LA ALEGRIA DE SER ABUELOS

11 Diciembre 2007
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Siempre que escribo suelo recibir mensajes de amigos de diferentes países, comentándome su visión sobre los temas que trato en mis trabajos, que por supuesto me producen una gran satisfacción.
Así las cosas, quiero citar con verdadera alegría, el mensaje recibido hoy que me parece un pequeño tesoro y que viene a responder en cierto modo al articulo que publiqué recientemente titulado: “Y Dios creó... a los abuelos”.

Es el caso de Daniel y Esperanza. Dos psicólogos argentinos especializados en psicología infantil y gerontología, que llevan varios años de jubilados y que me envían un mensaje con el que desean compartir la felicidad que han experimentado por el hecho de ser abuelos primerizos desde hace tres meses.
La alegría ha llenado su hogar al recibir la bendición de Dios enviándoles ese nieto y así se lo están agradeciendo continuamente.

Para ellos a pesar de su avanzada edad su nieto Aitor, es un nuevo punto de apoyo para su vida. Es iniciar de nuevo su capacidad amar que Dios les regala para depositarla en sus descendientes, además de rejuvenecerles sus cansados espíritus para llenarlos de nuevo de sueños y de ilusiones.

Como profesionales, Daniel y Esperanza, no conscientes de la gran ventaja que para los niños supone la figura de los abuelos, pues es esencial para transmitirles sus raíces familiares desde los primeros años de vida, cuidándolos y siendo sus compañeros de juegos. Incluso ante un hipotético caso de separación o fallecimiento de alguno de sus padres, ayudando a la estabilidad emocional del niño.

No obstante entienden que ellos, nunca deben desarrollar el papel de padres sustitutos y de este modo evitar los pequeños conflictos familiares que se pueden derivar entre padres y abuelos por las diferencias entre estilos de crianza y educación del niño.

Así mismo, también son conscientes de que el exceso de dedicación que adquieren los abuelos, es una tarea que en ocasiones puede pasarles factura su organismo, por la responsabilidad a que son sometidos y que les puede derivar a situaciones de estrés y de ansiedad con empeoramiento de su salud física y mental.

Por lo tanto entienden que es fundamental que los mayores no abandonen sus tareas esenciales para su vida, como bien pudiera ser disponer de tiempo libre para dedicarlo a sus pequeños ratos de ocio que para un matrimonio son esenciales. Todo ello naturalmente sin menosprecio al cariño casi devocional que deben hacía sus hijos y nietos y por supuesto a ese Dios que les ha bendecido enviándoles el nieto.

Por todo ello he sentido una alegría profunda al compartir con Daniel y Esperanza, abuelos primerizos, su mensaje y la felicidad que han experimentado por la llegada de su primer nieto.

Y debo decirles que a fin de cuentas, Dios siempre es Vida y por tanto nuestra vida es hermosa para seguir viviéndola con amor y con esperanza, contemplando al mismo tiempo con entusiasmo, el gran regalo que el Cielo lesha enviado a mis amigos Daniel y Esperanza con la llegada del nieto.

No sé, pero me parece a mí, que cuando algunos amigos me escriben diciéndome que mis historias les llevan una ración de esperanza, yo me pregunto si estos amigos estarán tan sordos o miopes como para no percibir que tienen con total seguridad en el mundo, infinitas más razones para sentir la fe, que las que yo pudiera darles en estas sencillas líneas, aunque vengan envueltas en hechos reales o en reflexiones profundas.