Jetonius y los Padres

USOZ

2
16 Julio 2000
230
0
¡Hola a todos!



En el siguiente link, Jetonius inició una serie de aportaciones bajo el común título de MATEO 16:18 EN LOS PADRES DE LA IGLESIA:



http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?threadid=10994&perpage=15&pagenumber=12



De momento, van siete. Y la reacción no ha podido ser más entusiasta. Tobi guardó la “aportación” en su disco duro, y, tras agradecérsela, le dio “un abrazo en Cristo” a Jetonius. Maripaz, al parecer, saltó de alegría, “entusiasmada”, y calificó el trabajo de “excelente…, como siempre”. No menor fue la dicha de Toni, que calificó de “impresionante” el “aporte” de Fernando y se hizo una pregunta: “¿Y ahora qué diran?”. Conociendo a Toni, no es aventurado suponer que se refiere a los católicos... ;) En cualquier caso, su admiración por el trabajo de Jetonius le ha llevado a “refrescar” una y otra vez la página.



Y yo no salgo de mi asombro...



¿Acaso se nos van a convertir Tobi, Maripaz y Toni al catolicismo o, al menos, a la Ortodoxia?



Porque si no es así, no entiendo su entusiasmo...



Veamos... (ya oigo los gritos de enfado... ) Dejadme que me explique...



No es mi propósito valorar ahora si Jetonius entiende o no lo que la Iglesia Católica afirma al hablar del consenso unánime de los Padres, ni la extensión que hace del término de Padres de la Iglesia a cualesquiera escritores de los primeros siglos... tampoco exponer el juicio que me merece la exhaustividad de su búsqueda de pasajes. Los más antiguos del lugar sabéis que me he jactado de ser el forista que más libros suyos tiene en su biblioteca y que no me he guardado de aconsejar a los demás la lectura de alguno... Es más, me habría gustado contar con su amistad, pero Jetonius la rechazó…



Lo que pretendo es, basándome exclusivamente en los textos que Jetonius seleccionó, ofrecer un panorama de lo que eran algunos de los aspectos del cristianismo de los primeros siglos, y me gustaría que os preguntarais si éste se parece más al cristianismo evangélico que profesáis o al catolicismo o a la ortodoxia... Insisto: me limito a los textos aportados por Jetonius. Gracias por vuestra atención,



USOZ



><>



I. El primado de Pedro.



a) Tertuliano de Cartago (c. 160-220 d. C.)



“Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro ? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia ; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo ; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...” Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99).



b) Orígenes de Alejandría (c. 185 - c. 254 d. C.)



“La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él. Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...” Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456).



c) Cipriano de Cartago (c. 200 - 258 d. C.)



“El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia ; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno . Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una ; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6)” Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672).



d) Pablo de Constantinopla (= Pablo de Emesa, m. 350 d. C.)



“Sobre esta fe la Iglesia de Dios ha sido fundada. Con esta expectativa, sobre esta roca el Señor Dios colocó los fundamentos de la Iglesia. Cuando, entonces, el Señor estaba yendo a Jerusalén, les preguntó a los discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Los apóstoles dicen: «Algunos que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas». Y Él dice, pero vosotros, esto es, mis elegidos, vosotros que me habéis seguido por tres años, y han visto mi poder, y milagros, y presenciaron caminando sobre el mar, quienes han compartido mi mesa, «¿Quién decís que soy?» Instantáneamente, el Corifeo de los apóstoles, la boca de los discípulos, Pedro , «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente»” Homilía sobre la Natividad.



e) Basilio el Grande (330-379 d. C.)



“Y la casa de Dios, ubicada en los picos de las montañas, es la Iglesia según la opinión del Apóstol. Pues él dice que uno debe saber «cómo comportarse en la casa de Dios». Ahora, los fundamentos de esta Iglesia están sobre las montañas sagradas, ya que está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Una de estas montañas era ciertamente Pedro, sobre la cual roca el Señor prometió construir su Iglesia . Verdaderamente por cierto y por el mayor derecho son las almas sublimes y elevadas, almas que se elevan sobre las cosas terrenales, llamadas «montañas». El alma del bendito Pedro fue llamada una alta roca porque él tenía un fuerte asidero en la fe y soportó constante y valientemente los golpes inflingidos por las tentaciones. Todos, por tanto, quienes han adquirido un entendimiento de la divinidad – por causa de la amplitud de la mente y de aquellas acciones que proceden de ella- son los picos de las montañas, y sobre ellos se edifica la casa de Dios” Comentario sobre el Profeta Isaías, 2:66 (PG 30:233).



f) Jerónimo (342-420 d. C)



“Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador , al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio” Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18).



“Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia , ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?” Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55).



“Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado...” Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366).



g) Nilo de Ancira (m. hacia 430 d. C.)



“Si, más aún, se significa un hombre del Señor, el primero en ser comparado con el oro sería Cefas, cuyo nombre es, interpretado, «roca» . Este es el más alto de los Apóstoles, también llamado Cefas , quien proveyó en su confesión de fe el fundamento para la edificación de la Iglesia” Comentario sobre el Cantar de los Cantares (PG 87 [ii]: 1693).



h) Agustín de Hipona (354 – 430 d. C.)


“El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti… Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada , ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos” Sermón 26.



“Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca» ? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...” Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223).



i) León I Magno (440-461 d. C.)



“Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de la humanidad, instituyó la observancia de la religión divina, la cual Él quiso que por la gracia de Dios derramase su brillo sobre todas las naciones y todos los pueblos de tal forma que la Verdad, que antes estaba confinada al anuncio de la Ley y los Profetas, pudiese a través del sonido de trompeta de los Apóstoles salir para la salvación de todos los hombres, como está escrito: «Su sonido ha salido a cada tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo». Mas este sacramento misterioso el Señor deseó que fuese la ocupación de todos los Apóstoles, pero de tal forma que Él ha puesto el cargo principal en el bendito Pedro, jefe de todos los Apóstoles; y de él como de la Cabeza desea que sus dones fluyan a todo el cuerpo ; de modo que cualquiera que se atreve a separarse de la sólida roca de Pedro pueda entender que no tiene parte ni porción en el misterio divino. Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...” Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9).



“Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó. Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo. Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla” Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117).



“Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...” Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9).



j) Gregorio I Magno (c. 540 - 604)



“Pero ya que no es mi causa, sino la de Dios, ya que las leyes piadosas, ya que los santos sínodos, ya que los mismos mandamientos de nuestro Señor Jesucristo son trastornados por la invención de una cierta orgullosa y pomposa frase, que sea el piadosísimo Señor que corte el lugar de la llaga, y ate al paciente remiso en las cadenas de la augusta autoridad. Pues al ligar estas cosas ajustadamente alivias a la república; y, mientras cortas estas cosas, provees el alargamiento de tu reinado. Pues a todos los que conocen el Evangelio les es evidente que por la voz del Señor el cuidado de toda la Iglesia le fue confiado al santo Apóstol y Príncipe de todos los Apóstoles, Pedro. Pues a él se le dice, «Pedro, ¿me amas? Apacienta a mis ovejas». A él le es dicho, «He aquí, Satanás ha deseado zarandearos como trigo; y yo he orado por ti, Pedro, para que tu fe no falle. Y tú, cuando te hayas convertido, fortalece a tus hermanos». A él se le dice, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo; y lo que atares en la tierra será también atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo». Ved, él recibió las llaves del reino celestial, y le es dado poder para atar y desatar, le es confiado el cuidado y la principalidad de toda la Iglesia, y aún así él no es llamado el Apóstol universal; mientras que el santísimo hombre, mi compañero sacerdote Juan, intenta ser llamado obispo universal. Estoy forzado a gritar y decir ¡Oh tiempos, oh costumbres! Ved, todas las cosas en las regiones de Europa son entregadas al poder de los bárbaros, las ciudades son destruidas, los campos arrasados, las provincias despobladas, ningún labriego habita la tierra, los adoradores de ídolos prevalecen y dominan para la matanza de los fieles, y aun sí sacerdotes, quienes deberían ellos mismos yacer llorando sobre el piso y en cenizas, buscan para sí nombres de vanagloria, y se glorían en en nombres nuevos y profanos.¿Defiendo yo mi propia causa en este asunto, piadosísimo Señor? ¿Resiento que se me haya hecho mal a mí especialmente? No, la causa de Dios Omnipotente, la causa de la Iglesia universal. ¿Quién es éste que, contra las ordenanzas evangélicas, contra los decretos de los cánones, presume para usurpar para sí un nuevo nombre? Lo haría aquél si por él mismo fuese, si pudiera ser sin ninguna mengua de los demás – codicia ser universal. Y ciertamente sabemos que muchos sacerdotes de la Iglesia de Constantinopla han caído a la vorágine de la herejía ... Si entonces cualquiera de esa Iglesia toma para sí aquel nombre, por el cual se hace la cabeza de todos los buenos, se sigue que la Iglesia universal cae de su pedestal (lo cual no permita Dios) cuando aquel que es llamado universal cae. Pero lejos de los corazones cristianos esté aquel nombre de blasfemia, en el cual es quitado el honor de todos los sacerdotes, mientras se lo arroga locamente para sí uno (solo). Ciertamente, en honor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, le fue ofrecido por el venerable sínodo de Calcedonia al romano pontífice. Pero ninguno de ellos ha jamás consentido usar tal nombre de singularidad, no sea que, por algo que se le da peculiarmente a uno, los sacerdotes en general sean deprivados del honor que se les debe. ¿Cómo es que nosotros no buscamos la gloria de este título aun cuando es ofrecida, y otro pretende arrebatarlo para sí mismo aunque no se le ofrece?” Epístola XX a Mauricio César (NPNF 2 12:170-171).



II. El Obispo de Roma, sucesor de Pedro.



a) Jerónimo (342-420 d. C)



“Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio” Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18).



b) Agustín de Hipona (354 – 430 d. C.)



“Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos... ” Epístola a Generoso, LIII, 2 (NPNF2 12:298).



c) León I Magno (440-461 d. C.)



“Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo». La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó . Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo .Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla” Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117).



III. La constitución jerárquica de la Iglesia, con los obispos como sucesores de los Apóstoles y los sacerdotes como pastores.



a) Cipriano de Cartago (c. 200- 258 d. C.)



“Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes” Epístolas 26:1 (ANF 5:305)



“Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor” Epístolas 68:8 (ANF 5:374).



b) Agustín de Hipona (354 – 430 d. C.)



“Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...” Epístola a Generoso, LIII, 2 (NPNF2 12:298).



IV. Fuera de la Iglesia no hay salvación.



Jerónimo (342-420 d. C)



“Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio” Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:18).



V. La tradición apostólica.



[a] Cirilo de Alejandría (m. d. C. 444) [/b]



“Pero ¿por qué decimos que ellos son «fundamentos de la tierra»? Pues Cristo es el fundamento y la base inconmovible de todas las cosas ... Pero los siguientes fundamentos, aquéllos más cercanos a nosotros, puede entenderse que son los apóstoles y evangelistas, aquellos testigos oculares y ministros de la Palabra quienes se han levantado para el fortalecimiento de la fe. Pues cuando reconocemos que sus propias tradiciones deben ser seguidas, servimos a una fe que es verdadera y no se desvía de Cristo. Pues cuando [Pedro] sabia y osadamente confesó su fe a Jesús diciendo, «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente», Jesús le dijo al divino Pedro, «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia». Ahora, por la palabra «roca» Jesús indicó, creo, la inamovible fe del discípulo...” Comentario sobre Isaías IV,2 (PG 70:940).



b) León I Magno (440-461 d. C.)



“Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...” Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9).




VI. El bautismo que regenera.



Tertuliano de Cartago (c. 160-220 d. C.)



(Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...” Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99).



VII. La perpetua virginidad de María



Jerónimo (342-420 d. C)



“Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen” Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366).
 
Hola USOZ:

Bendiciones...

Dice en la primera parte de tu aporte sobre Tertuliano de Cartago:

«Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»

Me puedes buscar algúna Bíblia donde diga ese 'sobre TI edificaré mi iglesia'

Es que si empezamos con fundamentos falsos o erroneos, mal vamos....

Dejo a Jetonius los honores de contestar el resto de tu aporte, yo me quedo cual expectador en la tribuna tomando nota de todo lo que se dice (es lo verdaderamente positivo de todo esto, que aprendo y lo uso en la calle con todos los católicos que me encuentro, ese es el verdadero terreno ;) )
.....ah!! se me olvidaba, tengo todo mi derecho a calificar de impresionante el aporte de Jetonius, verdad? como tu puede hacer con el que quieras....

Shalom!!
 
Re: Jetonius y los Padres

Estimado Usoz:

Por el momento no tengo nada que agregar a las siete partes publicadas en su momento.

El único objeto de esa presentación es mostrar que simplemente no había consenso unánime sobre la interpretación de Mateo 16:18 con la cual, en el siglo XIX, se pretendió fundar el dogma de la primacía e infalibilidad del obispo de Roma. Y que, por otra parte, la opinión mayoritaria de los antiguos era contraria a dicha interpretación. Por lo tanto, que uno de los fundamentos en los que se basa la definición es mendaz y contrario a la historia. A mi entender, este es un hecho irrefutable.

En una nota más personal, siempre le he apreciado, por lo cual me entristece su observación de que "rechacé" su amistad. Al menos, no tengo presente haber hecho tal cosa.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Amigo USOZ
68 de los llamados padres de la iglesia afirman de una manera clara que la piedra es la fe en Cristo manifestada por Pedro. LUego Cristo es la Roca y no Pedro. Cosa, además, que el mismo Pedro lo confirma en su primera Carta.

En cuanto a esta frase:
¿Acaso se nos van a convertir Tobi, Maripaz y Toni al catolicismo o, al menos, a la Ortodoxia?

¿Que te hace suponer semejante cosa? ¿Que tiene que ver lo que representa el Vaticano con la cristiandad del primer milenio? Ten muy presente que lo que tu conoces como catolicismo nació en el año 1123 con el 1ºConcilio de Letran despues de la separación o cisma realizado por la Institución que se autotitula como católica cuando negó su catolicidad al provocar el cisma.
Tambien pareces ignorar que un papa negó la validez de todos y cada uno de los concilios ecuménicos mediante esta definición doctrinal:

Ningún Sínodo (concilio) puede ser llamado general (ecuménico) sin su autorización (La del papa, por supuestos) Dictatus papae, 16. de Gregorio VII
Ninguno de los Conclios o Sínodos Ecuménicos tiene este requisito puesto que ni uno solo de ellos fué convocado, presidido por un Papa de Roma ni por sus legados.

Así, dinos, ¿a que clase de catolicismo nos hemos de convertir? ¿Al que representaron los Concilios Ecuménicos o al que ahora lleva el nombre de católico sin serlo?
¿Nos podras despejar esta incognita?