Muy cierto, pero hay más. En la cultura judía se honraba a los padres tanto manteniendo o dando buen nombre a la familia como apoyándoles, por ejemplo, en su vejez. Podría el hijo no vivir con ellos en sus tierras, pero les ayudaba económicamente. Esto entendían como honra, así como dar buen renombre a la línea familiar.
Aparte de esto hay que comprender que el pasaje de Moisés no se refiere solamente a los padres biológicos. Los mensajes transmitidos por los ángeles tienen varios niveles de profundidad. A Moisés se le explicó este y otros mandatos, que originalmente eran casi 20 en total, pero él los rompió al enfurecerse con el pueblo por la estatua de oro que hicieron durante su ausencia. Entonces el ángel Yefifyah le mandó 10 nuevos, pero más restrictivos. Los originales eran más flexibles, y concuerdan con la interpretación de Bernabé sobre la Torah. La "Madre" de la que habla el pasaje es la materia, y el "Padre" es lo espiritual. Por eso es "promesa", y se cumple, toda vez que quien honra la materia que le recubre y acompaña, así como el espíritu, adquiere tanto longevidad (cuya extensión para el alma es la inmortalidad y posterior plenitud de la vida eterna) como lo que algunos mal llaman "buena suerte". La explicación a esto es muy simple: Adam y Javah recibieron el mandato al oír "de toda esheb (verde) os doy, y semilla que produce os doy para comer". Esa era su dieta, pero al pasar los siglos la humanidad incorporó carnes (cadáveres), grasas saturadas y poli-insaturadas y diversas mezclas complejas para el sistema digestivo y el procesamiento celular, lo cual redujo su longevidad, trayendo un envejecimiento prematuro, así como las enfermedades, dolencias físicas y deformación de la silueta (obesidad, asimetría anatómica, etc.). Por ello Daniel y sus amigos eran tan sanos, hermosos y listos (basaban su diera en legumbres), como lo fue el pueblo mientras era solamente nutrido con maná (el pan de cada día). Todo esto está probado científicamente. Como también explicó Jesús a los esenios, coincidiendo con las enseñanzas de Jefifyah a Moisés y de Jesús a sus propios discípulos cuando le preguntaron por la alimentación y la espiritualidad. La explicación más específica viene de Salomón, al explicar a Roboam que somos creación de 4 poderes de Dios en la materia: agua, fuego, tierra y aire. Por eso también A-D-A-M, y los 4 colores de los minerales de la tierra presentes en el hombre. Pero para resumir, el agua es lo que bebemos (especialmente la hidratación que nos provee la fruta) y en donde nos bañamos; el fuego es el sol que baña nuestra piel (conciencia, energía y vitamina D, que fortalece los huesos, todo lo cual fomenta el crecimiento) y las calorías que consumimos; el aire es lo que respiramos y energiza nuestras células; la tierra son los minerales y nutrientes que consumimos, pues el cuerpo se transforma en lo que consume, pero asimismo las sustancias con que recubrimos la piel (barro, aceite, ungüentos y cataplasmas de frutas o de especias). Frutas, semillas, frutos secos, raíces, flores, hojas, plantas, tubérculos, legumbres y otros granos, algas y hongos eran la alimentación original que mantenía al hombre extremadamente saludable, fuerte y longevo. Los sabios lo entendieron solo mirando la creación, pues los animales más grandes, sanos y longevos son los veganos, siguiéndole los vegetarianos: elefantes, tortugas, rinocerontes, hipopótamos, osos panda, jirafas, caballos, bisontes, búfalos, venados, alces e incluso se podría incluir en cierto grado a las ballenas, tiburones ballena y medusas (organismo que se ignora que tan longevo puede llegar a ser), que comen organismos microscópicos, no exactamente "carne" - y hasta los antiguos saurópodos -. Lo mismo se puede decir de los árboles, que se nutren de la humedad, la energía que sintetizan de la recepción fotónica, del aire y de los minerales de la tierra, llegando en algunos casos a vivir miles de años. Los primeros padres, así como estos animales y las plantas honran a la Madre, y por ello han vivido mucho.
La honra al Padre es alusiva a comulgar también, pero ya no solo con la naturaleza (como es contemplar, meditar u orar al aire libre), mas con los ángeles de las virtudes y poderes de Dios, que se logra por medio de la Piedra Angular (la puerta de acceso al espíritu: oración, meditación y contemplación), tales como la Sabiduría, la Inteligencia, el Amor, la Fe, la bondad, la Gratitud, la Piedad y Misericordia, la Luz y Verdad, la Caridad, la Felicidad y Alegría, el Conocimiento, la Paz y Tranquilidad o la Santidad. Todos estos principios en el hombre honran al espíritu, que es el Padre, y por extensión bendicen y prosperan la vida del ser humano, y por ellos se aplica también la honra a la Madre, así como el de la Madre se vierte en el del Padre, pues ambos se complementan y se perfeccionan en uno.
Shabat shalom!