Te confieso algo: llevo años viendo cómo el cristianismo cambia ante mis ojos. Hoy los altares parecen más escenarios; la “unción” se volvió casi una etiqueta que gana likes, aplausos... o hasta dinero.
Me impresiona la cantidad de “apóstoles”, “profetas” o líderes que, en vez de reflejar a Jesús humilde, viven rodeados de lujos, mueven multitudes y hasta comercian—sin miedo—con el nombre de Dios.
La Biblia lo anticipó:
¿Y sabes?, esto no es solo sobre dinero. Es una pregunta que va más lejos: ¿de verdad podemos distinguir entre lo espiritual genuino y la falsificación? ¿Te ha pasado verte en esa duda?“Vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina...” — 2 Timoteo 4:3–4
En la Biblia, la unción es la presencia viva de Dios, no un show.
Los que son de verdad, sirven, casi sin que nadie los note. ¿Recuerdas a David ungido en secreto? ¿A Jesús—ungido pero crucificado?“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido...” - Lucas 4:18
Nada de reflectores.
Muchos ministerios mezclan psicología, emociones y mucho show, presentándolo como fuego del Espíritu. Pero detrás, hay manipulación, abuso de confianza, miedo... y un disfraz de poder espiritual.“El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz”. — 2 Corintios 11:14
¿Te suenan estos síntomas?
- Promesas milagrosas... pero sólo si das dinero

- El “ungido” es adorado como una celebridad

- Te infunden miedo: “¡Cuidado, no critiques al siervo de Dios!”

- Nadie rinde cuentas. Todo es opaco.
¿Te diste cuenta que ahora los “avivamientos” parecen conciertos? Hay luces, merchandising, entradas caras y “paquetes proféticos”. Todo es emoción, emociones y ventas—ya veces hasta se pierde lo sagrado.
La Biblia fue clara:
El Evangelio, que era para liberar, hoy a veces termina esclavizando con culpa y dependencia.“Harán mercadería de vosotros con palabras fingidas...” — 2 Pedro 2:3
- La unción no se vende
“Que tu dinero perezca contigo...” — Hechos 8:20 - La unción se reconoce, no se demuestra.
“Por sus frutos los conoceréis.” —Mateo 7:16 - El poder no sustituye la santidad
“Muchos me dirán… ¿no profetizamos en tu nombre?... Nunca os conocí.” — Mateo 7:22–23
Jesús lavó pies, nunca pidió una corona. La verdadera autoridad no se mide por seguidores, sino por cuánto amas y sirves.
“El mayor entre vosotros será vuestro servidor”. —Mateo 23:11
- ¿Cuántos de los “ungidos” de moda fueron reconocidos o expuestos por Jesús mismo?
- ¿Se ha hecho del Espíritu Santo una marca comercial?
- ¿Por qué siguen más a hombres carismáticos que a Cristo crucificado?
- Lee Mateo 24, 2 Pedro 2 y Judas 1 (engaño espiritual y falsos maestros)
- Pregunta por transparencia financiera en tu iglesia/ministerio.
- Busca y enseña discernimiento, no fanatismo a personas.
La presencia de Dios no depende de luces, famosos ni shows.
Él viene a corazones quebrantados, a gente sencilla y auténtica.
Quizás lo que más falta hoy son menos “celebridades ungidas” y más siervos reales, anónimos, llenos de verdad, amor y lágrimas honestas.“No por fuerza, ni por poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor”. — Zacarías 4:6
¿Te animas a opinar? ¿Te has topado con algo de esto en tu vida?
¡Cuéntame tu punto de vista, tu historia, o la inquietud que este tema te deja!
Juntos aprendemos, crecemos...