Imposturas y el Papa

Bart

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24 Enero 2001
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http://www.icp-e.org/claves.htm

<CENTER>Imposturas y el Papa

Wenceslao Calvo

‘Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.’ (Hechos 17:11)

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En la memoria colectiva de todo el mundo se han quedado grabadas ciertas ideas que responden sólo a medias a la verdad pero que sin embargo pasan por ser la pura verdad. De alguna manera y en algún momento, alguien, tal vez un anónimo, las introdujo y a partir de ahí otros las repitieron y vulgarizaron hasta hacerse populares. Finalmente, la fuerza de la costumbre hizo el resto. Posiblemente sea en el campo de la religión donde con más frecuencia ocurra este fenómeno.

Una de esas ideas es la de ‘la manzana de Eva’, es decir, la creencia de que el fruto prohibido y codiciado en el Edén era la manzana. El dónde, quién y cuándo de esta idea lo ignoro, pero lo cierto es que a estas alturas ya parece imposible desterrarla, tales son las raíces que ha echado. Es posible que un pintor o un escultor, en su intento de plasmar el relato bíblico de la tentación, imaginara a la manzana como el fruto en cuestión, o que un narrador al describir dicho suceso supusiera tal cosa; lo cierto es que sea como sea ‘la manzana de Eva’ pasó a ser vox populi hasta el día de hoy. Está de más decir que la Biblia no dice nada sobre manzanas ni especifica ningún fruto en el relato mencionado.

Otra noción errónea, pero ésta consistente en la mezcla de dos distintas, es la que afirma que Caín mató a Abel con una quijada de asno. En este caso a alguien se le ‘juntaron los cables’ de dos textos bíblicos distintos y distantes haciendo uno solo de ellos. Nada en el registro sagrado indica el medio que empleó Caín para cometer su crimen; entonces ¿de dónde surgió la idea de que fue ese objeto el arma homicida? Supongo que superponiendo esta historia con la narración de la victoria de Sansón sobre los filisteos en Lehi, en la que mató a mil hombres con una quijada de asno (Jueces 15:15). Por alguna especie de lapsus mental o de neurona fuera de sitio se fusionaron en la mente de algún autor los dos textos, y así lo afirmó por escrito. Otros que lo leyeron y no se tomaron el trabajo de contrastar en las fuentes originales la veracidad del aserto asumieron y difundieron lo que erróneamente el primero había dicho, hasta llegar al día de hoy en el que la afirmación se ha colado hasta en los artículos y textos literarios de escritores y periodistas.

El problema de afirmar algo sin molestarse en ir al origen puede dar como resultado párrafos tan estrambóticos como el que cito a continuación: ‘Los israelitas, dirigidos por Josué en su largo camino hacia la libertad, reconstruían la ciudad de Jericó con una mano en el pico y la otra en la espada.’ El texto corresponde al inicio de un documento que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) emitió el 17 de abril pasado para analizar la situación política actual en España y en el País Vasco. Si la intención de los autores era darle una carga trascendental al documento o que fuera una gran obertura digna de lo que a continuación se decía era mejor que no hubieran echado mano de la Biblia de la forma que lo hicieron. Tal vez a la memoria del autor o autores vinieron algunos difusos recuerdos bíblicos que materializaron, con poca fortuna, en la frase anterior. También es posible que la frase esté hecha exprofeso y no sea consecuencia del error inconsciente sino de un intento de hacer decir a la Biblia lo que la Biblia no dice con el fin de que diga lo que yo quiero que diga. Lo cierto es que el periódico que recogía la difusión del documento asumía que el párrafo estaba sacado de la Biblia y como tal lo exponía a los lectores, quienes a su vez asumirían que Josué reconstruyó la ciudad de Jericó con el pico en una mano y la espada en la otra.

Estos ejemplos citados son casos de imposturas (falsificaciones) que nos muestran cómo lo falso puede pasar por verdadero, relegando lo verdadero a la esfera de lo falso. Algunos de los detalles de estas imposturas tienen una trascendencia relativa, aunque lo de Josué está a medio camino de provocar risa y estupor, pero lo grave de las mismas está en otra parte: En lo fácil que resulta desvirtuar la verdad por adición, mezcla o manipulación; en lo fácil que es difundir el producto y que la mayoría lo acepte; y en lo difícil que resulta ir a las fuentes originales y aceptar tal cual lo que dicen. Es mucho más cómodo simplemente dar por sentado lo que ciertas ‘autoridades’ dicen y no tomarse el trabajo de investigar por uno mismo si ello es verdadero. Desgraciadamente las consecuencias de algunas imposturas no se limitan al nivel de lo anecdótico sino que tienen repercusiones notables. Por ejemplo, una de las mayores imposturas de la Historia es la Donación de Constantino cuyo texto dice así:

‘Y en nuestra reverencia por el bendito Pedro, nosotros mismos tomamos las riendas de su caballo, como sosteniendo su oficio; y ordenamos que todos sus sucesores vistan la misma mitra en sus procesiones, en imitación del Imperio; y que la corona papal no sea jamás rebajada, sino que sea exaltada sobre la corona del Imperio terrestre; damos y concedemos no solamente nuestro palacio, sino también la ciudad de Roma, y todas las provincias y palacios y ciudades de Italia y de las regiones occidentales, a nuestro mencionado y muy bendito Pontífice y Papa universal.’

Este documento fue esgrimido durante siglos por los Pontífices Romanos para apoyar sus pretensiones de supremacía espiritual y terrenal basándose en la concesión territorial que el Emperador Constantino hizo a los obispos de Roma y en el sometimiento político hacia sus personas. El problema es que el documento era falso y no fue redactado por Constantino ni en la época de Constantino sino mucho después (siglo VIII). No obstante, la gente lo asumió por verdadero y actuó en consonancia con el mismo. Cuando la impostura se descubrió (siglo XV) fue porque alguien (Lorenzo Valla) se preocupó de estudiar filológicamente el texto detectando que el latín usado no se correspondía con el de la época de Constantino (siglo IV). Pero a esa altura ya casi daba igual la veracidad o falsedad del mismo, pues el texto había servido para lo que fue creado: El encumbramiento del obispo de Roma.

El texto bíblico arriba citado hace referencia al examen cuidadoso que hicieron los judíos de Berea cuando se les predicó el evangelio, contrastándolo con la fuente original de autoridad: La Sagrada Escritura. Esa es la actitud que hemos de tener nosotros también para que nadie nos venda una impostura en materia religiosa que ponga en peligro el bienestar de nuestra alma.


Wenceslao Calvo es conferenciante y pastor en una iglesia de Madrid.

© W. Calvo, I+CP, 2003. I+CP (www.ICP-e.org)
 
Lo que ocurre, es que ahora que se sabe la historia, hay un "rosario" de respuestas prefabricadas en sus webs y en sus libros, para tapar las mentiras que durante siglos han estado sirviendo de apoyo a las doctrinas de hombres que Roma ha mantenido desde su existencia.

Y hoy, se sigue creyendo ANTES lo que dicen esos apologistas de la religión católica, que lo que leemos en las Escrituras; desobedeciendo el consejo de Pedro y los apóstoles que en Hechos 5:29 dicen : es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres


Gracias Bart, por traernos este aporte
 
También falta que ver si le hacen algún nicho(altar o levantan una imágen de varro, etc) a la papaya, puesto que le atribuyen a ella, que ahora el papa se rejuvenezca.:D

Y luego luego se nos obliga (por lo menos a tratar de que creamos)a todos a adorarla. Ya se imaginan: "Oh papaya ven deciende de lo alto tu poder glorioso" oh papaya, verde hermosa y jugoza...
Ya deseo verla en mi licuadora a ver cómo le va. :cool:


Saludos,


Modri
 
http://www.larazon.es/noticias/noti_rel03.htm

sábado 3 de mayo de 2003

«¡Decidle a la Virgen María que queréis ser santos!»

Álex Navajas - Madrid.-

El cardenal Rouco se dejó contagiar ayer por la euforia que transmitían las decenas de jóvenes que abarrotaron las inmediaciones del Palacio Real y de la catedral de la Almudena. «La Virgen nos espera en su altar de la Almudena, en la catedral de Madrid. Oremos por el Papa, por sus intenciones, por los frutos de su viaje apostólico a España, por los jóvenes y por la paz. ¿Confiadle, mis queridos jóvenes, vuestro corazón, vuestras alegrías y vuestras penas y, sobre todo, contadle lo de vuestra vocación! ¿Decidle que queréis ser santos! ¿María no os defraudará!», les retó.

Jóvenes de toda España escucharon el mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal, cantaron, bailaron y corearon los lemas que hoy se repetirán en el aeródromo de Cuatro Vientos. El cardenal de Madrid destacó que «el Papa llegará mañana a España para la canonización de cinco nuevos santos españoles del siglo XX que sintieron muy jóvenes el paso del Señor en sus vidas, escucharon su voz y le siguieron sin vacilar». Según el purpurado, la intención del Papa al realizar su quinta visita a España es «que los católicos españoles, y muy especialmente los jóvenes, a la luz de la historia larga y gloriosa casi interminable de los santos de España, tomen nueva conciencia del valor de su fe cristiana».

«¿Sentíos en casa al llegar a Madrid, queridos jóvenes de España! Esta ciudad y su comunidad, fruto histórico y sociológico de la confluencia en ella de personas y familias procedentes de todos los rincones de nuestra patria, es de por sí un espacio humano ampliamente abierto a todo el que llega y la visita», invitó el cardenal entre aplausos.

Primavera de la Iglesia

El cardenal Rouco está convencido de los frutos que traerá consigo esta visita papal, e hizo ver a los jóvenes la eficacia de los esfuerzos que Juan Pablo II hace por la Iglesia. «¿Sí, se cumplirá la promesa de una nueva primavera de la Iglesia en España florecida y rejuvenecida con los frutos espirituales de la visita del Santo Padre! ¿Sí, se cumplirán los compromisos de sus jóvenes con el "seréis mis testigos" que oirán de labios de Juan Pablo II con los tonos nuevos, exigentes y vibrantes del siglo XXI y del tercer milenio!», exclamó el arzobispo de Madrid.


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En todo este artículo no se nombra a Dios para nada, sin embargo se nombra a María con atributos que sólo corresponden a Dios, Roma ha puesto en el lugar de Dios a María, y al Papa. Se desviaron yendo en pos de las criaturas en lugar de obedecer al Creador, adorando ídolos hechos a semejanza de hombres.

Aquí entresaco algunas frases y su contraste con las Sagradas Escrituras:

“La Virgen nos espera en su altar de la Almudena
en la catedral de Madrid”


21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Ro. 1.



"Confiadle, mis queridos jóvenes, vuestro corazón, vuestras alegrías y vuestras penas y, sobre todo, contadle lo de vuestra vocación! ¿Decidle que queréis ser santos! ¿María no os defraudará!», les retó."

¿Por qué no se lo piden a Dios?

13Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Jn. 14.
No en otro nombre.

1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Sal. 46.

22 Mas Jehová me ha sido por refugio,
Y mi Dios por roca de mi confianza. Sal. 94.

17Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Jn. 17.

25Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Heb. 7.

11Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; Ef. 3.

4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Sal. 40.

"seréis mis testigos"

¿Testigos de quién? ¿De María, del Papa de su organización?

11Vosotros sois mis testigos, dice Jehová y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mi no fue formado dios, ni lo será después de mi.” Isa. 43.

8Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hec.1.

Los testigos de Cristo obedecen Su Palabra.

39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Jn. 5.

17Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Ap. 22.

Bendiciones

Bart