JESÚS, Amigo, Maestro y Señor nuestro

2 Junio 2001
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JESÚS, Amigo, Maestro y Señor nuestro

JESÚS,
vértice de la
aspiración
humana

Jesús está
en el vértice de la aspiración humana,
es el término de nuestras esperanzas
y de nuestras oraciones,
es el punto focal
de los deseos de la historia
y de la civilización,
es decir, es el Mesías,
el centro de la Humanidad,
Aquel que da un valor
a las acciones humanas,
Aquel que conforma
la alegría y la plenitud
de los deseos de todos los corazones,
el verdadero hombre,
el tipo de perfección, de belleza y de santidad,
puesto por Dios para personificar
el verdadero modelo,
el verdadero concepto de hombre,
el hermano de todos,
el amigo insustituible,
el único digno de toda confianza
y de todo amor:
es el Cristo-hombre.
Y, al mismo tiempo,
Jesús está en el origen
de toda nuestra verdadera suerte,
es la luz por la cual
la habitación del mundo
toma proporciones, forma, belleza y sombra;
es la palabra que todo lo define,
todo lo explica, todo lo clasifica,
todo lo redime;
es el principio
de nuestra vida espiritual y moral;
dice lo que se debe hacer
y da la fuerza, la gracia, de hacerlo;
reverbera su imagen,
más aún su presencia,
en cada alma que se hace espejo
para acoger su rayo de verdad y vida,
de quien creen en Él
y acoge su contacto sacramental;
es el Cristo-Dios,
el Maestro,
el Salvador,
la Vida.

Pablo VI Alocución del 3/2/1964







NO TIENES MANOS

Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos para construir un mundo donde habite la justicia.

Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor.

Jesús, no tienes labios.
Tienes nuestros labios para anunciar la Buena Noticia de lo pobres.

Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres y mujeres sean hermanos.

Jesús, nosotros somos tu Evangelio, el único Evangelio que la gente puede leer si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.

Jesús, damos musculatura moral para desarrollar nuestros talentos y hacer bien todas las cosas.

(Anónima)





RESURRECCION

Ascendió, tras un leve rizo,
el bendito espíritu en la tarde
y escapó de la estela de la muerte.

El cuerpo ya está ido y el sentimiento vuela,
vuela la fuerza y la promesa,
vuela tu esencia de cometa, Cristo ausente.

En el horror de las sombras,
entre el cielo y sus tinieblas,
azotas al viento tus reinos
y apartas del rumbo a los seres vacíos
y a los ejércitos del miedo.

Es noche de resurrección,
instante sin ti, mas eternamente lleno
queda de tu alma el tiempo
y abierto el cosmos con tu amor,
hasta el fin del mundo con nosotros,
nuevo desafío.

Gloria eterna por siempre, muerte sin muerte.

Junto a la cruz quedó confuso el odio,
diluido por el vivo deseo de salvación,
pese al humano juicio distraído
que negará tu esplendor, desliz inmortal.

Frutos son del verbo y de tu carne,
los hitos de la existencia,
mas de la evidencia harán tus hijos leña
y se cobijarán en infinita burla.
¿Qué harás con la suerte, la esperanza y la muerte,
por vernos con tu verdad regocijados?
¿Te entregarás nuevamente?
RESURRECCIÓN


Gonzalo Prados,
de "Balada a la derecha de Cristo"
[email protected]