Feliz día a todos. Para empezar, soy partidaria del respeto de las diferencias individuales, no impongo mis verdades ni permito que se me impongan. Les cuento... Tengo 22 años, dos hermanos que son todo para mí, dos padres, mi matemática y mi poesía (soy licencada en matemáticas y poetiza). Fui educada en un hogar maravilloso en el cual siempre ha reinado el respeto por los demás, en especial los animales y por sí mismo. Muchas personas asocian "ateo" con maldad, asesinos, violadores, zatánicos y todas las cosas feas del mundo, aún no entiendo por qué lo hacen, pero bueno, no los critico, "el hombre es la suma de sus experiencias", en fin, un hogar ateo, pero rebosante de amor. Mi hemano tiene 20 años y el menor 15, a todas partes vamos juntos, nunca hemos ingerido una gota de alcohol en nuestras vidas, nunca hemos amanecido fuera de casa, nunca jamás en toda mi vida le he mentido a mis padres, tenemos muchos animales en la casa y a todos les damos amor, cuidados y atenciones. Esto lo escribo para que no se asocie "ateísmo" con "sadismo". Mi mamá cuando éramos niños nos bautizó por la iglesia católica por ser la tradición de su familia, de hecho, mi mamá a veces cree que existe Jehová pero no lo demuestra, mi papá, en cambio siempre nos dijo:"Pórtense bien, pero no por ningún Dios, sino por ustedes mismos". Mi hermano dedica gran parte de su tiempo a filosofar sobre ese tema, yo lo considero una persona altamente inteligente, cada vez que algún cristiano quiere persuadirme, él siempre tiene los argumentos para demostrarme científica y lógicamente que ese cristiano está errado. Yo trato de no pensar en eso, trato a todas las personas evitando tocar el tema de la religión pues sé por experiencia lo intolerantes que puede llegar a ser un cristiano, a veces agresivos verbalmente y yo soy muy sensible y fácil de herir. Cuando estudiaba en el liceo, tenía dos amigas Testigos de Jehová, muy buenas personas, nuestra amistad pasó las fronteras del colegio y me iba con ellas a sus reuniones espirituales a escondidas de mis padres, por esto es que conozco la biblia, de hecho, siempre he leído la biblia como cualquier otra literatura, cuando mi papá se enteró obviamente, me castigó y me prohibió la amistad con las muchachas y obviamente, le hice caso, bueno, seguimos siendo buenas compañeras de clases hasta que terminamos el colegio y yo comencé a estudiar lo que había deseado toda mi Vida: Matemáticas. El desarrollo de mi carrera fue exelente, maravilloso, sin embargo, la última materia se me hizo muy difícil, era la que me faltaba para graduarme y si la aprobaba con la nota máxima me graduaba con honores, el total es que veía imposible aprobarla, el profesor era demasiado estricto y los exámenes los hacía muy fuertes, yo estudiaba día y noche y cada vez salía peor en las evaluaciones, pensé hasta en suicidarme si no aprobaba la asignatura, hablé con el profesor y él me haría un examen recuperativo, la noche antes del examen, me sentía deseperada, estudié un rato y me acosté tarde pero no me podía dormir, entonces me levanté, me arrodillé junto a la cama y por primera vez oré, le oré a Jehová y lloré mucho, le pedí que me ayudara con el examen, después de varias horas volvi a la cama y pude dormir. A la mañana siguiente fui a presentar el examen, saqué la máxima nota en el examen, aprpbé la asignatura y por si fuera poco logré graduarme con honores. Le conté a mi hermano y él se molestó conmigo, me dijo que la oración no tuvo nada que ver, sino el que haya estudiado tanto, eso es lo que quiero seguir creyendo. Hace tres meses, fui a solicitar cargo y se me ocurrió pedirle a Jehová que intercediera para que no me dejaran en la ciudad sino que me mandaran a un pueblo que yo no conociera, lo pedí con mucha fuerza y seguridad; cuando me llamaron, me dijeron que me habían asignado un cargo en un pueblo que queda a 5 horas de aquí, no me sorprendió que me lo dijeran, era como si yo lo sabía... El pueblo es bello, las montañas, el clima tan frío, por el patio de la residencia para el río, el lugar donde trabajo es maravilloso, se respira aire puro y la naturaleza es impecable, es como si ese lugar lo hubieran sacado de mi mente y llevado a la realidad. Estoy alquilando una habitación en una residencia y viajo para mi casa los fines de semana. La dueña de la residencia es buena persona, es pentecostal y sus hijos también a veces se ponen a predicarme y justo enfrente de la casa hay un lugar donde se rehúnen los adventistas. Mi hermano me dice que todo eso es casualidad, lo del cargo, que la gente sea cristiana, que todo es casualidad y quiero creer que es casualidad sin embargo algo muy dentro de mí me dice que no es simple casualidad, que hay algo más, algo que no puedo explicar con palabras y quería expresarlo de alguna manera ya que no se lo puedo decir a mi familia porque se van a burlar de mí o se van a molestar ni a mis amistades, pues precisamente soy la atea del grupo... Siempre me he caracterizado por ser una persona triste pero de hace algún tiempo me siento algo así como feliz, o menos triste que siempre... Gracias por leerme, si quisieran escribirme algo, por favor, ruego que no sea juzgándome ni criticándome.