LA BATALLA RELIGIOSA
(La lucha por la cobertura)
Señores tremenda lucha
que tienen las religiones,
donde cada una busca
ser líder de las naciones.
Se tiran unas con otras,
se acusan mutuamente;
viven diciéndose cosas,
grande lucha es evidente.
Soy la única verdadera,
heredera del apostolado;
por eso recorro la tierra,
en busca de más hermanos.
Dicen predicar amor,
y no dejan las contiendas;
"cada una es sin error",
se creen de Cristo la perla.
Tenemos miles de ellas,
"verdadera una sola";
eso dicen en contiendas,
-yo soy esa gran señora.
Cual hermanos de Corinto
Cada cual para su lado
así dividen a Cristo,
en su errado apostolado.
En ves de tener cobertura
de la fe solo al Maestro,
en divisiones censuran,
cada uno en su empeño.
Fabrican tremendo muro
de división entre hermanos,
pero se sienten seguros,
se dicen todos cristianos.
En ves de predicar a Cristo,
predican su religión;
cambiando así al Infinito,
nos ponen otro patrón.
Hacen ellos mercadería
con todos sus feligreses,
pidiendo de noche y día
diezmo y ofrendas con creces.
Pocos de gratis predican,
nadie imita ya a Pablo;
si no hay dinero no agitan
su bandera de enviado.
Separan su congregación
del resto de la iglesia,
cada cual con su patrón,
el solo salvo se piensa.
Arrepiéntete, mi hermano,
metete a mi religión,
Si no serás condenado
por no escuchar mi voz.
Con este evangelio de miedo
consiguen miles de gente,
y nos cansan con su asedio,
se creen todos simiente.
La Biblia solo presenta
una fe, una iglesia,
pero ellos te inventan,
un cuerpo de muchas cabezas.
Dicen que no hay errores
en todas tus doctrinas,
indiferente ante el pobre,
dicen que en la fe caminan.
Por llevar toda ofrenda
a siervos asalariados,
al débil le falta su cena,
no tiene ni un centavo.
A veces le sobran diez pesos
para el huérfano o la viuda,
porque todos sus ingresos
cargan para ellos cual mula.
Y mientras, siguen predicando:
soy testigo, soy metodista,
evangélico, luterano,
musulmán o hinduista.
Todos estos nombres vanos
son tus pobres mediadores,
que llevas a tus hermanos
para darles mas prisiones.
No te pasa por la mente
la iglesia atribulada,
cosa que a la simiente
le fue ya profetizada.
Ni ves la comodidad
de todas estas rameras,
muestra de su falsedad,
su división que da pena.
En Mateo veinte y cuatro
y Apocalipsis doce,
podemos ver el retrato
que el fiel cristiano conoce.
Una iglesia atribulada
y perseguida sin tregua
hasta el final vituperada
dispersada por la tierra.
No en riquezas, ni en alianzas
de clero unido al gobierno,
con lo cual se hizo matanza
en los tiempos de Lutero.
Pero solo las ovejas
oyen esta gran verdad,
los demás solo se quejan,
defendiendo falsedad.
Y hacen oposición
si su negocio amenazas,
pues les quitas su chupón
si le tumbas tú la mascara.
Son ellos los falsos profetas
que Cristo profetizo,
poder y dinero es su meta
y no escucharan tu voz.
Los veo y me siento tranquilo,
nunca turbarán mi alma
porque sé que al escogido
nada puede hacer que caiga.
Del libro SALIDA DE ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino ([email protected])
(La lucha por la cobertura)
Señores tremenda lucha
que tienen las religiones,
donde cada una busca
ser líder de las naciones.
Se tiran unas con otras,
se acusan mutuamente;
viven diciéndose cosas,
grande lucha es evidente.
Soy la única verdadera,
heredera del apostolado;
por eso recorro la tierra,
en busca de más hermanos.
Dicen predicar amor,
y no dejan las contiendas;
"cada una es sin error",
se creen de Cristo la perla.
Tenemos miles de ellas,
"verdadera una sola";
eso dicen en contiendas,
-yo soy esa gran señora.
Cual hermanos de Corinto
Cada cual para su lado
así dividen a Cristo,
en su errado apostolado.
En ves de tener cobertura
de la fe solo al Maestro,
en divisiones censuran,
cada uno en su empeño.
Fabrican tremendo muro
de división entre hermanos,
pero se sienten seguros,
se dicen todos cristianos.
En ves de predicar a Cristo,
predican su religión;
cambiando así al Infinito,
nos ponen otro patrón.
Hacen ellos mercadería
con todos sus feligreses,
pidiendo de noche y día
diezmo y ofrendas con creces.
Pocos de gratis predican,
nadie imita ya a Pablo;
si no hay dinero no agitan
su bandera de enviado.
Separan su congregación
del resto de la iglesia,
cada cual con su patrón,
el solo salvo se piensa.
Arrepiéntete, mi hermano,
metete a mi religión,
Si no serás condenado
por no escuchar mi voz.
Con este evangelio de miedo
consiguen miles de gente,
y nos cansan con su asedio,
se creen todos simiente.
La Biblia solo presenta
una fe, una iglesia,
pero ellos te inventan,
un cuerpo de muchas cabezas.
Dicen que no hay errores
en todas tus doctrinas,
indiferente ante el pobre,
dicen que en la fe caminan.
Por llevar toda ofrenda
a siervos asalariados,
al débil le falta su cena,
no tiene ni un centavo.
A veces le sobran diez pesos
para el huérfano o la viuda,
porque todos sus ingresos
cargan para ellos cual mula.
Y mientras, siguen predicando:
soy testigo, soy metodista,
evangélico, luterano,
musulmán o hinduista.
Todos estos nombres vanos
son tus pobres mediadores,
que llevas a tus hermanos
para darles mas prisiones.
No te pasa por la mente
la iglesia atribulada,
cosa que a la simiente
le fue ya profetizada.
Ni ves la comodidad
de todas estas rameras,
muestra de su falsedad,
su división que da pena.
En Mateo veinte y cuatro
y Apocalipsis doce,
podemos ver el retrato
que el fiel cristiano conoce.
Una iglesia atribulada
y perseguida sin tregua
hasta el final vituperada
dispersada por la tierra.
No en riquezas, ni en alianzas
de clero unido al gobierno,
con lo cual se hizo matanza
en los tiempos de Lutero.
Pero solo las ovejas
oyen esta gran verdad,
los demás solo se quejan,
defendiendo falsedad.
Y hacen oposición
si su negocio amenazas,
pues les quitas su chupón
si le tumbas tú la mascara.
Son ellos los falsos profetas
que Cristo profetizo,
poder y dinero es su meta
y no escucharan tu voz.
Los veo y me siento tranquilo,
nunca turbarán mi alma
porque sé que al escogido
nada puede hacer que caiga.
Del libro SALIDA DE ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino ([email protected])