LA BATALLA RELIGIOSA

21 Julio 2001
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LA BATALLA RELIGIOSA
(La lucha por la cobertura)


Señores tremenda lucha
que tienen las religiones,
donde cada una busca
ser líder de las naciones.

Se tiran unas con otras,
se acusan mutuamente;
viven diciéndose cosas,
grande lucha es evidente.

Soy la única verdadera,
heredera del apostolado;
por eso recorro la tierra,
en busca de más hermanos.

Dicen predicar amor,
y no dejan las contiendas;
"cada una es sin error",
se creen de Cristo la perla.

Tenemos miles de ellas,
"verdadera una sola";
eso dicen en contiendas,
-yo soy esa gran señora.

Cual hermanos de Corinto
Cada cual para su lado
así dividen a Cristo,
en su errado apostolado.

En ves de tener cobertura
de la fe solo al Maestro,
en divisiones censuran,
cada uno en su empeño.

Fabrican tremendo muro
de división entre hermanos,
pero se sienten seguros,
se dicen todos cristianos.

En ves de predicar a Cristo,
predican su religión;
cambiando así al Infinito,
nos ponen otro patrón.

Hacen ellos mercadería
con todos sus feligreses,
pidiendo de noche y día
diezmo y ofrendas con creces.

Pocos de gratis predican,
nadie imita ya a Pablo;
si no hay dinero no agitan
su bandera de enviado.

Separan su congregación
del resto de la iglesia,
cada cual con su patrón,
el solo salvo se piensa.

Arrepiéntete, mi hermano,
metete a mi religión,
Si no serás condenado
por no escuchar mi voz.

Con este evangelio de miedo
consiguen miles de gente,
y nos cansan con su asedio,
se creen todos simiente.

La Biblia solo presenta
una fe, una iglesia,
pero ellos te inventan,
un cuerpo de muchas cabezas.

Dicen que no hay errores
en todas tus doctrinas,
indiferente ante el pobre,
dicen que en la fe caminan.

Por llevar toda ofrenda
a siervos asalariados,
al débil le falta su cena,
no tiene ni un centavo.

A veces le sobran diez pesos
para el huérfano o la viuda,
porque todos sus ingresos
cargan para ellos cual mula.

Y mientras, siguen predicando:
soy testigo, soy metodista,
evangélico, luterano,
musulmán o hinduista.

Todos estos nombres vanos
son tus pobres mediadores,
que llevas a tus hermanos
para darles mas prisiones.

No te pasa por la mente
la iglesia atribulada,
cosa que a la simiente
le fue ya profetizada.

Ni ves la comodidad
de todas estas rameras,
muestra de su falsedad,
su división que da pena.

En Mateo veinte y cuatro
y Apocalipsis doce,
podemos ver el retrato
que el fiel cristiano conoce.

Una iglesia atribulada
y perseguida sin tregua
hasta el final vituperada
dispersada por la tierra.

No en riquezas, ni en alianzas
de clero unido al gobierno,
con lo cual se hizo matanza
en los tiempos de Lutero.

Pero solo las ovejas
oyen esta gran verdad,
los demás solo se quejan,
defendiendo falsedad.

Y hacen oposición
si su negocio amenazas,
pues les quitas su chupón
si le tumbas tú la mascara.

Son ellos los falsos profetas
que Cristo profetizo,
poder y dinero es su meta
y no escucharan tu voz.

Los veo y me siento tranquilo,
nunca turbarán mi alma
porque sé que al escogido
nada puede hacer que caiga.


Del libro SALIDA DE ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino ([email protected])
 
saludos a todos

saludos a todos

yo pienso que efectivamente esa es nuestra batalla, dar a conocer a la gente la verdad, lo que JESUS quizo que hicieramos,
JESUSCRISTO no fundo ninguna religion, sino que vino ha enseñar un modo de vida. cambiar nuestra conducta, nuestros actos, ha creer en el, creer en su palabra, el vivir en CRISTO no es una religion, sino un modo de vida, un modo diferente de pensar, de actuar con los demas.
tambien debemos de ser una iglesia activa, no dormida, donde no hay que preocuparnos por nosotros nada mas, sino por nuestros projimos.

que la gracia del SEÑOR JESUCRISTO sea con todos nosotros.
 
LOS ADORADORES
(DECIMA)

Desde tiempo muy antiguo
señores podemos notar,
que el hombre ama estar
siempre en algún grupito,
para no estar solito.
Casi desde la gran creación
empezó esta confusión;
inventando religiones,
unos que otros patrones,
sistemas de adoración.

Gentes erradas de visión
desviaron la humanidad,
idolatrando su deidad.
Adorando a su dios Sol,
al Nilo, a Zeus, a Tor,
la luna y las estrellas;
sacrificaban doncellas,
niños, vidas de animales;
hincados hacia los baales,
sentados en comederas.

Cada pueblo adoraba
varias decenas de dioses,
estatuas de varias poses;
a estos palos clamaban,
cantaban y les danzaban;
cortaban su propio cuerpo
en sacrifico a los muertos.
Entre lamentos y risas
la gente se daba prisa
en adorar lo imperfecto.

Creían en muchas fábulas,
cuentos y supersticiones,
que tenían de patrones
para salir de las malas;
alguna otra cábala
que les traiga buena suerte,
conjuros para la muerte,
ensalmos y brujerías,
y muchas supercherías
siempre tenían pendiente.

Estudiaban las estrellas,
practicaron astrología,
la magia, numerología,
su diosa de la belleza;
y otras tantas sutilezas,
para así poder curar,
los males, y para ganar
amores, algún tesoro,
avasallar algún bobo
que se dejara engañar.

Nuestro bondadoso Señor
miraba con mucha pena
la división de la tierra,
el olvido de su amor,
alejados de su Creador.
Los hombres se dividieron,
a muertos ellos temieron;
al yeso se arrodillaron,
a los astros adoraron,
en su pecado siguieron.

Con el tiempo cada nación
creaba más religiones,
haciendo al hombre pobre
en su errada devoción;
llenáronse de confusión
con tantas normas y mitos,
Rechazaron al Bendito
con religiones paganas,
y por crear más se afanan
algunos más hermanitos.


Hoy son ya varios millares
los grupitos religiosos;
de sus normas muy celosos,
se creen libres de males
y solo su verdad vale,
ven falsas todas las otras;
“se creen perlas de ostras”,
oscurecen a las demás,
se afanan en predicar
muchas doctrinas tediosas.

La Biblia enseña muy claro
que Dios no quiere división.
El solo quiere el amor
para cada ser humano;
que todos se den la mano
y compartan todos juntos,
así ganarán su punto
para vida en el cielo;
pero si siguen de ciegos,
entonces serán difuntos.

Jesús, único camino,
solo El salva, hermano.
Él puede y quiere darnos
la felicidad, amigo,
ser nuestro pan y abrigo,
librarnos de toda maldad;
traerte para siempre paz
a tu alma atribulada,
porque la vida se acaba
para toda humanidad.

Así dijo el apóstol
a la gente de Corinto.
Ellos dividían a Cristo,
desviaban a los indoctos,
tratando temas morbosos,
idolatrando al humano,
seguían un camino vano.
Así Corinto dividía
su indocta feligresía,
confundiendo al cristiano.

No fueron Pedro ni María,
Santiago, tampoco Pablo,
quienes fueron al calvario
a sufrir la gran agonía;
allí el buen Maestro moría
para salvarte mi hermano.
su sangre te ha curado,
el te libra del cazador;
es el único mediador
entre tú y el Soberano.

Con El no habrá división,
ni razas, pueblos o lenguas.
La paz será cuando venga,
a todos dará el perdón,
la gracia y el galardón
que Él nos dio en promesa.
Todo será gran belleza
inmensa y exuberante,
más bello todo que antes,
y una sin igual pureza.

Yo te aconsejo amigo
Cuida de tu manantial;
busca la fraternidad,
encamina los perdidos;
dales su pan y abrigo,
no los dejes tan aparte,
Pues Jesús es el baluarte
de todo hombre sincero,
que espera con anhelo
que Cristo salvo lo guarde.

Lo que acaba de leer el lector es un pequeño fragmento del libro SALID DE ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino.
Visualice pronto su versión completa en Internet.
[email protected]
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