INSTITUCIÓN DE LA RELIGION CRISTIANA/Juan Calvino/Prólogo de Cipriano de Valera.

18 Noviembre 1998
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Con la finalidad de revisar la obra literaria del Reformador Juan Calvino y tratar de entender porque causa algunos hablan de "Doctrina Calvinista" como en contraste a la Doctrina Cristiana enseñada en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, sin ser Calvinista, con la Gracia del Señor me he propuesto traer este tema al foro.

La edición de la obra de Juan Clavino "Institución de la Religión Cristiana", que pretendo mostrar de manera resumida en este foro, a consideración de los lectores, corresponde a:


""Una traducción realizada por el pastor D. Jacinto Terán, en base de la primera edición latina (1536), reimpresa en "Opera Calvini selecta" (edición de P. Barth, 1926). Probablemente sea ésta la primera versión de la obra original al castellano.

La Institución pasó por cinco ediciones durante la vida del autor, quien la iba ampliando y mejorando hasta el año 1559, cuando la dio a la estampa en su forma definitiva. Los seis capítulos de la edición de 1536 llegaron a ser ochenta en la de 1559, y los materiales originales sufrieron una refundición casi completa. Los conceptos principales quedaron los mismos, pero se les ha dado en las ediciones posteriores una forma mas sistemática, más teológica, y quizá menos accesible para el lector común.

Fue la última edición (1559) de la Institución la que tradujo al castellano el renombrado reformista español, Cipriano de Valera. Este regio tomo vio la luz en Londres, en el año 1597; y la misma traducción fue impresa en Madrid, en 1858, en la colección Reformistas antiguos españoles, editada por el distinguido literato y bibliófilo, D. Luis de Usoz y Río. Se han conservado muy pocos originales de la edición londinense, pero uno de ellos se encuentra en la Biblioteca José M. López, de la Facultad Evangélica de Teología de Buenos Aires.

Se reproduce en esta edición el prologo de la traducción de Cipriano de Valera: "A todos los fieles de la nación española que deseen el adelantamiento del reino de Jesucristo".

En las referencias Bíblicas, los versículos no aparecieron en la versión de 1536, pues estos se introdujeron en la versiones corrientes de la Biblia recién a mediados del siglo XVI. Se han introducido, sin embargo, en la presente edición, para mayor facilidad del lector. Al anotar las referencias a los escritos patrísticos y medioevales, nos hemos servido de la nueva edición critica de P. Barth y G. Niesel (1926-1936).""

"Institución de la Religión Cristiana"

Por: Juan Calvino

Prologo de: Cipriano de Valera

A TODOS LOS FIELES DE LA NACION ESPAÑOLA, que desean el adelantamiento del Reino de Jesucristo.


Dos puntos hay, que comúnmente mueven a los hombres a apreciar mucho una cosa: El primero es la excelencia de la cosa misma; el segundo, el provecho que recibimos o esperamos de ella.

Entre los dones y beneficios que Dios, por su misericordia, comunica sin cesar a los hombres, es el principal y el mas excelente y provechoso, el verdadero conocimiento de Dios, y de nuestro Señor Jesucristo, el cual trae a los hombres una grande alegría y quietud de corazón en esta vida, y la eterna gloria y felicidad después. De manera que, en este conocimiento consiste el sumo bien y la bienaventuranza del hombre: como claramente lo declara la misma Verdad Jesucristo, diciendo: Esta es la vida eterna que te conozcan el solo Dios verdadero, y al que enviaste Jesucristo (Juan 17:3).

Y el Apóstol San Pablo, después que de fariseo y perseguidor fue convertido a Cristo, y había conocido la grande excelencia de este conocimiento, dice: Ciertamente, todas las cosas tengo por pérdida, por el eminente conocimiento de Cristo Jesús Señor mío, por amor del cual he perdido todo esto, y lo tengo por estiércol (Fil. 3:8).

Pero como no hay cosa mas necesaria, ni más provechosa al hombre que este conocimiento, así el diablo, enemigo de nuestra salud no ha cesado, desde la creación del mundo hasta el día de hoy, ni cesará hasta el fin, de esforzar por todas las vías que puede, a privar a los hombres de este tesoro, y oscurecer en sus corazones esta tan deseada luz que nos es enviada del cielo, para mejor enredar y tener cautivos a los hombres en la tinieblas de ignorancia y superstición.

Y como el diablo ha sido homicida y padre de mentira desde el principio (Juan 8.44), así siempre ha trabajado en oprimir la verdad, y a los que la confiesan, ya por violencia y tiranía, ya por mentira y falsa doctrina.

Para este fin, se sirve, como ministros suyos, no solamente de los enemigos de fuera, pero aun también de los mismos domésticos que se glorían de ser el pueblo de Dios, y que tiene la apariencia externa de tales.


Con violencia mató Caín a su propio hermano Abel; no por otra causa; sino porque sus obras eran malas, y las de su hermano buenas (Gen.4.8, 1Juan 3:12). Esaú pensaba hacer lo mismo a su hermano Jacob, porque había recibido la bendición de su padre (Gen. 27:41). Saúl persiguió a David el escogido y bien querido de Dios (1Sam. 23,24).

Muchos reyes del pueblo de Israel, dejando la ley y los mandamientos de Dios, han sido idolatras y matadores de los Profetas, abusando en tal manera de su autoridad, que no solamente pecaban, pero hacían también pecar a Israel.

Y llegó la miseria del pueblo de Israel a tanto, que se lee de Manasés (que reinó en Jerusalén 55 años), que derramó mucha sangre inocente en gran manera, hasta henchir a Jerusalén de cabo a cabo (2Rey. 21:1-16).

Y como lo reyes idolatras hicieron mal en los ojos de Dios, y lo provocaron a ira edificando los altos, que los píos reyes habían derribado, y persiguiendo a los ciervos de Dios, a los cuales habían de defender con su autoridad: Así también se olvidaron de su deber los eclesiásticos y sacerdotes, que se gloriaban de la sucesión de Aarón, y de que no podían errar en la Ley.

Porque muchas veces ellos engañaban al pueblo, y resistían con gran vehemencia a los profetas de Dios, y tenían en gran número, falsos profetas que hablaban mentiras, diciendo que Dios se lo había mandado a decir así: Como manifiestamente se ve en los cuatrocientos profetas de Baal, los cuales todos a una boca, por el espíritu de mentira, engañaban a Achab, Rey de Israel, acusando e injuriando a Miqueas verdadero Profeta de Jehová.

Por lo cual se quejaron tantas veces los profetas de tales sacerdotes y falsos profetas, diciendo que habían sido y eran la causa de la corrupción del pueblo y de su ruina.

Cipriano de Valera
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(Continuará)


En Cristo
Rogelio
 
(Continuación del prologo de Cipriano de Valera, a la obra "Institución de la Religión Cristiana" de Juan Calvino)

Entre otros, dice Jeremías que de los profetas de Jerusalén salió la impiedad a toda la tierra (Jer. 23:15), y en el mismo capitulo, dice: Así el profeta como el sacerdote son fingidos: aún en mi casa hallé su maldad, dijo Jehová.

Por el Profeta Ezequiel dice Dios: La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa: tragaron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus vidas en medio de ella. Sus sacerdotes hurtaron mi Ley, y contaminaron mis santuarios (Ezeq. 22:25).

Muchos otros lugares hay en los demás Profetas que testifican lo mismo, y nos dan claramente a entender que los Israelitas con tales gobernadores, fueron como ovejas perdidas, y que sus pastores los hicieron errar; como lo declara el Profeta Jeremías (Jer. 50:6)

Cuan profunda haya sido en este pueblo la ignorancia de Dios, se puede ver como en un espejo, en lo que aconteció en tiempo del pío Rey Josías, a los dieciocho años de su reinado, cuando Hilcías, gran sacerdote había hallado el libro de la Ley en la casa de Jehová, y que el Rey oyó leer las palabras del libro de la ley como cosa nueva y nunca oída. Lo cual movió de tal manera el corazón del Rey, aun siendo mancebo, que rompió sus vestidos, y se humilló delante de Dios: Derribó los ídolos y los alto, e hizo reformación según la ley y la Palabra de Dios (2Rey.22).

Con todo esto después de la muerte de este buen Rey, el pueblo tornó a idolatrar hasta a que los Caldeos destruyeron la ciudad de Jerusalén y el Templo, y llevaron el pueblo cautivo a Babilonia.

Después de los setenta años de la cautividad, Dios levantó sus ciervos, instrumentos de su gracia, Esdras, Nehemias, Zorobabel, Josué, Zacarías, Aggeo y otros, los cuales volviendo con el pueblo a Judea, reedificaron la ciudad y el templo y sirvieron a Dios según la Ley.

Pero la avaricia e impiedad de los sacerdotes creció luego otra vez y multiplicóse en gran manera, como lo testifica Malaquías, que fue el último profeta del antiguo Testamento; el cual ha sido constreñido a redargüir ásperamente a los impíos sacerdotes diciendo:

Ahora, pues oh sacerdotes, a vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no acordareis dar Gloria a mi Nombre, dijo Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones: y aun las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón (Mal. 2:1,2).

Y en otro lugar: Más vosotros os habéis apartado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la Ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dijo Jehová de los Ejércitos. Y yo también os torné viles y bajos a todo el pueblo, como vosotros no guardasteis mis caminos (Mal. 2:8-9).

Por los cuales testimonios es manifestado que la condición de la Iglesia era entonces muy baja y abatida.

(Continuará)
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Hermanos en Cristo y Su Palabra;

¿Observan el paralelo, que va estableciendo Cipriano de Valera ?



En Cristo
Rogelio
 
(Continuación del prologo de Cipriano de Valera, a la obra "Institución de la Religión Cristiana" de Juan Calvino)


Pero consideremos ahora también cómo se gobernaban los sacerdotes y los prelados de Jerusalén cuando el prometido Mesías Jesucristo nuestro Señor, (que es verdadero sol de Justicia y la luz del mundo), apareció en Judea. San Juan lo declara en pocas palabras diciendo de Cristo: A lo que era suyo vino: Y los suyos no lo recibieron (Juan 1:11).


El precursor de Cristo, Juan Bautista llama a los Fariseos y Saduceos que venían a su bautismo, generación de víboras (Mat. 3:7), y no sin justa causa, porque Cristo no tuvo mayores adversarios, ni más maliciosos, que los sumos sacerdotes y al senado de Jerusalén.

Los Fariseos y Escribas, cabezas del pueblo, lo acechaban y calumniaban, enojándose de su Doctrina. Por esta causa el Señor dice a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.

Muchas veces grita, ¡Ay!, contra ellos llamándolos locos, ciegos, guías de ciegos, hipócritas, e hijos de aquellos que mataron a los Profetas; y luego añade: ¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres! (Mat. 23:31-31). Porque como sus padres habían sido matadores de los profetas y ciervos de Dios, así ellos desecharon al Hijo y mataron al Heredero, al cual entregaron y negaron delante de Pilatos, dando voces y diciendo crucifícalo, crucifícalo.

Tanta fue la obstinación y dureza de estos sacerdotes, que todos los milagros que acontecieron en la muerte de Cristo no movieron al arrepentimiento los corazones de estos malaventurados prelados. Porque no cesaron después de la Ascensión de Cristo de perseguir a los Apóstoles; procurando todavía impedir el curso del Evangelio, como se ve en los Actos de los Apóstoles y como San Pablo lo declara en la primera epístola a los Tesalonicenses, diciendo de los Judíos, que también mataron al Señor Jesús y a sus Profetas, y a nosotros nos han perseguido: y no son agradables a Dios, y a todos los hombres son enemigos; prohibiéndonos hablar a la gente, para que se salve; para henchir la medida de sus pecados siempre, porque la ira de Dios los ha alcanzado hasta el cabo (1Tes.2:15-16).

Cipriano de Valera
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(Continuará)

En Cristo
Rogelio
 
Don Rogelio..

Siempre es un deleite leer a Calvino,y muy necesario para todos los creyentes de lengua
hispana.

Si,muchas gracias.
 
(Continuación del prologo de Cipriano de Valera, a la obra "Institución de la Religión Cristiana" de Juan Calvino)

A tanto, pues llegó la ingratitud e impiedad de los Judíos, que tenían tantas prerrogativas y privilegios de ser llamados pueblo de Dios y pueblo Santo, y que se gloriaban en los Padres, de la Circuncisión, del templo, y que tenían la Ley, las promesas y la sucesión de Aarón; que en todo esto fue una nación torcida y perversa, duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos que resistían siempre al Espíritu Santo. Y no perdonaron a los Santos Profetas, ni aun al Hijo de Dios, el Autor de la Vida, ni a sus discípulos.

Lo cual todo, bien considerado, nos debería alumbrar el entendimiento, y enseñarnos que no es cosa nueva ni nunca oída, que en estos días postreros y vejez del mundo haya tanta ceguedad e ignorancia en el pueblo cristiano, y tanta corrupción y malicia en los que presiden la Iglesia, los cuales con todo esto se glorían de gran santidad y de la sucesión de los Apóstoles.

Porque Cristo nuestro Señor y Sumo Doctor, avisando a los suyos de lo que había de acontecer en el mundo acerca de la promulgación de su Evangelio hasta el fin de siglo, nos predice muy claramente todo esto, y dice, que muchos han de venir en su Nombre, y que muchos falsos profetas se levantarán y que engañarán a muchos; después añade: Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las naciones por causa de mi Nombre; y muchos entonces serán escandalizados (Mat. 24.9-11).

Y el Apóstol San Pablo predice a los Ancianos de Efeso: Yo sé, que después de mi partida entrarán en vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado (Hech.20:29). Lo cual el mismo apóstol explica más ampliamente en la segunda epístola de los Tesalonicenses, cuando avisa a los fieles que a la venida del Señor es menester que proceda una general apostasía de su Iglesia, causada por el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se levanta contra todo lo que se llama Dios, y se asiente en el templo de Dios como Dios, dando a entender que es Dios (Tes. 2:3-4).

En la primera Epístola a Timoteo escribe el mismo Apóstol: El Espíritu dice manifiestamente, que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios. Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán el matrimonio, y mandarán a abstenerse a los hombres de las viandas que Dios crió. (1Tim. 4.1-3)

Asimismo, en la segunda Epístola a Timoteo, dice: Esto empero sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos: porque habrá hombres amadores de sí: avaros, vanagloriosos, soberbios, maldicientes, etc; y luego añade: Teniendo apariencia de piedad, mas negando la eficacia de ella. Y después: Que siempre aprenden, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos acerca de la fe (2Tim 3:1-8)

Cipriano de Valera
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(Continuará)

Algunas preguntas:

¿Será acertado el paralelo que establece Cipriano de Valera, entre la mente Farisaica y las obras de la iglesia que el hermano apunta como bajo corrupción y malicia?


¿Habrá cambiado algo en la iglesia bajo corrupción y malicia, a la cual se refire el hermano Cipriano?

¿Quedarán aun algunos hombres valientes como este hermano, que a riesgo de su propia vida se atrevió a escribir las cosas por su nombre, sin temor, sino afirmado en la Palabra de Dios, en una época donde se mataba a la gente como haciéndole un favor a Dios?


En Cristo
Rogelio
 
Don Manuel

Nada tiene que agradecer
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También creo que cualquiera que se dice Cristiano, independientemente de la congregación que visite, debiera estimularse, esforzarse y encontrar el tiempo para leer la obra de Juan Calvino, y comprobar por si mismo que tan cristiano era este reformador.

También para que verifiquen que Juan Calvino no inventó nada nuevo, por el contrario que afirmado en La Palabra de Dios escribió su obra, no para gloria a si mismo y ningún sistema eclesial en particular, sino para exaltar a Dios por sobre todas las cosas y mostrarnos en nuestras propias narices, la profundidad y oscuridad de nuestro pecado, la arrogancia y soberbia que hace su morada en la carne.

Por otra parte, el prólogo de Cipriano de Valera, es una buena muestra de la valentía y de que tan claro hablaban los cristianos por esa época de terror y persecución, y, contrastarlo con la actitud de muchos que en estos tiempos modernos se consideran cristianos.

Indudablemente, también sería bueno que los católicos honestos leyeran a estos hombres, si es que pueden soportarlo y controlar su indignación antes de terminar de leer los escritos, sobre todo considerando que cuando los reformadores escribieron, en general, lo hicieron para lectores que solo conocían el catolicismo y su sistema sacerdotal.

En Cristo
Rogelio
 
Rogelio...

...si me permite una reflexión personal...

La Escritura dice que "por cuanto todos pecaron todos estan destituidos de la Gloria de Dios",y ciertamente la conducta de Israel
viene asi mismo reflejada en la Biblia tal y como comenta Cipriano de Valera,pero no se puede olvidar a pesar de esas realidades, Israel ha sido endurecido en parte para que nosotros seamos salvos,y que siempre El Señor a tenido remanente en Israel y que todo Israel será salvo.Debo decir que no tenemos derecho claro los cristianos para no amar a Israel y reconocer que Israel es un asunto del enjuiciamiento de Dios y no de nuestro enjuiciamiento.Y no me refiero a la relación de los poseedores de esa nacionalidad con la autoridad civil,pues es claro que si se roba, tanto gentil como israelita se deben superditarse a la autoridad del juez,pero eso es otra cosa.

Si Israel es duro de cerviz ,no menos lo somos nosotros,creo personalmente;y si no lo somos es por Gracia ,que no por nuestro equipamiento personal.
Reciba un afectuoso saludo.
 
(Continuación del prologo de Cipriano de Valera, a la obra "Institución de la Religión Cristiana" de Juan Calvino)
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Y en el capitulo siguiente escribe: "Que vendrá tiempo cuando no sufrirán la Sana Doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros que les hablen conformes a sus concupiscencias, y así apartarán de la Verdad el oído, y se volverán a las fábulas. (4:3-4)

Así el Apóstol San Pedro describe la impiedad de los falsos doctores que habían de venir, diciendo: Empero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán encubiertamente sectas de perdición, y negarán al Señor que los rescató, trayendo sobre sí mismos apresurada perdición; y muchos seguirán sus perdiciones; por los cuales el camino de la verdad será blasfemado; y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas (2Ped. 2:1-3).

Por estas tan claras y señaladas Profecías quiso el Espíritu Santo confirmar nuestra fe, para que no fuésemos escandalizados por la grande apostasía que había de acontecer en la Iglesia; ni por las aflicciones y crueles persecuciones que habían de padecer los fieles por la confesión de Cristo y de Su Verdad.

Cuando, pues, en estos últimos días vemos claramente el cumplimiento de estas profecías, es menester que consideremos que ninguna cosa acontece, sino lo que , por la Providencia de Dios, aconteció a los píos en tiempos pasados; y que todo esto ha sido muy expresamente predicho por la boca de Cristo y de sus Apóstoles, como los testimonios que ya hemos alegado lo testifican.

Los adversarios y perseguidores de los fieles no pueden negar estas Profecías, y confesarán juntamente con nosotros que muchos engañadores y falsos doctores han salido por el mundo, que engañan a muchos, de los cuales cada uno se debe con diligencia guardar.

Pero no confesarán que ellos mismos sean estos falsos profetas; mas acusan falsamente por tales a los fieles siervos de Cristo. Como en tiempos pasados hizo el rey Achab, acusando a Elías que él alborotaba a Israel (1Rey. 18:17).

De manera que aunque todos, en general, confiesen el gran peligro que hay de los engañadores, con todo esto, muy pocos saben y entienden cuales sean estos engañadores.

Por tanto, me parece que no será fuera de propósito mostrar aquí una regla cierta y verdadera, por la cual, siendo ayudado y alumbrado el lector cristiano, podrá fácilmente distinguir y hacer diferencia entre los fieles siervos de Cristo y los engañadores; para que todos sepan y conozcan aquellos a quienes deban oír y seguir; y cuales por el contrario, deben detestar y huir, conforme al mandamiento de Cristo.

Esto no se podrá jamás entender por el corrupto juicio y entendimiento humano, el cual como peso falso es abominación delante de Dios (Prov. 11:1), sino por la Sabiduría Celestial que nos es revelada en la Sagrada Escritura, la cual es peso fiel y verdadero que agrada a Dios.

Cipriano de Valera
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En Cristo
Rogelio
 
¿Podríamos discutir aquí el tema concerniente a Miguel Servet? No es nada cómodo el andar rebuscando aquí y allá, y mi horario de conexión es muy limitado, con lo que me gustaría volver a hablar de ello, ya que las anteriores veces, se me escapó el epígrafe...
Saludos,
Webemaús
 
Webemaús

Creo que sería mejor y más fácil para usted, abrir un epígrafe nuevo sobre el asunto de Miguel Servet, de forma que los que conozcan el tema en profundidad puedan opinar en el.

En Cristo
Rogelio
 
(Continuación del prologo de Cipriano de Valera, a la obra "Institución de la Religión Cristiana" de Juan Calvino)


Veamos pues, quienes sean los que siguen La Palabra de Dios, y quienes sean los que la dejan y se apartan de ella.

Mandó Dios a su pueblo muy estrechamente, diciéndoles:

"No añadiréis a la Palabra que os he mandado, ni disminuirás de ella" (Deut. 4:2; 12:32)

Y Cristo antes de su Ascensión, enviando sus apóstoles a predicar el Evangelio por todo el mundo, les da este precepto:

"Id enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el Nombre del Padre, y del Hijo, y el Espíritu Santo. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mar.28:19-20).

El Apóstol San Pablo escribe a los Corintios, que nadie puede poner otro fundamento sino el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y en la misma epístola: Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado (1Cor. 3 y 11).

El Apóstol San Pedro, hablando de los enseñadores, dice: Si alguno enseña, hable conforme a las Palabras de Dios (1Ped.4).

Aquel que con atención considerare estos testimonios, como deben ser considerados, muy fácilmente entenderá que no son falsos doctores ni nuevos los que enseñan al pueblo la pura Doctrina del Evangelio sin añadir ni disminuir, testificando que Jesucristo es el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, y que él es el camino, y la verdad, y la vida, y que ninguno viene al Padre sino por Él. (Juan12 y 14)

Asimismo, que en ningún otro hay salud, y que no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. (Hech.4)

Y también que sin Cristo nada podemos hacer (Juan 14), y que no somos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos; sino que nuestra suficiencia es de Dios. (2Cor.3:5)

Esta es la Doctrina de Cristo anunciada en el mundo por sus Apóstoles, y por consiguiente es la Doctrina Sana, antigua y verdaderamente católica y apostólica, por la cual los hombres alcanzan el verdadero conocimiento de Cristo para consolación y salud de sus almas.

Los que predican el día de hoy en las Iglesias reformadas no son engañadores ni doctores nuevos; aquellos que la oyen, confiesan y siguen (como es el deber de todo fiel y católico cristiano), no son engañados, mas se fundan y estriban sobre el fundamento verdadero, sólido y antiguo: aunque el mundo los acusa y calumnia como a alborotadores del pueblo, y los condena como a herejes.



MAS ESTOS son los engañadores y falsos enseñadores, los que han sido, o son tan atrevidos de añadir, o disminuir algo en la Palabra de Dios, mandando lo que Dios prohibe, o prohibiendo lo que Su Majestad manda.

De manera que obedeciendo a estos NO ES posible juntamente obedecer y agradar a Cristo. Y para obedecer y seguir a Cristo es menester apartarse y huir de éstos como de guías de ciegos, los cuales, siendo otros nuevos Fariseos, han invalidado el Mandamiento de Dios por sus preceptos, honrando a Dios en vano, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres (Mat. 15).

Tales son los enseñadores y prelados de la Iglesia Romana, los cuales dejando las de los Apóstoles y el Mandamiento de Cristo, no apacientan las ovejas con el verdadero mantenimiento de las almas, que es La Palabra de Dios; pero ocupándose en vanas ceremonias y tradiciones humanas, mantienen al pueblo en una crasísima ignorancia, engañándolo con externo aparto y resplandor, y con muy magníficos títulos.

Porque gloriándose de ser vicarios de Cristo, alejan al pueblo cristiano de la obediencia, y del salutífero conocimiento de Cristo; y so, pretexto y color, de que no pueden errar, han henchido la cristiandad de infinitos errores y supersticiones, directamente repugnantes a la Doctrina de Dios. Lo cual se puede manifiestamente probar por los testimonios siguientes:


Cipriano de valera
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Preguntas para cristianos:

1-¿Hablaría Cipriano de Valera de tolerancia, entre cristianos y romanos, como algunos de la Roma actual intentan engatusar a los cristianos en base a lo que llaman virtud cristiana, que se fundamenta en un amor falso y con la finalidad de llevar gloria a Roma?


2-¿Difiere la opinión evangélica actual, de la de Valera, considerando que esto se escribió en 1536, ha cambiado Roma o a reforzado su disfraz de oveja y en su corazón sigue siendo lobo rapaz?

3-¿Alguno podría decir que Valera les llamaba hermanos a los que, se decían cristianos aparentarlo serlos, y conocían la profundidad de la oscuridad Romana y mas aun, se complacían en su extravío?

4-¿Qué creen ustedes que dirían los reformadores a los mensajes de tolerancia y virtud cristiana de los actuales hijos de Roma?

5-¿Se atreverían ustedes a creer que Valera podría llegar a considerar a los hijos de Roma como dignos de confianza, los cuales citan La Palabra de Dios, pero no niegan la efectividad de la Fe?


En Cristo
Rogelio