Invitación a odos los que no creen que Jesús es Dios.

12 Junio 2005
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www.lsranchboergoats.com
Invitado especial @Antisistema-

Aunque tengo la impresión que se recusará de 'meterle el diente' (como ya lo ha hecho con anterioridad), pero le extiendo igual la Invitación porque luego no diga que no le invité a la fiesta.

Daniel 3
Reina-Valera 1960


1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. 2 Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. 3 Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. 4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, 5 que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; 6 y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 7 Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

8 Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. 9 Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. 10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; 11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.

13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que le trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. 14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?

16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. 28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. 29 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como este. 30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.


Ap. 2 RVR1960

29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
 

Adjuntos

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Invitado especial @Antisistema-

Aunque tengo la impresión que se recusará de 'meterle el diente' (como ya lo ha hecho con anterioridad), pero le extiendo igual la Invitación porque luego no diga que no le invité a la fiesta.

Daniel 3
Reina-Valera 1960


1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. 2 Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. 3 Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. 4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, 5 que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; 6 y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 7 Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

8 Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. 9 Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. 10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; 11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.

13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que le trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. 14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?

16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. 28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. 29 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como este. 30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.


Ap. 2 RVR1960

29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

No veo en donde exista una "pregunta"o algo que comentar distinto a lo que se lee en estas Escrituras ...

Hace poco abristes otro tema recién citándome; no se, tengo la ligera sospecha de que te vienes aburriendo un poco últimamente 🤔.


A-
 
Invitado especial @Antisistema-

Aunque tengo la impresión que se recusará de 'meterle el diente' (como ya lo ha hecho con anterioridad), pero le extiendo igual la Invitación porque luego no diga que no le invité a la fiesta.

Daniel 3
Reina-Valera 1960


1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. 2 Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. 3 Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. 4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, 5 que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; 6 y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 7 Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

8 Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. 9 Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. 10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; 11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.

13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que le trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. 14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?

16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. 28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. 29 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como este. 30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.


Ap. 2 RVR1960

29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Hola Armando Hoyos:

Hace tiempo yo escribí lo siguiente:

A una persona, se le estropea su automóvil de marca especial, y llama a talleres de reparación, y todos le dicen que no pueden ayudarle con ese vehículo, hasta que al fin encuentra uno que le dice, tráigame su automóvil, al taller ANTONIO, pues YO SOY el único que se lo puede reparar. Esa persona, lo lleva a dicho taller, y se va. Tras una espera indefinida, vuelve, y encuentra a un mecánico, arreglando su automóvil, y le saluda con buenos días ANTONIO, y el mecánico le responde, NO SOY ANTONIO, soy FELIPE, a lo que la persona responde, --Pero ANTONIO me ha dicho que solo él puede arreglar mi vehículo. FELIPE le explica -- ANTONIO me ha enseñado todo lo que debo de hacer para arreglar este tipo de vehículos. Pero si no fuera por el DINERO DE ANTONIO, que nos ha permitido comprar las herramientas y las piezas de repuesto necesarias, no se lo hubiéramos podido arreglar.

Al salir del taller, esa persona salió convencida de que ANTONIO, FELIPE, y el DINERO DE ANTONIO son el mismo ser, Pues ANTONIO había dicho que solo él podía arreglarlo, y quien lo ha arreglado era FELIPE, pero sin el DÏNERO DE ANTONIO, no hubiera sido posible la reparación.

Evidentemente es todo de lo más Lógico Esta persona es todo un portento de inteligencia. (Es ironía por supuesto)

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"
 
Hola Armando Hoyos:

Hace tiempo yo escribí lo siguiente:

A una persona, se le estropea su automóvil de marca especial, y llama a talleres de reparación, y todos le dicen que no pueden ayudarle con ese vehículo, hasta que al fin encuentra uno que le dice, tráigame su automóvil, al taller ANTONIO, pues YO SOY el único que se lo puede reparar. Esa persona, lo lleva a dicho taller, y se va. Tras una espera indefinida, vuelve, y encuentra a un mecánico, arreglando su automóvil, y le saluda con buenos días ANTONIO, y el mecánico le responde, NO SOY ANTONIO, soy FELIPE, a lo que la persona responde, --Pero ANTONIO me ha dicho que solo él puede arreglar mi vehículo. FELIPE le explica -- ANTONIO me ha enseñado todo lo que debo de hacer para arreglar este tipo de vehículos. Pero si no fuera por el DINERO DE ANTONIO, que nos ha permitido comprar las herramientas y las piezas de repuesto necesarias, no se lo hubiéramos podido arreglar.

Al salir del taller, esa persona salió convencida de que ANTONIO, FELIPE, y el DINERO DE ANTONIO son el mismo ser, Pues ANTONIO había dicho que solo él podía arreglarlo, y quien lo ha arreglado era FELIPE, pero sin el DÏNERO DE ANTONIO, no hubiera sido posible la reparación.

Evidentemente es todo de lo más Lógico Esta persona es todo un portento de inteligencia. (Es ironía por supuesto)

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"

Muy buena esta "Parábola Lamborghini".

El lenguaje coloquial puede llevar a errores de interpretación, y con el tema trinitario se ha llegado a una confusión muy polémica.
 
Hola Armando Hoyos:

Hace tiempo yo escribí lo siguiente:

A una persona, se le estropea su automóvil de marca especial, y llama a talleres de reparación, y todos le dicen que no pueden ayudarle con ese vehículo, hasta que al fin encuentra uno que le dice, tráigame su automóvil, al taller ANTONIO, pues YO SOY el único que se lo puede reparar. Esa persona, lo lleva a dicho taller, y se va. Tras una espera indefinida, vuelve, y encuentra a un mecánico, arreglando su automóvil, y le saluda con buenos días ANTONIO, y el mecánico le responde, NO SOY ANTONIO, soy FELIPE, a lo que la persona responde, --Pero ANTONIO me ha dicho que solo él puede arreglar mi vehículo. FELIPE le explica -- ANTONIO me ha enseñado todo lo que debo de hacer para arreglar este tipo de vehículos. Pero si no fuera por el DINERO DE ANTONIO, que nos ha permitido comprar las herramientas y las piezas de repuesto necesarias, no se lo hubiéramos podido arreglar.

Al salir del taller, esa persona salió convencida de que ANTONIO, FELIPE, y el DINERO DE ANTONIO son el mismo ser, Pues ANTONIO había dicho que solo él podía arreglarlo, y quien lo ha arreglado era FELIPE, pero sin el DÏNERO DE ANTONIO, no hubiera sido posible la reparación.

Evidentemente es todo de lo más Lógico Esta persona es todo un portento de inteligencia. (Es ironía por supuesto)

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"

Tu analogía de Antonio Felipe y el dinero pudieran ser un buen guión para una película de Hollywood, pero Dios no es dueño de un taller de reparación de autos, ni mecánico ni tampoco dinero. 😉
 
No veo en donde exista una "pregunta"o algo que comentar distinto a lo que se lee en estas Escrituras ...

Hace poco abristes otro tema recién citándome; no se, tengo la ligera sospecha de que te vienes aburriendo un poco últimamente 🤔.


A-
Y yo de que 'los ratones te comieron la lengua'...

Así decía mi abuelita.
 
Tu analogía de Antonio Felipe y el dinero pudieran ser un buen guión para una película de Hollywood, pero Dios no es dueño de un taller de reparación de autos, ni mecánico ni tampoco dinero. 😉

Hola Armando Hoyos:

Yo escribo para aquellos que tienen ojos para ver, oídos para oír, y que cuando leen entienden. No para aquellos que dicen que las parábolas de Yeshúa son "guiones de películas". No me extraña que no se entienda la Biblia.

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"
 
Hola Armando Hoyos:

Yo escribo para aquellos que tienen ojos para ver, oídos para oír, y que cuando leen entienden. No para aquellos que dicen que las parábolas de Yeshúa son "guiones de películas". No me extraña que no se entienda la Biblia.

Saludos
Daniel de Dios "El Ignorado"

Las parábolas de Jesús (no eres árabe ni hebreo, ¿por qué te haces?) no son los guiones de Antonio Felipe y su dinero en un taller mecánico.

Si necesitas un empujoncito tengo un contacto en Hollywood que te puede dar una patadita para que te vaya bien en el gremio...