La economía divina
La economía divina, es el Dios Triuno procesado y encarnado, con un vivir humano de treinta y tres años y medio, muerto y resucitado, ascendido y entronado en los cielos y tornándose como el Espíritu vivificante dador de vida, para forjarse y dispensarse en el hombre tripartito, redimido y regenerado para que sea su expresión.
Satanás no se opone a que alabemos y ofrezcamos sacrificios y sirvamos a Dios con toda nuestra alma y ser natural. Como hizo Caín, quien ofreció lo mejor del fruto de su esfuerzo y fue arrojado de la presencia del Señor; Así mismo Nadab y Abiu, hijos del sacerdote Aarón quienes murieron porque cayeron en el pecado de la presunción, al ofrecer al Señor fuego extraño, creyendo que Dios recibiría con agrado sus ofrendas o sacrificios que nacieron o brotaron del esfuerzo de su alma natural y no conforme al deseo del corazón de Dios. Si servimos al Señor en el espíritu, todo el plan de Dios se cumplirá en nosotros y todas las artimañas del diablo serán disueltas, y seremos uno con todos los santos y guardaremos la unidad del Espíritu, y no abra mas divisiones entre los creyentes, pudiendo tener comunión unos con otros, sin las barreras de división que hoy nos separan.
El llamado, el consejo, la amonestación, la exhortación que Dios nos hace por medio de Su Palabra es: que tenemos que “negar la vida del alma”, que nada de lo bueno que ésta tiene y brote de ella le agradara a Él, pues ello proviene o tiene el mismo origen, “del árbol de la ciencia del bien y del mal” Dios busca adoradores que le adoren “en espíritu y en verdad (realidad)”. Juan 4:24. Satanás trata de impedir a toda costa, llevándonos a servirle al Señor con nuestra alma “mente emoción y voluntad”, sin ser tratadas por la Cruz, y de esa manera tenernos entretenidos, distraídos y conformes, haciéndonos creer que nuestra manera de vivir y “servicio” como “cristianos” en apariencia esta bien delante del Señor.
Estamos en un tiempo de degradación espiritual donde los valores morales y espirituales se han perdido casi totalmente. Este es el tiempo en que los verdaderos santos varones, que hemos sido lavados redimidos y regenerados con Su sangre preciosa valoremos el llamamiento que el Señor nos hace y nos levantemos como atalayas vencedores contra todo tipo de degradación que atente contra el plan divino y el deseo del corazón de Dios para con nosotros.
Nuestra oración, clamor e intercesión delante del Señor debe ser que seamos despojados de todo orgullo, altivez y arrogancia y de todo mas alto concepto de nosotros mismos que el que debemos tener, y ser muy humildes, honestos, sinceros, íntegros y absolutos para Él, de tal manera que nuestra vida agrade al Señor.
¡Jesús es el Señor!
La economía divina, es el Dios Triuno procesado y encarnado, con un vivir humano de treinta y tres años y medio, muerto y resucitado, ascendido y entronado en los cielos y tornándose como el Espíritu vivificante dador de vida, para forjarse y dispensarse en el hombre tripartito, redimido y regenerado para que sea su expresión.
Satanás no se opone a que alabemos y ofrezcamos sacrificios y sirvamos a Dios con toda nuestra alma y ser natural. Como hizo Caín, quien ofreció lo mejor del fruto de su esfuerzo y fue arrojado de la presencia del Señor; Así mismo Nadab y Abiu, hijos del sacerdote Aarón quienes murieron porque cayeron en el pecado de la presunción, al ofrecer al Señor fuego extraño, creyendo que Dios recibiría con agrado sus ofrendas o sacrificios que nacieron o brotaron del esfuerzo de su alma natural y no conforme al deseo del corazón de Dios. Si servimos al Señor en el espíritu, todo el plan de Dios se cumplirá en nosotros y todas las artimañas del diablo serán disueltas, y seremos uno con todos los santos y guardaremos la unidad del Espíritu, y no abra mas divisiones entre los creyentes, pudiendo tener comunión unos con otros, sin las barreras de división que hoy nos separan.
El llamado, el consejo, la amonestación, la exhortación que Dios nos hace por medio de Su Palabra es: que tenemos que “negar la vida del alma”, que nada de lo bueno que ésta tiene y brote de ella le agradara a Él, pues ello proviene o tiene el mismo origen, “del árbol de la ciencia del bien y del mal” Dios busca adoradores que le adoren “en espíritu y en verdad (realidad)”. Juan 4:24. Satanás trata de impedir a toda costa, llevándonos a servirle al Señor con nuestra alma “mente emoción y voluntad”, sin ser tratadas por la Cruz, y de esa manera tenernos entretenidos, distraídos y conformes, haciéndonos creer que nuestra manera de vivir y “servicio” como “cristianos” en apariencia esta bien delante del Señor.
Estamos en un tiempo de degradación espiritual donde los valores morales y espirituales se han perdido casi totalmente. Este es el tiempo en que los verdaderos santos varones, que hemos sido lavados redimidos y regenerados con Su sangre preciosa valoremos el llamamiento que el Señor nos hace y nos levantemos como atalayas vencedores contra todo tipo de degradación que atente contra el plan divino y el deseo del corazón de Dios para con nosotros.
Nuestra oración, clamor e intercesión delante del Señor debe ser que seamos despojados de todo orgullo, altivez y arrogancia y de todo mas alto concepto de nosotros mismos que el que debemos tener, y ser muy humildes, honestos, sinceros, íntegros y absolutos para Él, de tal manera que nuestra vida agrade al Señor.
¡Jesús es el Señor!