Jesús es Dios en la carne

David79

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20 Julio 2023
18
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A menudo oigo —sobre todo de boca de quienes interpretan la Escritura basándose en los comentarios de algunos “críticos textuales” de nuestro tiempo— afirmar que solo el Evangelio de Juan proclama, sin ningún género de duda, la divinidad de Cristo. Y que esa es la gran diferencia de la llamada “escuela joánica” con respecto a los otros Evangelios (los sinópticos).

Algunos de estos afamados “críticos textuales” (Bart Ehrman, Antonio Piñero, James Tabor. . . etcétera) constituyen, a mi entender, la manifiesta constatación del por qué una persona, por muy sagaz, inteligente o cultivada que sea, no puede conocer la verdad inherente a la Escritura si carece de la necesaria guía del Espíritu Santo.

Por poner solo un ejemplo —pues hay muchos—, voy a citar un fragmento de “los libros del Nuevo Testamento” del sr. Piñero, en el cual este afirma lo siguiente, a propósito del Evangelio de Juan (pags. 1312 y1313 del libro; los fragmentos en negrita son cosa mía):

(...) Con todo, y tras este apunte general, cabe señalar algunos aspectos particularmente relevantes de la influencia de Juan en la historia del cristianismo:

La alta cristología de Juan resultó la piedra angular de la especulación trinitaria de los siglos posteriores y el establecimiento de la ortodoxia. Sin ella, habrían resultado imposibles los debates y las controversias cristológicas del siglo IV (atanasianos, arríanos, monofisitas, monoteletas, etc.).
(...)

Bueno. En mi opinión, es claro que el sr. Piñero ha pasado “de puntillas” por alguno de los sucesos más importantes de los otros Evangelios, no captando bien lo que realmente se estaba diciendo en ellos. Y por utilizar un episodio común a los tres sinópticos, usaré la transfiguración para demostrar cómo Marcos, el más antiguo de los cuatro textos (en torno al 65-70 d.C), ya reconoce:

  1. Tanto la divinidad de Cristo —explícitamente—; como
  2. La Trinidad —de manera implícita, y sin acudir al típico pasaje del bautismo del Señor—.

Para ello, empezaré citando dos textos del Antiguo Testamento (de nuevo, los énfasis en negrita del texto y los encabezados son míos; también he sustituido “Jehová” por el Tetragrámaton):

Éxodo, 3:1-6. Moisés y la zarza ardiente (RV 1909 revisada SBT)

Y apacentando Moisés las ovejas de Jetro, su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas detrás del desierto y llegó a Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de YHWH en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y he aquí que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: «Me apartaré ahora y veré esta gran visión, por qué causa la zarza no se quema». Y viendo YHWH que se apartaba para mirar, lo llamó Dios de en medio de la zarza y dijo: «¡Moisés, Moisés!» Y él respondió: «Heme aquí». Y dijo: «Note acerques aquí; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es». Y dijo: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios».

1ºde Reyes, 19:8-15. Elías huye de Jezabel tras matar a los profetas de baal (RV 1909 revisada)

Y se levantó, y comió y bebió, y caminó con la fortaleza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches, hasta el monte de Dios, el Horeb. Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y he aquí que vino a él palabra de YHWH, el cual le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?» Y él respondió: «He sentido un vivo celo por YHWH, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida». Y él le dijo: «Sal fuera y ponte en el monte delante de YHWH». Y he aquí YHWH que pasaba, y un gran y poderoso viento que rompía los montes y quebraba las peñas delante de YHWH, mas YHWH no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto, mas YHWH no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego, mas YHWH no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y sucedió que cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí, llegó una voz a él diciendo: «¿Qué haces aquí, Elías?» Y él respondió: «He sentido un vivo celo por YHWH, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida».

Y le dijo YHWH: «Ve, vuelve por tu camino, hacia el desierto de Damasco; y llegarás y ungirás a Hazael por rey de Siria;

Por tanto, en base a estos dos textos, podemos afirmar, sin ningún género de duda:

  1. Que fue YHWH, Dios mismo, quien habló con Moisés en el monte Horeb.
  2. Que fue YHWH, Dios mismo, quien también habló con Elías en el monte Horeb.

Sabiendo esto, ahora iríamos al pasaje de la transfiguración en Marcos (elijo este porque el que más me gusta de entre los sinópticos):

Marcos, 9:2-8. La transfiguración (RV 1909 revisada)

Y seis días después, Jesús tomó a Pedro y a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Y se les apareció Elías con Moisés, y estaban hablando con Jesús. Entonces, respondiendo, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, bueno es que nos quedemos aquí, y hagamos tres cabañas: una para ti, y otra para Moisés, y otra para Elías»; pues no sabía lo que hablaba, porque estaban espantados. Y vino una nube que los cubrió con su sombra, y salió de la nube una voz que decía: «Este es mi Hijo amado; a él oíd». Y de repente, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie consigo, sino a Jesús solo.

El paralelo entre los tres textos es más que evidente. Jesús habla en un monte con Moisés y Elías, tal y como YHWH hizo muchísimo tiempo atrás. Las únicas diferencias son que ahora, en esta ocasión, los tres protagonistas (el Señor, Moisés y Elías) están juntos cuando pasa todo, y que los discípulos del círculo más íntimo del Maestro (Pedro, Jacobo ‘el Mayor’ y Juan) también están presentes —los cuales, en apariencia, son solo ‘meros’ espectadores—. Jesús es YHWH repitiendo la escena acaecida en el pasado lejano. Moisés representa la Ley; Elías, los profetas. Y Dios está con ellos y en medio de ellos. La alusión a la divinidad del Mesías (e implícitamente a la Trinidad) es obvia y ya se ve clara en el primero de los Evangelios sinópticos. La hipotésis joánica ‘piñeriana’, por tanto, carece de base; es solo otra suposición personal más.

Y es que quizás haya más información de la que pensamos en el evento de la transfiguración. Por todos es conocido que el sagrado monte de Dios recibe dos nombres en el Antiguo Testamento: Horeb y Sinaí. Además, gracias a lo que puede extraerse de Marcos y Mateo, podemos suponer que la transfiguración ocurre en algún monte del entorno cercano a Cesarea de Filipo. Para mí, el monte Hermón es, sin duda, el candidato más probable. ¿Podría ser, entonces, el monte Hermón equivalente al monte Horeb de algún modo?

Cristo, con sus acciones, tal vez nos estaba diciendo algo más (no olvidándonos de lo que después dirá Pablo en Gálatas, 4:25, por supuesto).

Pero eso ya para otro hilo.
 
Jesús es YHWH repitiendo la escena acaecida en el pasado lejano. Moisés representa la Ley; Elías, los profetas. Y Dios está con ellos y en medio de ellos. La alusión a la divinidad del Mesías (e implícitamente a la Trinidad) es obvia

¿La Trinidad en el relato de la transfiguración?

Perdí mi tiempo leyéndote, te leeré en otro momento.
 
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