¿Es la Biblia difícil de entender?
La Biblia es fácil de entender para aquellos que buscan la verdad de Dios, no la de los hombres, los que buscan conocer su propósito y cuanto haya que hacer para que se convierta el realidad este propósito. La hacen difícil cuando la examinan buscando defectos en ella, o confiando en el poder de Dios solo para que les conceda lo que cada uno desea, o sea, con motivos egoístas.
El propósito de Dios es claro y sencillo, como lo da a conocer al principio de la Biblia, (Génesis 1:26-28) esto es, llenar la tierra de personas justas y bondadosas, para que puedan vivir pacíficamente sobre ella, teniendo en sujeción a todos los demás seres vivos que se mueven sobre ella, cuidándolos y controlándolos, sirviéndose de ellos y disfrutando de todos sus demás productos. El resultado de este propósito no puede ser mejor para todos los humanos, como se indica al final del último libro de la Biblia, (Apocalipsis 21:4,5), la desaparición definitiva de todos los males de la humanidad, incluso la muerte. Todo esto es perfectamente entendible.
Pero para que este propósito se realizara se requería un factor indispensable: que los humanos se dejen guiar por su Creador y sigan fielmente todas sus instrucciones. Nadie viene al mundo sabiendo todo lo que debe hacer para que le salgan bien la cosas, partimos de la total ignorancia, y todo tenemos que aprenderlo, de lo que se nos enseña o vemos hacer a otros. Una buena enseñanza es primordial para tomar buenas decisiones y seguir caminos progresivos, y no puede haber mejor enseñanza que la que nos proporciona nuestro Hacedor, y es lo que ha estado haciendo desde el principio de la creación humana.
Pero los hombres no han querido aceptar su guía, y se han trazado sus propios caminos; como consecuencia han cometido toda clase de errores y maldades de toda índole, que han llenado sus vidas de calamidades y sufrimientos. La Biblia no es sino un relato detallado del resultado de esta rebeldía e ingratitud hacia su Dios. Allí se cuentan cosas horribles, que no son sino las acciones de los hombres, y las consecuencias de sus errores, que son muchos, esas son sus verdades. Pero también se describen cosa sublimes, que son las ayudas que Dios ofrece para quienes desean volver a aceptar su guía salvadora, y el remedio para todos sus males, esa es la verdad de Dios. No hace falta ser muy inteligente para entender estas cosas.
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La Biblia es fácil de entender para aquellos que buscan la verdad de Dios, no la de los hombres, los que buscan conocer su propósito y cuanto haya que hacer para que se convierta el realidad este propósito. La hacen difícil cuando la examinan buscando defectos en ella, o confiando en el poder de Dios solo para que les conceda lo que cada uno desea, o sea, con motivos egoístas.
El propósito de Dios es claro y sencillo, como lo da a conocer al principio de la Biblia, (Génesis 1:26-28) esto es, llenar la tierra de personas justas y bondadosas, para que puedan vivir pacíficamente sobre ella, teniendo en sujeción a todos los demás seres vivos que se mueven sobre ella, cuidándolos y controlándolos, sirviéndose de ellos y disfrutando de todos sus demás productos. El resultado de este propósito no puede ser mejor para todos los humanos, como se indica al final del último libro de la Biblia, (Apocalipsis 21:4,5), la desaparición definitiva de todos los males de la humanidad, incluso la muerte. Todo esto es perfectamente entendible.
Pero para que este propósito se realizara se requería un factor indispensable: que los humanos se dejen guiar por su Creador y sigan fielmente todas sus instrucciones. Nadie viene al mundo sabiendo todo lo que debe hacer para que le salgan bien la cosas, partimos de la total ignorancia, y todo tenemos que aprenderlo, de lo que se nos enseña o vemos hacer a otros. Una buena enseñanza es primordial para tomar buenas decisiones y seguir caminos progresivos, y no puede haber mejor enseñanza que la que nos proporciona nuestro Hacedor, y es lo que ha estado haciendo desde el principio de la creación humana.
Pero los hombres no han querido aceptar su guía, y se han trazado sus propios caminos; como consecuencia han cometido toda clase de errores y maldades de toda índole, que han llenado sus vidas de calamidades y sufrimientos. La Biblia no es sino un relato detallado del resultado de esta rebeldía e ingratitud hacia su Dios. Allí se cuentan cosas horribles, que no son sino las acciones de los hombres, y las consecuencias de sus errores, que son muchos, esas son sus verdades. Pero también se describen cosa sublimes, que son las ayudas que Dios ofrece para quienes desean volver a aceptar su guía salvadora, y el remedio para todos sus males, esa es la verdad de Dios. No hace falta ser muy inteligente para entender estas cosas.
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