LA BIBLIA EN LA VIDA Y EN EL MINISTERIO

9 Enero 2007
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LA BIBLIA EN LA VIDA Y EN EL MINISTERIO DEL PASTOR Y DEL LÍDER CRISTIANO
«Tú, sigue firme en todo aquello que aprendiste, de lo cual estás convencido. Ya sabes quiénes te lo enseñaron. Recuerda que desde niño conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien». (2 Ti 3.14–17;
La Biblia es de suma importancia en la vida y en el ministerio del pastor y del líder cristiano, pues ella es, y será siempre, el fundamento de la vida cristiana. No es posible un buen ministerio si no está impregnado por completo del mensaje de la Palabra de Dios.
La importancia de la Biblia en la vida del líder resalta de inmediato cuando hacemos un análisis de los diferentes aspectos de la vida y del ministerio del siervo del Señor.
1. La Biblia en el llamamiento del líder cristiano
Al inicio de su Epístola a los Romanos, el apóstol Pablo afirma: El evangelio es poder de Dios para salvación (Ro 1.16). Todo líder cristiano, sea porque nació en un hogar cristiano o porque se convirtió en su edad adulta, reconocerá que el primer efecto poderoso de la Palabra de Dios en su vida tiene que ver con su salvación. El encuentro con el Cristo vivo es, sin lugar a dudas, un encuentro con la Palabra de Dios. Bien decía Pablo: «Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios» (Ro 10.17; RVR).
Un segundo momento clave en la vida del pastor o líder es el de su vocación o llamamiento. Como en la conversión, la Palabra de Dios penetra su ser para hacer que nazca en él una entrañable convicción de que el Señor le extiende un llamamiento al ministerio cristiano. La conjugación de la Palabra de Dios con la fuerza del Espíritu hace del llamamiento divino una decisión impostergable.
2. La Biblia en la preparación del pastor y del líder cristiano
Cuando las Sagradas Escrituras definen el ministerio del sacerdote Esdras como maestro de la Palabra, mencionan tres características de él, y cada una de ellas tiene a la Palabra de Dios como su móvil: «Esdras tenía el firme propósito de estudiar y de poner en práctica la ley del Señor, y de enseñar a los israelitas sus leyes y decretos» (Esd 7.10; DHH3).
Todos los pasos de la formación del líder—su estudio, su conducta y su enseñanza—están impregnados de la Palabra de Dios. Por eso los seminarios, los institutos bíblicos y las escuelas teológicas necesitan revisar constantemente su programa de clases y darle al estudio de la Biblia un lugar fundamental. Desde su tiempo de estudiante, el futuro líder o pastor necesita empaparse de recursos y de conocimientos que le permitan, en su pastorado y ministerio, trazar bien la Palabra de verdad (2 Ti 2.15).
3. La Biblia en la vida devocional del pastor y del líder cristiano
Todos sabemos por experiencia propia que la Biblia es más que una fuente de preparación y estudio. La Biblia, como Palabra de Dios, nos nutre espiritualmente para poder vivir la vida cristiana y realizar nuestra tarea ministerial.
El encuentro con la Palabra de Dios, no ya como estudiante de ella, sino como hijo de Dios, asegura una vida edificada y un ministerio bendecido. Todo líder cristiano necesita de momentos a solas con su Dios para hablarle y para escucharlo; y tanto en el hablar como en el escuchar, la Palabra de Dios es el medio eficaz.
Cuando vamos al Antiguo Testamento y al Nuevo, descubrimos que la vida devocional fue un elemento vital en la vida de los héroes de la fe. Allí, en la quietud y a solas con Dios, vemos a Moisés, a Abraham, a Elías, a David, a Pablo, a Timoteo, y sobre todo a Jesucristo, meditando y alimen- tándose de la Palabra de Dios. La vida de oración y la búsqueda de la vo- luntad de su Padre son elementos sobresalientes en el ministerio de Jesús.
4. La Biblia en el ministerio del pastor y del líder cristiano
Sin la Biblia no sería posible tener misiones cristianas, ni iglesias ni creyentes en Jesucristo. Por lo tanto, la Biblia es y debe ser el instrumento indispensable y primordial en el ministerio del pastor y líder cristiano. La visitación de hogares y de enfermos, y el apoyo a los nuevos creyentes, requieren del mensaje oportuno de la Palabra de Dios. El pastor debe estar convencido de que en la Biblia sus ovejas encontrarán consuelo, fortaleza, esperanza y paz; pero también hallarán exhortación y reprensión.
Para la preparación de mensajes y estudios bíblicos, el pastor debe estudiar con seriedad y profundidad el texto sagrado. Por eso debe desarrollar destreza en el manejo exegético de la Biblia y conseguir los recursos esenciales para el estudio serio y eficaz de ella: (1) varias versiones de la Biblia; (2) una concordancia bíblica; (3) y un buen diccionario de la Biblia. Debe, por supuesto, participar en cursos de actualización bíblica y leer materiales que le ayuden a una recta interpretación de la Palabra
Nunca debe perderse de vista que el mejor alimento para la congregación es la predicación expositiva del mensaje de la Palabra de Dios. Este método homilético es el que mejor nos permite sacar los tesoros bíblicos. La gente se edifica de verdad, y recibe más bendiciones, cuando el expositor emplea el texto bíblico con propiedad, y no sólo como pretexto.
En conclusión, podemos decir que la Palabra de Dios es para el pastor y el líder su regla máxima de fe y práctica. Al igual que en el caso de Esdras, la Palabra de Dios informará su formación académica, su conducta y vida cristiana, y su enseñanza para el pueblo que Dios ha puesto a su cuidado.