonius)
Ignoro quiénes sean los brujos del siglo XX, y supongo que será inútil preguntarle pues ya ha admitido estar confundido.

(Emmanuel)
Veamos que nos dicen los Padres de la Iglesia:
Comentario:
"Las Iglesias particulares son plenamente católicas gracias a la comunión con una de ellas: la Iglesia de Roma, que «preside en la caridad» (San Ignacio de Antioquía, Carta a los Romanos, 1, 1).

! Gluuups....!

Otro del Siglo II. ¿Quién le enseñaría estas cosas ?
Comentario:

"Ignacio, llamado Teoforo, a la Iglesia misericordiosamente agraciada en la grandeza del Altísimo Padre y de Jesucristo, su Hijo único, querida e iluminada por voluntad del que quiere todo lo que existe, según la fe y el amor de Jesucristo, nuestro Dios; que preside en el lugar del territorio de los romanos, digna de Dios, de decoro, de bienaventuranza, de elogio, de éxito y de santificación, que preside en la caridad, sumisa a la ley de Cristo y adornada del nombre del Padre: a la que también saludo en el nombre del Jesucristo, Hijo del Padre"
San Ignacio de Antioquía
[Carta a los Romanos, siglo II]

¿¿¿ Siglo II??.Todavía no había Biblia. ¿Quién le diría esto a este Señor?.
¿Alguien lo sabe?

(Jetonius)

Antes de que se atragante, debe notar cuidadosamente que la declaración citada, y con negritas, de que las iglesias particulares son plenamente católicas gracias a la comunión con Roma, no pertenece a Ignacio. Es meramente la opinión del autor del texto que cita.

Sin duda Ignacio tiene muchas cosas buenas que decir de la Iglesia de Roma (tal como era a principios del siglo II) . Entre otras cosas, dice que está “puesta a la cabeza de la caridad” o que “preside en el amor” (prokathêmenê tês agapês), lo cual no indica como insinúa la cita que tiene autoridad sobre las otras sino que las aventaja en amor. Todas las cartas de Ignacio se inician con una sentida alabanza a la Iglesia a la cual se dirige.
Adicionalmente, Ignacio se dirige a los romanos como a sus hermanos, y no hace mención alguna de ninguna autoridad particular del obispo de esta Iglesia, al cual ni siquiera menciona (a diferencia de otras cartas como a los filadelfos, esmirniotas y magnesios).

Ahora sí, haga “¡Gluuups....!”

(Emmanuel)
Comentario:


"La Iglesia fundada en Roma por los dos gloriosos Apóstoles Pedro y Pablo" es "la mayor, más antigua y más famosa de todas las iglesias".
"Porque con esta iglesia, a causa de su preeminencia especial, tiene que concordar toda iglesia, es decir, los fieles de todo el mundo; pues en ella se ha conservado siempre la sucesión apostólica"
San Ireneo de Lyon
[«Adversus Haereses», III, 3, 2, siglo II]
Otro del Siglo II. ¿Quién le enseñaría estas cosas ?
Comentario:

«Porque con esta Iglesia (...) debe necesariamente acomodarse toda Iglesia, es decir, los fieles de todas partes» (San Ireneo, Adversus haereses, 3, 3, 2).

Bruja!, bruja! a la hoguera.!Que alguien le de con una Biblia en la cabeza a este hereje!

(Jetonius)

Nada de hoguera. Lo que dice Ireneo es muy razonable si se considera la cita en su contexto:
Ireneo pone a Roma como ejemplo, pero no dice absolutamente nada de la supremacía de su obispo

El ilustre obispo de las Galias sostuvo contra los herejes de su tiempo que la Iglesia universal (católica) de Cristo expresada en todas las congregaciones locales dispersas por el mundo, cumplían fielmente su misión de ser “columna y fundamento de la verdad” al preservar, proclamar y transmitir la auténtica tradición de los Apóstoles, con mayor o menor elocuencia pero con una misma fidelidad. Dice Ireneo:
“Está por tanto dentro de la capacidad de todos los que quieran ver la verdad, contemplar claramente en toda Iglesia la tradición de los Apóstoles manifestada en el mundo entero; y estamos en posición de reconocer aquellos que por los apóstoles fueron constituidos obispos en las Iglesias, y la sucesión de estos hombres hasta nuestros tiempos; aquellos que ni enseñaron ni conocieron nada como los desvaríos de éstos [los herejes]. Pues si los Apóstoles hubiesen conocido misterios ocultos, los cuales acostumbraban a impartir a los “perfectos” aparte y separadamente del resto, ellos se los hubiesen entregado especialmente a aquellos a los cuales les estaban confiando las Iglesias mismas. Pues ellos [los Apóstoles] estaban deseosos de que estos hombres fuesen perfectísimos e intachables en todo, aquellos a quienes dejaron tras de sí como sus sucesores, entregando su propio lugar de gobierno a estos hombres; los cuales, si cumplían sus funciones honestamente, habrían de ser un beneficio, pero si apostatasen, la peor calamidad.

Ya que sería muy tedioso en un volumen como éste enumerar las sucesiones en todas las iglesias, indicamos que la tradición derivada de los apóstoles y la fe proclamada a los hombres, trasmitida hasta nuestros días por medio de las sucesiones de obispos, como se sostiene en la grande, antigua y universalmente renombrada iglesia que fue establecida en Roma por los dos más gloriosos apóstoles Pedro y Pablo. De este modo confundimos a todos aquellos quienes en cualquier forma sostienen reuniones no autorizadas por malvada autodeterminación o vanagloria o ceguera y erróneo juicio. Con esta iglesia, por causa de su superior autoridad, toda iglesia debe concordar –esto es, los fieles en todas partes, toda iglesia en la cual la tradición apostólica ha sido preservada por los fieles en todas partes.” [Adv Haer III, 3:1-2]


Habrá que notar aquí que no existe ni pizca de evidencia en el Nuevo Testamento de que la Iglesia de Roma haya sido fundada por Pedro o por Pablo, pero el argumento es válido. Ireneo, que provenía de Asia Menor y era obispo de Lyon, tomó a la Iglesia de Roma, de antigüedad y prestigio indiscutidos, como el paradigma de una congregación fiel a la doctrina de los Apóstoles, como por otra parte lo eran todas las demás Iglesias dispersas por el Imperio.
Nótese que no hay apelación a ninguna autoridad única y suprema del obispo de Roma. Ya antes en la misma obra, Ireneo había esgrimido esencialmente el mismo argumento acerca de la ortodoxia de la iglesia universal o católica:

La Iglesia, aunque dispersa por todo el mundo, hasta los confines de la tierra, ha recibido de los apóstoles y sus discípulos esta fe: en un Dios, el Padre Omnipotente, Hacedor del cielo, y la tierra, y el mar, y todas las cosas que en ellos hay; y en un Cristo Jesús, el Hijo de Dios, quien se encarnó para nuestra salvación; y en el Espíritu Santo, quien proclamó a través de los profetas las dispensaciones de Dios, y las venidas, y el nacimiento de una virgen, y la pasión, y la resurrección de entre los muertos, y la ascensión en la carne a los cielos del amadísimo Cristo Jesús, nuestro Señor, y su manifestación desde el cielo en la gloria del Padre, “para reunir todas las cosas en una” y para resucitar toda carne de la raza humana entera, de forma que ante Cristo Jesús, nuestro Señor, y Dios, y Salvador, y Rey, según la voluntad del Padre invisible, “toda rodilla se doble, de las cosas en el cielo, y las cosas en la tierra y las cosas debajo de la tierra, y toda lengua lo confiese” a Él, y que El ejecute el justo juicio de todos; que El pueda enviar las impiedades espirituales y los ángeles que prevaricaron y se tornaron apóstatas, junto con los impíos, e injustos, y malvados, y profanos de entre los hombres, al fuego eterno; pero pueda, en ejercicio de su gracia, conferir inmortalidad a los justos, y santos, y aquellos que han guardado sus mandamientos, y han perseverado en su amor, algunos desde el principio y otros desde su arrepentimiento, y pueda rodearlos con sempiterna gloria.
Como ya he observado, la Iglesia, habiendo recibido esta predicación y esta fe, aunque dispersa por el mundo entero, aun así, como si no ocupase sino una casa, la preserva cuidadosamente. Ella también cree estos puntos exactamente como si poseyese una sola alma, y uno e idéntico corazón, y ella los proclama, y los enseña, y los transmite, con perfecta armonía, como si poseyese una sola boca. Pues aunque los lenguajes del mundo son disímiles, empero el contenido de la tradición es uno solo e idéntico. Pues las iglesias que han sido plantadas en Germania no creen ni transmiten nada diferente, ni aquellas de España, ni aquellas en las Galias, ni aquellas del Oriente, ni aquellas de Egipto, ni aquellas en Libia, ni aquellas que han sido establecidas en las regiones centrales del mundo. Sino que como el sol, aquella criatura de Dios, es uno solo en todo el mundo, así también la predicación de la verdad resplandece en todas partes, e ilumina a todos los hombres que están dispuestos a venir a un conocimiento de la verdad. Tampoco ninguno de los gobernantes de las Iglesias, sin importar cuán dotado pueda estar tocante a la elocuencia, enseña doctrinas diferentes de éstas (pues nadie es mayor que el Maestro) ni, por otra parte, quien sea deficiente en poder de expresión inflingirá daño a la tradición. Pues siendo siempre la fe una sola, ni uno que es capaz de disertar sobre ella le hará adición alguna, ni tampoco la disminuirá quien pueda decir poco.” [Adv Haer I, 10, 1-2; negritas añadidas].

Aquí es interesante observar el resumen que Ireneo formula de la fe apostólica y católica; cosas todas ellas que se enseñan claramente en las Escrituras y que son creídas hoy en las Iglesias evangélicas. En otra parte presenta asimismo una especie de credo, y luego continúa con una exposición de la enseñanza cristiana basada en las Escrituras [Adv Haer III, 4, 2ss]. En definitiva, Ireneo no se cansa de afirmar que es en las Iglesias cristianas, establecidas por los Apóstoles y quienes les sucedieron en el pastorado, donde se hallará la exposición fiel de la doctrina apostólica que se encuentra en las Escrituras. Es

“ El verdadero conocimiento es la doctrina de los Apóstoles, y la antigua constitución de la Iglesia en todo el mundo, y la manifestación distinta del Cuerpo de Cristo conforme a las sucesiones de los obispos, por los cuales han transmitido aquella Iglesia que existe en todas partes, y ha llegado aun hasta nosotros, siendo guardada y preservada sin ninguna falsificación de Escrituras, por un sistema muy completo de doctrina, y sin recibir adición ni sustracción; y la lectura [de la Palabra] sin falsificación, y una exposición lícita y diligente en armonía con las Escrituras, sin peligro ni blasfemia, y el preeminente carisma del amor, el cual es más precioso que el conocimiento, más glorioso que la profecía, y que excede todos los otros dones.” [Adv Haer IV, 33,8].

Ahora bien, lo que Ireneo decía en el siglo II no es sostenible después de los cismas de oriente y occidente, al menos no en el sentido que el noble obispo le dio. Por lo demás, las iglesias evangélicas creen en las cosas que según San Ireneo eran el núcleo de la fe sostenida en todas partes.

Comentario:

«En efecto, desde la venida a nosotros del Verbo encarnado, todas las iglesias cristianas de todas partes del mundo han tenido y tienen a la gran Iglesia que está aquí [en Roma] como única base y fundamento porque, según las promesas del Salvador, las puertas del infierno no han prevalecido jamás contra ella» (San Máximo el Confesor, Opuscula theologica et polemica)"


...¿Ha dicho "única"?. ¿Ha dicho "promesas del Salvador"?.¿Será esto último una blasfemia?.¿ Alguien se atreve a responder a San Máximo?

(Jetonius)

Si hubiera que responderle a todos los que se equivocan, no alcanzaría todo el tiempo del mundo. Sin embargo, puede ser oportuno hacer notar que el bueno de Máximo (580-662) debe de haber escrito esto después de 640. La razón es que a partir de ese año, este monje y abad se tornó un ardiente opositor de la herejía monotelita. Ocurre que el primer Concilio de Letrán condenó esta herejía siendo obispo de Roma Martín I, en 649. Sin embargo, un antecesor próximo de Martín, Honorio, fue anatematizado precisamente por monotelita por un concilio ecuménico, y su condenación como hereje permaneció en el breviario romano hasta el siglo XVIII , cuando fue piadosamente omitido.

Honorio sucedió a Bonifacio V, fue obispo de Roma entre octubre-noviembre de 625 y el 12 de octubre de 638. La condenación de Honorio por el III Concilio de Constantinopla muestra cabalmente de que el obispo de Roma estaba sujeto a la misma disciplina que los demás obispos, y que podía ser disciplinado si erraba como maestro y pastor. La Iglesia antigua no conoce nada de la actual doctrina de la infalibilidad sancionada por Roma hace poco más de un siglo.

El contexto histórico es el de la herejía monotelita, que enseñaba la existencia de una sola voluntad en Cristo, lo que tendía a minimizar la naturaleza humana de nuestro Señor como antes lo habían hecho los monofisitas.

El emperador Heraclio deseaba conciliar a los monofisitas con los ortodoxos, y una fórmula que parecía adecuada para ambos bandos le fue remitida a Sergio, patriarca de Constantinopla. A su vez Sergio le envió a Honorio de Roma una carta dogmática, solicitando su opinión.

Honorio aceptó la fórmula de compromiso entre monofisismo y ortodoxia (“Estas cosas predicará vuestra fraternidad con vosotros, así como nosotros las predicamos juntamente con vos”, dijo a Sergio). Lo que es peor, en lugar de “una energía” como los griegos, Honorio expresó: “También confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo” (ver Denzinger 251). La enseñanza de Honorio dio origen a la formulación del monotelismo (una voluntad).

Frente al hecho de que como obispo de Roma, consultado formalmente por el obispo de Constantinopla, confirmó a éste en su error en lugar de corregirlo, Honorio recibió de Sofronio, patriarca de Jerusalén, y de otros obispos, un documento que defendía la ortodoxia. Como respuesta, Honorio escribió una segunda carta a Sergio, donde ratificaba y ampliaba lo dicho; la carta concluía:

“y estas cosas hemos decidido manifestar a vuestra muy santa fraternidad para que, estableciendo esta confesión, podamos mostrarnos como de una misma mente con vuestra santidad, estando claramente de acuerdo en un mismo espíritu, con una misma enseñanza de la fe ... Y hemos escrito a nuestros colegas y hermanos, Ciro y Sofronio, para que no persistan en la nueva expresión de una o dos energías.”

Los defensores de la infalibilidad papal han empleado sin éxito diversas tácticas para soslayar la condenación de Honorio: a partir de la época de Torquemada, se cuestionaron las actas del Concilio que condenó a Honorio; posteriormente, al fracasar esto, se quiso reinterpretar lo dicho por Honorio para tomarlo en sentido ortodoxo (supongo que por esta razón su declaración se publica en el Denzinger). Otra artimaña de valor histórico fue tomar la enseñanza de Honorio como la opinión de un teólogo privado. Al respecto dice John Chapman, autor del artículo sobre Honorio en la Catholic Encyclopedia: “La carta [de Honorio] no puede ser tenida como privada, pues es una respuesta oficial a una consulta formal.”

Sin embargo, Chapman a su vez recurre a otro subterfugio, a saber, que la carta supuestamente no define ni condena nada, ni se presenta como vinculante para todos los cristianos, por lo cual no puede considerársela ex cathedra según la moderna definición del Concilio Vaticano I (1870). De hecho, Honorio suscribe plenamente, con toda su autoridad, a lo dicho por Sergio, y para más agrega la confesión de “una sola voluntad”.
Más allá de las sutilezas, la cuestión es que por muchos siglos nadie puso en duda que Honorio fuese hereje.

Chapman dice de Honorio que “Su mayor notoriedad le ha venido por el hecho de que fue condenado como hereje por el sexto concilio ecuménico (680).”...

“ En la Sesión 13ª del 28 de marzo, las dos cartas de Sergio fueron condenadas, y el concilio añadió: «A aquellos cuyos impíos dogmas execramos, juzgamos que sus nombres también sean expulsados de la santa Iglesia de Dios ... Y además de estos decidimos que Honorio también, quien fue papa de la antigua Roma, sea con ellos expulsado de la santa Iglesia de Dios, y anatematizado con ellos, porque hemos hallado en su carta a Sergio que siguió la opinión de éste en todo, y confirmó sus dogmas impíos». Estas últimas palabras son suficientemente verdaderas, y, si Sergio había de ser condenado, Honorio no podía ser rescatado. Los legados [papales] no objetaron su condenación.”

... “La condenación del papa Honorio fue retenida en las lecciones del Breviario para el 28 de junio (San León II) hasta el siglo XVIII ...”

(John Chapman, s.v. Pope Honorius I. The Catholic Encyclopedia , vol. VII; negritas añadidas).

El Concilio dirigió una carta al entonces obispo de Roma, Agatón, en la cual se incluía a Honorio entre los que “erraron en la fe”.
En el Edicto imperial que otorgaba fuerza legal a las decisiones conciliares, se mencionaba como anatematizado a “Honorio, que fue papa de la antigua Roma, quien en todas las cosas promovió y cooperó y confirmó la herejía.”
La condenación de Honorio fue renovada por los Concilios II de Nicea (787) y IV de Constantinopla (869-870).
Aún antes del Concilio Ecuménico citado, un importante sínodo de Letrán en 649, presidido por un sucesor de Honorio, Martín (649-655) condenó a cualquiera que confesase una sola voluntad y operación en Cristo, lo cual de hecho incluía a Honorio, aunque quizá por vergüenza, su nombre no aparecía en la lista.

El papa León II (682-683), sucesor de Agatón, reiteró la condenación de Honorio. En una carta al emperador dice del papa hereje que Honorio “no santificó esta apostólica Iglesia con la enseñanza de la tradición apostólica sino que con profana traición trastornó su fe inmaculada”. En otra parte lo coloca junto a otros herejes como Arrio, Apolinar, Nestorio y Eutiques.

Durante varios siglos, el Liber Diurnus, que contenía los juramentos que cada obispo de Roma debía prestar, incluía un anatema contra “Honorio, que encendió el fuego de las afirmaciones impías.” Este anatema fue pronunciado por cerca de cincuenta papas que prestaron juramento en el lapso mencionado.

Honorio fue tenido por hereje durante siglos, y tal opinión generalizada, sostenida aún por decenas de sus sucesores, solamente ha sido cuestionada por su efecto pulverizador sobre la doctrina de la infalibilidad papal.

Que un obispo de Roma cayese en la herejía era una cosa poco frecuente, además de una gran desgracia; pero a nadie, ni siquiera a los propios obispos de Roma, se le pasaba por la cabeza que fuese imposible. El actual Código de Derecho Canónico de la Iglesia de Roma establece que su obispo no puede ser juzgado por nadie, pero esto no era así aún en el siglo VII.

En definitiva, la historia muestra que la solución romanista para las diferencias en la interpretación de las Escrituras no es válida. La Iglesia hubiese admitido el arrianismo si hubiera capitulado con Liberio; hubiese afirmado el pelagianismo si los africanos no hubieran corregido a Zósimo; estaría aún vacilante si siguiese a Vigilio; y sería monotelita si de Honorio hubiese dependido.

Como lo expresa muy bien George Salmon:

“Cuando se sugirió que podríamos contentarnos con la guía de las Sagradas Escrituras, los abogados del romanismo han replicado que aunque la Biblia pueda ser infalible no es una guía infalible; es decir, no protege a quienes la siguen del peligro de errar. Ciertamente ahora podemos decir otro tanto del papa . Que sea infalible, si queréis; que sea en su corazón de la más admirable ortodoxia, aún así no es un guía infalible si por sus afirmaciones públicas lleva al error al pueblo cristiano. Es indisputable que ha habido casos en que el pueblo cristiano hubiese errado si seguía la guía del obispo de Roma. Aún si fuese posible demostrar que ningún obispo de Roma jamás albergó sentimientos que no fuesen de la más rígida ortodoxia, quedaría demostrado que el papa no es una guía infalible.
Podemos señalar caso tras caso en el cual se le ha otorgado autoridad papal a decisiones que sabemos erróneas, y en cada caso puede hacerse algún intento ingenioso para mostrar que la decisión errónea no compromete el atributo de la infalibilidad; pero tarde o temprano los hombres deben despertar para ver que el resultado de todos estos pedidos de excepción es que, mientras esperaban un guía que siempre los dirigiese correctamente, ellos tienen en su lugar un guía que siempre puede hallar alguna excusa plausible para cada vez que los extravía.”

(The Infallibility of the Church, pp. 441-442, vi; negritas añadidas).


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
Respuesta a Emmanuel

(Parte 2 de 2)

(Emmanuel)
Comentario:

[...].San Cirilo, obispo de Alejandría dice: unámonos como miembros a nuestra cabeza, que se sienta en el trono de los romanos pontífices, a quien debemos preguntar qué se ha de creer y qué es preciso observar, venerándole y rogándole más que a otros. Puesto que sólo a él pertenece reprender, corregir, disponer, ligar y desligar en nombre del que le ha establecido (...), ante el cual todos inclinan la cabeza por derecho divino, los primados del mundo le obedecen, como al mismo Jesucristo Señor nuestro. [...]


Anda!, pero si este es de....!Alejandría!.Hasta allí no debieron llegar las sectas evangélicas.

(Jetonius)
Sería interesante contar con la fuente de esta cita, pero no me sorprendería que el malicioso Cirilo hubiese dicho semejante cosa.

Tal vez no hayan llegado las “sectas evangélicas”, pero ciertamente se habían instaurado en la ilustre Iglesia donde presidiera Atanasio las intrigas palaciegas y la envidia hacia la sede rival de Bizancio. El tío y predecesor de Cirilo, Teófilo, fue el principal responsable de la deposición de Juan Cristóstomo, anterior patriarca de Constantinopla. Cirilo, hombre violento e implacable, fue un digno émulo de su tío, con la misma hostilidad hacia la sede imperial de la cual era obispo Nestorio.

Ahora bien, para atacar con éxito la segunda sede del Imperio, el mejor aliado posible era la Iglesia de la antigua capital, Roma.
El historiador jesuita Hubert Jedin lo explica así:

“ Desde luego, parece lógico que después de que el magisterio eclesiástico hubo la fe trinitaria en los dos primeros concilios ecuménicos, se orientara el pensamiento teológico hacia el misterio de la persona de Cristo. Sin embargo, no se debió esto a un proceso lógico, sino más bien a un antiguo conflicto entre dos escuelas teológicas, a la vez agudizado por una rivalidad de política eclesiástica.
La escuela catequética de Alejandría ... se servía del método alegórico para la explicación de la Sagrada Escritura. Su pensar era platónico y su fuerte la especulación teológica ... su mayor teólogo a principios del siglo quinto era san Cirilo de Alejandría, patriarca de esta ciudad desde el año 412. En su empeño de presentar la unión de la divinidad y la humanidad de Jesucristo como la más íntima posible, hablaba Cirilo de «una naturaleza del Verbo encarnado» ... Él mismo no se hacía cargo de que tal modo de hablar podría acabar por esfumar la naturaleza humana de Cristo y dar lugar a una concepción de la unión como «confusión» (synkrasis de las dos naturalezas.
En cambio, la escuela de Antioquía ... se distinguía por su sobria exégesis histórico-gramatical de la Sagrada Escritura. De pensar más bien aristotélico, estaba influida por un ligero soplo de racionalismo. Su benemérita y altamente venerada cabeza en el siglo cuarto, Diodoro de Tarso (m. antes de 394), como concienzudo exegeta que era, tomó tan en serio el ser humano de Cristo, que corrió peligro de relajar su unión substancial con la divinidad (que él, desde luego, reconocía) y reducirla a una unión puramente moral. Esta tendencia aflora apenas en su gran discípulo san Juan Crisóstomo, que en 398 sucedió a Nectario en la sede de Constantinopla, algo más en el influyente Teodoro de Mopsuestia (m. 428), y fuertemente acentuada en su discípulo Nestorio, quien a la muerte de su maestro fue nombrado obispo de Constantinopla...
Cirilo, patriarca de Alejandría; Nestorio, patriarca de Constantinopla: la tensión que emanaba de las tendencias de escuela quedó reforzada por la rivalidad de ambas sedes episcopales. Constantinopla, la residencia imperial en el Bósforo, fue dejando en la sombra y postergada a la prestigiosa Alejandría, sede de la ciencia y baluarte de la ortodoxia. El Crisóstomo (m. 407) había tenido ya que sufrir de los celos del patriarca de Alejandría, Teófilo, hombre ambicioso y ávido de poder; a éste sucedió su sobrino Cirilo. Se deja muy fácilmente comprender que este último se constituyera en ardiente impugnador de las inquietantes teorías de Nestorio sobre la persona de Cristo.

(Hubert Jedin, S.J.: Breve historia de los Concilios. Trad. A. Ros. Barcelona: Herder, 1963, p. 29-30; negritas añadidas).

Muy precozmente en la controversia entre Nestorio y Cirilo, iniciada en 429, éste buscó una alianza con la sede romana. Al año siguiente, un concilio presidido por el obispo de Roma, Celestino, se pronunció a favor de Cirilo. Al parecer los romanos habían sido informados de la supuesta doctrina de Nestorio por el propio Cirilo. Desde luego, además de la doctrina, los romanos también tenían su inquina contra Constantinopla, a la cual se le había otorgado el segundo lugar de honor en el canon tercero del Segundo Concilio Ecuménico (381) a pesar de las protestas de los obispos romanos.

Aunque el sínodo romano presidido por Celestino conminó a Nestorio a abandonar sus “impías novedades” y retornar a la ortodoxia, la carta no surtió efecto alguno, lo que demuestra que la autoridad del obispo romano, aún a la cabeza de un sínodo local, no era vinculante para otros obispos de sedes importantes. Por lo demás, la oposición contra Nestorio fue encabezada por Cirilo, no por Celestino, aunque el apoyo de éste fue muy bienvenido por el intrigante obispo alejandrino; probablemente de ahí su súbita apoteosis del obispo de Roma.
En caso de ser auténtica, la cita que transcribe es una ironía, al igual que la declaración de Celestino a Cirilo de que la doctrina de éste coincide con la romana, cuando en este caso fue Alejandría quien le dijo a Roma lo que debía enseñar.

A pesar del sínodo romano, como también de otro reunido por Alejandría por Cirilo, la controversia no se resolvió sino hasta el tercer Concilio Ecuménico, convocado como de costumbre por el emperador y reunido en Éfeso en 431. El Concilio fue presidido, desde luego, por Cirilo, quien según las actas conciliares representaba también al obispo de Roma, a pesar de que éste envió legados.

Nestorio se quejó de la manipulación del Concilio por parte de Cirilo: “Fui convocado por Cirilo, que reunió el concilio, por Cirilo que era su jefe. ¿Quién era juez? Cirilo. ¿Quién era el acusador? Cirilo. ¿Quién era el obispo de Roma? Cirilo. Cirilo lo era todo. Cirilo era obispo de Alejandría y ocupaba el lugar del santo y venerable obispo de Roma, Celestino.”

(Citado por Pierre Thomas Camelot, Los Concilios ecumánicos de los siglos IV y V, en El Concilio y los Concilios, trad. D.G. Jiménez. Madrid: Ediciones Paulinas, 1962, p. 82, n. 50).

Finalmente, Nestorio fue depuesto por decisión del Concilio (por haberse negado a comparecer) y no porque el obispo de Roma hubiese condenado sus doctrinas, aunque desde luego esto ayudó. Pero de hecho, la sola decisión del obispo romano en materia de doctrina no bastaba en el siglo V para dar por concluido un asunto.

(Emmanuel)
Comentario:

"...ha sido costumbre escribirnos primero a nosotros, y así determinar desde aquí lo justo"

Papa San Julio II
[Carta a los antioquenos, siglo IV]
Bueno, este no cuenta mucho porque como era Papa......además el muy blasfemo utiliza la palabra "costumbre" UUUUUUGGGGG !!

(Jetonius)

Lo más importante no es que lo haya dicho un obispo de Roma, ni que emplee la palabra “costumbre”. La cuestión es que la afirmación de don Julio es lisa y llanamente falsa. Era más bien una expresión de su deseo, y era lo que la sede romana estaba luchando por imponer. Pero ciertamente no era así al principio.
He aquí un ejemplo del siglo II...

La controversia pascual del siglo II y cómo el obispo de Roma debió entrar en razones


En el Libro V, Capítulos 23 al 25, de su Historia Eclesiástica , Eusebio de Cesarea presenta un relato de la controversia pascual , a causa de las diferencias entre la forma de observar la Pascua de los obispos asíaticos y otros, incluido el de Roma, Víctor. El asiático Polícrates le escribió a Víctor:

“Nosotros, pues, celebramos intacto este día, sin añadir ni quitar nada. Porque también en Asia reposan grandes luminarias ... Felipe ... Juan, el que se recostó sobre el pecho del Señor ...reposa en Éfeso. Y en Esmirna, Policarpo, obispo y mártir. Y Traseas, obispo asimismo y mártir ... reposa en Esmirna. ¿Y qué falta hace hablar de Sagaris, obispo y mártir, que descansa en Laodicea, así como del bienaventurado Papirio y de Melitón, el eunuco, que ... reposa en Sardes esperando la visita que viene de los cielos el día en que resucitará de entre los muertos? Todos estos celebraron como día de Pascua el de la luna decimocuarta, conforme al Evangelio, y no transgredían, sino que seguían la regla de la fe.
Y yo mismo, Polícrates, el menor de todos vosotros, [sigo] la tradición de mis parientes ... Siete parientes míos fueron obispos, y yo soy el octavo... Por tanto, hermanos, yo, con mis sesenta y cinco años en el Señor, que he conversado con hermanos procedentes de todo el mundo y que he recorrido toda la Sagrada Escritura, no me asusto de los que tratan de impresionarme, pues los que son mayores que yo han dicho: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres... Podría mencionar a los obispos que están conmigo, que vosotros me pedísteis que invitara y que yo invité. Si escribiera sus nombres, sería demasiado grande su número. Ellos, aun conociendo mi pequeñez, dieron su común asentimiento a mi carta, sabiendo que no en vano llevo mis canas, sino que siempre he vivido en Cristo Jesús."
(negritas añadidas)

Eusebio dice que en respuesta Víctor , obispo de Roma, “intentó separar en masa de la unión común a todas las comunidades de Asia y a las iglesias limítrofes, alegando que eran heterodoxas, y publicó la condena mediante cartas proclamando que todos los hermanos de aquella región, sin excepción, quedaban excomulgados. Pero esta medida no agradó a los obispos , quienes, por su parte, le exhortaban a tener en cuenta la paz y la unión y la caridad para con el prójimo. Se conservan incluso las palabras e éstos, que reconvienen a Víctor con bastante energía.

Una de tales enérgicas cartas fue escrita por Ireneo, obispo de Lyon, admirador de la Iglesia de Roma (ver más arriba) y partidario de la posición de Víctor en cuanto a la celebración pascual pero no de su proceder contra los asiáticos. He aquí lo que cita Eusebio:

“Efectivamente, la controversia no es solamente acerca del día, sino también acerca de la forma misma del ayuno, porque unos piensan que deben ayunar durante un día, otros que dos y otros que más; y otros dan a su día una medida de cuarenta horas del día y de la noche. Y una tal diversidad de observantes no se ha producido ahora, en nuestros tiempos, sino ya mucho antes, bajo nuestros predecesores, cuyo fuerte, según parece, no era la exactitud, y que forjaron para la posteridad la costumbre en su sencillez y particularismo. Y todos ellos no por eso vivieron menos en paz unos con otros, lo mismo que nosotros; el desacuerdo en el ayuno confirma el acuerdo en la fe.

... Entre ellos, también los presbíteros antecesores de Sotero, que presidieron la iglesia que tú riges ahora, quiero decir Aniceto, Pío e Higinio, así como Telésforo y Sixto: ni ellos mismos observaron el día ni a los que estaban con ellos les permitían elegir, y no por eso ellos mismos, que no observaban el día, vivían menos en paz con los que venían procedentes de iglesias en que se observaba el día... Y nunca se rechazó a nadie por causa de esta forma, antes bien, los mismos presbíteros, tus antecesores, que no observaban el día, enviaban la Eucaristía [en señal de comunión] a los de otras iglesias que sí lo observaban. Y hallándose en Roma el bianventurado Policarpo en tiempos de Aniceto, surgieron entre los dos pequeñas divergencias, pero en seguida estuvieron en paz, sin que acerca de este capítulo se querellaran mutuamente, porque ni Aniceto podía convencer a Policarpo de no observar el día –como siempre lo había observado, con Juan, discípulo de nuestro Señr, y con los demás apóstoles con quienes convivió--, ni tampoco Policarpo convenció a Aniceto de observarlo, pues éste decía que debía mantener la costumbre de los presbíteros antecesores suyos. Y a pesar de estar así las cosas, mutuamente comunicaban entre sí, y en la Iglesia Aniceto cedió a Policarpo la celebración de la eucaristía, evidentemente por deferencia, y en paz se separaron el uno del otro; y paz tenía la Iglesia toda, así los que observaban el día como los que no lo observaban.”

(Citas de la edición preparada por Argimiro Velasco Delgado; Madrid: BAC, 1973).

(Emmanuel)

Comentario:
"...muy bueno y muy conveniente [es] que de cualesquiera provincias acudan los sacerdotes a su cabeza, es decir, a la sede de Pedro Apóstol"
Concilio de Sárdica
[Carta «Quod Semper», siglo IV]

Cabeza= Roca?. No. Roca=Cristo?. Sí. ¿Qué será cabeza? ¿Como se dirá en griego?

(Jetonius)

Ah, Sárdica... Bien, lo siguiente me parece un comentario apropiado tanto para la cita de Julio II como para esta de Sárdica.

El caso del papa Zósimo, un “supremo maestro” que en el siglo V no sabía distinguir un documento pelagiano de uno ortodoxo, y que desconocía tanto los cánones de Nicea (que confundió con los de Sardis) como los límites de su propia autoridad, y hubo de ser enseñado por los obispos africanos.

Traduzco lo siguiente de la Catholic Encyclopedia:

“No mucho después de la elección de Zósimo el pelagiano Celestio , quien había sido condenado por el papa precedente , Inocencio I, vino a Roma para justificarse ante el nuevo papa, habiendo sido expulsado de Constantinopla. En el verano de 417, Zósimo realizó una reunión con la clerecía romana en la basílica de San Clemente, ante la cual compareció Celestio. Las proposiciones redactadas por el diácono Paulino de Milán, por causa de las cuales Celestio había sido condenado en Cartago en 411, fueron dispuestas ante él. Celestio se rehusó a condenar tales proposiciones, declarando al mismo tiempo en general que él aceptaba la doctrina expuesta en las cartas del papa Inocente y haciendo una confesión de fe que fue aprobada. El papa fue ganado por la conducta astutamente calculada de Celestio, y dijo que no estaba seguro de si el hereje había realmente mantenido la doctrina falsa rechazada por Inocente, y por tanto consideraba demasiado apresurada la acción de los obispos africanos contra Celestio. Escribió de inmediato en este sentido a los obispos de la provincia africana, y convocó a quienes tuviesen algo que decir contra Celestio para que compareciesen en Roma dentro de los dos meses. Poco después de esto, Zósimo recibió de Pelagio también una confesión de fe artificiosamente expresada, junto con un tratado del heresiarca sobre el libre albedrío. El papa reunió un nuevo sínodo de la clerecía romana, ante la cual ambos escritos fueron leídos. Las expresiones hábilmente escogidas de Pelagio ocultaban el contenido herético; la asamblea sostuvo que las afirmaciones eran ortodoxas, y Zósimo les escribió de nuevo a los obispos africanos defendiendo a Pelagio y reprobando a sus acusadores, entre los cuales se hallaban los obispos galos Hero y lázaro. El arzobispo Aurelio de Cartago rápidamente convocó un sínodo, el cual le envió a Zósimo una carta en la que se probaba que el papa había sido engañado por los herejes. En su respuesta, Zósimo declaró que no había determinado nada en forma definitiva, y que no deseaba establecer nada sin consultar a los obispos africanos. Luego de la nueva carta sinodal del concilio africano, del 1 de mayo de 418, al papa, y luego de las medidas tomadas en contra de los pelagianos por el emperador Honorio, Zósimo reconoció el verdadero carácter de los herejes. Ahora publicó su “Tractoria”, en el cual eran condenados el pelagianismo y sus autores. Así, finalmente, el ocupante de la Sede Apostólica en el momento exacto mantuvo con toda autoridad el dogma tradicional de la Iglesia, y protegió la verdad de la Iglesia contra el error. “

“Poco después de esto, Zósimo se involucró en una disputa con los obispos africanos con respecto al derecho de apelación a la sede romana de clérigos que habían sido excomulgados por sus obispos. Cuando el sacerdote Apiario de Sica había sido excomulgado a causa de sus delitos, apeló directamente al papa, sin consideración por el curso regular de la apelación en África, que estaba exactamente prescrito. El papa aceptó la apelación de inmediato, y envió al África legados con cartas para investigar el asunto. Un procedimiento más sabio hubiese sido referir primero a Apiario al curso ordinario de apelación en la misma África. A continuación, Zósimo cometió el error añadido de basar su acción en un supuesto canon del Concilio de Nicea [ecuménico], que era en realidad un canon del Concilio de Sárdica [local]. En los manuscritos romanos, los cánones de Sárdica seguían a los de Nicea inmediatamente, sin un título independiente, en tanto que los manuscritos africanos contenían únicamente los cánones genuinos de Nicea, de modo que el canon al que apeló Zósimo no se hallaba en las copias africanas de los cánones nicenos. Así surgió un serio desacuerdo acerca de esta apelación, que se prolongó después de la muerte de Zósimo.”

J.P. Kirsch, s.v. Pope St. Zosimus (The Catholic Encyclopedia , vol. XV; negritas añadidas).


Es probablemente un hecho afortunado para la Iglesia de Roma que el obispado de Zósimo (417-418) haya durado tan poco, pues de lo contrario es posible que hubiera cometido todavía más errores.

Aunque el autor del artículo citado pretende exonerar a Zósimo y presentarle como el guardián de la ortodoxia que “en el momento exacto mantuvo con toda autoridad el dogma tradicional de la Iglesia, y protegió la verdad de la Iglesia contra el error”, los hechos que él mismo narra son bien diferentes.

El titular de la sede romana examinó cuidadosamente lo expuesto por Celestio y Pelagio, y llegó a la conclusión de que ambos eran ortodoxos. Se ve que el Espíritu Santo no le asistió para distinguir la verdad del error. Como consecuencia de su evaluación, corrigió la condenación pronunciada por el obispo romano anterior (lo que muestra que en esta época los papas no se sentían aún obligados por las enseñanzas y decisiones de sus predecesores, que podían ser anuladas si era necesario) , censuró gravemente a los obispos galicanos acusadores –a los que calificó de maliciosos y turbulentos y pretendió excomulgar- , aconsejó paternalmente a los obispos africanos para que no se apresurasen a creer lo malo de su prójimo, y dijo que hubiera deseado que los africanos hubiesen podido oír las exposiciones de Celestio y Pelagio, a quienes llamó hombres de ortodoxia perfecta (absolutae fidei).

A pesar de la decisión del obispo romano, los obispos africanos se mantuvieron en su posición y reafirmaron la condenación de los errores pelagianos. Fue solamente frente a la firmeza de los africanos y a la condenación y destierro de Pelagio por la autoridad imperial (que vaticinaba un negro futuro para sus defensores) que Zósimo publicó su condenación de los pelagianos y sus escritos. Lo hizo muy tarde para defender la ortodoxia, que ya había sido reivindicada por los obispos de la Galia y del África, y apenas a tiempo para salvar su propio pellejo de la acusación de herejía.

Así que, si Zósimo no era pelagiano, al menos se tragó la carnada pelagiana con anzuelo y plomada, se atrevió a amonestar a los obispos que defendían la ortodoxia, y a duras penas reaccionó en el instante final. Por cierto, un papel muy triste para un pastor y maestro supremo.

Y si bien el problema del pelagianismo fue mucho más grave, la nueva controversia sostenida con los africanos a propósito de las apelaciones, lo muestra al pobre Zósimo como muy poco avezado también en cuestiones de disciplina eclesiástica, otra área en la cual se enseña hoy que las decisiones de los papas son inapelables.

El Código de Derecho Canónico vigente establece:

“El Romano Pontífice es juez supremo para todo el orbe católico, y dicta sentencia o personalmente, o mediante los tribunales ordinarios de la Sede Apostólica, o por jueces en los cuales delega.” (# 1442)

“No cabe apelación: 1º contra la sentencia del mismo Sumo Pontífice o de la Signatura Apostólica...” (# 1629).

“No cabe apelación ni recurso contra una sentencia o un decreto del Romano Pontífice.” (# 333, § 3).

“Por razón del Primado del Romano Pontífice, cualquier fiel puede llevar o introducir ante la Santa Sede una causa, tanto conteciosa como penal, en cualquiera instancia del juicio y cualquiera que sea el estado en el que se encuentre el litigio.” (# 1417.1).

Parece que los obispos africanos del siglo V no estaban enterados de estas leyes. ¿O serían evangélicos disfrazados?


(Emmanuel)
Comentario:

"...alegrémonos y demos gracias, porque hemos sido hechos no sólo cristianos, sino Cristo. ¿Entendéis, os dais cuenta, hermanos, del favor que Dios nos ha hecho? Admiraos, gozaos: hemos sido hechos Cristo. Pues si Él es la cabeza, nosotros somos sus miembros; el hombre total Él y nosotros... La plenitud, pues, de Cristo, la Cabeza y los miembros. ¿Qué es Cabeza y miembros? Cristo y la Iglesia".
San Agustín

[Tratado sobre el Evangelio de San Juan, 21.8: PL 35, 1568, siglo V]

Psst., no se despisten, que este era un católico de armas tomar. DOCTOR DE LA IGLESIA, nada más y nada menos.
Después de haber mostrado que Cristo es «el único Pastor, en el que todos los Pastores son uno», san Agustín concluye:
Comentario:

«Que todos se identifiquen con el único Pastor y hagan oír la única voz del Pastor, para que la oigan las ovejas y sigan al único Pastor, y no a éste o a aquel, sino al único y que todos en él hagan oír la misma voz, y que no tengan cada uno su propia voz (...) Que las ovejas oigan esta voz, limpia de toda división y purificada de toda herejía» (Sermo XLVI, 30: CCL 41, 557).


No os preocupeis los de las sectas, dice OVEJAS, no CABRAS. Así que no preocuparos.

Comentario:


y «en la medida en que uno ama a la Iglesia de Cristo, posee el Espíritu Santo» (San Agustín, «In Iohannis evangelium Tractatus», 32, 8).


AMEN.AMEN.AMEN.AMEN.AMEN.
¿A alguien de por aquí le gustan los Salmos?.: Je, je,je.

(Jetonius)

¡Qué interesante! Según los Padres de Sárdica la Cabeza es la sede romana, pero según Agustín es Cristo...
Desde luego, lo que dice aquí Agustín es por completo escritural (Efesios 5:23; Colosenses 1:18; 1 Pedro 5:1-4). Nada hay que objetar , excepto que usted parece suponer sin más que “la Iglesia” a la que aquí se refiere Agustín es “la Iglesia de Roma” y no la Iglesia católica antigua.


(Emmanuel)

Comentario:


Atanasio (III-IV)
. Quieres confundir y avergonzar a paganos y herejes, demostrando que ni uno solo de ellos posee el conocimiento de Dios, sino únicamente la Iglesia católica, puedes, si así lo piensas, cantar y recitar inteligentemente las palabras del 75.
......
Si quieres saber la diferencia que media entre la Iglesia católica y los cismáticos, y avergonzar a estos últimos, puedes pronunciar las palabras del 86.

¿Alguien se atreve a publicar esos dos salmos?.El 86 y el 75. Gracias.
(Jetonius)

Desde luego, Atanasio tiene razón aquí. Por otra parte, “Iglesia Católica” no es ni con mucho sinónimo de “Iglesia de Roma”. Esto corre por cuenta suya, no del paladín de la ortodoxia nicena.

Comentario:

........"Donde está Pedro, allí está la Iglesia"

San Ambrosio
[Enarraciones sobre los Salmos, 40, 30, siglo IV]

...doble GLUuuPS!!

(Jetonius)
La cita es muy breve para tragar o retragar. De todos modos, supongo que es el mismo Ambrosio que escribió “la fe es el fundamento de la Iglesia, porque no de la persona humana de san Pedro, sino de la fe, se dijo que las puertas del infierno no prevalecerían en contra de ella” (De Incarnatione V, 34).

(Emmanuel)
Comentario:

La Iglesia de Roma es "madre y raíz de la Iglesia católica", "lugar de Pedro", "cátedra de Pedro", "Iglesia principal por la que tiene principio la unidad entre los obispos". San Cipriano de Cartago [Epístolas, siglo III]


Este San Cipriano "huele" a católico que da gusto.....

Comentario:
porque «no puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre» (San Cipriano, «De catholicae Ecclesiae unitate», 6, 8),


¿No había por aquí alguno que había abierto un epígrafe diciendo que la Iglesia no es nuestra Madre?

(Jetonius)

Sin duda Cipriano era católico en sentido estricto. Diversos textos del obispo de Cartago se citan como supuestos testimonios del siglo III a favor de la supremacía papal; por ejemplo, su declaración en la Epístola 54 a Cornelio acerca de ciertos herejes:

“Después de tales cosas como éstas, más aun, todavía se atreven –habiendo sido nombrado para ellos un falso obispo por los herejes- a lanzarse y llevar cartas de personas cismáticas y profanas al trono de Pedro, y a la Iglesia principal donde la unidad sacerdotal tiene su fuente; y a no considerar que estos fueron los romanos cuya fe fue alabada en la predicación por el Apóstol, a los cuales la falta de fe no podía acceder.”

Elogiosas palabras que, si se toman fuera de contexto, parecen decir más de lo que San Cipriano quiso. En efecto, el obispo y mártir continúa diciendo:

“¿Pero cuál fue la razón de su venida y anuncio de la hechura del pseudo-obispo en oposición a los obispos? Porque ellos ora están satisfecho de cómo han hecho las cosas, y persisten en su impiedad; o, si están disgustados y se retractan, saben a dónde pueden retornar. Porque, como ha sido decretado por todos nosotros –y es igualmente ecuánime y justo- que el caso de cada uno se oído allí donde el delito ha sido cometido; y una porción del rebaño ha sido confiada a cada pastor individual, a la cual él ha de dirigir y gobernar, debiendo dar cuenta de sus actos al Señor; ciertamente no les corresponde a aquellos sobre quienes estamos el correr por ahí ni quebrantar la unidad de los obispos con su artificiosa y engañosa precipitación, sino el presentar su causa allí donde ellos puedan tener tanto a los acusadores como a los testigos de su crimen; a menos que por ventura les parezca demasiado poco a unos pocos hombres abandonados y desesperados la autoridad de los obispos del Africa, quienes ya los han juzgado y finalmente condenado, por la gravedad de su juicio, estando la conciencia de aquellos atada en muchas ligaduras de pecado. Su caso ya ha sido examinado, su sentencia ya ha sido pronunciada; ni le conviene a la dignidad de los sacerdotes ser culpados por la levedad de una mente cambiante e inconstante, cuando el Señor enseña y dice, “Que tu sí sea sí, y que tu no sea no”.

(negritas añadidas)

En otras palabras, luego de sus alabanzas San Cipriano dice muy claramente que el caso de estos herejes no debe ser juzgado por Roma, ya que ello es, de común acuerdo entre los obispos (y no por algún dictum papal) prerrogativa de los obispos en cuya sede se cometió el delito.

Los obispos africanos rectifican un error del obispo de Roma

Y que este y no otro es el sentido de sus palabras no solamente se desprende del contexto, queda palmariamente demostrado en primer lugar por un incidente a propósito de la destitución de dos obispos ibéricos. Los obispos depuestos apelaron a Esteban y obtuvieron de éste el apoyo para su restauración. Sin embargo, quienes habían depuesto a los obispos apelaron a Cipriano y los obispos africanos, quienes ratificaron la condenación de los obispos depuestos. Este último criterio fue el que prevaleció, y no el del obispo romano Esteban:

“Consecuentemente algunos de sus compañeros obispos se pusieron de su parte, pero los otros llevaron el caso ante San Cipriano. Una asamblea de obispos africanos convocada por él renovó la condenación de Basílides y Marcial, y exhortó al pueblo a entrar en comunión con los sucesores de ellos. Al mismo tiempo, [los obispos africanos] se esmeraron en señalar que Esteban había actuado como lo había hecho porque «situado a la distancia, e ignorante de los verdaderos hechos del caso» había sido engañado por Basílides.”

Horace K. Mann, Pope St. Stephen I (The Catholic Encyclopedia, vol. XIV)


En buen romance, con toda delicadeza los africanos “excusaron” a Esteban por haber sido víctima de un engaño a causa de su ignorancia de la verdadera situación.

La controversia bautismal

En segundo lugar, por la actitud que Cipriano y los demás obispos africanos, además del más célebre obispo de Asia, Firmiliano, adoptaron cuando Esteban, el obispo de Roma, quiso imponer su opinión acerca del bautismo de los herejes. Que fuese Esteban o Cipriano quien tenía razón no es relevante; el hecho es que la autoridad del obispo de Roma no era tenida por incuestionable, ni mucho menos, por el resto de los obispos.

He aquí lo que dice Cipriano:

“... ya que has querido que lo que Esteban, nuestro hermano, ha contestado a mis cartas, fuese puesto en tu conocimiento, te he enviado una copia de su respuesta; al leer la cual observarás más y más su error en esforzarse por sostener la causa de los herejes contra los cristianos, y contra la Iglesia de Dios... Él prohibió que alguien que proviniese de cualquier herejía fuese bautizado en la Iglesia; es decir, juzgó el bautismo de todos los herejes como justo y legítimo... E insistió en que nada se innovase ... ; como si fuese un innovador quien, manteniendo la unidad, defiende para la única Iglesia un único bautismo; y no manifiestamente lo fuese quien, olvidando la unidad, adopta las mentiras y el contagio de un lavamiento profano... ¿De dónde es esta tradición? ¿Hasta qué punto desciende de la autoridad del Señor y del Evangelio, o de los mandamientos y epístolas de los apóstoles? ... De modo que nadie debe difamar a los apóstoles como si ellos hubiesen aprobado el bautismo de los herejes, o hubiesen tenido comunión con ellos sin el bautismo de la Iglesia, cuando ellos, los apóstoles, escribieron semejantes cosas de los herejes... qué obstinación es, o qué arrogancia, preferir la tradición humana a la ordenanza divina, y no observar que Dios está indignado y furioso tantas veces como la tradición humana se relaja y suplanta los preceptos divinos [cita Isaías 29:13; Marcos 7:13; 1 Ti 6:3-5].

¡Ciertamente una excelente y legítima tradición es dispuesta ante nosotros por nuestro hermano Esteban, la cual puede otorgarnos una adecuada autoridad! Pues en el mismo lugar de su epístola él ha añadido y continuado: ‘Ya que aquellos que son especialmente heréticos no bautizan a quienes vienen a ellos de uno a otro, sino que los reciben en comunión.’ A este punto de maldad ha llegado la Iglesia de Dios y Esposa de Cristo, que sigue los ejemplos de los herejes; que con el propósito de celebrar los sacramentos celestiales, la luz deba obtener su disciplina de la oscuridad, y los cristianos deban hacer lo que hacen los anticristos. ¡¿Pero qué es esta ceguera del alma, qué es esta degradación de la fe, la de rehusarse a reconocer la unidad que proviene de Dios Padre, y de la tradición de Jesucristo el Señor y nuestro Dios!?
... Pero como ninguna herejía en absoluto, e igualmente ningún cisma, estando fuera [de la Iglesia] puede tener la santificación del bautismo que salva, ¿por qué la amarga obstinación de nuestro hermano Esteban ha irrumpido hasta el punto de sostener que nacen hijos de Dios del bautismo de Marción, o más aún, de Valentino y Apeles, y de otros que blasfeman contra Dios el Padre; y de decir que la remisión de los pecados es otorgada en el nombre de Jesucristo donde se vociferan blasfemias contra el Padre y contra Cristo, el Señor Dios?” [Ep. 73 a Pompeyo; negritas añadidas]


Por su parte Firmiliano, obispo de Cesarea de Capadocia, asiente de todo corazón con el africano, compara a Esteban con Judas, y afirma como cosa sabida de todos que la Iglesia de Roma no mantiene en todo las tradiciones originales:

“Excepto que podemos en este asunto agradecer a Esteban, que ahora ha sido a través de su descortesía que hemos recibido la prueba de tu fe y sabiduría. Pero aunque hemos recibido el favor de este beneficio por causa de Esteban, ciertamente Esteban nada ha hecho que merezca amabilidad y agradecimiento. Pues tampoco Judas puede considerarse digno por su perfidia y traición con la cual impíamente procedió con respecto al Salvador, como si él hubiese sido la causa de tan grandes ventajas, que a través de él el mundo y los gentiles fuesen libertados por la pasión del Señor.
Pero dejemos por el momento pasar estas cosas que han sido hechas por Esteban, no sea que recordando su audacia y orgullo traigamos una tristeza más duradera sobre nosotros a causa de las cosas que impíamente ha hecho. Y sabiendo, con respecto a ti, que tú has concluido el asunto ... hemos dado gracias a Dios que hemos hallado en hermanos tan distantes tal unanimidad de fe y verdad.
Y ciertamente, con respecto a lo que Esteban ha dicho, como si los apóstoles prohibiesen que fueran bautizados quienen vienen de la herejía, y hubieran entregado esto también para ser observado por sus sucesores, tú has respondido abundantísimamente, que nadie es tan necio como para creer que los apóstoles transmitieron esto, cuando es bien sabido que estas mismas herejías, execrables y detestables como son, surgieron subsecuentemente...

Pero que quienes están en Roma no observan en todos los casos aquellas cosas que fueron transmitidas desde el principio, y vanamente pretenden la autoridad de los apóstoles; cualquiera puede saberlo también del hecho que, con respecto a la celebración de la Pascua, y con respecto a muchos otros sacramentos de asuntos divinos, puede ver que hay algunas diferencias entre ellos, y que no todas las cosas son observadas igualmente entre ellos, como son observadas en Jerusalén, del mismo modo que en muchas otras provincias también muchas cosas son variadas debido a la diferencia de los lugares y nombres. Y sin embargo, no por esto hay separación en absoluto de la paz y la unidad de la Iglesia Católica, como la que Esteban se ha atrevido ahora a realizar; quebrantando la paz contra vosotros, la cual sus han mantenido siempre con vosotros en mutuo amor y honra, hasta difamando, con esto, a los benditos apóstoles Pedro y Pablo, como si los mismos hombres que en sus epístolas execraron a los herejes, y nos advirtieron que nos apartásemos de ellos, hubieran transmitido esto. De lo cual surge que es una tradición humana la que defiende a los herejes, y afirma que ellos tienen un bautismo, que le pertenece solamente a la Iglesia.” [Ep. 74, de Firmiliano a Cipriano (256); negritas añadidas].

De modo que, en la Iglesia Católica antigua, el obispo de Roma tenía sin duda un lugar preeminente, pero en modo alguno estaba por encima de todos, y en más de una ocasión debió ser puesto en su lugar por sus colegas.

Finalmente, cabe destacar que con excepción de Clemente, en una única carta auténtica, los obispos de Roma no tuvieron un papel destacado como maestros de la cristiandad en los primeros siglos. Descuellan los asiáticos y los africanos; pero entre los que escribieron en Roma, ninguno fue obispo de dicha ciudad (de hecho, Hipólito fue transitoriamente “antipapa”).


(Emmanuel)

De nuevo hermano estamos ante los mismos dilemas:
Si estos señores, que nos dieron y autentificaron la Biblia,(muchos dieron su vida por ello), nos mienten.¿Porqué sabemos que la Biblia es cierta?.

(Jetonius)

No son ellos quienes mienten. Son los apologistas romanos como usted los que mendazmente citan fuera de contexto en un vano intento de demostrar que el obispo de Roma tenía una autoridad de la que de hecho carecía en la Iglesia antigua.

Además, pasa usted por alto el hecho de que si bien los Padres coinciden en muchos aspectos, como su reverencia por las Escrituras, también discrepan en muchos aspectos. Por tanto, a pesar de su valor como testigos de la antigüedad cristiana, sus obras deben valorarse una por una y a la luz de las Escrituras.

(Emanuel)
Si antes de que hubiese Biblia, muchas de estas ciats ya se habían realizado. ¿Será que interpretaban mal las cosas?.Incongruente.

(Jetonius)

El pueblo cristiano siempre tuvo una Biblia, aunque el canon del NT no se hubiese completado. Para finales del siglo II lo que podría llamarse el núcleo del NT ya era reconocido de manera general.

(Emmanuel)
¿Alguién les llamó IDOLATRAS, por seguir a Pedro como seguió el pueblo de Dios a Moisés?
¿Eran herejes los que nos dieron la Biblia?
¿Eran herejes los que aprendieron más directamente de los apóstoles las verdaderas palabras de Jesús?.

Por favor, no huyan de estas cuestiones como despavoridos.Algún valiente que las afronte.

(Jetonius)

Sin duda los Padres siguieron a Pedro y a los Apóstoles, lo cual es algo muy distinto que someterse al obispo de Roma. El poder romano fue cimentado a lo largo de siglos mediante una astuta y consistente política. Cuando devino desmesurado, se produjo el cisma entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente.
Como parte de una premisa errónea, es decir que todos los Padres antiguos eran papistas y consideraban al obispo romano con la misma autoridad que lo hacen los romanistas hoy, sus preguntas retóricas están por completo despistadas. Nadie huye; por el contrario sus desvaríos casi resultan divertidos.


(Emmanuel)
PREGUNTA DEL MILLON PARA EL SEÑOR JETONIUS:
¿Interpretaron correctamente el mensaje de Jesús estos mismos Padres que nos "afirman" la Autoridad Suprema de las Escrituras?

O por el contrario:
A pesar de tener la Sagrada Escritura como fundamento la adulteraron.

¿Cómo va a ser posible amar a Cristo sin amar a la Iglesia, siendo así que el más hermoso testimonio dado a favor de Cristo es el de San Pablo: «amó a la Iglesia y se entregó por ella» (Ef 5, 25)?"

Dios les bendiga.
(Si quieren más, pidan, ¿eh?, pidan. "Pedid y se os dará"). Ya sabemos que en las librerias evangélicas les ocultan estas cosas...

(Jetonius)

Noto que sigue usted en sus trece de igualar “la Iglesia” con la congregación romana. Esto demuestra la falta de sentido histórico y la insoportable arrogancia papista.

Los Padres no nos engañaron; simplemente expusieron y defendieron la fe como mejor pudieron, no siempre de manera consistente entre sí. No hace falta suponer malicia para rechazar enseñanzas que no tienen claro apoyo escritural.

Espero mi millón.

En cuanto a su oferta, traiga lo que tiene y lo tratamos.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><

¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por emmanuel:
El pequeño detallito que te falta en esa historia que te montas tú solito es que hablar de Iglesia es hablar del Cuerpo de Cristo, "..columna y baluarte de la Verdad..". Y que Cristo dió su vida por ELLA.

"Las puertas del infierno no prevalecerán jamás contra MI IGLESIA". Jesucridto.Palestina, año 33.


Tú sigue con las doctrinas de ese blasfemo de Lutero.

Dios te Ilumine.
[/quote]

El pequeño detallito que le falta al texto que cita es (mi Iglesia) CATÓLICA APOSTÓLICA Y, SOBRE TODO, ROMANA.

Adjudicarse la declaración de Cristo en exclusividad es evidencia de una arrogancia rayana en la blasfemia.

Mientras tanto, el papa de ustedes anda por ahí besando el Corán, postrándose ante imágenes y prometiendo una salvación que no puede otorgar.

Creo que es usted quien necesita con urgencia que Dios lo ilumine y lo bendiga.

Jetonius

<{{{><
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por emmanuel:
Estimado Jetonius,

Cuando tantos Padres hablan de la supremacía de la Iglesia Romana de forma explícita, usted para demostrar la hipótesis contraria debe:

dar citas de contemporáneos suyos que explícitamente nieguen o rabatan esas afirmaciones tan contundentes.¿Las tiene?.

Lo cierto es que:
- Nadie les llama herejes.

- Nadie les anatemiza.

- Nadie solicita un concilio para aclarar.

- Nadie niegua explicitamente esa autoridad.

- Todos aceptan esas afirmaciones.

- NADIE DA UNA SOLA CITA DE LOS ESCRITOS BIBLICOS QUE MANEJAN PARA REFUTAR ESAS AFIRMACIONES.

- ¿Porqué?

1) Sencillamente porque nadie ve en las escrituras nada contrario a ello.

2) Porque saben que es la Verdad Revelada.

3) Porque conociendo las escrituras saben que es RECURRENTE el que Dios ORDENE explícitamente a Su pueblo que sigua a OTROS HOMBRES que El mismo se encarga de investir de autoridad.(Noé, Abraham, Moisés etc, etc, etc). Y en los últimos tiempos a Pedro.

Y todo esto lo dicen esos mismos hombres (en sentido de comunidad), que usted afirma que tienen las Escrituras por Autoridad Suprema.

Los mismos hombres que identifican, siguen, validan y compilan las Escrituras. ¿De donde se sacan esas afirmaciones sobre la Iglesia Romana?.
[/quote]

Por el contrario, si hubiese leído con atención se hubiera dado cuenta que lo expuesto muestra que en los primeros siglos de la Iglesia la sede romana era tenida por muy destacada, e incluso como la primera entre iguales (primado de honor) pero no tenía autoridad sobre otras sedes patriarcales como Bizancio, Alejandría, Antioquía, etc.

En el siglo II, cuando el obispo romano Víctor quiso imponer su opinión acerca de la pascua, fue reconvenido tanto por los asiáticos como por Ireneo.

En el siglo III, cuando el obispo romano Esteban quiso imponer su opinión sobre el bautismo de los herejes fue rechazado de plano por Cipriano a la cabeza de los obispos africanos y por Firmiliano al frente de los asiáticos.

En el siglo IV el obispo de Roma Liberio fue censurado por la Iglesia universal por firmar una confesión de fe arriana (testimonios de Atanasio, Hilario de Poitiers, Jerónimo, Hermias sozómeno, Faustino y Marcelino).

En el siglo V el obispo de Roma Zósimo dio por ortodoxos a Celestio y Pelagio, y debió ser corregido por los obispos africanos.
Asimismo, se le negó el derecho de oír apelaciones para lo que había esgrimido un canon de Nicea, que en realidad era del Concilio local de Sárdica.

Si a usted le parece que esto no demuestra que los obispos de Roma no poseían al menos hasta el siglo V una autoridad superior a la de otros obispos, y que no tenían en modo alguno la primacía de jurisdicción y enseñanza que hoy la Iglesia romana les atribuye, es porque está ciego a la evidencia histórica.


<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Usted no se ha ganado su "millón", Señor Jetonius, pues evade la pregunta::

¿Interpretaron correctamente el mensaje de Jesús estos mismos Padres que nos "afirman" la Autoridad Suprema de las Escrituras?

O por el contrario:
A pesar de tener la Sagrada Escritura como fundamento la adulteraron
[/quote]

Los Padres no adulteraron nada, pero esto no significa que fuesen infalibles. Sus interpretaciones son con mucha frecuencia correctas, pero el simple hecho de que no concuerdan entre sí indica sus limitaciones, ya que no pueden tener todos razón al mismo tiempo y en el mismo sentido.

El bautismo de los herejes es válido, o no es válido.
El derecho de apelación a Roma es válido o no es válido.
El reino milenial debe tomarse literalmente o no.
Los santos difuntos están en la presencia de Dios o no lo están.

En todas estas cosas y muchas más, los Padres discrepan. En lo que no discrepan es en la autoridad que reconocen a las Escrituras.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Su repuesta no aclara si la "Autoridad Suprema" como usted dice es de las "Escrituras" o de la Iglesia en Comunión con Roma.
[/quote]

La autoridad suprema no puede sino pertenecer a las Escrituras, por cuanto la sede de Roma ha demostrado su falibilidad (cf, los casos de Zósimo, Liberio y Honorio).

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Lo cual tampoco no es relevante, pues ya dice Cristo que vino a fundar una Iglesia, contra la que las puertas del infierno no prevalecerán JAMAS, que será "Columna y Baluarte" de la verdad, a donde debemos ir para resolver disputas "llevadlos a la Iglesia.." (no les dice que los atiborremos a versículos), donde las ovejas de Cristo tendremos a nuestro Pastor Pedro para que nos gobierne y pastoree, pues a él se le dan las llaves de toda autoridad, a pesar de negarle 3 veces.
Esa Iglesia, basada en la jerarquía - otra recurrente divina a lo largo de la Biblia-, será Eterna.

Cristo nunca nos habla de un Nuevo Testamento. Curioso.

Pero sí habla de UNA Iglesia, con un "solo bautismo y una sola FE ". No 25.000.

Usted se arropa en unos evangelios -EXTRABIBLICOS-, y no comprende el mensaje y la obra de Cristo.
[/quote]

Es en extremo ridículo que formule preguntas y luego afirme que las respuestas (cualesquiera que sean) no son relevantes. Si no quiere escuchar, pues no pregunte.
Sin duda que las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo, que no es lo mismo que la institución romana.
Me asombra además su supino desprecio por las Escrituras. Aunque pensándolo bien, dada su forma de pensar no debiera asombrarme tanto.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Usted puede intentar todos los malabarismos verbales, hacer afirmaciones subjetivas para intentar desviar la cuestión hacia discusiones distintas a las del epígrafe. Pero las citas,señor Jetonius, tomadas en conjunto, son de una evidencia aplastante.

Cualquier persona con sentido común puede verlo.

DE NUEVO:

Para demostrar lo contrario, le repito que deberá dar citas que nieguen explícitamente esas afirmaciones. Y, mi querido Jetonius, sin sus acostumbrados malabarismos verbales, por favor.

Dios le Bendiga.
[/quote]

¿Malabarismos? ¿Ha dicho malabarismos?

He sepultado con evidencia histórica las citas aisladas sacadas de contexto con que ha pretendido demostrar lo indemostrable.

Si piensa que no es así, no se escude en la retórica y conteste punto por punto. Me interesa especialmente su opinión sobre la cuestión de Honorio.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
P.d.:
Respecto de las citas que me pide sobre su líder Lutero las tiene en las mismas citas. De la compilación de Juan Clá nombrada, y citando al historiador -evangélico- F.Brentano- :


Quizás usted pueda decirme su fuente, por si alguien la pide. Gracias.

[/quote]

Es decir que usted cita de una cita de una cita, que no puede confrontar, y con semejante "evidencia" pretende insultar a los evangélicos...Por favor, sea un poco más serio.

Ahora vaya y estudie que falta le hace.


Que Dios lo bendiga e ilumine,

Jetonius

<{{{><

¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!