La causa principal del por qué Israel rechazó a Cristo
Deu 32:15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces
(Engordaste, te cubriste de grasa);
Entonces abandonó al Dios que lo hizo,
Y menospreció la Roca de su salvación.
En realidad, en el anticipado Consejo de Dios, el Sacrificio del Hijo, fue algo planeado con absoluta precisión, sin faltar el más mínimo detalle.
Hasta los que habían de creer en Jesús, y los que habían de rechazarlo, hasta el día de hoy, y el día de mañana, son detectados y registrados aún antes de nacer.
Los que se apartan del evangelio para enseñar un evangelio diferente, los incrédulos de toda laya, los que jamás oyeron hablar de Cristo, todos, absolutamente todos, están registrados en el Libro de Dios, porque hay varios Libros escritos antes de la Creación.
1. La Biblia
2. El Libro de la Vida del Cordero
3. El Libro de las Obras
"Ráeme de tu libro" dijo Moisés en un momento desesperado a causa de la rebeldía de su pueblo.
También encontramos expresiones como "El que no se halló inscrito en el Libro de la Vida" fue lanzado al lago que arde con fuego y azufre.
¿De qué le sirve al incrédulo aferrarse al recurso de su negación, para escapar del justo juicio de Dios? Absolutamente de nada.
Pero en el caso específico de Israel, esta porción en el libro de Job, bien puede aplicarse, leemos:
Job 5:13 Que prende a los sabios en la astucia de ellos,
Y frustra los designios de los perversos.
La soberbia del judío la expuso el mismo Señor y la saca a la luz, como un tropiezo para creer en él humilde galileo "hijo de un carpintero" de Nazaret, mediante la parábola del buen Samaritano.
El judío de casta alta, en referencia a su alta posición y riqueza, preferiría antes morir que deber su rescate a un samaritano, por lo que el Señor introduce a un samaritano en la parábola, y contrasta su conducta con la del levita y la del sacerdote, y pregunta luego cuál de los tres actuó como prójimo del pobre hombre al que los ladrones habían dejado medio muerto en el camino.
Dios prende a los sabios en la astucia de ellos.
Se pasaron de listos, al pretender justificarse a sí mismos mediante la obediencia a la ley, como queriendo demostrarle a Dios, que no necesitaban del Sacrificio de su Hijo.
Ellos mismos podían salvarse mediante sus obras meritorias.
A esto se refiere el apóstol cuando señala:
Rom 9:30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;
Rom 9:31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.
Rom 9:32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
Rom 9:33 como está escrito:
He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
La causa principal del por qué Israel rechazó a Cristo
El tema es instructivo, posee diversas facetas, y al menos tiene la ventaja, a mi modo de ver, de la ausencia de la contención, y más bien anima al lector a escudriñar.