Antes de compartir mi contribucion al epigrafe, me gustaria que meditemos en las palabras del Apostol Pablo a su discipulo Timoteo:
"Porque algunos, desviándose de estas cosas, se desviaron a discusiones inútiles,"1 Timoteo 1:6
Digo lo anterior a modo de comentario. O sea, aun cuando todos estos intercambios en temas mas o menos oscuros para nosotros (debido a la antiguedad y la diferencias historico-cultural), dichos pasajes no tienen nada que ver con el mensaje principal del Evangelio de Cristo Jesus y su mensaje de gracia redentora para nosostros que profesamos fe en El.
Por una parte, no podemos olvidar que estamos en presencia de una carta del Apostol a una o varias congregaciones de los santos durante la era apostolica. Aun cuando sin lugar a dudas estas epistulas son inspiradas por Dios, son parte e incluyen dispositivos literarios de uso y conocimiento comun.
Por otra parte, la cita en cuestion no esta elaborando en un punto doctrinal sino usando una anecdota y leyenda de manera alegorica para establecer un punto; en este caso la necesidad de contender por la fe diestramente pero sin pecar (v.3). Contender, en especifico, contra los maestros y creyentes falsos y de su influencia dentro del pueblo de Dios, de sus doctrinas corruptas y su desdichado futuro a manos de Dios. El Apostol toma una tangente (el relato del arcangel Miguel) y les recuerda que aun cuando el Arcangel combatio con satanas, el no lo maldijo, sino que lo dejo en manos de Dios. Les advierte que todos seran destruidos (vea v.10-11).
Es evidente, por la manera en que escribe San Judas, que supone que el hecho al que se refiere era familiar para sus lectores. Sin embargo, no se encuentra ninguna tradición que corresponda exactamente con esta afirmación en ningún libro rabínico o apócrifo que exista en la actualidad, ni siquiera en el Libro de Enoc, del que se ha basado tanto en otros casos (Judas 1:6; Judas 1:14). De hecho, Ecumenio, escribiendo en el siglo X, informa de una tradición según la cual Miguel fue designado para ministrar en el entierro de Moisés, y que el diablo insistió en que su asesinato del egipcio (Éxodo 2:12) lo había privado del derecho de sepultura, y Orígenes (de Princ. iii. 2) afirma que el registro de la disputa se encontró en un libro apócrifo perdido conocido como la Asunción de Moisés, pero en ambos casos es posible que las tradiciones hayan surgido de las palabras de San Judas en lugar de ser el fundamento sobre el que se apoyaban. Las leyendas rabínicas, sin embargo, aunque no proporcionan el hecho preciso al que se refiere San Judas, muestran que todo un ciclo de extrañas historias fantásticas se habían reunido en torno al breve y misterioso informe de la muerte de Moisés en Deuteronomio 34:5-6, y valdrá la pena dar algunas de ellas para mostrar su carácter general.
Así, en el Targum, o Paráfrasis, de Jonatán sobre el Deuteronomio se afirma que la tumba de Moisés fue entregada a la custodia especial del Arcángel Miguel. En el Debarim Rabba, es decir, el Midrash sobre el Deuteronomio (fol. 263), se relata que Sammael, el príncipe de los Ángeles Malvados, estaba impaciente por la muerte de Moisés. "Y dijo: '¿Cuándo llegará el momento ansiado cuando Miguel llorará y yo reiré?' Y por fin llegó el momento en que Miguel le dijo a Sammael: "¡Ah! ¡Maldito! ¿Lloraré yo, mientras tú ríes?’ y respondió con las palabras de Miqueas: ‘No te alegres de mí, enemiga mía; aunque caiga, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz" (Miqueas 7:8).
Saludos