Es casi seguro que ninguna Iglesia es perfecta y escapa del todo de la herejía. Ni la Iglesia Católica, ni las Iglesias Orientales, ni las Iglesias Protestantes tienen la verdad absoluta en todo.
Una cosa es la Iglesia como Jesús la quiere y otra cosa es la Iglesia como las personas humanas la hacen ser. Y acercar la Iglesia real a la Iglesia ideal no siempre es fácil.