La Bendición de Toronto... UN INFORME SOCIOLOGICO
La Bendición de Toronto... UN INFORME SOCIOLOGICO
HOLA, DE NUEVO. GRACIAS A UN BUEN AMIGO DE PANAMÁ, CUENTO CON UNA EXCELENTE TRADUCCIÓN DE UN DOCUMENTO REVELADOR "FRUTOS DE LA BENDICION DEL PADRE. UN INFORME SOCIOLOGICO DEL AVIVAMIENTO EN LA COMUNIDAD CRISTIANA DEL AEROPUERTO DE TORONTO". ESPERO QUE TENGAN EL TIEMPO Y LA PACIENCIA PARA LEERLO.
Frutos de la Bendición del Padre:
Un Informe Sociológico
Margaret M. Poloma, Ph.D.
Profesora Emérita, Universidad de Akron
Akron, OH 44325-1905
Primavera de 2002
Prólogo: 2002
El prólogo de 2002 sirve como introducción para un informe de amplia circulación que originalmente se titulaba Inspeccionando el Fruto: Una Evaluación Sociológica en 1997 de la Bendición de Toronto (1997) [Inspecting the Fruit: A 1997 Sociological Assessment of the Toronto Blessing (1997)] . Aunque no se ha añadido ninguna estadística ni ninguna tabla, el texto ha sido revisado en muchos lugares, y se ha escrito un nuevo Epílogo para este manuscrito. El título ha sido cambiado, reemplazando “Toronto Blessing” [La Bendición de Toronto] (una designación popular dada por la prensa británica) con “Father´s Blessing” [La Bendición del Padre], que refleja el énfasis preferido de la iglesia en el Padre (antes que en Toronto). Este estudio sociológico independiente presta considerable apoyo empírico a la afirmación de que el avivamiento en la Comunidad Cristiana del Aeropuerto de Toronto (TACF), con reuniones nocturnas que han continuado por más de 8 años, ha cambiado muchas vidas.
Es sumamente apropiado que estas reflexiones preliminares se escriban mientras asisto a la conferencia The Father Loves You [El Padre Te Ama] en TACF. Quizás más que cualquier otra conferencia, El Padre Te Ama se enfoca intencionalmente en la sencilla pero poderosa palabra que Dios ha estado pronunciando en TACF durante los pasados 8 ½ años. La conferencia refleja un descubrimiento importante desde la encuesta TACF de 1995, en la cual el 91% de los respondientes informaron que “habían llegado a conocer el amor del Padre de un modo nuevo” como resultado de la renovación. La Bendición del Padre ha estado, y continúa estando, reflejada en un “conocimiento de corazón” (una experiencia personal profunda y convincente) del amor que Dios tiene por sus hijos.
Han pasado más de siete años desde que visité por primera vez la pequeña iglesia en un mediocre centro comercial donde nació el avivamiento en Toronto. Han pasado casi otros tantos años desde que recogí la primera onda de datos de la encuesta en 1995, y cinco desde que recogí los datos de seguimiento y escribí el informe sobre dos ondas de la encuesta. Esta investigación ha edificado sobre mi trabajo actual como sociólogo que ha estudiado el Movimiento del Espíritu (Las corrientes Pentecostal, Carismática, y ahora de Renovación) por más de 20 años.
Aunque 2002 marca tres años desde mi más reciente visita a TACF, he permanecido en estrecho contacto con muchos de los tributarios del río del avivamiento, especialmente en el área de Cleveland, Akron, y Canton del noreste de Ohio. Me he refrescado, y continúo refrescándome personalmente, con mi participación en la Iglesia de Shiloh en North Canton, Ohio, donde la Bendición se ha manifestado abundantemente durante casi seis años. Mi investigación, mis lecturas, y mis experiencias personales me han conducido a varios otros tributarios y otras corrientes del río del avivamiento, incluyendo la Iglesia de Harvest Rock en Pasadena, la Asamblea de Dios Brownsville en Pensacola, y el Derramamiento Smithton. Algunas de las corrientes continúan fluyendo con fuerza poderosa, otras parecen haber cambiado de dirección, y otras más parecen haberse secado. He visto algunos tributarios unirse al río mayor, y nuevos tributarios surgir de las refrescantes aguas del avivamiento. A pesar de estos cambios, el mensaje de Dios en TACF permanece constante.
Revisé los descubrimientos de los cuales se había informado originalmente hace más de cinco años a la luz de mi experiencia en esta conferencia El Padre Te Ama, intentando localizar el mensaje y la misión centrales del avivamiento en Toronto. Me sorprendió la consistencia y la sencillez de la palabra y la obra de Dios. Quizás ella está mejor resumida en Efesios 3:14-19, el pasaje bíblico que me llevó primero a TACF en 1994 para examinar la Bendición por mi propia cuenta.
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior de su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efe. 3:14-19).
Al reflexionar nuevamente sobre ese pasaje a la luz de la esperanza de esta semana, mi involucramiento con la renovación por casi 8 años, y los descubrimientos de la encuesta que sigue, puedo decir que el mensaje de Toronto – el de la Bendición del Padre – es un mensaje profundamente sencillo. Como dice con frecuencia John Arnott, Pastor mayor de TACF: “Dios es bueno” - ¡y nos ama!
Margaret M. Poloma, Ph. D. Conferencia El Padre Te Ama –
Toronto, 10 de mayo de 2002.
Introducción: 1997
Métodos Sociológicos de la Inspección del Fruto
Poco después de que mi primer informe “en proceso” sobre la Bendición de Toronto fue publicado por medio de la Comunidad Cristiana del Aeropuerto de Toronto, el Pastor John Arnott se refirió a mí como inspectora de frutos. Esta es probablemente una buena descripción de una socióloga que ha estado investigando el movimiento del Espíritu Santo por casi 20 años. Como socióloga – inspectora de frutos de la renovación/avivamiento, inicié mi trabajo participando en los servicios y observándolos, en TACF y otros lugares, y supervisando cientos de testimonios que aparecen en Internet y que indican que la renovación estaba produciendo buenos frutos.
Estas observaciones originales fueron corroboradas también por una encuesta efectuada en 1995 con la bendición y la ayuda del Pastor John Arnott y la cooperación de casi 1000 personas que se tomaron el tiempo para llenar el cuestionario. Aproximadamente el 25 por ciento de los respondientes de la encuesta añadieron extensos testimonios personales, animando las monótonas preguntas de selección fija y proporcionando valiosa información adicional. Más tarde, la información de la encuesta de 1995 se aumentó con un cuestionario de seguimiento enviado a los respondientes originales, que indicaba una disposición de ser parte de cualquier colección de información subsiguiente. En el verano de 1997, recibí más de 360 respuestas a otro cuestionario detallado que me permitió seguir el rastro a lo que ha estado sucediendo en las vidas de algunos de los respondientes originales. Me siento privilegiada de ser quizás la primera científica social (ciertamente la que ha invertido más tiempo y recursos) en estudiar un avivamiento importante.
Antes de proceder a una breve descripción de la naturaleza de la sociología y de los métodos de investigación que utilicé, me gustaría compartir con ustedes cómo es que llegué a hacer este proyecto. De muchas maneras, parece que, por mucho tiempo, el Señor me había estado preparando para “un tiempo como éste”. Después de mi conversión (re-profesión de fe y re-entrega de mi vida al Señor) a mediados de la década de 1970, cuando era una joven profesora de sociología en la Universidad de Akron, me sentí llamada a permanecer en mi disciplina – la misma disciplina de estudio que me llevó a convertirme en agnóstica como estudiante graduada. Dios pronto pareció alejarme de otra obra sociológica en proceso, y conducirme de vuelta a investigar la sociología de la religión – específicamente al estudio del movimiento carismático. Mi primer libro sobre la sociología de la religión, The Charismatic Movement: Is There a New Pentecost? [El Movimiento Carismático: ¿Hay un Nuevo Pentecostés?], se publicó en 1982. Antes de que se secara la tinta, comencé a sentir otra inquietud. Esta vez era la de llevar a cabo un detallado estudio sociológico de las Asambleas de Dios, una obra cuya preparación me llevó siete años. The Assemblies of God at the Crossroads: Charisma and Institutional Dilemmas [Las Asambleas de Dios en la Encrucijada: El Carisma y los Dilemas Institucionales] se publicó en 1989. Desde allí, suponiendo (erróneamente) que el movimiento lleno del Espíritu en los Estados Unidos había terminado, continué estudiando la oración, y luego, la espiritualidad y la salud. Todavía vi algunos tizones encendidos en el movimiento del Espíritu, pero no parecía haber suficiente calor para generar otro proyecto de investigación. Aunque todavía me consideraba una cristiana carismática, sabía que nosotros en el Oeste no nos estábamos moviendo en el poder del Espíritu Santo de la manera en que otros lo estaban haciendo en las naciones en desarrollo.
Cuando una de mis amigas me habló por primera vez de su visita a la Viña del Aeropuerto de Toronto (como entonces se conocía a TACF) en el verano de 1994, me sentía más bien escéptica e indiferente. Había visto demasiados cometas carismáticos volar a través del cielo dejando muy pocos cambios en el mundo mayor. (La verdad es que tomé unas vacaciones en Toronto en agosto de 1994 y nunca consideré siquiera visitar a TACF). Se necesitó una llamada directa de Dios para hacer que examinara la renovación unos meses más tarde.
Las instrucciones para que visitara Toronto vinieron por medio de la oración y “coincidencias divinas”, como a menudo me sucede en la vida. A mediados de noviembre, el Señor me habló poderosamente en oración personal diciéndome que yo no tenía ni idea de cuánto me amaba en realidad. Aunque yo sabía que el Señor había hablado, no tenía ni idea de qué hacer con esa palabra. El siguiente sábado por la noche, decidí ir a la Iglesia Episcopal de San Lucas, una iglesia carismática en Akron, Ohio, que yo había visitado muchas veces antes, para el servicio de la Eucaristía. Para mi gran sorpresa, los sacerdotes acababan de regresar de Toronto y habían dejado a un lado las acostumbradas lecturas leccionarias (textos asignados para ese día en particular) para dirigir su atención a la oración de Pablo a los efesios (Efe. 3:14-21). El pasaje fue leído un par de veces, y luego se convirtió en el centro del sermón. Yo estaba concentrada en las palabras: “Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder para comprender, junto con todos los santos, cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad, y la altura del amor de Cristo…”. Esta palabra del amor de Dios, se me dijo aquella noche, era el mensaje de la llamada Bendición de Toronto. A las dos semanas, visité a TACF e inicié mi viaje espiritual y mi odisea de investigación de observar la renovación desenvolverse en mi vida personal y en la comunidad de la iglesia.
La mayor parte de mi trabajo está dirigido a la publicación en diarios seculares, y culminará con un libro en la década sobre renovación/avivamiento de la década de 1990, que será publicado por una editora secular. Primero y más importante, siento un llamado a informar a la comunidad académica, incluyendo profesores y teólogos de seminarios, acerca de lo que está sucediendo en este movimiento del Espíritu Santo, proporcionando una crónica social y científica para futuros eruditos. Hay numerosos y excelentes relatos narrativos populares sobre la Bendición de Toronto, y tengo poco de sustancia que añadir a lo que han compartido estos autores. En su mayor parte, mi trabajo complementa lo que han escrito autores como John Arnott, Wesley Campbell, Guy Chevreau, Mark Dupont, Melinda Fish, Ken y Lois Gott, Roger Helland, Richard y Kathryn Riss, y otros, cuyos nombres se me escapan por el momento. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que muchas personas, algunas de los cuales han cooperado con mi investigación, posiblemente nunca tomen en sus manos un diario profesional social y científico, sino que están interesados en los fríos hechos producidos por una investigación de encuesta. Mucho de la sustancia de lo que yo detallo cuidadosamente con figuras y números precisos ya ha sido informado en narraciones que se encuentran en libros, en testimonios personales presentados durante servicios de renovación y en Internet, así como en la revista Spread the Fire, entre otros lugares. Aunque nuestros métodos de investigación y análisis difieran, los de entre nosotros que han trabajado extensamente en los campos de la renovación (ya sea por medio del discernimiento espiritual o por medio de análisis sistemáticos) han llegado a una conclusión similar – el fruto pasa la prueba de la inspección.
¿Qué es la Perspectiva Sociológica?
Hacer sociología cristiana se parece mucho a andar en bicicleta. Muchos piensan que la disciplina atea de la sociología no tiene nada que decir a los cristianos, mientras que hay sociólogos que insisten que no se puede ser un cristiano abiertamente comprometido y hacer una buena investigación. Como me dijo una vez el difunto Dr. George A. Hillery, Jr., mi primer mentor espiritual y el fundador de la Sociedad Sociológica Cristiana: “Tu trabajo no le agradará a nadie, pero continúa con él. Es el llamado de Dios para tu vida”. Hasta donde puedo discernir, el Señor parece haberme llamado a un enfoque sociológico – un enfoque que ha sido llamado cínicamente “una dolorosa explicación de lo obvio” – y confío, con la ayuda de Dios, ¡que tiene algo que decir a la comunidad de la iglesia!
La sociología representa una particular perspectiva o modo de ver el mundo. Incluye un enfoque de cómo nuestras sociedades y culturas son construidas socialmente por las personas que viven en ellas, y cómo, a su vez, estas construcciones sociales de leyes, costumbres, e instituciones “retroactúan” sobre sus creadores para darles forma y definir lo que son. La sociología, pues, supone que el mundo social (incluyendo nuestras creencias religiosas e instituciones) es creado por gente cuyo pensamiento y cuya conducta son formados por lo que vino antes que ellos; luego, ellos modifican el mundo social que dará forma a los que vienen después de ellos. Hablando sencillamente, los dirigentes y los peregrinos de TACF actúan sobre la renovación y ésta actúa sobre TACF. En lenguaje de renovación, el Espíritu Santo sí actúa sobre los corazones, las mentes, y hasta los cuerpos de los que se reúnen para los servicios de renovación, pero la gente tiende a responder de modos que son familiares y culturalmente específicos (es decir, cristianos, y más específicamente, protestantes evangélicos).
Este informe usa un enfoque sociológico, con sus puntos fuertes y sus limitaciones, para evaluar los efectos de la llamada “Bendición de Toronto”. Está fuera del ámbito de la perspectiva sociológica pedir que Dios o los demonios expliquen lo que sucede en la renovación. Ni puede la sociología, como disciplina científica, proclamar juicio sobre si un resultado es “bueno” o “malo”. (A menudo, lo que es “bueno” para un grupo de personas es “malo” para otro). Este informe trata de ser objetivo, y la información que reúne debe ser empírica (es decir, capaz de ser medida usando las herramientas de la ciencia social). Es subjetivo sólo en que la sociología depende de que la gente cuente sus historias por medio de narraciones o llenando cuestionarios, relatos que están basados en juicios personales. Por ejemplo, como investigadora, yo no puedo “probar” que las personas me dijeron la verdad cuando afirmaron estar más enamorados de Jesús que nunca antes como resultado de la renovación, ni tengo ninguna razón para ser escéptica en cuanto a estos informes personales.
La metodología científica social es tanto un punto fuerte como una debilidad en cualquier intento de discutir la presente renovación/avivamiento. El usar una perspectiva científica no permite que el investigador comente sobre la base de su opinión personal, sus presuposiciones filosóficas, o creencias religiosas. El enfoque sociológico puede ser una afrenta para los creyentes en lo relativo a por lo menos dos puntos en disputa principales. Primero, no puede incluir la explicación no empírica de la revelación divina para explicar sucesos religiosos. Desde una perspectiva sociológica, la teología – y aun la Biblia misma – ha sido producida dentro de un contexto social por actores humanos. Segundo, la sociología trata a todas las religiones y a todos los fenómenos religiosos de manera similar. Por ejemplo, cuando se estudia la sanidad divina, no hay modo de someter a prueba la posición cristiana, a menudo sostenida, que el sanamiento shamanista o psíquico es obra del diablo mientras que la sanidad cristiana es un acto de Dios. Separar la obra de Dios de la de los demonios – o hasta probar que el mundo sobrenatural existe – está más allá de la capacidad de la perspectiva sociológica y de su método empírico.
El alcance limitado de la sociología, pues, debería ser evidente. Aunque la sociología puede proporcionar un análisis objetivo de ciertas facetas del avivamiento, es claro que carece de la sensibilidad para tratar con los misterios más profundos del Espíritu Santo. Lo que la sociología puede hacer es describir los efectos o el “fruto” de un fenómeno social, incluyendo lo que ha estado ocurriendo a la gente por medio del avivamiento. Puede proporcionar una herramienta para establecer si los individuos perciben sus vidas como mejores como resultado de la renovación, si sus relaciones con la familia y los amigos han cambiado, y si sus experiencias les han permitido alcanzar a otros en la comunidad más grande.
Como Jesús nos dice sabiamente en Mat. 7:16-18: “Por sus frutos los conoceréis… No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”. Como se le describe brevemente más arriba, la sociología ofrece efectivamente un método para estudiar el árbol y su fruto, dejando que el lector juzgue si el “fruto” producido por la Bendición de Toronto es en realidad “bueno” o “malo”. La sociología ofrece una manera de romper el punto muerto entre defensores y críticos, y lo hace presentando evidencia sobre el impacto que está teniendo la renovación en las vidas de las personas que han probado su fruto y lo han juzgado bueno.
Aunque creo que los patrones de respuesta a la renovación descrita en este informe representan a miles de otros que han visitado a TACF y otros sitios de renovación pero no han participado en este estudio, no tengo modo de saber el número exacto. Por esta razón, no puedo asegurarles a ustedes que los porcentajes informados aquí representan una representación al azar de todos los visitantes de TACF. Como sucede con todas las encuestas, la gente era libre de responder -- o no responder – y esta libertad afecta siempre cualquier intento de obtener una muestra verdaderamente al azar. ¿Era más probable que los que estaban más satisfechos con sus experiencias respondieran a un cuestionario que los que no lo estaban? ¿O era más probable que los que estaban menos satisfechos llenaran un cuestionario (puesto que proporcionaba una salida para sus frustraciones con la renovación)? No tengo manera de conocer la respuesta a tales preguntas de prejuicio potencial. Todo lo que puedo asegurarle al lector es que este problema de representación es común a todas las encuestas. Por lo general, los científicos sociales creen que es mejor recoger alguna información sobre temas de interés – aunque la muestra no sea tan representativa como a uno le gustaría – que no tener ninguna información en absoluto.
Lo que puedo decir acerca de la muestra es que representa una amplia variedad de personas, que reflejan los grupos que he observado durante mis muchas visitas a TACF. (Proporcionaré información más detallada de las diversas muestras en la Parte I de este informe). Basándome en la parábola del sembrador y la semilla, estoy segura de que muchas semillas de renovación han caído a lo largo del camino trillado, sobre la dura roca, así como entre espinos, sin tener nunca oportunidad de crecer y producir fruto. Pero también estoy convencida, basándome en mi investigación, de que muchas semillas han caído en buena tierra y se han desarrollado hasta convertirse en plantas saludables que producen buen fruto. Espero proporcionar la evidencia de estos frutos en la Parte Dos. Finalmente, en la Parte Tres (reemplazada por un nuevo Epílogo en 2002), usaré algunas observaciones sociológicas básicas asociadas a información de encuestas para indicar algunas direcciones hacia las cuales pueda estarse dirigiendo la renovación.
Una nota final sobre la terminología y mi perspectiva. Está más allá de la esfera de la sociología probar si TACF y los movimientos que son sus ramificaciones (incluyendo el movimiento de la Asamblea de Dios de Brownsville en Pensacola) están en “renovación” o en “avivamiento”. (Prefiero usar el término intercambiablemente, algunas veces como el híbrido “renovación/avivamiento”). Por lo que he experimentado personalmente, lo que he visto con mis propios ojos, y lo que oído con mis propios oídos, estoy convencida de que lo que estamos presenciando a través del globo terráqueo es el movimiento de Dios. Por supuesto, la atribución a Dios de este movimiento está siendo proclamada por fe, no por medio de las herramientas que me proporciona la sociología. Hasta donde sea posible, asumiré la posición de socióloga en este informe, tratando de apegarme a los hechos objetivos que he reunido durante esta investigación. Sin embargo, detrás de este informe escrito hay, no sólo mucho análisis sociológico tedioso, sino también mucha oración, elevada a mi favor por otros y acompañada por mis propias y frecuentes lágrimas pidiendo guía y dirección. Confío en que el Señor haya escuchado estas oraciones y que este informe adelante, de un modo modesto, la obra que el Espíritu Santo está haciendo en nuestro medio durante estos últimos meses y días del siglo veinte.
Una Palabra de Agradecimiento
Muchos lectores han examinado anteriores monografías y trabajos que yo he escrito de la encuesta original, y tengo una deuda de gratitud con cada uno de los que ofrecieron comentarios y críticas. Sería imposible reconocer cada una de vuestras contribuciones. Hay, sin embargo, algunos individuos a quienes me gustaría darles las gracias públicamente por su ayuda.
El más importante, pues sin su permiso yo no habría podido embarcarme en este proyecto, es el Pastor John Arnott, a quien deseo darle las gracias. Ya sea en la iglesia o en circunstancias seculares, rara vez he recibido una combinación tan hermosa de cooperación desinteresada y completa libertad para operar como científica social como la que he recibido de John. Como socióloga, no me habría sentido cómoda en el papel de apóloga de TACF, aunque algunos fuera del movimiento me han considerado de ese modo. Siempre he tratado de ser una erudita independiente, y John ha respetado mi necesidad de asumir tal posición.
También deseo agradecer al Padre Roger Ames, de la Iglesia Episcopal de San Lucas en Akron, Ohio, por el estímulo y el apoyo que me proporcionó cuando inicié este estudio. Gracias especiales también al Pastor José Ortega–Betancourt, que me ha retado benévolamente a continuar con este proyecto, aun cuando me sentí inclinada a abandonarlo y ocuparme de otras tareas urgentes. También estoy en deuda con Beth y Jeff Metzger, cuyas reuniones semanales de renovación en su hogar me proporcionaron un oasis espiritual donde no tengo que analizar, sólo ser refrescada por la dulce presencia de Dios. Y finalmente, gracias a todos los que participaron en este estudio. Me habéis proporcionado materiales esenciales para mi “inspección del fruto”. Sin vuestra cooperación, este informe no existiría.
Es mi oración que la información y la interpretación que proporciono aquí sean usadas por Dios de alguna manera, aunque sea modesta, para adelantar la venida de su reino. Que el Espíritu Santo esté con vosotros al leer este informe, trayendo a la luz y dejando en la memoria sólo el conocimiento que Él desea impartir.
Margaret M. Poloma, Ph. D.
Octubre 1, 1997
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Parte Uno
Muestra, Demográficos, y Manifestaciones Físicas
Descripción de los Métodos y la Muestra
Los métodos sociológicos para recoger información incluyen encuestas, entrevistas, y otras formas de auto-información, así como la observación de los participantes por el investigador. Yo he usado todos estos métodos, pero dependeré principalmente de los resultados de dos encuestas interrelacionadas. El primero era una muestra de 918 respondientes que llenaron un cuestionario distribuido a través de una de las siguientes fuentes: la edición de agosto de 1995 de Spread the Fire [Extienda el Fuego], el programa de conferencias “Catch the Fire Again” [Atrape el Fuego Otra Vez] de octubre de 1995, y el programa “Healing School” [Escuela de Sanidad] de noviembre de 1995. Aproximadamente el 25 por ciento de los respondientes incluyeron información suplementaria por medio de cartas, anotaciones en diarios, mensajes de correo electrónico, y cintas en cassettes. Esta información cualitativa se usa en esta monografía para ilustrar y ayudar a describir mejor la información “dura” reportada en las respuestas a las preguntas de los cuestionarios.
Se recibieron cuestionarios devueltos de 20 países diferentes; la mayoría de las respuestas llegó de los Estados Unidos (54%), de Canadá (26%), y de Inglaterra (11%). Aunque estos tres países proporcionaron, en efecto, la mayoría de los visitantes a TACF, otros países – especialmente países asiáticos que no son de habla inglesa – estaban notoriamente ausentes de la muestra. Los visitantes representaban más de 40 denominaciones y grupos. Más de una de cada cuatro (28%) de ellas indicó que su iglesia es independiente, no denominacional, o interdenominacional. Veinte por ciento (20%) de los respondientes son miembros de iglesias o grupos pentecostales, 15 por ciento son o anglicanos (Canadá o el Reino Unido), o episcopales (U.S.A.), 11 por ciento son miembros de las Comunidades Cristianas de la Viña, y 6 por ciento son bautistas. Setenta y cuatro por ciento informó que su pastor había visitado a TACF. Hasta ahora, el perfil modal del respondiente promedio es el de un carismático norteamericano que pertenece a una iglesia no denominacional.
El perfil demográfico de los respondientes se inclina hacia personas casadas (71%), mujeres (58%), de mediana edad, y que han terminado un mínimo de 16 años (equivalentes a un título de escuela preparatoria) de educación (63%). La edad promedio es de 45 años (con una mediana de 44), y la educación promedio es de 15 años de instrucción formal, con una mediana y un modo de 16 años. Dieciocho por ciento (18%) de los respondientes eran pastores de iglesia, y otro 4 por ciento eran esposas de pastores; 30 por ciento indicaron que eran dirigentes de iglesia. El perfil demográfico indica que los que terminaron el cuestionario tienden a ser individuos bien educados y maduros, la mayoría de los cuales están envueltos en dirigencia de iglesias – personas que parecían estar en buenas condiciones de evaluar la Bendición. Es menos probable que representen el visitante de una sola vez que pasa la noche observando pero que nunca regresa.
En mayo de 1997, se envió un cuestionario de seguimiento a 715 (78%) de los respondientes originales que habían proporcionado una dirección de remitente utilizable y habían indicado su disposición a cooperar con investigaciones futuras. Otras 25 de estas formas no fueron entregadas y fueron devueltas al remitente debido a problemas con las direcciones, reduciendo aún más la muestra a 690 personas o el 75 por ciento de la muestra original. De los 690 cuestionarios enviados y presumiblemente recibidos por el respondiente original, se devolvieron 364 cuestionarios (53%) de seguimiento utilizables. El desgaste refleja problemas bien conocidos al hacer investigaciones de seguimiento como ésta, en la cual los respondientes deben ser localizados en algún momento después de la encuesta original.
Puesto que tengo información sobre todos los casos originales, sin embargo, pude comparar los 364 casos de seguimiento con los que declinaron proporcionar una dirección, cuyas direcciones provistas no eran utilizables, o aquéllos que no llenaron ni devolvieron el formulario de seguimiento. Seleccioné 30 ítems para buscar diferencias entre los dos grupos (“seguimiento” y “no seguimiento”. Estos ítems medían la demografía, tipos y niveles de manifestación, actitudes personales hacia la renovación, y efectos reportados de la visita de los respondientes a TACF. Sólo cuatro ítems de los 30 demostraron correlaciones pequeñas pero estadísticamente significativas que reflejaban posibles diferencias entre los dos grupos.
Tres de las diferencias eran demográficas; una reflejaba un efecto personal. De las diferencias demográficas, las probabilidades de que los hombres respondiesen eran ligeramente más altas que para las mujeres (r=.08) ; las probabilidades de que los respondientes de mayor edad respondiesen eran ligeramente mayores que para los más jóvenes (r=.12); y era menos probable que respondiesen los de Gran Bretaña que los de los Estados Unidos y Canadá (r=.09). Las probabilidades de que respondiesen personas que informaron que habían recibido sanidad de un desorden mental clínicamente diagnosticado eran ligeramente menores que las de las personas que no habían ninguna sanidad de esa clase (r=.08). Los que estén familiarizados con las estadísticas reconocerán que estas correlaciones son más bien pequeñas de tamaño, pero todas son estadísticamente significativas por lo menos al nivel de .01. Quizás más importante, 26 de los ítems (incluso los que medían reservas sobre la renovación, una relación más estrecha con Dios, sanidad física, otros cambios de la vida percibidos, mayor actividad en evangelismo) no produjeron ninguna diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos.
A los respondientes del seguimiento se les preguntó su relación con la renovación en el momento en que llenaron el primer cuestionario, indicando cuál de las siguientes categorías proporcionaba la mejor descripción: nunca se consideraron envueltos en la renovación (2%), estuvieron envueltos en 1995, pero ya no lo estaban (6%), están limitados en su involucramiento debido a la indisponibilidad de los servicios de renovación en su localidad (10%), están envueltos localmente pero no en la iglesia de su localidad (31%), y están envueltos en la renovación en su iglesia local (51%). Ochenta y siete por ciento (87%) había asistido por lo menos a una conferencia de renovación, y el 52% de los respondientes de seguimiento visitaron TACF en 1996.
Basado en estas pruebas estadísticas, me siento satisfecho de que la sub-muestra de seguimiento es una representación adecuada de la muestra original mayor. Parece justo llegar a la conclusión de que, aunque la muestra de seguimiento tenía una cantidad normal de desgaste, no difiere de manera significativa de la muestra original en la mayoría de sus características importantes. Hasta el porcentaje de los que están envueltos marginalmente refleja un porcentaje similar a los que eran menos que participantes plenos en la renovación encontrados en la primera fase de este estudio. Los resultados de la comparación de las dos muestras nos permiten explorar con confianza el punto del cambio entre Tiempo 1 (el estudio original) y Tiempo 2 (el seguimiento) y evaluar si el fruto reportado en un informe anterior en proceso ha continuado durando.
¿Y aquellas Manifestaciones?
Si hay algo que ha atraído la atención de los fieles, los curiosos, y los críticos por igual hacia la renovación actual, ha sido las extrañas manifestaciones físicas. Aunque han sido parte de anteriores movimientos de renovación y se han experimentado hasta cierto punto desde el comienzo del Movimiento del Espíritu Santo en Los Ángeles en 1905-1907, parece que nunca han sido tan intensas o que nunca han durado tanto. Los fieles aseguran que los temblores, las sacudidas, las risas, los rugidos, y los llantos son señales externas – sacramentos modernos, si se quiere – que indican que el Espíritu Santo está dentro del individuo. Los críticos denuncian las manifestaciones como demoníacas en origen y en propósito. A los curiosos les queda encontrar sus propias respuestas, a menudo teniendo que alejarse sin haber podido discernir lo que pueda estar ocurriendo.
Los testimonios de participantes en reavivamientos son acompañados a menudo por manifestaciones físicas. Muchos respondientes que llenaron la encuesta estructurada también entregaron testimonios en los cuales describían manifestaciones antes de contar cómo se había movido Dios en ellos. Lo siguiente, presentado por una mujer estadounidense de mediana edad, sirve como relato de lo que puede estar ocurriendo al reposar los visitantes de TACF en el piso después de un servicio nocturno:
Luego vi un cuadro de Jesús, mientras lloraba y lloraba. Caí en cuenta de que yo estaba culpando a Dios por todo lo malo de mi vida. Comencé a llorar, pues yo nunca había deseado intencionalmente culpar a Dios. Amaba a Dios con todo mi corazón. Me arrepentía y le pedía que me perdonara. Casi inmediatamente, mi cuerpo comenzó a balancearse y a sacudirse. Sentía como si algo estuviese saliendo de mi vientre. Agarré una almohada cuando sentí que algo me salía de la boca. Luego, este extraño idioma (“lenguas”, entendía yo) salió con sollozos incontrolables. Lloraba y hablaba en este extraño idioma. Reía y reía. No lograba entender cómo podía estar sollozando y luego riendo. Esto continuó por 1 ½ horas. Podía pensar en inglés, pero no podía hablar en inglés. Abrí los ojos, creyendo que aquello desaparecería, pero no lo hizo. Tomé una bebida, y aquello todavía estaba allí. Me estaba sintiendo muy agotada, pero podía darme cuenta de que el tono de aquéllo estaba disminuyendo – y me sentía más en paz de lo que jamás me había sentido en mi vida. Las primeras palabras en inglés que finalmente me salieron fueron: “Gracias, Señor. Te amo, Señor. En verdad hay un Espíritu de Dios. ¡Él vive!”. Estaba extática.
Pero, usted sabe, la cosa más maravillosa es que, por primera vez en mi andar cristiano, me sentía victoriosa, no derrotada. Estoy llena de gozo, y ya no soy negativa. Tengo el deseo de compartir el amor de Dios con todo el mundo y con cualquier persona. Eso fue hace dos años. Y nunca ha cesado. Estoy viva en Cristo. (Caso #264).
Todas las experiencias son diferentes y algo complejas, aunque a menudo hay un simple mensaje en su centro. En el informe de esta mujer, encontramos que se mencionan varias manifestaciones, una indicación de su estado emocional, y también la glosolalia o “hablar en lenguas”, considerada a menudo por los pentecostales clásicos como la “evidencia física” del bautismo en el Espíritu. De particular importancia podemos ver también un informe de un cambio duradero producido por una nueva conciencia de la inmanencia de la presencia de Jesús, que ha persistido por más de dos años.
En esta sección, exploraré dos puntos de discusión descriptivos: (1) la incidencia de las manifestaciones físicas, y (2) la respuesta emocional asociada a las diferentes manifestaciones.
Manifestaciones: Antes, Durante, y Después
Los peregrinos que fueron a TACF no eran extraños a las aparentemente inusuales manifestaciones carismáticas, incluyendo reposar en el Espíritu, intensas manifestaciones somáticas, profundos sollozos, hablar en lenguas, risa santa, embriagarse en el Espíritu (emborracharse), y “dar a luz” (una manifestación corporal más particular), que han sido prominentes en la renovación. Siendo que el 95% de los respondientes se describieron a sí mismos como “cristianos carismáticos o pentecostales” y el 85% informó que había hablado en lenguas antes de su primera visita a TACF, la renovación parece ser una fuente de revitalización para el movimiento actual del Espíritu Santo, que comenzó antes en este siglo.
Setenta por ciento (70%) de los que llenaron el cuestionario habían experimentado el reposo en el Espíritu, y 39 por ciento informaron haber tenido experiencias de risa santa antes de la primera visita. El alcance de los tipos de manifestaciones físicas reportadas antes de TACF estaba entre ninguno (7%) y más de diez (3%), con una media (un promedio) de 4 y una mediana de 3 diferentes manifestaciones físicas reportadas. Al analizar las respuestas a la pregunta sobre las manifestaciones experimentadas mientras estaban en TACF, el promedio cayó ligeramente a 3.5, mientras que la mediana permanecía igual. Durante el período relativamente corto después de la visita a TACF y el completamiento del primer cuestionario, hubo un descenso decidido en la incidencia de las manifestaciones físicas hasta un promedio de 2.5 manifestaciones diferentes, con una mediana de 1. Estos hallazgos indican que las manifestaciones físicas no son una constante – aumentan y disminuyen en las vidas de los creyentes llenos del Espíritu.
Hay algunas diferencias pequeñas debidas a factores demográficos en la selección de la manifestación más saliente. Por ejemplo, los pentecostales (r=.09) y los de nuevas denominaciones religiosas, incluyendo la Viña y Nuevas Fronteras, (r=.09) era más probable que reportaran que la experiencia de rugir tuvo mayor impacto que los de iglesias principales (r=.10). Sin embargo, los de iglesias principales era más probable que reportaran la importancia de reposar en el Espíritu (r=.15) que los de los otros tres grupos. También se encontraron pequeñas diferencias de edad, siendo más probable que los jóvenes reportaran que estuvieron borrachos en el Espíritu (r=.07), sollozantes (r=.09), y con intensas manifestaciones corporales (r=.07). Era más probable que personas de mayor edad seleccionaran reposar en el Espíritu (r=.12) y hablar en lenguas (r=.13) como la manifestación saliente que gente más joven.
Aunque interesantes, estas piezas individuales de datos de encuesta no cuentan toda la historia. Por las cifras citadas aquí, parecería que los visitantes no estaban exagerando las manifestaciones. Mucho estaba sucediendo que no podía el observador curioso, y usaré otras preguntas para demostrar al fruto que estaba en formación en la Parte Dos. Sin embargo, las manifestaciones continúan siendo una señal importante de la renovación – en las palabras del Dr. Grant Mullen, doctor en salud mental, “una luz parpadeante anunciando ‘el Espíritu trabajando… el Espíritu trabajando… el Espíritu trabajando’”.
La alta incidencia de una gama de manifestaciones (que no debe confundirse con la frecuencia, o cuán a menudo se había experimentado cada manifestación) antes de visitar TACF es un indicador de que muchos de los visitantes eran cristianos llenos del Espíritu con mucha experiencia. La mayoría de los respondientes había experimentado varias de las manifestaciones durante un período de años mucho antes de la renovación en TACF, si bien probablemente no con la misma duración e intensidad como ocurría en TACF. Para muchos, al regresar a casa hubo una disminución de las manifestaciones, reflejando esto quizás falta de oportunidad para asistir a servicios de renovación o la versión más sofisticada de la renovación que se encuentra en algunas iglesias. Mucha gente en renovación, con los cuales he conversado en el curso de años han indicado que es imposible sostener un nivel intenso de manifestaciones mientras se trabaja en empleos ordinarios y se mantienen responsabilidades familiares normales. Parece que, para la mayoría de los peregrinos, la intensa experiencia de las manifestaciones es “para una temporada”.
La data de seguimiento indica, además, que la expresión de las manifestaciones está en flujo constante. A los respondientes se les dio una lista de siete manifestaciones comunes y se les pidió que indicaran para cada una si había habido un aumento, una disminución, o ningún cambio desde que llenaron el primer cuestionario. Como puede verse en la tabla más abajo, para algunas manifestaciones hay un cambio neto positivo, mientras que para otras, el cambio neto es negativo.
Cambio en el Nivel de Manifestaciones (1995-1997)
Disminución Aumento Ningún Cambio Cambio Neto
Reposo en el
Espíritu 33% 19% 48% -14%
Lenguas 3 % 12% 62% 9%
Risa Santa 41% 18% 41% -23%
Sollozos
Profundos 26% 37% 37% +11%
Borrachos en
el Espíritu 40% 23% 38% -17%
Otros Actos
Corporales 30% 40% 31% +10%
Otros Actos
Audibles 27% 31% 42% +4%
Los hallazgos parecen indicar un cambio en las manifestaciones comunes de renovación. Durante el período 1995-1997, pareció haber menos informes de risas, estar borrachos en el Espíritu, y reposar en el Espíritu, mientras que hubo un aumento en el uso de lenguas, la experiencia de sollozos profundos, y otros actos corporales y audibles. (Esta tendencia en dirección opuesta a las primeras manifestaciones aparentemente más dramáticas y juguetonas y hacia manifestaciones más sobrias y sombrías parece haber continuado después de 1997).
En el interés de conservar espacio valioso, las preguntas sobre manifestaciones corporales y audibles fueron condensadas en dos ítems separados de una lista más larga de manifestaciones usadas en la primera encuesta. Las cifras presentadas en la tabla anterior, pues, no pueden proporcionar información específica sobre cuáles de las manifestaciones corporales (temblores, sacudidas, saltos, rodamientos, etc.) o audibles (rugidos, gritos, ladridos, aullidos, etc.) están aumentando. La tabla anterior indica un aumento en las manifestaciones somáticas y audibles reportadas en la encuesta de 1997, incluyendo gemidos en voz alta y profundos doblamientos/temblores, que pueden estar relacionados con el aumento de la profecía y la intercesión profética. Por otra parte, los sonidos audibles de rugidos o ladridos, manifestaciones que atraían mucha más atención que la que ameritaban los fenómenos poco frecuentes, parecían estar ocurriendo aún con menos frecuencia ahora en días anteriores de renovación (son virtualmente inexistentes en el momento de esta revisión).
Ha habido algunos intentos, particularmente en Internet y en chateos, de construir un sistema de significados para manifestaciones inusuales, pero tales esfuerzos no han sido particularmente productivos. Las manifestaciones sí encuentran una analogía adecuada con las “luces parpadeantes” que indicaban que Dios está trabajando. Sin embargo, una señal externa no parece apuntar a la naturaleza exacta de la actividad divina. Los peregrinos han experimentado sanidades mientras reían o lloraban, mientras hablaban en lenguas, o se emborrachaban en el Espíritu, mientras temblaban y mientras reposaban en el piso. Hay pocas indicaciones de que una función común o un propósito común puedan ser ligada a cualquier manifestación incluida en esta encuesta.
Sin embargo, era evidente que la gente experimentaba diferentes emociones con diferentes manifestaciones físicas. Los sonidos de gozo eran a menudo contagiosos, y los de dolor podían despertar sentimientos de compasión. Una de las primeras preguntas que comencé a hacer a los visitantes de TACF era qué sentían durante su experiencia con una manifestación física en particular. La siguiente sección explorará las emociones predominantes que parecen estar asociadas con ocho de las manifestaciones más comunes.
Respuestas Emocionales a Manifestaciones Físicas
Aunque se ha aludido a la renovación en TACF como un “avivamiento de risas”, han estado ocurriendo más que risas. En un intento por pulsar las variadas emociones que yacen bajo los efervescentes servicios de renovación, pedí a los respondientes que seleccionasen las manifestaciones físicas experimentadas en TACF que les causaron el impacto más duradero.
Como puede verse en la Tabla 1 al final de la monografía, tanto el reposo en el espíritu como las manifestaciones corporales (temblar, sacudirse, rodar, saltar, etc.), ambas con una frecuencia de 22 por ciento, quedaron empatadas en primer lugar. Los sollozos profundos quedaron en segundo lugar, habiendo sido seleccionados por el 16 por ciento de los respondientes como lo más significativo para ellos. Hablar en lenguas y reír empataron en tercer lugar, cada uno con el 9 por ciento. Estar borracho en el Espíritu y “dar a luz” empataron en la cuarta posición con el 6 por ciento, y “rugir” quedó en último lugar con el 3 por ciento. Quizás esta diferencia en experiencia reportada es uno de los argumentos más efectivos contra los que acusan que las manifestaciones son producidas por hipnosis y sugestionabilidad. Si sólo risas estuviesen ocurriendo o si sólo las risas hubiesen sido seleccionadas como la manifestación sobresaliente, una tesis de hipnotismo aplicada a las manifestaciones podría resultar sostenible. Las manifestaciones son claramente variadas, así como las emociones que parecen acompañarles.
Después de que los respondientes seleccionaron la sola manifestación que les causó el mayor impacto en sus vidas, se les proporcionó una batería de 30 respuestas emocionales y se les pidió que indicasen cuáles de ellas habían experimentado durante la manifestación. La Tabla 1 que aparece al final del texto proporciona correlaciones estadísticas para la manifestación y las variadas respuestas emocionales.
Reposar en el Espíritu, y Otras Manifestaciones Somáticas
Reposar en el Espíritu (a lo que se alude común y jovialmente en Toronto como “tiempo de alfombra”) fue quizás la más común de las manifestaciones físicas. Según los hallazgos de la encuesta, tener un profundo sentimiento de paz (r=.23) predominaba durante estas ocasiones cuando la gente caía al piso a causa del poder y la presencia de Dios. Esta experiencia fue reportada por el 45 por ciento de la muestra total. Del 22 por ciento que seleccionó reposo en el espíritu como una experiencia que les causó el mayor impacto, algunos reportaron también sentimientos de culpa (r=.09), aunados a sensaciones de ser capaz de perdonarse a sí mismos (r=.07). Estas respuestas emocionales son posiblemente un reflejo de sanidad interior o emocional que a menudo ocurría en estas ocasiones. En comparación con la muestra mayor que no seleccionó reposo en el Espíritu como la manifestación que les dejó el impacto más grande, los que seleccionaron “tiempo de alfombra” eran menos probables que reportasen sentimientos de ira (r=.09) o estar fuera de control (r=.15). Las correlaciones negativas entre estas dos respuestas emocionales y el reposo en el espíritu proporcionan apoyo adicional para las sensaciones dominantes de paz que parecen acompañar esta manifestación (véase la Tabla 1).
Para los que seleccionaron otras manifestaciones corporales como las que fueron las más personalmente sobresalientes, las respuestas emocionales parecen ser variadas. No hay que sorprenderse de que algunos informaron sensaciones de estar fuera de control (r=:07), pero para muchos las manifestaciones corporales proporcionaron una salida catártica que no está disponible inmediatamente en la sociedad occidental moderna. Para los que experimentaron manifestaciones somáticas, era menos probable que reportaran que sintieron depresión (r=.10), pena (r=.15) o tristeza (r=.09), e informaron una sensación de poder perdonarse a sí mismos (r=. 07), reflejando una vez más sanidad interior o emocional que podría haber estado en proceso.
Lágrimas, Risas, y Ebriedad Divina
Aunque la prensa a menudo se refería al avivamiento en TACF como el “avivamiento de la risa”, tanto los sollozos como las risas siempre estuvieron presentes. Al pasar los años, quizás se pueden oír más sonidos de lágrimas que de risas, particularmente durante momentos de oraciones intercesoras. Sin embargo, tanto los sollozos como las risas son indicadores de catarsis, y ambos pueden ser señales de sanidad (como se discutió en la Parte Dos).
El treinta y dos por ciento (32%) del total de la muestra de 1995 reportó sollozos profundos en TACF, el 16 por ciento seleccionándolos como la manifestación que les causó el impacto más duradero. Como era de esperarse, los emoción más común que experimentaron fue dolor (r=.39). Además del dolor (r=.39), los que escogieron los sollozos como la manifestación que les dejó el mayor impacto también probablemente informaron de sentimientos de tristeza (r=.29), depresión (r=.14), vergüenza (r=.12), y frustración (r=.09). Era menos probable (por lo menos durante esta experiencia de manifestación) que sintiesen gratitud (r=.09), felicidad (r=.20), o gozo (r=.21) que la muestra mayor. Sin embargo, a pesar de las dolorosas emociones asociadas con sollozos, estos respondientes los escogieron como lo más probable, otra vez presumiblemente a causa de sus propiedades catárticas de sanidad.
Muchos que sembraron lágrimas cosecharon risas. El treinta y dos por ciento (32%) de la muestra total indicó que habían experimentado oleadas de risa santa durante su visita a TACF, pero, de modo interesante, sólo el 9 por ciento seleccionó esa manifestación como la que les causó el mayor impacto. Los sentimientos asociados con esta experiencia, como se podría esperar, fueron felicidad (r=.17), gozo (r=.22), fortaleza (r=.09), paz (r=.08), y amor a Dios (r=.09). Cuando se les comparó con la muestra mayor, los que experimentaron risa santa era más probable que reportasen sentimientos de embarazo (r=. 09) y estar fuera de control (r=.12), y menos probable que reportaran sentimientos de temor (r=.09), dolor (r=.13), culpa (r=.08), tristeza (r=.11), o una sensación de pecaminosidad (r=.09). Para los que experimentaron y seleccionaron la risa como la manifestación más significativa, la experiencia pareció ser de un total refrescamiento.
Otra manifestación aparentemente catártica era la ebriedad divina durante la cual la persona estaba tan llena de la presencia de Dios que él o ella parecía estar ebrio o ebria. Veintisiete por ciento (27%) de la muestra total reportó haber tenido esta experiencia, pero sólo el seis por ciento seleccionó esta manifestación como que le dejó el mayor impacto. Su estado emocional se parecía mucho a la de los que experimentaron risa santa – se sentían felices (r=.11), gozosos (r=.10), y llenos de paz (r=.08), pero también fuera de control (r=.08) y débiles (r=.10). En comparación con el resto de la muestra, eran menos probables de reportar sentimientos de frustración (r=.08), dolor (r=.13), o tristeza (r=.10).
Otras Manifestaciones
Aunque el 87 por ciento de la muestra total informó haber hablado en lenguas, sólo el 23 por ciento indicó que usó su don de lenguas durante su visita a TACF. Muchos de los que lo hicieron (9 por ciento del total de la muestra), encontraron que su experiencia más significativa estaba asociada con las lenguas. Esta experiencia estuvo correlacionada principalmente con sentimientos de gozo (r=.09). Los que seleccionaron lenguas como la manifestación que les dejó el mayor impacto tenían también la menor probabilidad de informar de sentimientos de confusión (r=.07), estar fuera de control (r=.13), o de estar débiles (r=.12).
Aunque a simple vista, “dar a luz”, en que las mujeres y los hombres yacen en el piso gimiendo y quejándose como si estuviesen con dolores de parto, pueda parecerle al iniciado que es sólo otra manifestación corporal, las entrevistas preliminares indicaron la necesidad de mantener separada esta manifestación. Dar a luz parece tener una dimensión profética que no era reportada comúnmente para otras actividades somáticas. Veintidós por ciento (22%) de la muestra total informó haber experimentado el dar a luz, y el seis por ciento (6%) lo seleccionó como la manifestación que les dejó el mayor impacto. Las emociones informadas reflejan el trabajo y la tristeza de dar a luz naturalmente. Los que dieron a luz reportaron sentimientos de confusión (r=.09), embarazo (r=.08), temor (r=.11), y dolor (r=.08). Menos que la muestra mayor, éstos eran menos probables de reportar sentimientos de felicidad (r=.09), gozo (r=.09), y paz (r=.10) asociados con esta manifestación.
Los “sonidos de animales” se convirtieron en el centro de controversia y crítica cuando primero aparecieron en las reuniones de reavivamiento de TACF, pero nunca fueron manifestaciones comunes. Con el tiempo, parecieron disminuir en frecuencia e intensidad hasta que casi no existen. Las encuestas cubrieron el tiempo en que los sonidos de animales habrían estado en su mayor intensidad. El doce por ciento (12%) de la muestra total informó haber rugido como leones (el sonido animal más común), pero sólo el 3 por ciento lo seleccionó como la manifestación que les dejó el mayor impacto. Las emociones reportadas para los sonidos animales parecían encajar bien con indicaciones de que podrían estar asociadas con lo profético. Los testimonios de los que han tenido la experiencia a menudo reportan una sensación de ira, aunada a una de victoria divina contra algún mal o alguna injusticia. Las emociones predominantes afines a los rugidos fueron ira (r=.22) y de fortaleza (r=.16). Los que rugieron eran menos probable que informasen sentir debilidad (r=.07) o paz (r=.09) que los que escogieron otras manifestaciones como “la más significativa”.
Una Nota Importante
Más y más científicos sociales han reconocido la importancia del cuerpo en culturas occidentales, donde el estudio de la religión se ha vuelto “incorpóreo”. Como ya se ha observado, las manifestaciones reportadas por los visitantes a TACF fueron consideradas como “señales” de que alguna forma de sanidad estaba ocurriendo dentro de las personas que reportaban esta experiencia. Esta interpretación encaja bien con las observaciones de científicos conductuales sobre el posible efecto positivo de manifestaciones somáticas en el proceso de sanidad. La sanidad como proceso holístico es el tema de la Parte Dos, que sigue.
Sin embargo, una palabra de cautela es necesaria cuando se interpretan los resultados presentados aquí, que intentan enlazar manifestaciones corporales con estados emocionales. Parece que diferentes estados emocionales están asociados con diferentes manifestaciones. Esto no significa, sin embargo, que los individuos pueden ser clasificados en “rugidores”, “reidores”, “sollozantes”, o “borrachos”. A menudo, como hemos visto en la cita al comienzo de nuestro análisis, pueden ocurrir varias manifestaciones en rápida sucesión y/o la mayoría ha experimentado más de una manifestación.
Una estadística más reveladora sobre el estado emocional de los visitantes a TACF se encuentra en la pregunta en la cual se le pide a los respondientes que compartieran con otros lo que sentían al abandonar el centro de renovación. Las abrumadoras selecciones fueron amor a Dios (89%), paz (89%), amor (85%), gozo (83%), gratitud (82%), felicidad (81%), y satisfacción (79%). Relativamente pocos sintieron ira (7%), depresión (8%), culpa (7%), vergüenza (6%), o manipulación (3%). Aunque estas emociones positivas no siempre fueron seleccionadas en asociación con la manifestación que dejó el impacto más duradero, sí proporcionan un correctivo necesario para atribuirle demasiada importancia a las manifestaciones y sus correlativas respuestas emocionales. Las manifestaciones, como veremos en la Parte Dos, no son sino una pieza del mosaico mayor de la renovación.
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Parte Dos
Inspeccionando el Fruto:
Sanidad y Capacitación
En el sentido más amplio, el fruto primario de La Bendición del Padre puede describirse como de sanidad y capacitación. La Sanidad, como se usa el término comúnmente al escribir sobre prácticas alternativas de sanidad, es una restauración de la integridad del espíritu, la mente, el cuerpo, y las emociones. Incluye, pero no se limita a, la “curación” física que se enfoca principalmente sobre el cuerpo y a aliviar la angustia mental y la enfermedad. El corazón de la sanidad, como quedará demostrado por medio de las respuestas a las encuestas, es la sanidad espiritual, que establece o profundiza la relación del peregrino con Dios. La Capacitación abarca una conciencia y una liberación de los dones y capacidades especiales para servir a los demás. Mientras la sanidad se enfoca en la relación especial de una persona con Dios, consigo mismo y con otros, la capacitación proporciona a menudo dones sobrenaturales que enriquecen la capacidad de una persona para alcanzar a otros en amor. La sanidad y la capacitación son, pues, dos facetas distintas pero interrelacionadas de la Bendición del Padre. Juntos, hacen posible vivir completamente el Gran Mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Los dos temas interrelacionados de la sanidad y la capacitación proporcionan un marco para informar acerca de los hallazgos claves en preguntas sobre los efectos de la Bendición tanto en las encuestas originales como en las de seguimiento. Los dos conceptos son distintos, pero claramente acoplados. La sanidad y la capacitación son procesos dinámicos en progreso, conformados aún más por un reciente aumento en sanidades físicas reportadas. Al convertirse la sanidad en una experiencia de renovación más común, está siendo promovido como herramienta para el evangelismo. Muchos dirigentes de la renovación ahora enseñan que la capacitación para orar con éxito a favor de la sanidad es una herramienta importante para difundir las buenas nuevas del amor de Dios.
Dios está sanando a hombres y mujeres en TACF – restaurándoles en mente, cuerpo, espíritu, fortaleciendo y reparando relaciones humanas significativas, y luego enviándoles, capacitados por el Espíritu Santo para compartir con otros lo que se les ha dado libremente.
La Sanidad y la Visión Mundial Hebraica
Se ha observado a menudo cómo el cristianismo contemporáneo acepta una visión mundial que es mucho más griega que hebraica – una visión mundial que impactó al cristianismo desde sus inicios, y aumentó en influencia durante la Ilustración y la entrada del Modernismo. La aceptación, por parte de los cristianos, de la lógica categórica aristoteliana (más bien que una lógica hebraica más narrativa) ha privado al pensamiento moderno de gran parte de la paradoja y el misterio inherente a las Escrituras. Muchos eruditos modernos han observado los efectos que el pensamiento racional extremo ha tenido en la fe religiosa tanto liberal como conservadora al desmitificar los relatos bíblicos sobre milagros. Aunque la mayoría de los religiosos conservadores defenderían sin duda los milagros de sanidad reportados en las Escrituras, algunos se han mostrado abiertamente escépticos acerca del don de sanidad en la actualidad. Por otra parte, los religiosos liberales han debatido a menudo la veracidad de los relatos bíblicos sobre sanidades, rehusando creer que las sanidades divinas ocurrían entonces o que ocurren hoy día. El resultado de estas dos posiciones aparentemente dispares es notablemente el mismo: ambos grupos aceptan un dualismo cartesiano que ha separado el cuerpo del alma, repartiendo el cuerpo a los médicos y el alma a los ministros y sacerdotes. Los cristianos conservadores y liberales por igual han estado renuentes a seguir la sanidad divina como la enseñaba y practicaba Jesús.
Los eruditos han observado que la visión mundial del cristiano lleno del Espíritu requiere suposiciones acerca de la realidad diferentes de las que son comunes en el cristianismo moderno occidental, incluyendo el cristianismo contemporáneo. Éste acepta una persona tripartita pero integrada, compuesta por la mente, el cuerpo, y el espíritu, y hace borrosos los rígidos límites establecidos entre lo natural y lo sobrenatural. Esta visión mundial ofrece una perspectiva holística que refleja mejor el mundo antiguo del judaísmo, que no separaba cuidadosamente lo espiritual de lo físico. Como observa el Dr. Michael en su excelente libro sobre el Divino Sanador de Israel:
Las mentalidades bíblicas y del Cercano Oriente antiguo no separaban cuidadosamente lo espiritual de lo físico; por eso, se esperaba que el Señor (o la deidad pagana en cuestión) satisficiera las necesidades de sus devotos, proporcionándoles el perdón de los pecados, la capacidad de reproducirse, un adecuado suministro de alimentos y agua, y salud para sus cuerpos. Un Dios/dios que no pudiese sanar no sería considerado digno del nombre; por eso, virtualmente todas las deidades egipcias y mesopotámicas eran invocadas a veces para pedir la sanidad física y ayuda. La deidad era vista, al mismo tiempo, como sanadora-salvadora-liberadora, un triple cordón conceptual que no podía romperse fácilmente.
Fue a este mundo antiguo al que Jesús trajo las buenas nuevas del amor de su Padre – un amor que hizo más que simplemente “salvar” el alma. La salvación toca la persona entera – alma, espíritu, mente y cuerpo.
En suma, aunque santidad y salud gozan de la misma raíz etimológica (que refleja la antigua convicción de que el bienestar y una correcta relación con la deidad van de la mano), el pensamiento moderno ha separado la salud y la integridad de la santidad. Fue el movimiento de santidad del siglo 19 (un precursor del pentecostalismo) el que proporcionó una teología y una práctica que desafiaba las prevalecientes normas cesacionistas sobre la sanidad divina, que enseñaban que el propósito de la sanidad era sólo establecer la iglesia cristiana y ya no era para el presente. De los cientos de congregaciones de Santidad locales independientes que se formaron durante el período desde 1893 hasta 1907, muchas se convirtieron en parte del movimiento pentecostal, lo cual impactó a su vez al movimiento de la Lluvia Tardía (1950), al movimiento carismático (1960-1980) y a la actual “Tercera Ola”, durante la cual el cristianismo lleno del Espíritu se hizo más fluido y menos dogmático. En términos de creencia, práctica, y experiencias reportadas, los cristianos llenos del Espíritu, aunque representan diferentes tonalidades de la teología de sanidad, han estado al frente de la restauración del don de sanidad en la Iglesia.
Un Modelo de Sanidad “Lleno del Espíritu”
La socióloga Meredith McGuire, una médico socióloga y socióloga de la religión, que ha llevado a cabo una investigación en cristianos llenos del Espíritu, observó que la manera en que estos cristianos entendían la sanidad difiere un poco del uso secular del término – una separación que coloca su visión mundial en línea con los orígenes hebraicos del cristianismo. Dice McGuire: “No es necesario tener una enfermedad médicamente diagnosticable para experimentar la sanidad … Más importante … es que la sanidad ‘funcione’ primero y principalmente como una experiencia espiritual; los cambios físicos y socio-emocionales se esperan, pero son aspectos secundarios”. Según McGuire, “… el criterio clave para la sanidad es el proceso de “estar más cerca del Señor” (las cursivas han sido añadidas como énfasis).
Deliberadamente, elegí un marco sociológico para la sanidad divina, más bien que un marco teológico, para evitar las controversias que se suscitan frecuentemente, hasta en dirigentes llenos del Espíritu, en discusiones teológicas sobre la sanidad. La descripción y el modelo implícito de McGuire procede de su investigación sobre los cristianos carismáticos, y su abundante descripción de la data “cualitativa” (diferente de la cuantitativa o encuesta) es notablemente exacta y útil para organizar el fruto de la sanidad de la Bendición. Fue el modelo de McGuire el que Lynette Hoelter y yo usamos para analizar la data de las encuestas sobre sanidad publicadas en el Journal for the Scientific Study of Religion. El modelo incluye mediciones de rituales de avivamiento, manifestaciones, y emociones, demostrando cómo trabajan ellas juntas al efectuar cuatro clases interrelacionadas de sanidad: espiritual, interno, mental, y físico. Una relación siempre creciente con Dios es céntrica para este modelo. Sigue un resumen de estos descubrimientos, basados en los hallazgos de la encuesta TACF.
Sanidad Espiritual
La sanidad espiritual envuelve una mayor intimidad con Dios – una mayor integridad (y santidad) en la relación del creyente con él. Por supuesto, la mayor sanidad es lo que los evangélicos llaman “nacer de nuevo” – cuando la persona invita por primera vez a Jesús a entrar en su vida, comenzando así una relación que tiene el propósito de profundizarse en la intimidad divina y el amor. La encuesta de los visitantes a TACF en 1995 informó que uno por ciento de los respondientes habían hecho dedicaciones por primera vez y otro 29 por ciento habían rededicado sus vidas al Señor durante una visita al avivamiento en TACF.
Malcolm, un anglicano de 48 años de edad que escribió una carta para acompañar su encuesta, es uno de los respondientes que informaron haber rededicado su vida al Señor mientras participaba en los servicios de avivamiento. Malcolm había aceptado a Cristo como su Salvador 30 años antes y había seguido adelante con un exitoso ministerio cristiano. Según su relato, con el correr de los años, “eché a perder todo lo que hice. Es difícil comprimir la angustia diaria y mucho más durante más de 20 años en unas pocas líneas, pero créanme, no podía caer más bajo”. El contacto inicial de Malcolm con la Bendición ocurrió en Londres por medio de Eleanor Mumford, la esposa de un pastor de la Viña, cuyo ministerio había sido tocado por la visita de ella a TACF, pero él “se fue disgustado”. Malcolm afirmó que Dios había continuado persiguiéndole cuando John Arnott fue a Londres varios meses más tarde, pero Malcolm informó nuevamente que había abandonado la reunión (aunque regresó para la oración). Malcolm continúa compartiendo con otros lo que sucedió cuando visitó a TACF no mucho tiempo después de este contacto con la renovación en Londres:
Bueno, no bien hubo comenzado él (el hombre no identificado que oraba con él) cuando el Espíritu del Señor vino sobre mí; fui lleno de la sensación más increíble – y fui lanzado al suelo, derrumbado. Aunque él era un total desconocido, el Espíritu le permitió elevar oraciones tan específicas por mí, mi relación pasada con Dios, el perdón, la sanidad, la culpa, el auto-desprecio, la condenación, y hasta por mi familia que estaba lejos – aunque no había manera de que él pudiera haber sabido que yo era de otro país.
No puedo describir la maravilla… La reunión comenzó y se pone mejor cada día. Liberación instantánea de adicción a las drogas, la depresión, y los pecados sexuales; una transformación tan radical que los amigos, los colegas, y muchos de mis estudiantes de escuela preparatoria comenzaron a hacer preguntas sobre qué había sucedido para cambiarme así. Sanidad del insomnio (que me había llevado a la adicción a tabletas para dormir adquiridas ilegalmente); hasta un cambio en mi estilo de vida, actitudes al conducir el automóvil, el trabajo, el lenguaje (lenguaje de cloaca, estilo de marineros); liberación de gran ansiedad y estrés por las cuales yo era bien conocido. Un profundo sentido de total perdón, purificación, y reconciliación con Dios. Y ahora, un amor por el Señor, tan profundo, que algunas veces duele literalmente; una pasión por las almas de mis estudiantes de escuela, y otros que no conocen a Cristo; un sentido de alabanza y adoración que me pone a cantar cantos de adoración al despertar por la mañana (Caso #574).
Aunque la mayor parte de los casos tras de la cifras presentadas en este informe pueden no ser dramáticamente paulinos como el de Malcolm, la sanidad y la restauración no fue menos real. El ciclo de arrepentimiento, perdón, y un aumento en la intimidad divina continúa, y a menudo está íntimamente entrelazado con otras formas de sanidad.
Desde los primeros días, los peregrinos de TACF fueron conscientes de su pecaminosidad, su necesidad de perdón, y el llamado a una mayor santidad. Aunque rara vez se predicaron sermones durante los alegres días de las reuniones que caracterizaron los primeros años del avivamiento acerca de la necesidad de arrepentirse, el arrepentimiento todavía ocurría con regularidad al comenzar la gente a experimentar una mayor intimidad con Dios. (Nótese en la tabla más abajo que el 81% de los respondientes informaron que eran más conscientes de su pecaminosidad durante su visita a TACF durante este período). Pedro, un peregrino estadounidense a TACF, de edad mediana “nacido de nuevo” describió su experiencia como sigue:
Ciertos pecados persistentes de lascivia de los ojos y la imaginación, y accesos de ira, estaban siendo sacados a la superficie como basura y se estaba disponiendo de ellos. Entonces entendí – sólo al recibirlo pasivamente – que Dios tiene un amor implacable, interminable por mí personalmente y por cada una de las otras personas en el universo. Cuando ‘volví en mí’ (después de reposar en el Espíritu por algún tiempo) después de una de estas sesiones en el piso, le dije a Jim: “La razón de que Israel supiera que el rostro de Dios podía matarles no era la santidad justa y la justicia de Él; ¡era porque su total y directo amor les consumiría hasta dejarles en cenizas! (Caso #745).
La sanidad espiritual parece ser, pues, un proceso continuo que se construye sobre los particulares de la vida del peregrino. Para pulsar este proceso, usé varios indicadores de la encuesta para que reflejaran este fenómeno. De particular importancia eran los informes de un nuevo sentido de pecaminosidad personal, un renovado sentido del perdón de Dios, y experimentar liberación de las garras de Satanás. El arrepentimiento y el perdón continuos parecen ser centrales en el proceso de sanidad experimentada en TACF. La siguiente tabla informa de resultados de diferentes indicadores o medidas de sanidad espiritual, y también informa la incidencia de la sanidad espiritual tanto para la encuesta de 1995 como para la encuesta de 1997. Las cifras difieren un poco (dependiendo de las palabras de una pregunta particular usada para medir una faceta específica de la sanidad espiritual y debido a diferentes preguntas que se hicieron en 1997 a diferencia de 1995), pero los resultados muestran claramente que la sanidad espiritual es uno de los frutos inconfundibles de la renovación.
Es significativo que el 92 por ciento de los respondientes del seguimiento pudo informar dos años después de la encuesta de 1995 que su visita a TACF resultó en “un cambio positivo en su relación con Dios”. Aunque la discrepancia entre esta cifra y la cifra del 60 por ciento para los que reclamaron una “sanidad espiritual” indica que muchos podrían no captar un mayor amor por Dios en términos de “sanidad”, esta disparidad puede atribuirse a una diferencia semántica. Dado el hecho de que todos los ítems usados como indicadores de lo que está siendo llamado “sanidad espiritual” reflejan una actividad que tiene lugar en el espíritu de la persona (para diferenciarlo de la mente, el cuerpo, o las relaciones interpersonales), la etiqueta parece ser válida para aislar este importante fenómeno.
Frecuencias de Sanidad Espiritual
Indicadores Seleccionados Encuesta 1 Encuesta 2
Recibieron un nuevo sentido de condición pecaminosa. 81% ND
Experimentaron un renovado sentido de perdón 68% ND
Fueron librados de las garras de Satanás en la vida 55% ND
Experimentaron una sanidad espiritual ND 60%
Cambio positivo en la relación con Dios ND 92%
Dedicación en TACF por primera vez 1% ND
Rededicación a Jesús en TACF 29% ND
Llegaron a conocer el amor del Padre de una manera nueva 91% ND
Más enamorados de Jesús que nunca antes 89% ND
Lo que es de particular interés, especialmente a la luz de la discusión de la data de la encuesta presentada en Parte Uno, es el efecto que tienen las manifestaciones y las emociones en la sanidad espiritual. Todos los respondientes asistieron por lo menos a un servicio de renovación en TACF, y el 97 por ciento recibió la oración por lo menos una vez de un equipo de oración, recibiendo el 3 por ciento oración más de 50 veces. Entre estos dos extremos de la gama, había una mediana de 8, indicando que el 50 por ciento de los respondientes recibió oración menos de 8 veces y 50 por ciento más de 8 veces. El promedio fue de 13 veces, y el modo (el número solo más frecuente) fue 3. Informo este detalle porque la frecuencia de la oración elevada por un equipo de oración estuvo relacionada positivamente con la experiencia una amplia gama de manifestaciones (r=.18) y con la sanidad espiritual (r=.24). En otras palabras, los que recibieron más oración en TACF tenían más probabilidades de experimentar tanto un número mayor de manifestaciones y sanidad espiritual que lo que recibieron menos oraciones. Lo que no está claro en este análisis bivariado (usando sólo dos variables a la vez) es si alguna otra variable es la causante de la variable dependiente (la sanidad espiritual) y si las manifestaciones o la oración eran más importantes para explicar la variable dependiente.
La cuestión que mi coautora Lynette Hoelter y yo intentamos contestar al desarrollar un modelo holístico de sanidad carismática (usando el “análisis multivariado” que incluía más de dos variables en el modelo) se centró en diferentes factores ligados en correlaciones bivariadas (usando sólo dos variables). ¿Es la oración presentada por equipos de oración lo que mejor explica la sanidad? ¿Las manifestaciones? ¿Las respuestas emocionales? Todos estos ítems están interrelacionados, pero pueden hacerse intentos de desenredar el nudo retorcido usando pruebas estadísticas.
Empleando lo que los estadísticos llaman “regresión múltiple”, (un tipo de análisis multivariado), sometimos a prueba los efectos de la oración presentada por equipos de oración, la gama de manifestaciones, y las respuestas emocionales positivas sobre la sanidad espiritual. Este procedimiento nos permitió establecer cuáles de estos factores tenían la relación más fuerte con las experiencias de sanidad espiritual. Descubrimos que el solo correlativo más importante para la sanidad espiritual era los informes de efectos positivos. Sentimientos de paz, amor, gozo, etc. – lo que llamamos “respuestas emocionales positivas” – demostraron la relación más fuerte con la sanidad espiritual.
Dicho de otro modo, aunque hay relaciones estadísticamente significativas entre recibir oración por equipos de oración, la incidencia de las manifestaciones y la respuesta emocional con sanidad espiritual no son igual de fuertes. Por ejemplo, la sanidad espiritual fue experimentada por algunos que no recibieron a los miembros de equipos de oración, apoyando las observaciones de que hay peregrinos que son impactados durante el servicio (especialmente durante la adoración) sin la ayuda de la oración. De modo similar, algunos peregrinos experimentaron intensa sanidad espiritual sin mostrar ninguna manifestación física. Aunque la data de la encuesta no nos permite probar la causalidad, es probable que las respuestas emocionales positivas, gozo y amor relacionadas con la sanidad espiritual fuesen causadas por una fuerza fuera de los límites de la investigación empírica – a saber, por el poder del Espíritu Santo. Es claro que el Espíritu Santo puede moverse en los corazones sin mediación, con o sin la ayuda del equipo de oración y con o sin manifestaciones particulares.
El análisis estadística sí indica, sin embargo, que, con frecuencia, Dios usa factores externos para profundizar la intimidad divina, incluyendo la oración de otros y las manifestaciones. La oración de un equipo de oración fue el segundo factor más importante en el modelo que efectuó la sanidad espiritual. Los que experimentaron más oración eran ligeramente más probables que informasen una anotación más alta en el índice de sanidad espiritual que los que recibieron menos oración. Las manifestaciones (pero no cualquier manifestación particular) también contribuyeron a explicar una incidencia más alta de sanidad espiritual. Los que reportaron una gama más amplia de manifestaciones tuvieron más altas anotaciones en el índice de sanidad espiritual.
En suma, no podemos decir que cualquier factor solo – la oración por un equipo de oración, las manifestaciones, ni siquiera las repuestas emocionales positivas – es absolutamente necesario para la sanidad espiritual. Parecen trabajar juntos para efectuar la sanidad en la mayor parte de la gente. Lo que podemos decir con alguna certeza, sin embargo, es que todos estos factores pueden estar envueltos, a menudo uno tras del otro, en el proceso de sanidad en diferentes personas. Aunque algunos posiblemente deseen que Dios trabajase en formas más cerebrales, está claro que Él está usando las oraciones de voluntarios anónimos y sin rostro de equipos de oración, las controversiales manifestaciones, e intensas experiencias emocionales para acercar más a la gente a sí mismo.
En la base del proceso de sanidad espiritual está el reconocimiento de la pecaminosidad personal, el arrepentimiento, el perdón, y la liberación, lo cual parece facilitar un aumento en la intimidad divina. Mientras más cerca de Dios está la gente, más probable es que diga con Isaías: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”. (Isa. 6:5). A su vez, reconocer la propia pobreza espiritual parece acercar a las personas más a Dios.
El proceso ha continuado, como lo indican los resultados reportados en la Tabla de Sanidad Espiritual. La sanidad espiritual es más que una fugaz “exaltación emocional” que no deja ningún impacto duradero. Más del 90 por ciento de los que respondieron a la encuesta de seguimiento indicaron que tuvieron una relación más estrecha con Dios en 1997 que la que habían tenido en 1995. Según el modelo, la restauración o la profundización de la relación del peregrino con Dios es la forma más común de sanidad. Es también la forma que es central para comprender otras formas de sanidad, especialmente para lo que se ha llamado sanidad interior o emocional.
Sanidad Interior o Emocional
La sanidad interior o emocional, también conocido algunas veces como sanidad de los recuerdos, ha estado en uso por consejeros cristianos laicos y profesionales por casi cinco décadas. Introducido en la década de 1950 por Agnes Sanford, una mujer laica episcopal, la sanidad interior ganó seguidores durante el apogeo de Movimiento Carismático (particularmente en los sectores católicos y episcopales) y continúa siendo usado en la consejería cristiana tanto profesional como eclesiástica. Se han establecido varios ministerios para enseñar y administrar la sanidad interior, incluyendo los de Neal Anderson, Chester y Betsy Kylstra, Francis y Judith MacNutt, Leanne Paine, John y Paula Sanford, Ed Smith, y Siang Yang Tan, para nombrar sólo a algunos.
Aunque las técnicas de sanidad interior han sido populares por décadas con ministros de oración y consejeros carismáticos de iglesia, en TACF hubo poco tiempo para ministrar la sanidad interior de una manera más tradicional, en la cual el consejero era un instrumento cognoscitivo por medio del cual se creía que fluía el Espíritu. Debido a las demandas de oración de los millares de personas que podrían estar esperando oración, a los oradores de TACF se les instó a no usar las tradicionales técnicas de consejo sobre la oración, en las cuales ellos dialogan primero con la persona por la cual van a orar. En ausencia del diálogo, el Espíritu Santo parecía asumir el control como Consejero, proporcionando imágenes terapéuticas y algunas veces penetraciones proféticas para facilitar el proceso, por lo general sin ningún involucramiento cognoscitivo activo por parte del que oraba.
Los testimonios sobre sanidad interior son comunes en TACF, reflejando las estadísticas de encuestas que reportan que el 88 por ciento de los respondientes aseguraron haber recibido una sanidad interior o emocional como resultado de su encuentro con la renovación. Los siguientes dos testimonios cortos añadidos a las respuestas de la encuesta de 1995 proporcionan ilustraciones de tales testimonies.
Pero, antes de que yo tuviese una oportunidad de decir nada, me miró y dijo: ‘Cathy, tienes un hermoso rostro’. Dije ‘gracias’ (pero pensé: Si sólo supiera qué fea me siento). Él no lo sabía, pero el Señor sí. Aquellas palabras dirigidas a mí por él (un miembro del equipo de oración) bajo la inspiración del Espíritu Santo me curaron de aquel sentimiento. No me he sentido fea desde entonces, la confianza en mí misma ha aumentado, y mi gratitud hacia mi Padre Creador por haberme creado me acercó a Él más y más. (Caso #244).
Regresé a TACF a fines de enero de 1995 y me sentí sumamente bendecida. Ese día recibí el toque más significativo de Dios que he recibido en mis cuatro visitas a TACF. Durante la enseñanza de Mary Audrey sobre el perdón, el Espíritu Santo me mostró la causa de mi alta presión arterial. Era acerca del odio intenso de mi (difunto) padre hacia mí. Pude perdonarle, y supe que mi presión sanguínea había regresado a la normalidad. Esto fue confirmado en la siguiente visita al médico. (Caso #050).
La sanidad interior ha sido descrita por Ruth Carter Stapleton (la difunta hermana del ex presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter) como “la experiencia en la cual el Espíritu Santo restaura la salud a las áreas más profundas de nuestras vidas eliminando la causa de nuestros dolores y sufrimientos”. Es en dos frentes, como puede verse en las dos citas que se acaban de dar: envuelve una aceptación/un perdón del yo y otra aceptación/un perdón de otros.
Retrospectivamente, lamento no haber hecho más preguntas para pulsar diferentes facetas de lo que se está llamando sanidad interior (algunas veces “sanidad de los recuerdos”), porque la experiencia estaba extendida en las reuniones de renovación en TACF. Su complejidad se refleja en el testimonio de Malcolm, así como en los que se han reportado arriba. Aunque las medidas usadas en la encuesta son algo bastas, los hallazgos proporcionan una importante penetración para este complejo proceso que estamos discutiendo como sanidad holística.
Podría decirse que la sanidad espiritual es acerca del Primer Gran Mandamiento, es decir, amar a Dios sobre todas las cosas – recibir poder para amarle porque primero él nos amó a nosotros. La sanidad interior está relacionada con el Segundo Gran Mandamiento, a saber, amar al prójimo como a nosotros mismos. La sanidad interior toca áreas de daño emocional, trayendo con él un cambio duradero que permite a los que son sanados entrar en una relación más amorosa con otros, así como con Dios. La interconexión entre la sanidad espiritual y el interior se refleja en la declaración de misión de TACF, que puede encontrarse en un gran letrero que se extiende en la parte trasera de la pared del auditorio: “Para que andemos en el amor de Dios, y luego lo compartamos con otros”. Como hemos visto, la abrumadora mayoría de los respondientes han sido refrescados por la Bendición del Padre. Al experimentar los hombres y las mujeres un nuevo sentido del amor, el perdón, y la sanidad espiritual de Dios, los resultados de la encuesta indican que están en mejores condiciones de amar y aceptarse a sí mismos y a los demás.
Los principales resultados de la encuesta relativos a la sanidad interior son presentados en la siguiente tabla de acuerdo a si la estadística procedió de la encuesta original (Encuesta 1) o del seguimiento (Encuesta 2).
Frecuencia de las Sanidades Interiores o Emocionales
Medida (Personal/Relacional)
Encuesta 1 Encuesta 2
1995 1997
Recibieron sanidad interior 88% ND
Más enamorados del cónyuge 88% 89%
Recibieron sanidad emocional ND 57%
Retuvieron sanidad emocional ND 90%
La visita a TACF me cambió 90% ND
Otros comentaron el cambio 70% ND
En resumen, la mayoría de los respondientes a la encuesta descubrieron que habían sido cambiados por su visita al avivamiento de TACF, indicando por lo general que otros habían comentado los cambios. Las experiencias de sanidad interior son comunes, y a menudo están acompañadas de visiones y manifestaciones. Es notable que el 90 por ciento de los respondientes al seguimiento indicaron que conservaron la sanidad interior reportada en la encuesta de 1995.
La sanidad interior no es simplemente acerca del yo, sino que también impacta las relaciones. Tal vez una de las mejores ilustraciones de este hecho es que el 88 por ciento de los respondientes de la Encuesta 1 que estaban casados aseguran que quedaron más enamorados de sus cónyuges como resultado de su visita a TACF. Este hallazgo persistió en la Encuesta 2, en la cual el 89 por ciento de los respondientes continuaron afirmando el cambio positivo reportado en su relación con sus cónyuges. Uno de varios relatos cualitativos que completa esta estadística de encuesta vino de un hombre de cuarenta y cuatro años de edad que se describió a sí mismo como “un francófono de la provincia de Québec”. Contó cómo su matrimonio se transformó por medio del don de la risa:
Las dos primeras veces que fui a la iglesia de Toronto, mi matrimonio y mi esposa habían estado sufriendo profundamente por los errores del pasado. Fue sólo en el último minuto que mi esposa decidió ir conmigo. Eso no era lo que ella esperaba hacer; estaba planeando abandonarme. Fue milagroso. Mi esposa ha recibido un gran don de gozo y ‘risa santa’ que se reactiva cada vez que hay tensión entre ella y yo. Y, usted comprende, mi matrimonio y nuestros corazones están en un continuo proceso de sanidad. Ahora tenemos una profunda confianza y un profundo amor el uno por el otro porque el espíritu del Señor nos une excepcionalmente en todo (Caso #400).
A menudo, el cónyuge era la persona que primero notaba los cambios significativos producidos por la sanidad interior. Un esposo pentecostal europeo occidental cuarentón escribió:
La razón de que yo esperase tanto para llenar el cuestionario es simple. ¡Había experimentado un cambio tan dramático en mi vida que no podía creerlo! La primera persona que lo reconoció fue, por supuesto, mi esposa. Yo sufría de una profunda ira causada por traumas en mi niñez. En esta ocasión en Toronto, el Señor me mostró la razón de mi problema (yo no era consciente de ella) e inició el proceso de sanidad. Todavía no ha terminado, pero ya no he vuelto a tener más ‘explosiones’. ¡Alabado sea Dios! (Caso #797).
Al hacer un análisis de regresión múltiple sobre la data de la encuesta para someter a prueba aún más al modelo holístico que hemos estado usando para encuadrar la data de la sanidad, se encontró que tanto las manifestaciones físicas como las respuestas emocionales (indicadas por el testimonio proporcionado en el caso #400) están relacionadas con el proceso de sanidad interior. Los que reportaron un ámbito más amplio de manifestaciones y los que indicaron tener respuestas emocionales positivas asociadas con estas manifestaciones tienen una probabilidad ligeramente mayor de reportar que recibieron una sanidad emocional.
Sin embargo, una relación mucho más fuerte se encuentra entre la sanidad espiritual y la sanidad interior, proporcionando algún apoyo estadístico para la interrelación de los dos componentes del Gran Mandamiento. Los que reportaron índices mayores de sanidad espiritual tenían también una mayor probabilidad de reportar que habían experimentado una sanidad interior o emocional. Los que experimentaron toques recientes de la presencia de Dios eran los que con mayor probabilidad experimentaron una autoaceptación santa y una capacidad para amar aún a los que antes era imposible amar. En las palabras de un buen amigo que con frecuencia testifica del cambio que TACF ha efectuado en su vida, “me sentí como si estuviera siendo bañado en ‘amor líquido’ – no sé de qué otra manera describirlo. ¡El amor de Dios fluía por completo a través de mí! Yo nunca había amado a otras personas – no realmente. Ahora Dios me ha dado una increíble cantidad de amor por los demás. Soy una persona completamente diferente”.
Sanidad Mental y Física
Aunque no recibí oración aquella noche (el lugar estaba demasiado lleno), permanecí de pie por largo tiempo, sólo esperando algo en Dios y preguntándole por qué no me sanaba de mi desorden al comer. Finalmente, me dijo: “Si me amas, ¿por qué no me obedeces?” En realidad no escuché su voz, pero el pensamiento era fuerte y claro en mi cabeza. Luego, me dio un espíritu de obediencia, junto con el reconocimiento en mi corazón de que mi cuerpo era realmente suyo y que yo ya no podía tratarlo mal. A mediados de octubre de 1994, estaba en TACF nuevamente y fue librado de la bulimia. He permanecido libre de esa compulsión por comer por más de un año (Caso #233).
Pasé ocho meses hospitalizado por depresión clínica con tendencias suicidas. Mejoré por medio de consejería, pero sólo estaba fingiendo. Desde que experimenté este movimiento del Espíritu, he estado sano de todo mi dolor del pasado. ¡Desapareció! Lo que la consejería nunca pudo hacer, Dios lo hizo en cuestión de minutos en el piso (Caso #1501).
La sanidad espiritual y la sanidad interior fueron experiencias comunes – hasta cierto punto, casi universales – entre los participantes en este estudio. Hubo también un grupo más pequeño pero significativo de respondientes que, en el cuestionario original, aseguraron haber recibido o sanidad física (21%) o sanidad de un problema de salud mental diagnosticado clínicamente (6%). El cuestionario de seguimiento incluía preguntas para establecer si la sanidad había durado. El veintisiete por ciento (27%) de los respondientes del seguimiento reportaron una sanidad física, y el 4 por ciento una sanidad de un problema mental clínicamente diagnosticado. Ambos ítems incluían una pregunta relacionada con si el respondiente todavía estaba libre del problema físico o mental que se había reportado como curado. El 27 por ciento de aquéllos que aseguraban haber recibido sanidad mental en la encuesta de 1995 y el 4 por ciento de los que reportaron una sanidad mental respondieron afirmativamente dos años más tarde. Nadie reportó haber “perdido” la sanidad que había experimentado como resultado de su visita a TACF.
La data existente indica que aproximadamente un tercio de los estadounidenses utilizan la oración para “sanidad y la conservación de la salud” en casos de enfermedad tanto aguda como crónica. La oración parece ser usada como suplemento de la biomedicina y no como reemplazo de ella. Aproximadamente el mismo número que usa la oración para sanidad también afirma que, por lo menos a veces, han recibido sanidad como resultado de la oración. Las cifras de la encuesta de TACF envuelven un tiempo y una situación particulares, más bien que el amplio espacio de tiempo cubierto en preguntas generales de encuesta sobre oración y sanidad, así que los dos grupos no son en realidad comparables. Los grupos son similares en que tanto TACF como los grupos de población en general afirman remedios biomédicos, pero también usan el poder de la oración para sanar.
Los que estudian la oración y la sanidad todavía no han proporcionado una definición satisfactoria de la oración, y este es uno de los problemas que continúa obsesionando a los investigadores mientras intentan estudiar los efectos de la oración sobre la salud. De la misma manera que la oración ha sido un fenómeno un tanto escurridizo para los científicos sociales y de la conducta que intentan medirlo, hubo problemas al medir la oración en la encuesta de TACF. La medida empírica usada fue el número de veces que un respondiente recibía oración de un equipo de oración. Los análisis bivariados que intentaron relacionar la sanidad física y mental con la oración no encontraron ninguna estadísticamente significativa entre la oración presentada por equipos de oración y la sanidad. Los informes de sanidad física y mental no estaban directamente relacionados con la oración ofrecida por equipos de oración, las manifestaciones físicas, respuestas emocionales positivas.
Sin embargo, la sanidad tanto física como mental sí demostraron relaciones pequeñas pero estadísticamente significativas con la sanidad espiritual y con la sanidad interior. La reconciliación con Dios, consigo mismo, y con el prójimo sí parece jugar un papel en ser sanado de enfermedades mentales y físicas.
Como ha observado Meredith McGuire, basándose en su investigación cualitativa sobre la sanidad carismático cristiano, la “relación con el Señor” es el punto sobre el cual gira la comprensión de la sanidad holística como lo creen y lo practican los cristianos llenos del Espíritu Santo. Su modelo, incluyendo la centralidad de la sanidad espiritual, recibe algún apoyo de la data cuantitativa presentada aquí. La sanidad espiritual parece ser una clave (aunque no la única) para explicar otras formas de sanidad. Al experimentar la gente una relación más estrecha con Dios, a menudo experimentan la sanidad de antiguas lesiones y heridas, que posiblemente traen consigo la curación de enfermedades físicas y mentales.
Jesús nos dice en Juan 10
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Lo que Jesús ha prometido a sus seguidores – a lo que muchos autores modernos se refieren como sanidad holística – se está cumpliendo de una manera particularmente dramática por medio de la actual renovación y el actual avivamiento. Este patrón holístico incluye el cuerpo, la mente, el espíritu, las emociones, y las relaciones, pero se centra en alrededor de una relación con Dios renovada y revitalizada.
Al concluir esta sección y reflexionar sobre el paso a la siguiente, recuerdo las palabras de Jesús a Pedro: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas 22:31). Como Pedro, muchos respondientes han experimentado sus propias debilidades y el amor perdonador y sanador de Dios. Muchos están también experimentando un nuevo y renovado poder para fortalecer a sus hermanos y hermanas.
Capacitación y Servicio
La Iglesia Episcopal de San Lucas en Akron, Ohio, tiene por lema: “Bendecidos para ser bendición”. No puede haber ninguna duda, a partir de los resultados de la encuesta, de que la vasta mayoría de los respondientes que han visitado TACF experimentaron grandes bendiciones en sus vidas. Pero, ¿han progresado de recibir simplemente la bendición para ser bendición? ¿Es la experiencia de la Bendición de Toronto tan sólo otra cúspide espiritual que refleja un “narcisismo espiritual”, como han denunciado algunos críticos, o capacita y conduce a un servicio de amor? Exploré esta cuestión de manera preliminar en la encuesta de 1995 y luego expandí el tema en la encuesta de seguimiento de 1997.
Las preguntas preliminares y exploratorias hechas en 1995 indicaron que de la Bendición había salido tanto capacitación como extensión limitada. Noventa y uno por ciento (91%) de los respondientes indicaron que habían experimentado el amor del Padre de una manera nueva, y 89 por ciento aseguraron que estaban más enamorados de Jesús que nunca antes. Este elevado sentido del amor de Dios es algo que la vasta mayoría de los respondientes estaban ansiosos por compartir – por lo menos con otros creyentes. El noventa por ciento (90%) de los respondientes invitaron a amigos cristianos a asistir a TACF y el 82 por ciento dijo que “hablar con Jesús era ahora más importante que nunca antes”.
Una significativa minoría de respondientes que completaron la encuesta de seguimiento de 1997 informaron que se habían involucrado más en alcanzar y servir a otros como resultado de sus experiencias en TACF. Teniendo en cuenta que casi la mitad de los respondientes eran pastores o dirigentes de iglesia ya muy comprometidos con sus iglesias, el 47 por ciento todavía indicó que estaba más involucrado en sus iglesias de lo que lo estaban antes de ir a TACF. En el estudio de seguimiento, yo había expandido los ítems que medían la capacitación y el alcanzar a otros, resúmenes de los cuales pueden encontrarse en las dos tablas siguientes. En la tabla siguiente, vemos las cifras sobre el aumento de la capacitación adscritos a la recepción de la bendición del Padre por medio de la actual renovación.
Respondientes del Seguimiento indicando el aumento en Capacitación
Descripción de la capacitación % de aumento % de disminución
Recibiendo palabras proféticas 62% 3%
Recibiendo palabras de conocimiento 47% 3%
Intercesión profética 48% 3%
Oraciones usadas para sanar a otros físicamente 34% 4%
Oraciones usadas para sanar a otros emocionalmente 49% 3%
Usados en liberación 27% 2%
Recibieron sueños proféticos 41% 3%
Es importante recordar que estas cifras representan un aumento y una disminución en el uso de dones espirituales particulares. Puede que algunos estén operando en estos dones, y no hayan experimentado ningún aumento particular a través de la renovación, mientras que otros posiblemente no hayan experimentado ninguno en absoluto. Parece claramente evidente que muchos individuos creen que se están moviendo en un poder mucho mayor del Espíritu en 1997 que en los días antes de la renovación. Es más probable que ellos experimenten varias formas de profecía y sean usados en ministerios de sanidad y liberación.
Respondientes de seguimiento, indicando un aumento en servicio y el alcance de otros
Descripción del Indicador % de Aumento
Alcance personal de los pobres y los sin hogar 24%
Más limosnas para los pobres 35%
Más ayuda para actividades misioneras 44%
Otras obras de misericordia (visitas a los presos) 20%
Ofrecimiento de ayuda a los amigos 64%
Ofrecimiento de ayuda a conocidos 57%
Visitas a los enfermos 34%
Servicio a la iglesia 55%
Llevar a otros a Cristo 25%
Pero, ¿está teniendo esta capacitación un impacto en la tarea de alcanzar a otros y servirles? Se hicieron preguntas adicionales sobre otras formas de ministerio a los demás en la encuesta de seguimiento de 1997, como se muestra en la tabla de más arriba. A los respondientes de la encuesta de seguimiento se les pidió que seleccionaran de una lista las áreas de servicio en que se habían involucrado más como resultado de la bendición. La tabla precedente presenta la evidencia básica que trata de la cuestión importante de vivir el Gran Mandamiento de amor y la Gran Comisión de evangelismo. Parece, basándonos en este resumen de los resultados de la encuesta, que una considerable minoría ha aumentado su alcance a otros y su servicio como resultado de sus encuentros personales con Dios en TACF. Muchos tienen mayores probabilidades de ofrecer ayuda a amigos, familiares, y miembros de iglesia, y se dice que están contribuyendo más para actividades misioneras y para los pobres.
Modelo Sociológico para la Sanidad, la Capacitación y el Servicio
Antes de que terminemos esta discusión sobre la capacitación y el servicio, me gustaría proponer un modelo que demuestre la interrelación de los temas que hemos estado considerando. Hemos estado presentando hallazgos sobre diferentes facetas de la renovación – manifestaciones, formas de sanidad, capacitación, y servicio – todas las cuales son piezas de un mosaico mayor que es necesario mantener enfocado.
Para facilitar un análisis estadístico más sofisticado, he creado una escala de capacitación de 7 ítems y una escala de servicio de 8 ítems (usando los ítems que se encuentran en las respectivas tablas). La media y la mediana de la escala de capacitación fue 3, indicando que la persona promedio reportó haber experimentado tres de las siete medidas de capacitación. Uno en cinco (20%) reportó no haber experimentado ninguno de los ítems de capacitación; uno en veinte (5%) experimentó todos los siete. El promedio para la escala de servicio era 3.6, con una mediana de 4 (indicando que el 50% de los respondientes reportaron menos de 4 alcances y 50% reportaron más de 4). Dieciséis por ciento (16%) indicó que no se habían involucrado en ningún servicio aumentado como resultado de la renovación; el 23 por ciento reportó un aumento de seis o más actividades de alcance como resultado de la bendición de la renovación.
El modelo propuesto incluye siete ítems para la prueba por medio del análisis correlacional bivariado: la experiencia de las manifestaciones físicas, la sanidad espiritual, la sanidad interior/emocional, ser sanado de un desorden mental clínicamente diagnosticado, sanidad física, y las dos nuevas escalas de capacitación y servicio. Las correlaciones o relaciones entre las variables se encuentran en la tabla siguiente.
Relación Entre Manifestaciones, Sanidad, Capacitación, y Servicio
Manifes San esp San int San men San fís Capac Serv
Manifes 1.00 .24*** .19*** NS .07* .16*** NS
Sane sp 1.00 .46*** .19*** .15*** .16** .19***
San int 1.00 .14*** .19*** .17** .12*
San ment 1.00 .12*** .13* NS
San fís 1.00 NS NS
Capacit 1.00 .32***
Servicio 1.00
Los que están más familiarizados con correlaciones estadísticas verán inmediatamente en la tabla que la mayoría de las variables seleccionadas para el modelo están relacionadas entre sí. De particular importancia es que el rango de manifestaciones (r=.16), la experiencia de sanidad espiritual (r=.16), sanidad interior (r=.17), y la sanidad de un desorden mental (r=.13) están todas relacionadas con el estar espiritualmente capacitados. También notable es que la sanidad espiritual (r=.19), la sanidad interior (r=.12), y la capacitación (.32) muestran estadísticamente significativas correlaciones con el servicio o el alcanzar a otros. Un estudio cuidadoso de la tabla demostrará también la interrelación de los ítems de sanidad o discutidos antes en esta monografía.
La cuestión que deseo explorar al terminar esta sección es ésta: ¿cuál de las variables del modelo tiene el mayor impacto sobre la capacitación y el servicio? Para esto, nos volvemos a un procedimiento usado anteriormente llamado regresión múltiple. Puede usarse para establecer la importancia relativa de cada uno de estos ítems para una mayor capacitación y un mayor servicio.
Primero, “regresé” la escala de capacitación en los cuatro tipos de sanidad y el número total de diferentes manifestaciones experimentadas. Aunque las correlaciones simples bivariadas reportadas arriba demuestran una relación entre tres de las cuatro formas de sanidad y capacitación (véase la tabla anterior), los resultados de los análisis de regresión múltiple muestran que sólo la relación para la sanidad espiritual y la capacitación es estadísticamente significativa. En otras palabras, es la sanidad espiritual (más bien que la sanidad físico, mental, o emocional, las respuestas emocionales, o las manifestaciones) lo que constituye la fuente primaria de mayor capacitación. Los que han experimentado una fuerte dosis de la divina misericordia ofrecida por la Bendición del Padre tienen más probabilidades de experimentar capacitación que los que no la tienen.
Cuando añadí la frecuencia de las manifestaciones a la anterior ecuación, la sanidad espiritual continuó siendo claramente el más importante anticipador de una mayor capacitación. Sin embargo, las manifestaciones sí parecen jugar un papel de menor importancia como indicadores de un mayor poder. Se encontró algún apoyo limitado en la ecuación multivariada para sustentar la relación bivariada entre las manifestaciones y la capacitación reportada en la tabla anterior.
En suma, por medio de los resultados proporcionados por análisis de regresión múltiple podemos clasificar dos importantes hallazgos: (1) la sanidad espiritual (conocer la pecaminosidad propia y experimentar el perdón) es esencial para una mayor capacitación en los temas estudiados, y (2) las manifestaciones parecen ser lo que el Dr. Grant Mullen ha indicado, a saber, una “luz parpadeante” que indica que el Espíritu está realmente trabajando capacitando creyentes con dones espirituales.
En otro análisis de regresión múltiple, me enfoqué en el servicio y el alcance de otros. En este modelo, usé las mismas variables que las empleadas para explorar la capacitación (manifestaciones y formas de sanidad), y añadí la escala de capacitación a la lista de variables independientes. La pregunta que estaba tratando de responder: ¿es la capacitación un catalizador al servicio de otros aunque otras variables (manifestaciones y varias experiencias de sanidad) permanezcan constantes? Las relaciones bivariadas que se muestran en la tabla anterior indican que la sanidad espiritual (r=.19), la sanidad interior (r=.12), y la capacitación (r=.32) son todos correlativos significativos de un mayor servicio y alcance a otros. Los resultados del análisis multivariado muestran que la sanidad espiritual continúa demostrando tener una pequeña relación con el aumento en servicio (hasta para los que puedan haber tenido una anotación menor en la escala de capacitación), pero que la capacitación demuestra ser el principal predictor de servicio y alcance a otros.
Los resultados de este análisis de regresión múltiple proporcionan dos importantes porciones de información acerca de los que con mayor probabilidad alcanzarán a otros en servicio: (1) obtuvieron anotaciones más altas en capacitación, para, con mayor probabilidad, experimentar el ser usados en profecía, sanidad, y otros dones espirituales; (2) obtuvieron una mayor anotación sobre sanidad espiritual, indicando una mayor conciencia de su pecaminosidad y una experiencia de perdón reciente.
Los hallazgos presentados aquí demuestran que, para muchos, hay una relación entre ser bendecidos y poder bendecir a otros. El centro del avivamiento de TACF acerca de conocer la profundidad del amor del Padre parece estar rindiendo buenos frutos – frutos que van más allá de la restauración individual para bendecir a la comunidad mayor. En el corazón de este proceso está lo que se ha llamado la sanidad espiritual, un reconocimiento de la propia condición pecaminosa y la experiencia del perdón divino. A su vez, la sanidad espiritual parece estar entrelazado con la sanidad interior, y a veces impacta la salud tanto mental como física. En suma, la sanidad espiritual parece ser un importante catalizador para la capacitación o para ser “revestido de poder de lo alto”, y la capacitación, a su vez, facilita el alcanzar a otros y servirles.
MÁS ACERCA DEL AMOR DEL PADRE
Lo que esperamos haber hecho por medio del uso de la data de las encuestas y las estadísticas en la Parte Dos ha sido demostrar que la renovación en TACF ha producido mucho fruto en las vidas personales de los participantes. La misma historia del amor del Padre puede (afortunadamente) presentarse de manera mucho más simple, como lo hicieron muchos de los respondientes cuando se les pidió, en el cuestionario de seguimiento, que “describieran una bendición especial de este avivamiento con un par de palabras”. La mayoría de estos comentarios abiertos reflejan el tedioso análisis que he compartido con mis lectores aquí. A continuación, una muestra de ellos:
Mi relación con el Padre es mucho más profunda; nunca podría estar satisfecho con lo poco que antes tenía (Caso #1465).
Dios es bueno. Es real – y poderoso. Y realmente nos ama, a ti y a mí. Y es bueno experimentar su amor. (Caso #328).
Me he acercado más a Dios, y he sentido su amor con tanto poder que puedo oír sus palabras – por medio de las Escrituras, por medio de la oración, por medio de los amigos, y por medio de las enseñanzas y las palabras que Él envía personalmente (Caso #301).
“Jesús ama; Jesús sana” (Caso #182).
“Tengo más amor hacia Dios y hacia los demás – y anhelo tener aún más” (Caso #243).
“Restauración del amor del Padre y el don profético de equipar y aconsejar en oración” (Caso #1424).
Estas respuestas de una sola línea representan cientos de comentarios similares hechos por respondientes a las encuestas que reflejan las cifras y las estadísticas proporcionadas aquí. Relatos similares han sido presentados repetidamente en forma narrativa, y pueden encontrarse en los testimonios presentados en libros y publicaciones periódicas (especialmente en Spread the Fire, la revista de TACF sobre la renovación). La evidencia anecdótica (quizás mucho menos tediosa de leer y compartir) sobre la bendición del Padre está en armonía con las estadísticas presentadas aquí.
Como dice de manera concisa Warren Marcus, productor de la película Go Inside the Toronto Blessing en su narración introductoria: “Todo se trata del amor”. La bendición del Padre es acerca del amor de Dios por sus hijos y la restauración de ellos. Es el amor de Dios el que sana y da el poder a los que han sido bendecidos para salir a bendecir a los demás.
Epílogo:
El Futuro del avivamiento
David Hilborn, Consejero Teológico de la Alianza Evangélica del Reino Unido, y Coordinador de la Comisión de la Alianza para la Unidad y la Verdad entre los Evangélicos (ACUTE), ha producido recientemente una colección editada de artículos sobre la “Bendición de Toronto”, titulada ‘Toronto’ en Perspectiva (ACUTE:2001). Uno de los que contribuyeron, Martin Davie (p. 42), hizo la siguiente observación, que me gustaría considerar en esta sección final. Davie hace la siguiente pregunta: “¿Cuáles han sido los resultados de la Bendición?”, y responde a la pregunta como sigue:
Aparte de la investigación sociológica actual de Margaret Poloma, un ejemplo muy reciente de la cual se incluye más adelante en el libro, parece haberse hecho muy poco trabajo académico sobre el impacto a largo plazo de TTB [The Toronto Blessing] en los más o menos siete años transcurridos desde que surgió por primera vez. En ausencia de esta investigación, es imposible ser más que tentativo sobre lo que ha sido su efecto más profundo. Sin embargo, la evidencia anecdótica indica que la experiencia de Toronto fue un momento crucial en las vidas de muchos individuos y muchas comunidades cristianas alrededor del mundo, dando como resultado un caminar más cerca de Dios, mayor celo y actividad evangelísticos, y la fundación de nuevas iglesias y misiones. Lo que no ha resultado, sin embargo, ha sido la ola de avivamiento que muchos esperaban en 1994 y en 1995. Tanto la iglesia en general como el mundo fuera de la iglesia han permanecido mayormente sin ser afectados por la Bendición y la declinación de la Iglesia Occidental continúa como antes.
Hay pocas dudas de que la vasta mayoría de los respondientes a la encuesta experimentaron el amor y el poder de Dios de manera dramática en TACF. El noventa y cuatro por ciento (94%) de los respondientes de 1997 concordaron o estuvieron vigorosamente de acuerdo con la declaración: “En este momento, me siento más seguro que nunca de que mis experiencias con Dios son reales”. Sólo el 6 por ciento estuvo de acuerdo o no expresó ninguna opinión sobre lo siguiente: “La renovación parece haber pasado por mi lado sin haberme tocado nunca en realidad”. La gran mayoría continuó segura, dos años después de la encuesta original, de que el avivamiento en TACF había tenido un impacto definido y duradero en sus vidas. Al mismo tiempo, las respuestas de 1997 a otros indicadores revelan alguna ambivalencia sobre el estado del avivamiento en ese momento.
La mayoría de los que respondieron a la encuesta de seguimiento todavía “nadaban en el río” (para usar una popular metáfora de la renovación) en 1997, pero sospecho que muchos de ellos han escalado las orillas. Ya en el tiempo de la segunda encuesta, los respondientes estaban divididos acerca de la situación del avivamiento. El cincuenta y seis por ciento (56%) de los respondientes discreparon con la afirmación de que el “poder (de la renovación) parece más débil de lo que una vez fue”, pero el 44 por ciento o estuvieron de acuerdo o no expresaron ninguna opinión sobre si el nivel del río estaba bajando o no.
Los respondientes estaban divididos casi en partes iguales en cuanto a si la renovación “había impactado la iglesia mayor” en su país, habiendo respondido afirmativamente el 51 por ciento y no opinando o respondiendo negativamente el 49 por ciento. También están divididos casi en partes iguales sobre el papel que han jugado los críticos en la alteración del curso del avivamiento. El cuarenta y cinco por ciento (45%) expresó la opinión de que “los críticos han jugado un papel significativo en evitar que se extendiese la renovación”, mientras que el 55 por ciento no estuvo de acuerdo o no opinó.
Sin embargo, al momento de la encuesta de 1997, pocos estuvieron dispuestos a aceptar que el río se había secado. Sólo una pequeña minoría de respondientes (9%) estuvo de acuerdo en que la temporada de renovación “parece haber casi terminado” (el 10 por ciento “no opinó”). La gran mayoría (82%) profesó una esperanza sin reservas de que lo mejor todavía estaba por venir. Era claro que esperaban otra oleada de avivamiento. Aunque no tengo data de encuestas para apoyar la afirmación de que la renovación de TACF ha entrado en la nueva fase prometida por los profetas del movimiento o reflejada en las optimistas respuestas a la encuesta, al escribir este Epílogo en 2002, sí veo señales de un mayor movimiento de capacitación – particularmente en el uso de los dones de profecía y sanidad.
Debo confesar que, si yo hubiese votado en el momento de la encuesta original, lo habría hecho a favor de la pequeña minoría de respondientes que pensaban que la renovación había “terminado” (aunque yo lo habría hecho con algún temor y temblor). Mi posición se habría alineado con otra minoría en la encuesta (37%), que temía “descarriarse y perderse lo mejor de Dios”. Quizás es esta preocupación por “lo mejor de Dios” lo que impidió que los dirigentes de TACF (en particular John y Carol Arnott) sucumbieran al escepticismo y a la crítica externas, prefiriendo más bien mantener los ojos en el mensaje central de amor. Es un mensaje que continúa en intensidad y en enfoque.
Como socióloga que examinó los hallazgos de la investigación de 1997, yo estaba convencida (y todavía lo estoy), más allá de toda duda, de que la renovación/el avivamiento ha tocado quizás a millones de personas. También estaba convencida (y todavía lo estoy) de que el avivamiento apenas ha tocado los sectores no carismáticos/pentecostales del cristianismo, mucho menos al mundo moderno no cristiano. Aunque los fuegos del avivamiento pueden estar ardiendo en África, Asía, y Sur América, como Davie ha observado en la cita de más arriba, “tanto la iglesia en general como el mundo fuera de la iglesia han permanecido mayormente sin ser afectados por la Bendición, y la declinación de la Iglesia Occidental continúa como antes”. Desde 1997, he oído más afirmaciones de que el avivamiento “ha terminado”, al haber regresado a sus vidas “normales” los anteriores peregrinos (por lo menos en América del Norte y Europa occidental). Pero también he visto esfuerzos creativos para llevar la Bendición a los que están fuera del ghetto del avivamiento. Por esta razón, la presente evaluación es algo mixta.
Desde enero de 1994, TACF ha continuado proporcionando un lugar y el espacio para que ardan los fuegos de la renovación. Durante la conferencia a la que asistí recientemente, parecía que poco había cambiado, y que mucho había cambiado. El poder y la presencia de Dios, de alguna manera, eran aún más evidentes para mí que ocho años antes. Pero, como sucedió con todas las conferencias de renovación a las que he asistido en los últimos años, vi pocos rostros familiares de los años pasados. ¿Es posible que los cristianos occidentales estén tan afectados por nuestra superestimulada cultura mayor que aun aquellos de nosotros que han probado la renovación pueden adoptar una posición de “estuve allí, hice aquello”?
Sin embargo, fue una sorpresa agradable, pero inesperada, ver que aproximadamente un tercio de los que se reunieron en TACF para conferencia El Padre Os Ama en 2002 eran visitantes por primera vez, una estadística aproximada que refleja los recién llegados en otras conferencias mensuales. Las reuniones cada noche y las conferencias mensuales, con sus testimonios del amor del Padre, continúan en el momento en que esto se escribe sin ninguna señal de disminuir. El oír hablar de iglesias (incluyendo una en mi propio pueblo natal) atraídas sólo recientemente al río del avivamiento también me hace ser cauteloso de escribir una prematura esquela de defunción para la renovación de TACF.
Parece que Dios todavía está haciendo el mismo trabajo en TACF que el que hacía cuando el avivamiento irrumpió por primera vez, el 20 de enero de 1994, en la pequeña iglesia que entonces se reunía en un anodino centro comercial justo fuera de la pista del aeropuerto. Estoy convencida de que los hallazgos de la encuesta de la década de 1990 se reproducirían nuevamente hoy día con un grupo diferente de peregrinos.
Por lo que concierne a los buscan frutos que van más allá de la espiritualidad individual, yo diría (paradójicamente, y mezclando metáforas) que muchos que todavía están en el río han echado raíces profundas en ministerios e iglesias que prosperan calladamente. Otros que han salido del río escalando las orillas refrescados por el Espíritu también están ministrando y alcanzando a otros calladamente. He considerado algunos de los “frutos institucionales” (incluyendo los Socios en la Cosecha de TACF) en el artículo que escribí para colección editada de David Hilborn mencionado al principio de este Epílogo para indicar que el vino nuevo se está fermentando calladamente en odres nuevos.
De la misma manera que los primeros comentaristas sobre el avivamiento de la calle de Azusa (que dio a luz al moderno pentecostalismo) difícilmente habrían visto los números (un estimado uno de cada cuatro cristianos) de los que serían atraídos al cristianismo lleno del Espíritu a principios del siglo 21), probablemente es demasiado temprano para evaluar el impacto del avivamiento de TACF. Mi evaluación preliminar indica que la renovación actual ha sido un catalizador primordial en la revitalización del enfoque pentecostal carismático al cristianismo reviviendo lo viejo y llevando lo joven a la capacitación para una vida llena del Espíritu.
Lo que se me ha hecho aún más claro al revisar el viejo manuscrito y considerar la data de las encuestas es que la Comunidad Cristiana del Aeropuerto de Toronto tiene un ministerio y un mensaje que ha cambiado vidas y ministerios. El simple mensaje del amor del Padre es revolucionario una vez que se arraiga en el corazón humano. Enfocarse en el amor del Padre revelado por medio de su Hijo unigénito a través del poder del Espíritu Santo es la única manera en que podemos ser capacitados para vivir el Gran Mandamiento. Sin el Gran Mandamiento de amor, no puede haber cumplimiento efectivo de la Gran Comisión del evangelismo. Tanto la data de las encuestas sobre los individuos como las observaciones de frutos institucionales producidos por medio de individuos capacitados indican que tanto el Gran Mandamiento como la Gran Comisión están siendo vividos mejor por los que se han enriquecido con la Bendición del Padre.
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